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jueves, junio 14, 2018

La búsqueda de sentido según Viktor Frankl

Muchas veces nos centramos tanto en cambiar nuestras circunstancias que nos olvidamos del enorme poder que tenemos para disfrutar del presente pase lo que pase. Uno de los mayores exponentes de esta idea fue el neurólogo y psiquiatra austríaco Viktor Frankl.

 
 
A partir del relato de sus experiencias en un campo de concentración, este autor explica en su libro El hombre en busca de sentido la experiencia que le llevó a crear la logoterapia, una psicoterapia desde la que se propone la voluntad de sentido como motivación primaria del ser humano. Viktor Frankl, prisionero durante mucho tiempo, sintió en su propio ser el significado de una existencia desnuda.

Ahora bien, ¿cómo pudo aceptar que la vida era digna de vivirla? Un hombre que todo lo había perdido, que había visto destruido todo lo que valía la pena, que padeció hambre, frío, brutalidades sin fin, y que tantas veces estuvo a punto del extermino. Y sin embargo, Frankl consiguió encontrar el sentido a su existencia.
“Quien tiene un para qué vivir, encontrará casi siempre el cómo”.
-Nietzche-

Según este psiquiatra, la búsqueda del sentido de la vida es la esencia de la misma. En la realización de este sentido el hombre aspira a encontrarse con otro ser humano en la forma de un tú y amarlo.

Cuando el sentido de la existencia se ve frustrado, el deseo de poder o de placer ocupa el lugar más importante en la motivación de la conducta. De esta forma, la búsqueda de la felicidad se convierte en un fin en si mismo y por lo tanto surge la frustración.

¿Cómo podemos transformar nuestra existencia?

La felicidad se obtiene como consecuencia de tener una meta, y no por la búsqueda directa de la misma. La puerta a la felicidad se abre hacia afuera, y a quien intenta derribarla se le cierra con llave.

El optimismo es una pieza clave de la concepción de Frankl. En su filosofía, la vida aparece como una oportunidad a la que hay que responder; es necesario buscar la mejor opción para conservarla y por lo tanto mantener la promesa de sobrevivir. En este sentido, una vez definido el para qué, el acento pasa a los cómo.
“Crees tú también que el sentido de la vida no es otro que la pasión, que un día colma nuestro corazón, nuestra alma y nuestro cuerpo, y que después arde para siempre, hasta la muerte, pase lo que pase? ¿Y que si hemos vivido esa pasión, quizás no hayamos vivido en vano?”.
-Sandor Marai-

El amor es la meta más alta a la que puede aspirar el ser humano. Esta fe fundamental permite recuperar todos los esfuerzos, decisiones o acciones que alguien haya realizado en su vida. Lo fundamental para Frankl es lo que el hombre responde a las preguntas que le hace la vida, y no lo que la persona le pregunta a esta. La felicidad es el resultado de tener un sentido.

En este compromiso, los valores juegan un papel fundamental. Especialmente importantes son los de de actitud, creación y experiencia, siendo especialmente destacable en este ultimo caso la experiencia amorosa.

Los valores hacen posible un viaje interior de donde surge, por un lado, la fe en el futuro, y por el otro, la búsqueda de recursos de amor y sentido en la propia historia personal de vida.

La relación entre fortaleza interior (valores, fe, amor, sentido) y meta futura, es el eslabón que integra al individuo y le permite reconocerse como un ser único e irrepetible.
“La valoración de uno mismo es el punto de partida en la búsqueda del sentido”.
-Viktor Frankl-


¿Qué es la actitud interior?

La actitud interior ante las circunstancias es resultado de una elección personal. Es la libertad para convertirse en la clase de persona que se quiere ser. Estar mas allá de las limitaciones materiales o físicas es una posibilidad humana donde el hombre conoce la experiencia del heroísmo.

Para que las personas desarrollasen la mejor actitud interior posible, Frankl habló de una serie de enseñanzas fundamentales. Las nueve más importantes son las siguientes:
  • Elige tener esperanza. No siempre podemos cambiar las circunstancias, pero siempre podemos elegir nuestra actitud en cualquier situación que se presente. Cuando ya no podemos cambiar una situación, somos desafiados a cambiarnos a nosotros mismos
  • Conoce tu por qué. Pregúntate: ¿Para qué estoy viviendo? Todos los días deberíamos levantarnos y preguntarnos por qué nos levantamos y por qué estamos aquí. “Quiénes tienen un ‘por qué’ pueden tolerar casi cualquier ‘cómo’.
  • Aprende a llorar. Las lágrimas no son una muestra de debilidad, emanan de un alma que no teme quebrarse. “No hay necesidad de avergonzarse de las lágrimas, porque estas atestiguan que un hombre tuvo el mayor de los corajes, el coraje para sufrir”.
  • No te conformes con ser parte del rebaño. El mundo está al revés. En ocasiones, hacer lo que todos hacen es una locura. “Una reacción anormal ante una situación anormal es normal”.
  • Vive con sentido. Le damos sentido a la vida respondiendo a las preguntas que nos hace. La vida le plantea a cada persona un desafío y la persona solo puede responder con su propia acción. Lo que uno espera de su existencia no importa; lo que importa es lo que esta espera de uno.
  • Llena tu día con actos de bondad. La amabilidad tiene un objetivo, los cientos de pequeños actos altruistas que tenemos la oportunidad de hacer cada día ayudan a llenar nuestra vida de significado.
  • Ve más allá de ti mismo. Encontramos el verdadero sentido cuando trascendemos nuestros propios límites y necesidades. Cuanto más una persona se olvida de ella misma, al darse a una causa o a otra persona, más humana es y mas crece.
  • Siente el dolor de los demás. Sufrir es doloroso, por más irrelevante que el problema les parezca al resto. Ten empatía con el dolor de los demás, incluso si no es una tragedia en la perspectiva global de la vida.
  • Podemos cambiar incluso cuando la vida es difícil. Podemos crear una vida significativa y llena de sentido, amor y propósito.
Elena Mandel

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