Alcanzar la felicidad es un rasgo común que nos define como seres humanos. Sin embargo, es habitual encontrarse con un enemigo que se interpone en nuestro camino para ser feliz: nosotros mismos; debido a las limitaciones nos ponemos, con o sin intención.
Muchas personas se agarran a ciertas ideas con la seguridad de que eso es lo que necesitan para ser felices cuando, en realidad, solo restringen su capacidad para alcanzar la verdadera felicidad. En realidad, es la definición de lo que es “ser feliz” el primer problema, ya que, tal y como escribió una vez James E. Talmage, uno de los problemas más grandes que tiene el hombre actual es reconocer la diferencia entre la felicidad y el placer.
“La felicidad no siempre requiere éxito, prosperidad o logros especiales; muchas veces proviene del gozo del esfuerzo esperanzado, de la dedicación de nuestras energías a un fin justo. La raíz de la verdadera felicidad esta plantada en la abnegación y su flor es el amor”
-William George Jordan-
Suelta tus cadenas para ser feliz
Teniendo en cuenta la forma de vida actual, llegar a ser feliz no implica hacer más o conseguir más, sino que más bien lo que necesitas es soltar, dejar de hacer y olvidar ciertas pautas de comportamiento. En la era de las libertades seguimos atados a multitud de cadenas invisibles que no nos dejan ser nosotros mismos.
Soltarse esas cadenas y dejar ir esas ideas nos puede acercar mucho más a lo que consideremos felicidad que cualquier otra cosa. Son las siguientes:
Deja de buscar la aprobación de los demás
Empieza a pensar en lo que tú esperas y no dependa de lo que los demás opinen. No permitas que los demás manipulen tus decisiones ni organicen tu vida. Vive según tus valores. Si dependes de la opinión de los otros estarás haciendo las cosas para ellos, según sus intereses. Pero, ¿qué es lo que te interesa a ti?
Suelta la ira y el resentimiento
La ira y el resentimiento te devoran desde tu interior. Eres tú el que se castiga y el que es infeliz, el que carga con el daño causado por otro. Aprende a estar en paz con los que te han hecho daño. Con el perdón eres tú el que se alivia. El que te enoja te controla. Recupera el control soltando el resentimiento, perdonando.
“La vida se vuelve más fácil cuando se aprende a aceptar una disculpa que nunca se recibe”
-Robert Braul-
Suelta la idea de la perfección
Aspirar a la perfección en ciertos aspectos es muy loable, al menos si hablamos en términos espirituales. Amar y valorar la perfección también es algo encomiable. Pero vivir por y para la perfección es algo muy distinto. Deja de pensar en el cuerpo perfecto, la pareja perfecta, la vida perfecta, las cosas perfectas. La búsqueda constante por la perfección puede llegar a obsesionarse e incluso frenarte, impediéndote avanzar.
Suelta la idea de la riqueza y la fortuna como sinónimos de felicidad
Lo has oído: el dinero no da la felicidad. Hay muchos que, para justificar su infelicidad, todavía apostillan diciendo “tal vez no, pero ayuda”. Pero en realidad lo que les hace infelices es no haberle encontrado sentido a su existencia. Dinero y felicidad no tienen nada que ver. Es la forma de valorar lo que se tiene y lo que se vive lo que acerca o no a la felicidad, tengas lo que tengas.
“La riqueza de un hombre no está en lo que posee, sino en lo que deja tras él”
-Yasmina Khadra-
Deja de poner excusas
No pongas excusas. Si algo no va bien, haz algo. Si necesitas algo que no tienes, haz lo que tengas que hacer para conseguirlo. Si lo que necesitas no está a tu alcance, busca otra alternativa.
Piensa, si te quedaste con gasta de hacer algo o de aprender algo, a qué esperar para ponerte a ello. Si alto no te gusta, cámbialo. Y si no puedes cambiarlo, cambia tú. ¿Buscas resultados? Entonces, ¿a qué esperas?
“Cuando dices que es demasiado tarde, ten cuidado. Eso será solo la excusa para rendirte. Nadie puede impedir tu éxito salvo tú mismo”
-Wang Deshun-
Suelta la terquedad
No seas terco y admite de una vez tus errores, tus pensamientos equivocados y tus actitudes estériles. Insistir no te dará la razón. Corregir y admitir tus fallos no te mostrará más débil. Cuando menos terco y obstinado seas más abierto estarás a cambios positivos y más flexible serás para encajar los problemas.
“La diferencia entre perseverancia y obstinación es que una viene de una fuerte voluntad, y el otro de un fuerte no”
-Henry Ward Beecher-
Suelta tu mochila emocional
Cargar con sentimientos negativos de experiencias del pasado solo te hará más difícil avanzar. Deja de vivir en el pasado. Aprende, perdona y sigue adelante para ser feliz. Cargar con el dolor te impedirá ver todas las oportunidades que aparezcan y te hará juzgar mal a las personas que aparezcan en tu camino.
Eva Maria Rodríguez
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