Mantener la calma en plena crisis es fundamental para pensar con claridad y para que las emociones negativas no influyan en la toma de decisiones; una toma de decisiones que puede resultar altamente crítica en ese tipo de situación. El agobio y la desesperación pueden ser malos consejeros a la hora de actuar con precisión, eficacia e inteligencia.
No obstante, la calma permite elegir correctamente el camino que se transitará en un momento turbulento y, de esta manera, las posibilidades de llegar a una solución satisfactoria pueden aumentar considerablemente.
El organismo, frente a una amenaza, activa un sistema de defensa para escapar del peligro; es una manera natural de protegerse. Si bien con esto la evolución ha permitido que el hombre esté más protegido frente a los peligros que supone la naturaleza, también ha dispuesto de otras amenazas.
De este modo, el sistema de alarma se agudiza cuando la persona se siente en aprietos, sin importar si el riesgo es real o no.
Se activan de inmediato los mecanismos de estrés en este tipo de situaciones: aquellos preparan al organismo para una lucha o huida. Si el individuo se siente amenazado, por cualquier clase de circunstancia, comenzará a sentir los síntomas de estrés: palpitaciones, sudoración, irritabilidad y ansiedad.
Si bien es un mecanismo natural que posee el organismo para enfrentarse al peligro, lo ideal es manejar las crisis o situaciones desagradables a fin de no cronificar el estrés, lo cual produciría un deterioro en la salud al mantenerse en el tiempo.
¿Por qué es importante mantener la calma en plena crisis?
Mantener la calma en plena crisis clarifica el pensamiento, lo cual es de vital importancia a la hora de tomar decisiones -puede suponer la diferencia entre acertar o equivocarnos-. Ciertamente, muchas personas, frente a situaciones de presión, no responden de manera adecuada y caen presas de la ansiedad, lo cual suele implicar consecuencias nefastas para su bienestar.
Los acontecimientos estresantes deberían colocar al individuo en una posición de toma de acción para revertir la situación. Sin embargo, en muchas ocasiones, esto no resulta ser posible; por lo tanto, se debería emplear herramientas conceptuales para atravesar la crisis manteniendo un mayor grado de control.
El estrés normal que se puede sentir ante una situación nueva o bien displacentera se puede convertir en crónico si no se hace una buena gestión del mismo. Una extensión en el tiempo que termina con nuestras fuerzas y nuestra motivación para emprender proyectos o continuar con los ya comenzados.
“Hoy el mundo del trabajo – con sus avances industriales, la globalización, el desarrollo tecnológico y las comunicaciones virtuales – nos impone retos y condiciones que con frecuencia exceden los límites de nuestras habilidades y capacidades. Su resultado es el estrés, que puede conducirnos a disfunciones físicas, mentales y sociales; incluso dañar nuestra salud, mermar nuestra productividad y afectar nuestros círculos familiares y sociales”.
-Dr. Francisco Becerra, Subdirector de la Organización Panamericana de la Salud (OPS)-
De este modo, controlar la insatisfacción, airear nuestras emociones o no alimentar la frustración representan objetivos concretos que salvaguardan nuestro bienestar en situaciones potencialmente estresantes. Otra estrategia que nos puede ayudar es hacer cálculos realistas de probabilidades, derivando la preocupación por el yo futuro en vivir el yo presente.
Los beneficios de estar en calma en plena crisis
Mantener la calma en plena crisis puede traer beneficios para la salud integral del organismo. Entre las ventajas más destacadas se encuentra una disminución del malestar, lo cual implica atenuar el sufrimiento ante situaciones de emergencia o que no están alineadas con nuestros deseos.
Mantener la calma en plena crisis hace que sea más fácil aislar la corriente de pensamiento de las emociones de valencia negativa, las cuales pueden provocar una manera de actuar inadecuada o contraproducente.
Además, estar en calma permite generalmente tener un bienestar integral de cuerpo y mente, lo cual es sumamente beneficioso para la salud.
El ser humano, en muchas ocasiones, está preocupado por lo que ha vivido y por lo que está por acontecer. Es en esa dicotomía entre pasado y futuro en donde muchas veces nace ese malestar que nos confunde, a la vez que nos hace sufrir.
Tomarse un respiro, no pensar en nada más que en el ahora y evitar entrar en pánico son algunas estrategias que nos pueden ayudar frente a situaciones conflictivas; además, pueden reconciliarnos con la propia vida en un mundo donde casi todo, a pesar del estrés, es posible.
Ana Elisabet Amarilla
El organismo, frente a una amenaza, activa un sistema de defensa para escapar del peligro; es una manera natural de protegerse. Si bien con esto la evolución ha permitido que el hombre esté más protegido frente a los peligros que supone la naturaleza, también ha dispuesto de otras amenazas.
De este modo, el sistema de alarma se agudiza cuando la persona se siente en aprietos, sin importar si el riesgo es real o no.
Se activan de inmediato los mecanismos de estrés en este tipo de situaciones: aquellos preparan al organismo para una lucha o huida. Si el individuo se siente amenazado, por cualquier clase de circunstancia, comenzará a sentir los síntomas de estrés: palpitaciones, sudoración, irritabilidad y ansiedad.
Si bien es un mecanismo natural que posee el organismo para enfrentarse al peligro, lo ideal es manejar las crisis o situaciones desagradables a fin de no cronificar el estrés, lo cual produciría un deterioro en la salud al mantenerse en el tiempo.
¿Por qué es importante mantener la calma en plena crisis?
Mantener la calma en plena crisis clarifica el pensamiento, lo cual es de vital importancia a la hora de tomar decisiones -puede suponer la diferencia entre acertar o equivocarnos-. Ciertamente, muchas personas, frente a situaciones de presión, no responden de manera adecuada y caen presas de la ansiedad, lo cual suele implicar consecuencias nefastas para su bienestar.
Los acontecimientos estresantes deberían colocar al individuo en una posición de toma de acción para revertir la situación. Sin embargo, en muchas ocasiones, esto no resulta ser posible; por lo tanto, se debería emplear herramientas conceptuales para atravesar la crisis manteniendo un mayor grado de control.
El estrés normal que se puede sentir ante una situación nueva o bien displacentera se puede convertir en crónico si no se hace una buena gestión del mismo. Una extensión en el tiempo que termina con nuestras fuerzas y nuestra motivación para emprender proyectos o continuar con los ya comenzados.
“Hoy el mundo del trabajo – con sus avances industriales, la globalización, el desarrollo tecnológico y las comunicaciones virtuales – nos impone retos y condiciones que con frecuencia exceden los límites de nuestras habilidades y capacidades. Su resultado es el estrés, que puede conducirnos a disfunciones físicas, mentales y sociales; incluso dañar nuestra salud, mermar nuestra productividad y afectar nuestros círculos familiares y sociales”.
-Dr. Francisco Becerra, Subdirector de la Organización Panamericana de la Salud (OPS)-
De este modo, controlar la insatisfacción, airear nuestras emociones o no alimentar la frustración representan objetivos concretos que salvaguardan nuestro bienestar en situaciones potencialmente estresantes. Otra estrategia que nos puede ayudar es hacer cálculos realistas de probabilidades, derivando la preocupación por el yo futuro en vivir el yo presente.
Los beneficios de estar en calma en plena crisis
Mantener la calma en plena crisis puede traer beneficios para la salud integral del organismo. Entre las ventajas más destacadas se encuentra una disminución del malestar, lo cual implica atenuar el sufrimiento ante situaciones de emergencia o que no están alineadas con nuestros deseos.
Mantener la calma en plena crisis hace que sea más fácil aislar la corriente de pensamiento de las emociones de valencia negativa, las cuales pueden provocar una manera de actuar inadecuada o contraproducente.
Además, estar en calma permite generalmente tener un bienestar integral de cuerpo y mente, lo cual es sumamente beneficioso para la salud.
El ser humano, en muchas ocasiones, está preocupado por lo que ha vivido y por lo que está por acontecer. Es en esa dicotomía entre pasado y futuro en donde muchas veces nace ese malestar que nos confunde, a la vez que nos hace sufrir.
Tomarse un respiro, no pensar en nada más que en el ahora y evitar entrar en pánico son algunas estrategias que nos pueden ayudar frente a situaciones conflictivas; además, pueden reconciliarnos con la propia vida en un mundo donde casi todo, a pesar del estrés, es posible.
Ana Elisabet Amarilla
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