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miércoles, mayo 08, 2019

Decir adiós: cómo darle un cierre emocional a los ciclos

Vivir es cumplir ciclos; es crecer, cambiar, evolucionar; seguir adelante a pesar de los fracasos; es caer y levantarse. Las personas pasamos física y psicológicamente por ciclos vitales. En lo emocional a veces nos quedamos estancadas, ya sea por estar en una zona de seguridad o por traumas que nos impiden avanzar. 

 
 
Un ciclo es una sucesión de momentos vitales que nos marcan y a los cuales nos apegamos. Nos resistimos a los cambios porque preferimos lo conocido aunque nos resulte desagradable, a arriesgarnos con lo desconocido. Por esta resistencia dejamos ciclos inconclusos, nos quedamos pegados psicológica y emocionalmente a personas, periodos o lugares.
 
¿Por qué nos cuesta cerrar ciclos?

Cuando creamos vínculos que se tornan insanos, con apegos que no nos dejan avanzar, nos quedamos conectados con el pasado, lo que nos impide vivir el presente a plenitud. Nos dejamos gobernar por emociones negativas como el miedo, la rabia, el resentimiento y la tristeza, sin dejar que estas tengan su evolución natural y cumplan su función para dar paso a otro ciclo.

Quedarnos anclados en el pasado es permanecer en la postura de víctima, en apariencia más fácil que asumir y afrontar los cambios, pero que a la larga, resulta más doloroso y de un costo emocional alto. Vivir lamentándote por el pasado te hace perder tu presente.

¿Te despidieron de tu empleo? ¿Tu pareja te dejó? ¿Te cambiaste de carrera? ¿Emigraste? Son etapas, momentos que ya pasaron y que no volverán. Si estás todavía atiborrada de preguntas sin responder, necesitas cerrar ciclos. ¡Necesitas decir adiós! 

En que consiste cerrar ciclos emocionales

Cerrar ciclos emocionales es asumir la postura de protagonista de nuestra vida. La pregunta recurrente que no nos permite avanzar es: “¿Por qué a mí?”. Cerrar el ciclo emocional es soltar, dejar ir, sin malgastar el presente lamentando y buscando razones a lo que nos pasó. No podemos continuar vinculados a quien ya no desea seguir con nosotros o sentir que pertenecemos a un lugar de donde nos hemos ido o nos han echado. Para avanzar hay que abandonar todo vestigio de añoranza por un pasado que ya no nos pertenece.

¿Por dónde empezar?
  • Empieza con hechos concretos: rompe cartas, borra correos y mensajes; elimina de tus contactos o bloquea a tu ex. Regala objetos que ya no tiene sentido conservar. Quema todos esos recuerdos absurdos; regala, vende, deshazte de todo rastro. Empezar por lo físico te facilita lo emocional.
  • Reflexiona en torno a si viviste, sin evasión, lo que te tocaba para poder completar el ciclo. ¿Te diste permiso de estar triste, de tener rabia?¿Lloraste? Es el momento. Vivir las etapas del duelo y la pérdida te permitirá avanzar.
  • Búscale un significado a lo que pasó, sin postura de víctima. La pregunta debe ser ¿qué tengo que aprender de lo que me pasó?¿Qué puedo cambiar aquí y ahora?
  • Empieza a vivir tu presente libre de remordimientos y aspectos del pasado. Sincérate contigo, ¿qué vives esperando?¿Volver a qué?, ¿a quién? El tiempo pasó, su momento se acabó.
  • Perdónate. Lo hecho, hecho está. Nada consigues con inculparte, eso no cambiará lo sucedido.
  • No esperes nada de nadie, lo que los otros hagan no depende de ti y eso no podrás cambiarlo. Lo que sí puedes hacer es dejar ir toda emoción negativa que esa persona te provoque.
  • Si ya no se puede cambiar, ¿vale la pena continuar pensando en eso? No siempre encontramos las respuestas, ¿para qué seguir lamentándose por lo mismo una y otra vez?
  • Agradece que ya pasó, que ahora puedes continuar. Reordena tu vida.
  • Asígnale un significado, dale un sentido a eso que te pasó. No se trata de olvidar si no de redescubrir nuevas posibilidades y abrir la mente y el corazón a otras experiencias de vida.

Recuerda: dejar ir significa que lo que pasó ya es historia, en ningún caso tiene por qué afectar tu presente, ese lo puedes construir cada minuto del día a fuerza de voluntad y buena actitud.

Phrònesis

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