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martes, julio 31, 2018

5 claves para mejorar tu enfoque mental

Se ha dicho que, en potencia, la facultad más poderosa de nuestra mente es su capacidad para mantener la concentración. En este sentido, mejorar nuestro enfoque mental hará que podamos sacarle partido a este poder.

 
 
Mantener una concentración más alta minimiza el poder de los distractores y mejora nuestro rendimiento. La buena noticia es que cualquiera de nosotros, con un poco de práctica y perspicacia, puede mejorar su capacidad para concentrarse.

Así, con la mente funcionaría una máxima parecida a la que funciona con nuestros músculos: cuanto más trabajes sus capacidades, más fuerte se volverá. Es por ello que mejorar el enfoque mental es posible. Pero eso no significa que sea necesariamente rápido y fácil. Conseguirlo pasará por hacer un esfuerzo consciente para eliminar, cambiar o introducir nuevos hábitos.
 
Evalúa tu enfoque mental

El primer paso para mejorar tu enfoque mental es evaluar su estado actual. Para ello, puedes hacerte algunas preguntas: ¿”Sueñas despierto” mientras trabajas en alguna tarea importante? ¿A menudo pierdes la pista de lo que estabas trabajando y tienes que comenzar de nuevo? ¿Te resulta difícil esquivar las distracciones? Si respondes de manera afirmativa a estas preguntas, tienes margen para mejorar tu enfoque mental.

También debes hacerte preguntas sobre el grado de concentración que alcanzas cuando te enfrentas a tareas que ponen a prueba tu capacidad. ¿Te gusta establecer objetivos y dividir las tareas en segmentos más manejables? Si encuentras que tu mente vagabundea, ¿tomas un breve descanso y luego regresas a lo que estabas haciendo? ¿Tiendes a resolver los retos más complicados en la franja del día en la que estás más activo?

Aleja las distracciones

Aunque parezca obvio, eliminar las distracciones es el fundamental para mejorar el enfoque. El problema es que muchas veces no somos conscientes de la gran cantidad de distracciones que hay a nuestro alrededor.

Por eso, empieza por localizar las fuentes de distracción y minimizarlas. Y, si bien es cierto que minimizar estas fuentes de distracción suena más fácil de lo que realmente es y puede llevarnos un tiempo que nos parezca “perdido”, a la larga los estudios nos dicen que es una costumbre muy rentable.

En este punto, recordemos una idea: no todas las distracciones son externas. Los ruidos y las interrupciones ambientales a menudo son más fáciles de controlar que esos problemas a los que les damos vueltas y vueltas como si fueran chicles. El agotamiento, la preocupación, la ansiedad, la falta de motivación y otras perturbaciones internas pueden ser particularmente molestas y persistentes.

Para minimizar las distracciones internas es importante tener puntos en nuestra agenda dedicados a soltar todo ese cansancio que arrastramos. Usar pensamientos y afirmaciones positivas es también una buena estrategia, sobre todo cuando hay que combatir la ansiedad y la preocupación.
 
Enfócate en una sola cosa a la vez

La multitarea no es eficaz, aunque a priori pueda parecernos un elemento fantástico para nuestro enfoque mental. Reduce la productividad y hace que sea mucho más difícil cribar los detalles para separar los relevantes de los que no lo son. Esto se debe a que nuestra atención tiene una capacidad limitada.

Parte de la mejora de tu enfoque mental consiste en aprovechar al máximo los recursos que tienes disponibles. Por eso debes dejar la multitarea y, en su lugar, prestar toda tu atención a una sola actividad o problema.
 
Haz descansos breves

Después de un tiempo, tu enfoque mental puede empezar a “llenarse de vicios”, volviéndose cada vez más ineficaz. Así, como resultado, tu rendimiento descenderá.

Las explicaciones tradicionales en psicología han sugerido que esto se debe a que se agotan los recursos de atención, pero algunos investigadores creen que tiene más que ver con la tendencia del cerebro a cambiar de fuentes de estimulación.

En este sentido, los investigadores han descubierto que, al hacer descansos muy breves, desviando la atención a otra parte, puede mejorar el enfoque mental. Así, introducir “momentos de respiro” en actividades que requieran de mucha concentración ayuda a que esta se mantenga. De esta forma, es tan importante que en nuestra agenda aparezcan momentos de trabajo como momentos en los que soltemos el control de nuestra atención.
 
Sigue practicando para fortalecer tu enfoque mental

Dos noticias: el enfoque mental requiere de tiempo para mejorar; siempre vamos a tener margen para mejorar nuestro enfoque mental. Uno de los primeros pasos es reconocer el impacto que tiene la distracción como fuente de agotamiento. Al cambiar tu enfoque mental, siguiendo las estrategias que hemos enumerado, descubrirás que puedes mantener un nivel de atención alto durante más tiempo.

Además, en un enfoque mental saludable inciden otros elementos, como la dieta o la calidad de nuestro sueño. De esta manera, cuidando los factores de influencia directos e indirectos, veremos cómo nuestra mente gana en agilidad.

Eva Maria Rodríguez

lunes, julio 30, 2018

Así manejan las personas inteligentes a las personas tóxicas

La forma en la que manejan las personas inteligentes a las personas tóxicas dice mucho de sus habilidades psicológicas. No se dejan avasallar, saben poner límites y son conscientes del impacto que esas dinámicas desgastantes tienen en la propia salud. Así, uno de los mejores regalos que podemos hacernos es aprender a neutralizar y gestionar todas las estrategias que aplica este tipo de perfil.

 
 
Algunos sociólogos y expertos en psicología social se aventuran a decir que vivimos en tiempos con un grado alto de toxicidad. Somos conscientes de que nos hemos acostumbrado a escuchar con exceso este término y que a veces no sabemos dónde está el límite. Ahora bien, si hay algo que está claro es que vivimos un momento marcado por la inestabilidad y la incertidumbre y todo ello se impregna en muchos de nuestros contextos cotidianos.
Las personas tóxicas no solo lesionan a los demás emocionalmente, también son una amenaza para la salud. Asimismo, algo que se ve con frecuencia es el hecho de que cuando el comportamiento tóxico se arraiga en un entorno, la mayoría de sus miembros acaban aplicando conductas dañinas y cínicas.

Tanto es así que, tal y como nos revelan diversos estudios, si hay un escenario donde abunda el comportamiento tóxico es en el trabajo. Sobre todo en aquellos entornos laborales donde la productividad es clave. Es ahí donde aparece la desconfianza, la competición, las envidias, la frustración y esos daños personales que atentan a todo el bienestar sistémico de la organización.

Ahora bien, tal y como sabemos, tampoco faltan ese tipo de presencias en el ámbito familiar. Personas que por su personalidad o situación particular despliegan conductas dañinas hacia sus hijos o parejas. En estos últimos casos, el impacto y el desgaste pueden ser mayores porque se les añade un componente emocional, un vínculo de cercanía.

¿Cómo manejan las personas inteligentes a las personas tóxicas?

La forma en que manejan las personas inteligentes a las personas tóxicas responde a una serie de factores. El primero es la asunción simple y evidente de que todo comportamiento tóxico carece de lógica. Entender esto nos ayudará mucho. Lo hará porque dejaremos de dar tanta relevancia a una serie de actos y palabras que carecen de sentido, ahí donde se busca casi de forma exclusiva proyectar el malestar, la frustración y las emociones negativas sobre alguien.

En segundo lugar, hay un aspecto que no podemos dejar de lado. Tal y como nos reveló un trabajo del Departamento de Psicología Clínica y Biológica de la Universidad Friedrich Schiller, en Alemania, la exposición continua a esta serie de dinámicas afecta a nuestra salud cerebral.

Experimentamos mayor estrés, ansiedad, agotamiento y problemas para concentrarnos y pensar con claridad. Tener claro este detalle desde un principio nos animará a establecer adecuados límites. Veamos por tanto cómo manejan las personas inteligentes a las personas tóxicas a través de las siguientes claves.
 
Se enfocan en las soluciones no en los problemas

Cuando en nuestro entorno habita una persona tóxica vivimos en constante amenaza. Es como ver a diario la aleta de un tiburón rondando a nuestro alrededor. Así, y de algún modo, nos preocupamos más por su presencia, por aquello que dice, no dice, hace o no hace que en aplicar estrategias para que esa presencia no nos afecte tanto.

Las personas inteligentes se orientan más en buscar soluciones que en centrarse en el comportamiento tóxico. En cuanto algo les inquieta o les molesta reaccionan al instante.
 
Hay que poner límites lo antes posible

Sabemos ya que hay que tener una buena capacidad de respuesta. Sin embargo, ¿qué tipo de acción es la que debemos emprender para frenar el comportamiento tóxico? Bien, lo que debemos saber es que en estos casos no siempre vale la huida o nos es posible poner distancia.

Hay que poner límites, barreras de protección. Para ello hay que dejarle claro a la persona en cuestión que sus actos tienen consecuencias. Que no todo es permisible, que ciertas conductas duelen y crean malos entornos.

Debemos dejarles claro de forma temprana cuáles son nuestras líneas rojas, esas que no vamos a permitir que sobrepasen.

Adecuado control emocional

Hay que ser plenamente conscientes de nuestros estados emocionales. Si experimentamos desgaste o agotamiento psicológico hay que gestionar esa situación. Lo primero, entender que nadie tiene por qué arrebatarnos la alegría o la calma. Lo segundo, no dar excesiva relevancia en nuestra vida a quien sencillamente, no se gana su puesto en ella.

Puesto que nunca es posible poner distancia física lo mejor es poner distancia emocional, abrir nuestro paraguas y protegernos.
 
La empatía cognitiva ante la persona tóxica

Aplicar una empatía cognitiva siempre será más preferible a la empatía emocional en estos casos. ¿Qué queremos decir con ello? Sencillamente que es muy recomendable ser capaces de entender por lo que puede estar pasando la persona tóxica. Tal vez tras ese rostro y esas dinámicas agotadoras haya un perfil con una depresión encubierta. Alguien con baja autoestima o con problemas personales.

La empatía cognitiva nos permite comprender realidades ajenas sin impregnarnos de sus emociones. Y esto último es sin duda altamente recomendable. Una estrategia que define al modo en que manejan las personas inteligentes a las personas tóxicas.

Cuidan de su salud y bienestar

Podemos tener a una o varias personas tóxicas a nuestro alrededor. Podemos incluso manejarlas con efectividad. Sin embargo, hay algo que no hay que perder de vista ni un solo día: la propia salud. De ahí que debamos dar prioridad a nuestra alimentación, tiempos de descanso y ocio.

Aprender a desconectar y a no pensar en estos perfiles psicológicos no permitirá ganar en calidad de vida. Queda claro que cuesta bastante, ya que hablamos de personas expertas en poner zancadilla. No obstante hagámoslo, seamos esas personas inteligentes que saben vivir, también, por encima de estas circunstancias.

Valeria Sabater

domingo, julio 29, 2018

El mago y sus ovejas, un inspirador cuento oriental

Este inspirador cuento oriental nos habla de tres buenos hombres que vivían con sus familias en una zona donde escaseaba el agua. En una ocasión hubo un verano tan seco, que comenzó a faltar agua de una forma abrumadora. Nadie sabía qué hacer.

 
 
Los tres hombres eran muy buenos amigos y siempre se ayudaban. Así que se reunieron por la noche para pensar entre todos sobre una solución a la sequía. Los tres llegaron a la conclusión de que era necesario ir hasta la aldea más cercana, que quedaba a cuatro días de camino, para comprar agua allí.

“Uno debe ser tan humilde como el polvo para poder descubrir la verdad”.
-Mahatma Gandhi-

Se lo comentaron a toda la comunidad. A pesar de que todos necesitaban el agua, ninguno se animó a acompañarlos. Así que los tres salieron de madrugada, con poco alimento, pero dispuestos a cumplir con su misión. Si no lo hacían, todos estarían en riesgo de morir. Eso sí, debían racionar muy bien sus provisiones para que les alcanzaran durante la travesía.
 
Agua en cantidades

El antiguo e inspirador cuento oriental nos dice que los tres hombres caminaron decididamente, sin apenas descansar, durante cuatro días. Llegaron sudorosos y fatigados a la aldea cercana, pero estaban felices. Ya estaban a punto de culminar su noble misión.

Los habitantes del lugar les dieron alojamiento y comida esa noche. Los tres amigos estaban muy agradecidos con ellos. Al día siguiente, llenaron de agua fresca todas las vasijas de barro que llevaban en sus mulas. Los animales apenas podían cargar con todo ese peso. Los aldeanos no quisieron cobrarles por el líquido. Los protagonistas de este inspirador cuento oriental se sintieron más que dichosos.

Los aldeanos les sugirieron que emprendieran el camino de regreso en la noche. El sol estaba muy fuerte por aquellos días y era muy agotador caminar bajo sus rayos. Los tres hombres les hicieron caso y esa misma noche emprendieron la marcha hacia su lugar de origen. Se guiaban por las estrellas. La noche estaba muy clara.
 
El momento culminante en el inspirador cuento oriental

Cuando iba a amanecer, los hombres decidieron acostarse a descansar por unas horas, mientras el quemante sol comenzaba a descender. Así lo hicieron y hacia la media tarde retomaron la marcha. Pensaban que ya estaban a medio camino y los entusiasmaba pensar en su gente, recibiéndolos felices.

Sin embargo, al amanecer notaron que estaban en un lugar por donde no habían pasado antes. Trataron de ubicarse, pero no lo lograron. Estaban en una llanura que desconocían por completo. Caminaron hacia un lado, hacia otro, pero no lograban localizar el punto donde se encontraban. Lo peor era que no se veía nadie en los alrededores. Estaban perdidos y no sabían cómo salir de allí.

Los tres hombres se desesperaron un poco y trataron de ordenar ideas. Así estuvieron hasta que el sol empezó a caer. Comenzaron a caminar por la ruta que intuían más correcta. Sin embargo, siguieron perdidos. Así pasaron los siguientes tres días. Las provisiones se les habían agotado y entre más buscaban la ruta de regreso, más parecían alejarse de todo.
 
Una salida inesperada

Mientras bajaban por una montaña, de pronto vieron que había un árbol reseco, del que todavía colgaba un fruto. Sin embargo se trataba de un fruto pequeño y los tres se abalanzaron a cogerlo. No sabían cómo repartirlo, no era suficiente comida para todos. En eso estaban cuando vieron a un pastor que se aproximaba con unas ovejas. Era un hombre anciano y parecía amigable.

El hombre los saludó. Al verlos tan descompuestos les preguntó qué sucedía y ellos se lo contaron. El anciano les confesó que él era un mago y que podría ayudarlos a solucionar el problema. Pero cada uno debía proponer la solución para que los tres pudieran sacar provecho del fruto. Solo si le daban una solución correcta, que honrara su amistad, él les ayudaría.

Según lo dice este inspirador cuento oriental, el primer hombre le dijo al mago: “Si tienes poderes mágicos, haz que aparezca más comida”. El mago lo recriminó. Ninguna solución viene por la vía de las apariciones mágicas. El segundo hombre, dijo entonces: “Haz que el fruto sea más grande para que nos alcance a los tres”. El mago también lo recriminó. Las verdaderas soluciones no nacen de cambiar lo externo, sino lo interno.

Fue entonces cuando el tercer hombre dijo: “Haznos más pequeños a todos, así el fruto nos alcanzará”. El mago se mostró complacido. “Cuando estamos en graves problemas –dijo– la solución siempre está en hacernos más pequeños, más humildes”. Entonces el hombre dio dos pasos y desapareció. Las ovejas quedaron allí, como un regalo para los tres nobles hombres. Una fuerte tormenta comenzó a caer y cuando terminó, los tres amigos notaron que estaban muy cerca de su hogar.

Edith Sánchez

sábado, julio 28, 2018

El amor en las personas inteligentes

¿Cómo es el amor en las personas inteligentes? La ciencia, interesada siempre en esta dimensión, nos ha demostrado que, por término medio, contar con este perfil no aumenta la probabilidad de encontrar una pareja afectiva. Son más analíticas, independientes, exigentes… Ahora bien, cuando encuentran a alguien afín a sus expectativas, el vínculo que pueden crear es realmente fuerte y satisfactorio.

 
 
Para quien busque un libro sobre este mismo tema, no hay propuesta más esclarecedora, a la vez que divertida, que El Tao de las citas, del profesor de filosofía de Harvard Alex Benzer.

En él, se nos explica desde un punto de vista irónico por qué las personas inteligentes suelen tener relaciones menos duraderas. Tal y como el propio autor revela, no es oro todo lo que reluce, y ser brillante desde un punto de vista intelectual no se traduce necesariamente en éxito, especialmente en algunos planos.
“La inteligencia y el sentido común se abren paso con pocos artificios”.
-Johann Wolfgang von Goethe-

Las personas inteligentes se aburren con facilidad y, a veces, hasta aburren a otros con sus afinados intereses y singulares pasiones. Son olvidadizas, procastinadoras, difíciles de entender, altamente exigentes (y autoexigentes) divagan con facilidad, sufren de constantes crisis existenciales y, por si fuera poco, disponen de un termómetro emocional que oscila entre la más exquisita sensibilidad hasta el mal humor más explosivo.

No son precisamente fáciles, no hay duda. Sin embargo, todos nosotros sin tener en cuenta nuestro CI presentamos también nuestras esquinas, oquedades y singulares aristas. En asuntos del corazón no todo es armonía y flechazos a primera vista. Lo sabemos. Sin embargo, desde un punto de vista científico, lo que tienen en común las personas inteligentes a la hora de vivir el amor ha sido tradicionalmente objeto de atención.

Así, disponemos de varios estudios sobre el amor en las personas inteligentes. Veámoslos.

El amor en las personas inteligentes ¿cómo es?

La mayoría asume que es muy difícil ser brillante desde un punto de vista intelectual y disfrutar a su vez de relaciones afectivas felices, estables y satisfactorias.

Lo es en apariencia porque no resulta nada fácil hallar a otro igual, a una persona con el mismo potencial intelectual, las mismas pasiones y singularidades cognitivas. Sin embargo, en ocasiones nos dejamos llevar por los estereotipos y las suposiciones sin permitirnos indagar un poco más, sin consultar con la científica.

En primer lugar, sí hay personas con un elevado CI que establecen compromisos satisfactorios. Es más, hay quien no precisa un compañero afectivo con una mente excepcional para enamorarse y participar de una relación sólida.

Le basta la conexión emocional. En muchos casos, para que el amor nazca, es suficiente con contar con alguien capaz de enriquecer puntos de vista, con facilidad para complementarse y que, de uno u otro modo, estimule su crecimiento. Para entender cómo es el amor en las personas inteligentes podemos remitirnos a un trabajo realizado por el psicólogo holandés Pieternel Dijkstra y su equipo en el 2017.
 
Buscan personas con las que ver el mundo del mismo modo

Los perfiles con un elevado coeficiente intelectual tienen una concepción del mundo muy definida. Sus ideales, su filosofía y su gusto por lo trascendental son a veces muy elevados, de ahí que no toleren ciertos enfoques, comentarios banales o despreocupación por ciertas áreas del saber y el conocimiento. Les agradan las personas implicadas, personalidades con las que divagar por intereses comunes, por metas semejantes.

No resulta por tanto nada fácil hallar personas que sin necesidad de ser altamente inteligentes, sean brillantes en cuanto a ideales, sensibilidades. De ahí que en ocasiones sea tan habitual que este perfil quede frustrado en materia emocional. Tantas decepciones e intentos fallidos les abocan a preferir su soledad e independencia. Su deseo sería encontrar a una pareja con la que tener afinidades más profundas y trascendentales, esas que van más allá de intelecto.

Las personas inteligentes y el apego inseguro

El profesor Pieternel Dijkstra descubrió en este estudio algo interesante. Entre todas las personas con un elevado CI que entrevistó y analizó a lo largo de varios años, una buena parte de ellas presentaban un apego inseguro. ¿Qué significa esto y qué implicación tiene a nivel afectivo?
  • Son personas que a instantes se muestran cercanos y cariñosos y más tarde evidencian frialdad emocional.
  • Presentan asimismo una gran inseguridad en esta materia relacional. Temen en el fondo ser abandonados o traicionados, de ahí que en ocasiones se obsesionen en ciertos matices, que analicen cualquier gesto, tono de voz, contradicción, etc.
  • Temen el abandono, pero al mismo tiempo, cuando la otra persona necesita de ellos, pueden mostrar rechazo o distancia. Un aspecto sin duda complejo que presenta una parte (no toda) de la población con altas capacidades intelectuales.
 
Cuando el intelecto se combina con la inteligencia emocional: éxito en las relaciones

Lo señalábamos al inicio, el amor en las personas inteligentes puede ser a veces tan satisfactorio como estable. Esto sucede en las personas que conjugan un alto potencial intelectual con una buena inteligencia emocional. Asimismo, podemos añadir otra condición: encontrar a alguien con unas mismas perspectivas, con esas afinidades con las que armonizar vidas y proyectos.

El amor no basta en estos casos, se busca ante todo esa correspondencia en objetivos, en filosofías personales, en metas, en valores, en una implicación con la que permitirse crecer juntos en una aspiración común. Cuando esto sucede la pareja es altamente efectiva. Son buenos a la hora de gestionar sus conflictos y discrepancias. Manejan muy bien el respeto, la comunicación, y a su vez, son parejas que disfrutan de un elevado sentido del humor.

Como vemos, el amor no es un imposible en estos perfiles con altas capacidades: no están condenados a relaciones infelices y efímeras. Siempre hay una persona adecuada, alguien afín capaz de enriquecer por igual su intelecto y su corazón.

Valeria Sabater

viernes, julio 27, 2018

¿Se puede ser feliz después de haber vivido una infancia traumática?

No todo el mundo ha tenido una infancia feliz. Por desgracia, algunas personas además tuvieron que pasar por experiencias difíciles y, a veces, desbordantes que de algún modo, les dejaron una profunda huella en su interior capaz de impregnar diversas áreas de su vida. En la niñez se tejen parte de los hilos de nuestra vida psicológica. Por ello, cabe preguntarnos ¿se puede ser feliz después de haber vivido una infancia traumática?

 
 
No es una apreciación, sino un hecho verificado. Es muy difícil ser feliz tras haber vivido una infancia traumática, pero no imposible. Esto se debe a que durante los primeros años de vida somos particularmente susceptibles a nivel emocional. Como hemos dicho, las vivencias dejan una huella profunda. Tanto lo positivo como lo negativo imprime un sello indeleble en nuestras vidas.

“La verdadera patria del hombre es la infancia”.
-Rainer María Rilke-

El niño es un ser altamente vulnerable. Depende de los adultos y del entorno primario en el que se encuentre. No cuenta con los recursos físicos, ni psicológicos para comprender y tramitar lo que vive. Fácilmente lo sobredimensiona, o lo distorsiona, llegando a sentirse triste o superado por las circunstancias.

Los efectos de una infancia traumática

Las diferentes formas de abuso o de maltrato infantil dejan una impronta que tiene consecuencias a largo plazo. En eso no podemos engañarnos. Sin embargo, esto no quiere decir que no sea posible ser feliz después de haber vivido una infancia traumática. Lo que sí implica es realizar un gran trabajo adicional para lograrlo.

Los traumas de la niñez se convierten en dificultades para vivir en paz durante la vida adulta. El amor propio queda lesionado y también la confianza en uno mismo. A veces resulta casi imposible amar, o dejar que nos amen. Incluso es posible que ni siquiera resulte posible expresar los sentimientos o sentir a nivel consciente el dolor.

También es usual que se desarrolle una sensación de malestar, de desilusión o de tristeza. Con este telón de fondo, resulta difícil construir y sostener una actitud positiva. Ahora bien, contra todo eso hay que luchar para ser feliz después de haber vivido una infancia traumática.
 
¿Cómo ser feliz después de haber vivido una infancia traumática?

Es posible que esas huellas del pasado no desaparezcan del todo. Lo bueno es que realizando un trabajo adecuado es posible ser feliz, pese al eco de esos sufrimientos de la niñez, que difícilmente tendrán un total consuelo. De hecho, superar ese pasado doloroso es algo que suele dar como resultado personas más evolucionadas, sensibles y constructivas.

Hay algunas acciones clave para lograr ser feliz después de haber vivido una infancia traumática. Son las siguientes:
  • Informarte sobre los efectos del trauma. Ayuda mucho que te informes, a través de fuentes serias, sobre la naturaleza y las consecuencias de los traumas infantiles. Toda esa información te aporta claridad y te ayuda a comprender lo que sientes.
  • Cuídate y protégete. Es muy usual que quien tuvo una infancia difícil tienda a restar importancia al autocuidado y la autoprotección. No permitas que esto suceda. Cuídate tanto física, como psicológica y socialmente. Trátate como alguien que necesita protección.
  • Cultiva las buenas amistades. Llevar una impronta traumática con frecuencia conduce al aislamiento y a la dificultad para relacionarte con los demás. Lucha contra esto. Cultiva las amistades y otórgales un lugar importante en tu vida. No te aísles.
  • Aléjate de las personas que te hacen daño. No debes ser tolerante con quienes te hagan sentir mal o te generen sentimientos negativos hacia ti mismo. En cuanto alguien así se presente en tu vida, aléjate.
  • Reconoce y reinterpreta tu pasado. Evitar pensar en lo que te sucedió no te ayuda a que eso se diluya. Todo lo contrario. Lo mejor es repasar todo lo ocurrido desde una actitud de aceptación y comprensión.
 
Superar el pasado

En los casos de traumas infantiles es recomendable que se busque ayuda profesional. Por más fuertes e inteligentes que seamos, nada sustituye el efecto de una buena terapia. El contar con el apoyo profesional de un tercero facilita ese camino hacia la comprensión y el equilibrio interior.

El haber pasado por una infancia difícil da lugar a una perspectiva diferente frente a la vida. Esto puede ser una deficiencia o un plus. Todo depende de la manera de abordarlo y gestionarlo.

No es fácil encontrar la motivación necesaria para emprender la tarea de reparar un pasado doloroso. Sin embargo, vale la pena hacerlo porque de ello se deriva crecer a nivel personal para alcanzar el bienestar.

Edith Sánchez

jueves, julio 26, 2018

¿Pides perdón con frecuencia? Cuando el exceso afecta a la autoestima

¿Pides perdón con frecuencia? Decir “lo siento”, en principio, es uno de los “pegamentos” sociales que refuerzan nuestras relaciones. Sin embargo, hacerlo de forma constante puede debilitar nuestra autoestima. Pensemos que el acto de pedir disculpas debe ser puntual y significativo, no un ejercicio continuado y casi obsesivo donde de algún modo, se deja entrever nuestra falta de confianza.

 
 
“Siento molestarte, pero: ¿puedo hacerte una pregunta?”, “Perdón, ¿puedes dejarme ese bolígrafo de ahí?”, “Perdón, pero yo opino que…” Podríamos dar mil ejemplos de esas situaciones en las que el sustantivo “perdón” se convierte en el protagonista de nuestras conversaciones.

Algo que en un principio podría ser un rasgo distintivo de nuestra cortesía o buena educación, se convierte a veces en una dinámica con implicaciones negativas para nosotros mismos.

Decía Jean de la Bruyère que solo hay un exceso permisible en nuestro mundo, y no es otro que el de mostrar auténtica gratitud. Porque no es lo mismo el acto de dar las gracias que el de mostrarse verdaderamente agradecido.

Con el perdón sucede lo mismo. Podemos pronunciar esta palabra veinte veces al día, cuarenta veces incluso. Sin embargo, siempre será preferible hacer uso de este término cuando es verdaderamente necesario. Reflexionemos sobre ello.
“Pedir perdón no siempre significa que estamos equivocados y que el otro está en lo cierto. Simplemente significa que valoramos una relación mucho más que a nuestro ego”.
-Anónimo-

¿Pides perdón con frecuencia? Deja de disculparte en exceso

Cuando pides perdón con frecuencia das a entender al otro que debe liberarte de algo. Tarde o temprano, las personas que te rodeen acabarán cansadas o más aún, terminarán pensando que no dispones de la suficiente confianza para actuar con autonomía. Así, y como ocurre en cualquier ámbito de la vida, todo extremo es malo, tanto si abusamos de algo como si prescindimos por completo de cualquier dimensión.

Un ejemplo de esto último lo tenemos en Donald Trump. Una de sus frases más conocidas es en la que afirma “no disculparse nunca porque sencillamente, él nunca se equivoca”. Otro ejemplo de este extremo es el de Martin Winterkorn, el antiguo CEO de Volkswagen.

A pesar de quedar sobradamente demostrado el fraude cometido en las emisiones de sus coches diésel, tardó casi un año en pedir disculpas públicamente. Cuando lo hizo, la confianza de gran parte de los clientes ya estaba “rota”.

En el otro lado de la balanza están sin duda todos esos perfiles que hacen uso y abuso de las disculpas. A veces por educación y cortesía y otras por simple inseguridad, no son conscientes de las implicaciones que ello puede tener. Veámoslo a continuación.
Devaluamos el propósito del perdón

Perdonar y pedir perdón son dos ejercicios altamente terapéuticos. Resuelven conflictos, liberan cargas, alivian tensiones. Pocos actos implican mayor responsabilidad que asumir la implicación en un agravio u ofensa para pedir a la otra parte ser perdonado por ello. Ahora bien, si nos pasamos el día pidiendo perdón por cosas nimias la esencia del perdón pierde significado y relevancia.
 
Nos devaluamos a nosotros mismos

¿Pides perdón con frecuencia? Entonces párate un instante en reflexionar en la siguiente idea. ¿Cómo crees que te ven los demás cada vez que pides disculpas por algo que no tiene importancia ni repercusión alguna? Hay situaciones que no justifican el uso de esta palabra. Gran parte de las veces en que la utilizas no se ha dado ninguna circunstancia real en la que necesites ser perdonado.

Debemos entender que no por pedir más veces perdón nos mostraremos más humildes, más correctos o respetuosos. No pidas disculpas por preguntar, por pasar, por sentarte, por ese lápiz que se te cae, por pedir ayuda, por respirar… Aúna autoestima y fortalece tu confianza.

Pedimos perdón como comodín para salir de ciertas situaciones

La mayoría lo hacemos: pedir perdón como quien usa un comodín para salir del paso en ciertas situaciones. Son momentos en que de algún modo, aflora nuestra inseguridad o timidez. Pensemos en ello. Es común pedir perdón cuando nos dirigimos a un desconocido o a alguien que nos impone ⇔ “perdón ¿puedo hacerle una pregunta? “Disculpe, podría darme esa llave que se me ha caído…”

El problema por tanto, más que en el uso de esta palabra está en “abusar” de ella. Cuando se convierte en ese recurso persistente en nuestro vocabulario, en ese engranaje con el que movernos en gran parte de nuestros escenarios sociales.
 
¿Cuándo pedir perdón y cuándo no?

¿Pides perdón con frecuencia? Entonces es probable que desees saber cuándo es mejor hacerlo y cuándo no. Trabajar este aspecto de nuestra conducta hará que nos sintamos más competentes y seguros en cualquier situación y escenario.

Cuándo pedir perdón:
  • Pide perdón cuando hayas causado daño a alguien.
  • Hazlo cuando hayas ofendido, decepcionado o herido los sentimientos de una persona.
  • Pide ser perdonado cuando te arrepientas de una conducta, de una acción realizada.
  • Sé capaz de pedir perdón cada vez que te equivocas y tu error, afecte a otros.
  • Pide perdón para cerrar etapas, para dejar atrás viejos rencores.
  • Intentemos ser capaces también de pedirnos perdón a nosotros mismos. Todos acumulamos errores o elecciones poco adecuadas que pesan e nuestro presente y que merecen ser liberadas, perdonadas.
 
Cuándo no pedir perdón
  • No pidas perdón cuando estés dando tu opinión.
  • Evita pronunciar esta palabra en situaciones donde carece de sentido esta dimensión: cuando te dirijas a alguien, cuando quieras hacer una pregunta, cuando necesites coger algo…
  • Evita pedir perdón cuando necesites ayuda.

Para concluir, a pesar de que hayamos oído aquello de que “pedir perdón no nos hace fuertes”, entendamos que todo tiene un límite. Porque a veces, el abuso desdibuja el sentido real y poderoso de este término tan saludable y perdemos la autoestima. Hagamos un uso adecuado y sabio de esta maravillosa dimensión.

Valeria Sabater

miércoles, julio 25, 2018

Aromaterapia, el maravilloso poder de los olores

Cuando exploramos el mundo podemos dejarnos llevar por diferentes tipos de sensaciones. Una de las más poderosas son los olores; ese mágico sentido que nos lleva a evocar el poder de los recuerdos. A través de los olores, podemos viajar a diversos lugares, imaginar e incluso encontrar paz.

 
 
Aproximadamente en el 4500 a. C., en Oriente, se comenzó a utilizar la aromaterapia. Se trata de una terapia alternativa, en la que a través de aromas y aceites que se inhalan se consigue un mayor bienestar. En Occidente, esta disciplina se ha empezado a popularizar recientemente.

A través de la aromaterapia se puede encontrar un gran universo de aromas que favorecen un sentimiento de plenitud, a nivel físico y mental. Profundicemos.
“Sé como el árbol de sándalo, que perfuma el hacha que en ocasiones le hiere”.
-Anónimo-
 
¿En qué consiste la aromaterapia?

La aromaterapia es una disciplina en la que se usan aceites esenciales que se extraen de plantas aromáticas para potenciar el bienestar. Además, acompaña a la medicina tradicional, promoviendo la relajación y la salud.

Los olores actúan en nuestra mente a nivel inconsciente, transmitiéndonos diversas sensaciones. Así, en la aromaterapia, cada olor tiene un significado y ayuda a equilibrar una parte del cuerpo y de la mente.

Los receptores del olfato reciben los aromas, y estos viajan hasta nuestro cerebro, donde se procesan. Por un lado, esto ocurre en el sistema límbico, donde asociamos los diferentes tipos de emociones con ciertos aromas y por otro, en el hipocampo, donde se relacionan los olores con recuerdos. Esta parte de nuestra mente es la que se encarga de la memoria. Así, algunos aceites tienen el poder de transformar aquello que pensamos y sentimos.

Además, el olfato no es el único sentido asociado con la aromaterapia: el tacto también juega un papel importante. Esto se debe a que esta terapia se realiza a través de esencias que también pueden ser aplicadas en el cuerpo por medio de masajes.
 
Estructura de una sesión

Las sesiones de aromaterapia suelen durar 30 minutos. Durante cada una de ellas, la persona debe concentrarse en sí misma, disfrutando del momento presente. Además, la aromaterapia se puede dar:
  • Por inhalación. Consiste en poner a la disposición de la persona diferentes olores, según lo que se pretenda mejorar. Debe inhalarlos ya sea de manera directa o por medio de difusores a través del vapor.
  • A través de baños. Se trata de que la persona entre en una bañera con agua caliente a la que se le han aplicado unas gotas de aceites aromáticos.
  • Con masajes. Se utilizan diversas esencias aromáticas diluidas en aceites, y se le aplica en un masaje a la persona. Sobre todo se usa para calmar dolencias musculares o para la relajación.

También se pueden utilizar los tres métodos combinados. La sesión de aromaterapia va dirigida por un especialista, quién en un principio indaga por la salud física y psicológica del paciente. Así, como experto tiene en cuenta los aspectos a mejorar.
 
¿Quién puede hacer uso de la aromaterapia?

Todos podemos hacer uso de la aromaterapia. Así, quien desee liberarse de tensiones puede probar con esta técnica legendaria. Ahora bien, en el campo de la salud, está sobre todo indicada para las personas que tienen los siguientes problemas:
  • Estrés crónico.
  • Ansiedad.
  • Insomnio.
  • Dolor en las articulaciones.
  • Afecciones respiratorias.
  • Problemas en la piel.
  • Fatiga.
  • Dolores musculares.
  • Problemas digestivos.
  • Cáncer.
  • Depresión.

Si bien la aromaterapia es útil en estas afecciones, no debemos creer que es la solución a todos nuestros problemas. Esta terapia funciona mejor acompañado de otros métodos de medicina tradicional. Es decir, si ya se cuenta con otro tipo de tratamiento no se debe dejar este. Esta disciplina no es un remplazo, sino un acompañamiento.
 
Esencias en la aromaterapia

El mundo de los aromas es infinito. Aquí te mostramos algunas de las esencias más usadas en la aromaterapia:
  • Jazmín. Ayuda a combatir el estrés y el insomnio.
  • Almendras. Potencian un mejor estado de ánimo.
  • Geranio. Nos ayuda con los dolores menstruales. También aporta calma.
  • Pimienta. Ayuda a disminuir la ansiedad.
  • Romero. Alivia problemas circulatorios y reumáticos.
  • Jengibre. Facilita la respiración y mejora la circulación.
  • Pomelo. Lucha contra la ira.
  • Ciprés. Es un vigorizante, alivia el estrés, combate las alergias, y reduce los síntomas de la menopausia.
  • Canela. Es relajante, reduce la fatiga y alivia el estrés.
  • Rosas. Combate el insomnio y mejora la depresión.
  • Cítricos. Potencia la sensación de calma.
  • Lavanda. Mejora problemas en la piel, es relajante, y alivia problemas musculares.
  • Menta. Facilita la descongestión, y ayuda a aliviar problemas digestivos.
En la aromaterapia, se pueden usar todas estas esencias además de otras muchas. Todo dependerá de lo que necesite la persona y de la decisión del especialista en aromaterapia.

No obstante, usar en casa alguna de estas esencias puede aportarnos bienestar. Ahora bien, para el uso de las esencias de forma efectiva y un bienestar prolongado, es conveniente trabajar con un experto. Este podrá orientarnos en el mágico mundo de los aromas.

Beneficios de la aromaterapia

La aromaterapia tiene diversos beneficios. Aquí te mostramos algunos de ellos y te explicamos de qué manera funcionan.
  • Promueve la relajación. Esto ocurre porque se disminuye la activación de nuestro sistema nervisoso parasimpático que es el que se activa ante situaciones de estrés. Por ejemplo, a través de aromas como el de la manzanilla y la lavanda.
  • Disminuye el estrés. Al activar la relajación, la aromaterapia facilita la liberación de nuestros problemas.
  • Mejora la calidad de vida porque potencia el bienestar psicológico y físico.
  • Ayuda a manejar enfermedades graves. La aromaterapia no es sinónimo de cura, pero ayuda a que la persona libere tensión. Esto suele significar un mejor pronóstico en el tratamiento.
  • Mejora la libido. Activa y aumenta la energía a través del flujo sanguíneo.
  • Potencia el bienestar físico. Esto ocurre porque ayuda a mejorar la digestión, la circulación y los dolores musculares. Además, facilita la respiración.
  • Potencia el bienestar psicológico. Esto lo hace al ayudar a mejorar síntomas de depresión, ira, estrés y ansiedad.

Como vemos, la aromaterapia es un universo maravilloso en el que cada aroma aporta algo beneficioso para nuestra salud. Déjate contagiar por la magia de los olores y anímate a experimentar este tipo de tratamiento. Cada olor te transportará a un lugar distinto para potenciar lo mejor de ti.

María Alejandra Castro

martes, julio 24, 2018

El amor según el budismo

El amor según el budismo es absolutamente diferente al amor según Occidente. En el primer contexto, se define como un sentimiento puro que se otorga a otro ser viviente de manera desinteresada, sintiendo además el bienestar absoluto en saber que no ha causado dolor o sufrimiento a nadie, sino que ha colaborado en generar alegría en el otro.

 
 
En Occidente el amor es un concepto ambivalente que requiere de la presencia de la otra persona, reciprocidad y pertenencia. Puede ser considerado ambivalente porque, si bien por una parte requiere de la satisfacción del deseo ajeno, la otra parte, no menos importante, se centra en el yo. Hablaríamos, por lo tanto, de un amor “menos desinteresado”.

Aquí encontramos dos conceptos encontrados en donde si bien, en palabras de Sigmund Freud, el objeto de amor busca ser protegido, también se pretende conservarlo como propio y puede ser el blanco de ofensas y agravios en cuanto es separado de sí.

Esto acontece porque las pulsiones de vida y de muerte tienen una relación dialéctica de la cual se valen. No se puede concebir al amor separado del odio. Precisamente, según la teoría psicoanalítica, la pulsión de vida, que busca unir y conservar, está ligada a la pulsión de muerte, que busca destruir y separar. Ambas tienen la propiedad de que se retroalimentan naturalmente.
 
Las características principales sobre el amor según el budismo

El amor según el budismo nada tiene que ver con la concepción establecida en Occidente. Precisamente, una de las características fundamentales que posee el amor según el budismo es la capacidad de sentir compasión por el otro. De este modo, todos los seres vivos tendrían que ser absolutamente respetados.

Además, en la concepción budista se establece que la intención del amor deberá ser la misma que la fe, la cual busca iluminar, lo que además permitiría la liberación del sufrimiento que rodea al amor occidental. Se trata de un genuino deseo de bien hacia el otro, compartiendo la energía y los recursos propios.
“Existen muchos método para incrementar la energía positiva, pero el más poderoso es crear amor y fe, los cuales surgen de la energía de sabiduría original. Si conectamos a través de la fe con la vasta y profunda continuidad de la mente, las cualidades internas, suaves y luminosas de la energía de sabiduría pueden florecer. La esencia del amor es la compasión de los seres sublimes que siempre dan energía”.
-Thinley Norbu-
 
La amabilidad y benevolencia como parte significativa del amor

El amor según el budismo se caracteriza por la amabilidad y benevolencia, pero sin tener que apegarse a la persona, que en definitiva es lo que a posteriori causa sufrimiento. Para practicar el amor según el budismo, no es necesario aferrarse a nada, debido a que esta es una tarea imposible: nada permanece estático, todo cambia y se transforma.

La doctrina plantea que la felicidad y la plenitud solamente residen en el interior y solo pueden ser compartidas desde este lugar, pero nunca en su totalidad: la dependencia no es parte de su filosofía.

El amor según el budismo supone que es inagotable, ya que la energía que ofrece pertenece al cosmos y no al individuo en sí mismo. Si el amor no posee las características mencionadas a priori, el budismo establece que se está ante una proyección egoísta de las propias necesidades.

“Las enseñanzas sobre el amor dado por el Buda son claras, científicas y aplicables. El amor, la compasión, la alegría y la ecuanimidad son la naturaleza misma de una persona iluminada. Son los cuatro aspectos del amor verdadero dentro de nosotros mismos y dentro de todos y de todo”.
-Thich Nhat Hanh-

Alegrarse verdaderamente por el otro, sin ninguna clase de recelo, es otra de las características que definirían al amor verdadero. Por último, deberá ser equilibrado y medido, para que no logre convulsionar el alma y transformarse en dependencia.

Entender el amor verdadero hacia otro ser humano desde el punto de vista oriental, quizás puede ser una tarea difícil, debido a todo el bagaje cultural recibido y naturalizado. Sin embargo, tratar de practicarlo es una excelente manera de disfrutar de todo lo que somos capaces de aportar.

Ana Elisabet Amarilla

lunes, julio 23, 2018

Ahimsa, un concepto de paz integral

El término ahimsa procede del sánscrito y se refiere a un concepto que aboga por la no violencia y el respeto a la vida. De esta forma, implica no solo no matar sino también no causar dolor físico ni emocional a cualquier ser vivo, ya sea a través de los pensamientos, las palabras o las acciones.

 
 
La primera aparición de este término data del siglo V a. C. en el contexto de la filosofía india, concretamente en las escrituras hinduistas Upanishads. No obstante, es utilizado también en el budismo y el jainismo.

Ahimsa también se relaciona con el respeto al espíritu, la naturaleza y las culturas, es decir, a llevar una vida en paz con todo aquello que nos rodea. De algún modo, este término representa la congruencia entre lo que decimos, pensamos y hacemos en relación al acto de dar amor y estar en armonía con el mundo. Profundicemos.
 
El concepto de ahimsa en Occidente

Mahatma Gandhi fue el precursor de incorporar el concepto en Occidente, quien lo consideraba como el común denominador de todas las religiones, incluso del Islam. Sin embargo, con el correr del tiempo han sido muchos líderes, que abogaban por los derechos civiles, quienes lo han implementado como parte de su doctrina.

Precisamente, Martin Luther King, el máximo representante de los derechos civiles de la población afroestadounidense, se vio influenciado por este concepto; siendo el abanderado de protestas pacifistas en contra de la violencia y la pobreza a nivel mundial.

Sin embargo, la inclusión del término de ahimsa en Occidente se termina de incorporar gracias a las diferentes prácticas como el yoga y la meditación. De esta manera, muchos occidentales comienzan a incursionar en nuevos conceptos, a partir de sentirse atraídos por la cultura oriental. De hecho, la comunicación no violenta (CNV) desarrollada por Rosenberg es un buen ejemplo de ello.
 
El significado de ahimsa para Mahatma Gandhi

La ideología de Mahatma Gandhi sobre la no violencia proviene de su inclinación hacia a la doctrina hinduista y el jainismo.
“Literalmente ahimsa significa no violencia hacia la vida, pero tiene un significado mucho más amplio. Significa también que uno no puede ofender a otra persona, debiendo compadecerse del otro, incluso si se trata de un enemigo. Para aquellos que siguen esta doctrina, no hay enemigos. Quien cree en la eficacia de esta doctrina halla el último estado, cuando se alcanza la meta, viendo el mundo a sus pies. Si expresamos nuestro amor —ahimsa— de tal modo que marque para siempre a nuestro enemigo, dicho enemigo nos devolverá ese amor”.
-Mahatma Gandhi-

Así, para Gandhi, ahimsa indica por supuesto no matar, pero también hace referencia a la capacidad humana de no dañar en absoluto al otro. No causarle ninguna clase de dolor, incluyendo el psicológico. Para ello, se debe tener un estado de conciencia absoluto.

Asimismo, afirma que quien practique el ahimsa necesita tener una mente, boca y manos absolutamente pacíficas. Por otra parte, es válido destacar que para el hinduismo el objetivo fundamental de la no violencia es evitar la acumulación de un karma dañino. Por lo tanto, el individuo deberá practicar un estado de paz integral consigo mismo y con el medio que lo rodea.

De esta forma, al compartir un respeto absoluto por la vida, se establece una veneración incondicional por la naturaleza. El individuo estará en paz consigo mismo, con el otro y con medio en donde vive. Es un principio de igualdad, respeto y equilibrio, en el que no importa nada más que la vida en cualquiera de sus formas u origen.

Ahimsa como práctica global y humanística

Pensar en el otro y en no dañarlo es un principio de igualdad suprema. Si se lo relaciona con una práctica cultural y humanística, se puede establecer un respeto a todas las culturas por igual. De este modo, el etnocentrismo no tendría razón de ser.

Por mucho tiempo, a lo largo de la historia de la humanidad, se ha justificado la violencia hacia otras culturas por considerarlas inferiores. De esta manera, el etnocentrismo a través de una noción falsa de superioridad, además de ser una manera de dominar, encubría en infundadas razones, un fin colonialista.

Establecer nuevos parámetros de igualdad cultural es una manera de reducir el nivel de sufrimiento y maltrato reproducido por siglos a diferentes escalas: social, económica, política, educativa, psicológica y obviamente cultural.

Pensar en el otro como diferente, pero al mismo tiempo igual a nosotros, con los mismos derechos por la vida, es un principio de equidad, que se debe llevar a cabo de manera integral si se quiere alcanzar lo que aboga el ahimsa: la paz integral sobre la faz de la tierra.

Ana Elisabet Amarilla

domingo, julio 22, 2018

5 motivos por los que tu mente no te deja descansar

El político estadounidense y ex-presidente Franklin D. Roosevelt afirmó una vez que ‘los hombres no son prisioneros del destino, sino prisioneros de su propia mente’. Algo que suena muy veraz, sobre todo si en algún momento has sentido que tu mente no te deja descansar.

 
 
Para explicar este fenómeno, vamos a hacernos eco de los postulados de la psicóloga Maite Finch. Lo cierto es que en estados de ansiedad o estrés, la neuroquímica del cerebro cambia.

En casos concretos, la amígdala cerebral envía órdenes adecuadas al sistema mente-emociones. Pero, ¿qué sucede si este estado de ansiedad o estrés se activa cuando en realidad no es necesario estar alerta?

A veces, nuestras interpretaciones de la realidad y el cómo la vivimos puede activar patrones similares de neuroquímica cerebral. Así, estos patrones de pensamiento nos pueden llevar a sufrir un constante estado de malestar y ansiedad.
 
Motivos por los que tu mente no te deja descansar

Maite Finch considera que existe una serie de motivos por los que tu mente no te deja descansar. Vamos a ver cómo se articulan para que puedas trabajar con ellos.


Evita el pensamiento polarizado: blanco o negro

A veces, algo nos parece magnífico, brillante y espectacular. En otras ocasiones, en cambio, todo parece horrible, oscuro y excesivamente negativo. Así sería, más o menos, pensar en blanco y negro, creyendo en extremos, sin término medio, sin escala de grises intermedia.

Si piensas en blanco y negro, según Finch, solo tienes dos patrones de pensamiento, o todo muy malo o todo muy bueno. Es decir, que cuando se cumplen tus expectativas, todo será genial. Pero cuando no, todo será terrible y tendrás esa coz en forma de eco que no te dejará en paz.
 
Razonamiento emocional

Vamos con otro de los motivos por los que tu mente no te deja descansar. Finch lo considera como razonamiento emocional. Este caso implica que la toma de decisiones no está tan condicionada por la lógica o la intuición, sino por cómo te sientes.

Es decir, serán las emociones -sin gestión ni control- las que tengan un mayor peso en la balanza. Así, si te sientes mal, juzgarás a personas y situaciones de forma negativa. A su vez, estas situaciones, por tu actitud y disposición, tenderán a confirmar tus hipótesis. De esta forma, se cerrará un círculo que tenderá a retroalimentarse.

“La mente es como un paracaídas. No funciona si no está abierta”.
-Frank Zappa-
 
Visión de túnel

Finch considera que se tiene visión de túnel cuando el patrón de pensamiento se rige por las vivencias más complicadas de la vida. Es decir, asocias a tus relaciones y a todo cuanto te sucede con un determinado momento, normalmente de dificultad.

Así pues, tu mente está en constante alerta para reconocer personas y situaciones negativas, destinando la mayoría de los esfuerzos a protegerte de posibles amenazas. Tu foco de atención se centra únicamente en la detección de peligros, malestar y situaciones estresantes.

O sea, que tu mente vive constantemente buscando situaciones o circunstancias malas. Este nivel de vigilancia y alerta es tan marcado que sesga la percepción, el pensamiento y cualquier otro tipo de actitud que no esté en sintonía.

Pensamiento demasiado positivo

El optimismo empieza a jugar en nuestra contra cuando empieza a constituir una venda opaca frente a los problemas. También lo hace cuando elimina por completo la prudencia de nuestra manera de actuar o cuando este optimismo se basa únicamente en un pensamiento de suerte.

Por otro lado, un optimismo ilusorio o exagerado puede, al pensar que todo saldrá bien, impedir que generemos un plan b por si algo falla. También puede impedir que realicemos diferentes adaptaciones cuando los resultados que obtenemos no son los planificados.
 
Personalización

También se puede dar el caso de que personalicemos constantemente. Es decir, todo cuanto ocurre malo a nuestro alrededor es nuestra culpa. Si somos así, viviremos en un estado constante de ansiedad, pues los acontecimientos negativos se suceden en el mundo.

Pero, según Finch, hemos de tener muy claro que no todo depende de nosotros. Es necesario compartir responsabilidades. Además, si nos martirizamos constantemente por los errores, proyectaremos una gran ansiedad hacia el futuro.

Pedro González Núñez

sábado, julio 21, 2018

¿Podemos curar nuestro cuerpo a través de la mente?

Desde hace miles de años diferentes culturas y religiones han dejado ver que el ser humano es el reflejo de sus pensamientos. Hoy en día, la ciencia también acepta esto como un hecho. La psique del ser humano puede moldear los estados de ánimo, físicos y emocionales que experimentamos. Por lo tanto, la salud y el bienestar pueden darse sencillamente con el poder de la mente.

 
 
Cada día se habla más de la autosanación. De hecho, diversos experimentos dan prueba de ello. La ciencia, entonces, hoy en día apoya diversas investigaciones al respecto. El resultado es una premisa que cada vez más esta marcando la pauta y que establece que la mente es clave en la salud y que también lo es en el proceso de toda medicina.

La meditación, la hipnosis, el pensamiento positivo, la fe y la intención son de las herramientas que más utiliza la mentalización para la autosanación. Al punto que, las personas que son optimistas, que tienen fe en sí mismos, en religiones o en tratamientos, tienen mejor salud. Por lo tanto, se enferman menos y responden mejor a los tratamientos médicos a los que se someten. Mientras que, las personas negativas, llenas de estrés, de inseguridades y miedos. Las personas que no realizan ningún tipo de actividad de mentalización se enferman constantemente, padecen de mayor número de enfermedades y responden más lentamente a los tratamientos médicos. La salud y el bienestar, entonces, dependen en gran medida de la actitud mental que la persona asuma frente a la vida. El poder de la mente sobre la salud es incuestionable y existen teorías que lo certifican.
 
Los estados mentales pueden convertirse en estados físicos

De una manera muy subjetiva los estados mentales pueden convertirse en estados físicos y enfermedades. De hecho, la mayoría de las enfermedades son el resultado de estados psíquicos en las personas. Las medicinas tradicionales desde siempre lo han contemplado de esta forma. Sin embargo, la medicina occidental aún no establece la dualidad mente-cuerpo como un todo. Puede creerse que las investigaciones van en ese camino, pero aún no se establece un entendimiento holístico de la naturaleza del hombre.

Las diversas técnicas de mentalización pueden ser usadas para sanar. No obstante, es necesario analizar los pensamientos y patrones de conductas que la persona ha tenido y que han desencadenado una enfermedad para poder buscar la cura de esta. Se trata de un proceso de autoconocimiento, en el cual la persona hace consciente su inconsciente y es capaz de sanarse a sí mismo, a través de diversos procesos mentales.

Estos procesos mentales o técnicas de mentalización, pueden ser la llave para la cura de múltiples enfermedades. A continuación, te explicamos algunas de ellas que puedes poner en practica para tu salud y bienestar. Recuerda que, el poder de la mente es la poderosa clave del bienestar y la felicidad.

 
Pensamiento positivo y optimismo

Aunque pareciera imposible el pensamiento positivo puede ser la solución a múltiples problemas. Lo más difícil es sostener el pensamiento positivo a lo largo del tiempo. Las personas optimistas se recuperan más rápidamente de enfermedades, operaciones y situaciones conflictivas. Además, su sistema inmunológico está más reforzado que el del resto de las personas. Por lo tanto, gozan de un mejor estado de salud.

En contraposición los pensamientos negativos como la ansiedad y el miedo son de las causas más comunes de enfermedades. Sin embargo, estudios han descubierto que los pensamientos positivos actúan aplacando al estrés. El optimismo es la mejor medicina para este. Al punto que, el optimismo reduce la inflamación del cortisol, la cual es la hormona del estrés. Además, estimula al sistema nervioso parasimpático evitando sentirse en una situación de peligro constante que determina a este tipo de emociones.

Somos reflejo de los pensamientos. La ciencia, acepta esto como un hecho. Entonces, ¿sabías que podemos curar nuestro cuerpo con el poder de la mente?
 
Meditación

La meditación estimula la respuesta inmunológica del cuerpo contra enfermedades. Según estudios ayuda a la sanación de personas con cáncer y VIH. También sirve para embellecer el cuerpo y la piel, puesto que, la meditación previene el envejecimiento gracias a que la misma disminuye el estrés.

Lo más interesante de la meditación es que ésta trabaja en función de las respuestas que una persona puede tener al estrés. Estudios certifican que la meditación puede incrementar los niveles de salud en las personas. Además, disminuye los indicadores de violencia y las posibilidades de sufrir un ataque cardíaco.
 
Fe e intención

Puede creerse que las personas que profesan una fe o religión gozan de mejor salud que aquellas que no. Seguramente es cierto. Y, es que las personas con fe religiosa, por lo general, llevan una vida con hábitos más saludables que aquellos que no son religiosos. Esto, puede ser la razón de que los resultados sean de esa manera.

Lo cierto del caso es que, estudios han demostrado que las personas que tienen una intención o propósito en la vida, pueden llegar a vivir más tiempo con salud y bienestar. El tener una intención que nos motive o un propósito que nos mueva hace que tengamos niveles de consciencias superiores. Por lo tanto, el estrés es manejado de una mejor manera y las personas pueden enfermar menos y vivir una vida más plena.

El poder de la mente puede parecer un área inexplorada. Sin embargo, la verdad es que las medicinas y culturas tradicionales lo han usado desde tiempos inmemoriales. Abrir la mente a este poder puede ser la mejor forma de autosanación que se conozca. Vale la pena conocer, aprender y practicar los ejercicios mentales que suponen una mejora en nuestro estilo de vida.

Phrònesis

viernes, julio 20, 2018

El color según tus emociones

Ha surgido una línea de pensamiento que muchos llaman la psicología del color. Este campo de estudio está dirigido al análisis de la percepción. Sensaciones y comportamientos que presentan las personas al estar expuestas a distintos tonos, brillos e intensidades del color.

 
El lenguaje del color ha sido muy estudiado últimamente por profesionales del marketing. Así como de la decoración. Además, por artistas de otras ramas asociadas a lo visual. La psicología del color es muy importante para ser tomada en cuenta. Sobre todo, en lo que respecta a la elaboración de productos, diseño de ropa, publicidad, entre otras opciones. Es por ello que, en el siguiente post te explicaremos todo lo que necesitas saber sobre este tema ¡Sigue leyendo!
 
El papel del cerebro en la psicología del color

Todo aquello que se puede ver, escuchar y sentir es asimilado por el cerebro. Por ejemplo, los ojos necesitan del apoyo del cerebro para captar las imágenes. El cerebro cuenta con una región específica destinada a la visión y recibe como nombre lóbulo occipital.

Por otra parte, esta no es la única región del cerebro que está envuelta en los procesos de visión. Desde la corteza occipital se manda información a otras zonas del cerebro entre las que destacan el lóbulo frontal o el tálamo. Es por esta razón que, el color es capaz de estimular o crear emociones como lo son la alegría y la tristeza. Son muchos los colores que pueden hacer sentir a la persona enérgica o completamente relajada. Favoreciendo, también, sensaciones térmicas. Ya sea el frío o el calor, percibiéndose otras características como el orden y el desorden. Aunado a esto, el color es usado en técnicas para favorecer la atención en la infancia.
 
La percepción del color es un proceso individual

Aunque la percepción del color puede llegar a ser un proceso individual por no decir subjetivo. Existen factores culturales que también influyen en la manera en que vemos un determinado color. Un ejemplo más que claro es como se relaciona los colores con el género sexual del ser humano. Siendo algunos colores destinados al género masculino y otros al género femenino. Además, la combinación de uno o de otro puede marcar una interacción que va de la mano con sentimientos de amistad o romanticismo.
 
Los colores y las emociones

El color al expresar emoción ha permitido su clasificación de acuerdo con sus diferentes tipos. Te damos a conocer una lista con las distintas emociones que desprenden los colores. De acuerdo con el pensamiento occidental…
 
Azul:

Es un color que inspira tranquilidad y relajación. Otorga una sensación de frescura. Por lo que, se termina asociando con el cielo y el agua.

Verde:

El verde representa la naturaleza y la humanidad. Es un color que con solo mirarse desprende equilibrio, esperanza y crecimiento. En la cultura occidental se relaciona directamente a la abundancia y al dinero.
 
Violeta:

Durante mucho tiempo el violeta fue afín a la realeza. Por sí solo desprendía un aire de lujo. Es por ello que, muchos pintores recurren a este color para brindarle a sus obras ese toque de elegancia que muchas veces hace falta. Simboliza, además, la creatividad.
 
Los colores del amor:
 
Rojo:

Es un color fuerte relacionado con el apetito y la dominancia. Su sola presencia puede marcar dos extremos como lo es el amor y la guerra. Dependiendo de su tono puede variar entre la energía de la pasión y la suavidad del enamoramiento. Es un color muy usado para las llamadas de atención.
 
Rosa:

Es un color que se asocia a lo femenino y a elementos que catalogan este género como lo es la amistad. El amor puro o la delicadeza. El color rosa es uno de los pocos que al visualizarse desprende calma.
 
Naranja:

Es un color de acción, movimiento y entusiasmo. El color por sí solo desprende alegría, aumentado a creces el optimismo y la confianza de la persona que haga uso de él. Es un color muy recurrente en la lujuria y sensualidad.
 
Blanco:

Este color inspira la pureza, paz, inocencia y limpieza. Al ser un color con claridad máxima y oscuridad nula se puede catalogar como proveedor o creacionista.
 
Negro:

Al contrario del blanco desprende sobriedad y formalidad. Despierta sensaciones negativas y pensamientos tormentosos girando en torno a la muerte y la destrucción. Es un color que marca lo misterioso y oculto. Es un color que denota elegancia.
 
Gris:

El color neutral por excelencia. Desprende equilibrio, orden y respeto. Sin embargo, es un color asociado a la mediocridad y decrepitud.

Phrònesis

jueves, julio 19, 2018

El miedo a quedarse soltero

Tener una pareja es fundamental y hasta necesario para muchas personas. De hecho, algunas de ellas cuando están solteras, buscan desesperadamente alguien con quien salir; y cuando están en una relación, hacen lo que sea posible para conservarla, incluso si esta les perjudica. Parece que en la actualidad, el miedo a quedarse soltero domina las vidas de gran parte de la población, llevándoles a actuar de maneras muy poco saludables.

 
 
Ahora bien, al contrario de lo que pueda parecer, el hecho de no tener pareja no es tan grave, ya que puede ser una oportunidad para conocernos mejor y una etapa o situación de la vida muy gratificante. No obstante, ¿por qué aparece este miedo a quedarse soltero? ¿Qué hay detrás del malestar experimentado por no tener pareja? Profundicemos.
 
¿Por qué surge el miedo a quedarse soltero?

En la sociedad en la que vivimos, el amor romántico ha adquirido una importancia descomunal. Para muchos, se trata de lo que da sentido a la vida. Lo vemos en películas, canciones y novelas: si todo te va mal, tan solo necesitas una pareja y todos tus problemas desaparecerán.

Este mensaje, a pesar de ser erróneo, también puede llegar a ser muy persuasivo. Al fin y al cabo, es mucho más sencillo conseguir pareja que ponerse manos a la obra para cambiar lo que no nos gusta de nuestra vida. Pero por desgracia, salir con alguien solo nos hará más felices si ya estábamos bien de antemano. Es decir, la felicidad no procede del exterior ni es otra persona quien nos la proporciona, sino que surge de nuestro interior y de la relación que tengamos con nosotros mismos.

Así, las personas que se echan pareja estando mal consigo mismas suelen acabar en una relación que no les satisface con diferentes tipos de problemas, como en una relación tóxica. Y precisamente, uno de los principales problemas de este tipo de interacción es el miedo a quedarse soltero. Las personas que padecen este temor buscan el significado de la vida en el amor. De ahí que sean incapaces de finalizar una relación con otra persona en la que se sienten profundamente infelices.

Por otro lado, este deseo de estar siempre en pareja se encuentra reforzado a nivel social. Cuando vemos a una persona de más de 30 años que está soltera (e incluso, a veces, de bastante menor edad), la miramos con sospecha. “Algo malo tendrá”, nos decimos. Y es que no concebimos que alguien pueda ser feliz en soledad. Sin embargo, los últimos estudios sobre el tema muestran que, para estar bien en una relación, primero es necesario estar a gusto con nosotros mismos.
 
Superando el miedo a la soledad

Una de las mayores paradojas de nuestra sociedad es que las personas solteras tienden a ser más felices que aquellas que están en una relación tóxica. Por lo tanto, el objetivo no debería ser buscar estar con alguien a toda costa. Sería mucho más rentable centrarse en construir una buena relación o aprender a estar solo.

Cualquiera de estos dos planes de acción puede ayudar a gestionar el miedo a quedarse soltero. Además, tienden a reforzarse mutuamente. De hecho, uno de los secretos de una buena relación es no necesitar a nuestra pareja para ser felices. Esto no significa que no queramos estar con ella, sino que somos conscientes de que podríamos sobrevivir sin la otra persona.

A pesar de que esto pueda parecer contraintuitivo, mantener cierta independencia en una relación normalmente hará que esta sea más fuerte. En el momento en el que pensamos que necesitamos a la otra persona para estar bien, comenzamos a llevar a cabo todo tipo de comportamientos que enturbian el amor. De hecho, la dependencia emocional es uno de los estados que más obstáculos genera en una relación de pareja.

¿Cómo puedo aprender a estar bien solo?

Por supuesto, decir que hay que aprender a ser independiente es mucho más fácil que conseguirlo. Sin embargo, si prestas atención a las siguientes claves para ir poco a poco interiorizándolas el miedo a quedarse soltero comenzará a formar parte de tu pasado. ¿Preparado?
  • Mejora tu autoestima. Estar realmente a gusto con nosotros mismos nos ayuda a no necesitar a otras personas para sentirnos bien. Eres edición limitada. Descubre todo lo que tienes y sobre todo, cómo puedes seguir creciendo.
  • Recuerda que ya has estado soltero antes. ¿Hubo alguna época en la que estuvieras sin pareja y feliz?
  • Utiliza la visualización negativa. ¿Qué sería lo peor que podría pasar? Si el miedo a romper con tu pareja es muy grande, imagina con todo lujo de detalles que ocurriese. En un principio, esto te hará sentir fatal; pero si perseveras y piensas en cómo estarías al cabo de unos meses, te darás cuenta de que no todo sería tan terrible.
  • Mantén cierta independencia en tu relación. Hacer cosas por tu cuenta aún teniendo pareja te ayudará a sentirte más seguro sobre tu capacidad de estar bien, incluso si rompes con ella.

Como ves, el miedo a quedarse soltero es muy común, pero puede ser superado. Ahora que cuentas con estas herramientas, ponte manos a la obra; en poco tiempo, notarás cómo tu seguridad en ti mismo y en tu relación ha mejorado enormemente.

Alejandro Rodríguez

miércoles, julio 18, 2018

Te mereces el amor que siempre intentas dar a los demás

Te mereces el amor que siempre das a los demás, el mismo afecto sincero, desinteresado y auténtico. Sin embargo, aquello que ofrecemos no siempre nos es devuelto del mismo modo, con la misma intensidad y calidad. La vida no es un boomerang, lo que das no siempre vuelve, pero aún así, rara vez nos rendimos en nuestro afán por ofrecer lo mejor.

 
 
A la mayoría de nosotros nos han dicho en algún momento aquello de que para atraer a alguien hay que hacer cosas “buenas” por esa persona. Es entonces cuando iniciamos toda esa dinámica orlada por los más variados detalles, favores, preferencias, regalos, halagos… Sabemos que el afecto se gana con atención, pero en ocasiones no sabemos medir los límites.

Y no hablamos solo del proceso del cortejo. El mundo está lleno de dadores sin fronteras, de perfiles que no son conscientes del coste irreparable de ofrecer el alma entera sin recibir nada a cambio. Son personas que se comprometen en los demás en cada fragmento de su ser, pensando que esa inversión no solo vale la pena: vale la vida. Sin embargo, en materia afectiva, los sacrificios extremos no siempre son buenos. Dejan secuelas y atentan seriamente a nuestra integridad psíquica y emocional.
“La manera de dar vale más que lo que se da”.
-Pierre Corneille-

Te mereces el amor auténtico, no un mal sucedáneo

Todo aquello que se cuida prospera. Lo vemos en nuestras plantas, cuando las ponemos al sol, cuando las abonamos, retiramos sus hojas viejas y las trasplantamos a macetas más grandes para que expandan sus raíces. La atención, la preocupación y el afecto nos hacen crecer en todos lo sentidos y en todas direcciones. Ahora bien, puesto que el jardinero se preocupa por sus plantas, no podemos dejar de lado el hecho de que el propio jardinero también necesita atenciones. Y este, es un pequeño detalle que a menudo se nos olvida.

Hay quien lleva décadas ofreciendo un amor resplandeciente, un caudal de atenciones y emociones que no siempre le son devueltas con esa misma carga positiva. Son personas que de algún modo, se han limitado a aceptar un amor de tercera, un sucedáneo que lejos de nutrir, envenena, pero aún así lo asumen un día sí y otro también. Si nos preguntamos ahora qué explica este comportamiento o el acto de quedar encallados en relaciones sin reciprocidad, la respuesta es mucho más compleja de lo que pensamos.

Podríamos hablar de la falta de autoestima, pero hay mucho más. Cuando estas personas acuden a terapia lo primero que llama la atención de los expertos es el flujo del diálogo interno de esos pacientes. En el momento en que les pedimos que hablen de sí mismos y se definan, podemos escuchar cosa como “soy el segundo de tres hermanos, y ya sabes lo difícil que es eso, nadie te hacía caso”, “soy comercial, o administrativa, tuve que ponerme a trabajar pronto y no pude estudiar, ya sabes, se quedaron en el camino un montón de sueños…”

Lo que vemos muy a menudo son vidas truncadas. Intuimos una aceptación resignada y la sensación de que en el fondo, se perciben como tristes merecedores de esa realidad de claroscuros. Se rinden a relaciones que no les ofrece precisamente la felicidad, pero que dan por válidas porque no se ven capaces de aspirar a algo mejor, porque a su parecer, la vida los ha situado siempre en una segunda fila donde aceptar lo que venga.
Y aún así, lo excepcional de estos casos es que son capaces de darlo todo por quienes conforman su vida, porque el acto de ofrecer amor y atención es su mejor valía, es su mayor habilidad y sin ella, si no lo hicieran, se sentirían aún más frustrados.
 
Ofrécete aquello que necesitas

Te mereces el amor que das a los demás, pensarlo así no es un acto de egoísmo, sino de integridad, de dignidad personal. Llevas mucho tiempo siendo jardinero, siendo arquitecto único de unas relaciones donde tú has puesto los pilares, los cimientos, las paredes y dónde solo tu cuidas de que ese techo no se caiga para que el amor esté a salvo, a cubierto, a buen recaudo. Y sin embargo, tú estás fuera, y el frío ya te quema.

Te mereces el amor que una vez soñaste y que de momento no percibes. Lo decíamos al inicio, la vida no es un boomerang donde a uno se le acaba devolviendo lo que lanza al aire o al corazón de los demás. A menudo ese boomerang se queda a medias o simplemente, ni inicia el camino de vuelta. Así que deja de hacerlo, deja de esperar una reciprocidad que no acontece, y deja de invertir tu cuota de vida en una inversión que lejos de dar ganancias te trae pérdidas.

Te mereces el amor que no duele, que llena y hace crecer. Debes ser exigente y sentirte merecedor de él, y para ello, nada mejor que cambiar de estrategia. Deja de ser “dador” para convertirte en receptor. Puesto que eres el mayor experto en ofrecer ese afecto que da alas y que valida a los demás para situarlos en el mundo como las figuras más relevantes, sé ahora tú el receptor de ese amor. Valídate a ti mismo, nutre tus raíces y retoma esos sueños que un día quedaron truncados, deja a un lado el conformismo y la aceptación que oxida. Libérate para reencontrarte.

Valeria Sabater

martes, julio 17, 2018

¿Cómo identificar los pensamientos automáticos negativos?

Hace poco encontré por las redes sociales una imagen que me encantó. Era una foto de carnet antigua de una mujer que tenía un cartel en la cara en el que ponía “no creas todo lo que piensas”… ¡Espera un momento! ¿Qué quiere decir esto? ¿Por qué tendría que dudar de mis propios pensamientos? He aquí el quid de la cuestión. Nunca nos lo han enseñado. En la escuela nos explicaban muchas cosas del mundo exterior, pero pocas o ninguna del interior.

 
 
Si algo se nos pasa por la cabeza, y regresa, y regresa… al final suele terminar adquiriendo alguna connotación de realidad para nosotros. El problema es que muchas veces esto no tiene nada de real, por lo que nos generamos un malestar emocional innecesario. Combatirlo con inteligencia pasa por aprender a identificar los pensamientos automáticos negativos que aparecen. De esta manera, podremos después cuestionárnoslos y cambiarlos… ¡Aprende a dominar tus pensamientos para recuperar tu bienestar!
 
“El trabajo del pensamiento se parece a la perforación de un pozo: el agua es turbia al principio, mas luego se clarifica”.
-Proverbio chino-
 
¿Qué son los pensamientos automáticos negativos?

La realidad es que nuestros pensamientos, ese diálogo interno que tenemos con nosotros mismos, condicionan cómo nos sentimos e influyen en cómo actuamos. Nuestra valoración de la situación influye en cómo la interpretamos y hace que la vivamos de una forma u otra a nivel emocional.

Por ello, es necesario aprender a identificar los pensamientos automáticos negativos. Es decir, aquellos que no se ajustan a la situación y provocan emociones demasiado intensas, duraderas y/o recurrentes en relación con lo que nos está pasando realmente. Este tipo de cogniciones están relacionadas con otras de las que ya he hablado en otros artículos y que influyen en el malestar emocional: las creencias irracionales y los sesgos cognitivos.

“No existe nada bueno ni malo; es el pensamiento humano el que lo hace aparecer así”.
-William Shakespeare-

Los pensamientos distorsionados (o automáticos negativos) son propios de cada uno, y el contenido varía de unos sujetos a otros. Es decir, son específicos de la persona. Además, son discretos y espontáneos: aparecen sin que nos demos cuenta de ello y es difícil identificarlos como una amenaza cuando aparecen por primera vez. Por último, nos los creemos sin someterlos a juicio y solemos verlos como obligaciones (hacia nosotros mismos o hacia los demás).
 
Tipos de pensamientos automáticos negativos

Ahora que sabemos qué son, para aprender a identificar los pensamientos automáticos negativos toca conocer las diferentes formas que toman. La realidad es que todos los generamos, en mayor o menor medida. Además, como ya he explicado, no podemos controlar su inicio, por lo que lo que trabajaremos será cuestionárnoslos y cambiarlos.

Pero para ello tenemos que localizarlos lo antes posible. No es fácil, pero se puede. La idea es aprender a equilibrar lo que pensamos, a tomar perspectiva y a dudar de si las cosas son así en verdad. Es decir, debemos aprender a ser realistas. Vamos a ello. Los tipos de pensamientos distorsionados que solemos tener son:
  • Magnificación o minimización: dar excesivo valor a los aspectos negativos y restar importancia a lo positivo.
  • Pensamiento dicotómico: clasificar las situaciones como “todo o nada”, “blanco o negro”, “perfecto” o “desastroso”, etc., en lugar de ver que en la vida real hay más grados entre los extremos.
  • Inferencia arbitraria: sacar conclusiones negativas sin tener pruebas de ello o con evidencias en contra.
  • Sobregeneralización: extraer una regla general en base a incidentes aislados, aplicando la misma a situaciones distintas de la original.
  • Adivinación del pensamiento: pensar que los demás van a reaccionar negativamente hacia nosotros sin tener pruebas de ello.
  • Reglas estrictas de comportamiento: sentir que nosotros mismos o los demás están obligados a hacer determinadas cosas. Como esto luego no ocurre en realidad, suele generar mucho malestar (sobre todo en nuestras relaciones interpersonales).
  • Personalización: tendencia a relacionar cosas ajenas con uno mismo, implicándose de un modo excesivo o inadecuado.
  • Razonamiento emocional: creer que las cosas son así porque uno las siente de ese modo.
“Si la gente nos oyera los pensamientos, pocos escaparíamos de estar encerrados por locos”.
-Jacinto Benavente-

Ejemplo para identificar los pensamientos automáticos negativos

Para entender hasta dónde llega la influencia de estos pensamientos en apariencia inofensivos, veamos un ejemplo. Tras una reunión, un compañero nos dice: “oye, me ha gustado cómo has expuesto en la reunión, aunque se te notaba un poco nervioso”. Puede darse que, ante esta situación, pensemos “ay madre mía, soy lo peor, van a pensar que soy un desastre… ¡Siempre hago todo mal! Seguro que no quieren que hable más en las reuniones”.

Aquí vemos un poco de todo: magnificación de lo negativo y minimización de lo positivo (ni siquiera reparamos en que le ha gustado cómo he expuesto), pensamiento dicotómico (“siempre hago todo mal”, “soy lo peor”, en lugar de ver que entre medias hay más grados), inferencia arbitraria (“seguro que no quieren que hable más”), adivinación del pensamiento (“van a pensar que soy un desastre”), etc.

No es fácil, pero si nos implicamos en identificar los pensamientos automáticos negativos que aparecen, igual que lo hemos hecho en el ejemplo, vamos a ser testigos de todo el proceso: ese en el que hacemos una montaña de un grano de arena. Este paso es fundamental para aprender a controlar nuestros pensamientos y, en consecuencia, nuestras emociones… ¡Por nuestro bienestar!

Laura Reguera

lunes, julio 16, 2018

Cómo mantener la paz interior

Una de las máximas de la filosofía hawaiana llamada Ho’oponopono reza: “Cuida el exterior tanto como el interior, porque todo es uno“. Esta idea de unidad es fundamental, por ejemplo, para entender cómo funcionan los trastornos disociativos o para alimentar la paz interior a partir de la idea de conjunto.

 
 
Uno de los pioneros en medicina integrativa es el doctor Deepak Chopra. Este médico interno y endocrino, especializado en metabolismo, ha ideado diversas teorías no exentas de polémica. Con ella o sin ella, lo cierto es que sus ideas pueden constituir un punto de partida interesante para cuidar de nuestra paz interior.
“El mayor misterio de la existencia es la existencia misma”.
-Deepak Chopra-
 
Ideas para mantener la paz interior

Mantener la paz interior es un objetivo compartido. Para lograrlo, muchos buscan inspiración en la filosofía oriental. Algunos se centran en la ayuda profesional, mientras que el sistema de valores más tradicional de nuestra sociedad parece demandar una revolución o al menos una senda diferente a la que parece conducirnos la propia dinámica relacional y tecnológica.

Cuando hablamos de sistema de valores antiguo, nos referimos al que se centra en la competencia extrema, el consumismo excesivo y el éxito profesional a cualquier precio. Todavía es predominante, pero cada día, según Chopra, más personas buscan otro camino para encontrar la paz.

Para este médico, la paz interior es un estado que tiende a permanecer cuando se logra. Pero, alcanzar esta tranquilidad personal requiere de un largo viaje introspectivo. Así que, si estás dispuesto a buscar dentro de ti, estas son las lecciones, metas o retos que nos propone el doctor Chopra para intentar conocernos un poco mejor y sentir esa sensación de conciliación entre lo que fuimos, somos y queremos ser que, a veces, tanta falta nos hace.
 
Busca la paz en ti

El primer paso es buscar y localizar la paz dentro de nosotros. Para ello, el doctor informa de las bondades de la meditación. Así lograremos mirar en nuestro interior y trascender a la actividad mental superficial.

Para Chopra, esta búsqueda implica trascender el pensamiento habitual para alcanzar la zona más profunda de nuestra mente, donde se ubica lo que considera la región de paz. Ahí están la quietud y el silencio… que se convierten en una experiencia duradera.
 
Regreso al lugar de paz

Ahora, el paso a seguir es volver al lugar en que de verdad nos sentimos en paz. Pero este camino de regreso no es físico, sino mental. Así que, siempre que vivamos situaciones estresantes que nos provoquen intranquilidad y emociones negativas, hemos de regresar a este espacio en el que encontramos la paz interior.

Automatizar la vuelta al “refugio”, hará que tardemos menos en llegar a él cuando lo necesitemos y que, por lo tanto, nos perdamos menos en el camino. De esta forma, estaremos más cerca de librarnos de enfados, resentimientos e inseguridades.

Fuera la violencia en cualquiera de sus formas

Así, una vez conocemos nuestro lugar de paz y podemos volver a él cuando queramos, nos resultará más sencillo liberarnos de la violencia. Esta fase es esencial para hacerle frente a los impulsos y dominar la energía que emana de las propias emociones.

Según Chopra, el resultado será la gestión inteligente del enojo, la envidia y los resentimientos. Solo así alcanzaremos la liberación, desplazando el ego y la inseguridad que acompañan a este.

Este paso es importante para abandonar las emociones negativas y alcanzar nuestro verdadero ser. Aquí, en las zonas de paz, mientras meditamos, sentaremos la base de un equilibrio más sólido. Pasado un tiempo, lo asimilaremos y lo reconoceremos como el verdadero. Es decir, simplemente se convertirá en nuestro ser, o sea, en nosotros mismos.
 
Aumento diario de la experiencia de paz

Llegados a este punto, toca lograr que la paz aumente a diario. Es decir, todos los días nos dejaremos guiar por esa voz silenciosa que nace del equilibrio alcanzado. O sea, esa conciencia que ha abandonado la violencia y la intranquilidad y se basa en un mayor control de lo que ocurre en nuestro interior y, por extensión, también de lo que pasa fuera.

Este es el método que propone Deepak Chopra para encontrar y mantener la paz interior. Según él, si todos siguiésemos estas pautas, podríamos acabar con siglos de guerra y rivalidad. ¿Estará en lo cierto?

Pedro González Núñez