Se ha dicho que, en potencia, la facultad más poderosa de nuestra mente es su capacidad para mantener la concentración. En este sentido, mejorar nuestro enfoque mental hará que podamos sacarle partido a este poder.
Mantener una concentración más alta minimiza el poder de los distractores y mejora nuestro rendimiento. La buena noticia es que cualquiera de nosotros, con un poco de práctica y perspicacia, puede mejorar su capacidad para concentrarse.
Así, con la mente funcionaría una máxima parecida a la que funciona con nuestros músculos: cuanto más trabajes sus capacidades, más fuerte se volverá. Es por ello que mejorar el enfoque mental es posible. Pero eso no significa que sea necesariamente rápido y fácil. Conseguirlo pasará por hacer un esfuerzo consciente para eliminar, cambiar o introducir nuevos hábitos.
Así, con la mente funcionaría una máxima parecida a la que funciona con nuestros músculos: cuanto más trabajes sus capacidades, más fuerte se volverá. Es por ello que mejorar el enfoque mental es posible. Pero eso no significa que sea necesariamente rápido y fácil. Conseguirlo pasará por hacer un esfuerzo consciente para eliminar, cambiar o introducir nuevos hábitos.
Evalúa tu enfoque mental
El primer paso para mejorar tu enfoque mental es evaluar su estado actual. Para ello, puedes hacerte algunas preguntas: ¿”Sueñas despierto” mientras trabajas en alguna tarea importante? ¿A menudo pierdes la pista de lo que estabas trabajando y tienes que comenzar de nuevo? ¿Te resulta difícil esquivar las distracciones? Si respondes de manera afirmativa a estas preguntas, tienes margen para mejorar tu enfoque mental.
También debes hacerte preguntas sobre el grado de concentración que alcanzas cuando te enfrentas a tareas que ponen a prueba tu capacidad. ¿Te gusta establecer objetivos y dividir las tareas en segmentos más manejables? Si encuentras que tu mente vagabundea, ¿tomas un breve descanso y luego regresas a lo que estabas haciendo? ¿Tiendes a resolver los retos más complicados en la franja del día en la que estás más activo?
Aleja las distracciones
Aunque parezca obvio, eliminar las distracciones es el fundamental para mejorar el enfoque. El problema es que muchas veces no somos conscientes de la gran cantidad de distracciones que hay a nuestro alrededor.
Por eso, empieza por localizar las fuentes de distracción y minimizarlas. Y, si bien es cierto que minimizar estas fuentes de distracción suena más fácil de lo que realmente es y puede llevarnos un tiempo que nos parezca “perdido”, a la larga los estudios nos dicen que es una costumbre muy rentable.
En este punto, recordemos una idea: no todas las distracciones son externas. Los ruidos y las interrupciones ambientales a menudo son más fáciles de controlar que esos problemas a los que les damos vueltas y vueltas como si fueran chicles. El agotamiento, la preocupación, la ansiedad, la falta de motivación y otras perturbaciones internas pueden ser particularmente molestas y persistentes.
Para minimizar las distracciones internas es importante tener puntos en nuestra agenda dedicados a soltar todo ese cansancio que arrastramos. Usar pensamientos y afirmaciones positivas es también una buena estrategia, sobre todo cuando hay que combatir la ansiedad y la preocupación.
El primer paso para mejorar tu enfoque mental es evaluar su estado actual. Para ello, puedes hacerte algunas preguntas: ¿”Sueñas despierto” mientras trabajas en alguna tarea importante? ¿A menudo pierdes la pista de lo que estabas trabajando y tienes que comenzar de nuevo? ¿Te resulta difícil esquivar las distracciones? Si respondes de manera afirmativa a estas preguntas, tienes margen para mejorar tu enfoque mental.
También debes hacerte preguntas sobre el grado de concentración que alcanzas cuando te enfrentas a tareas que ponen a prueba tu capacidad. ¿Te gusta establecer objetivos y dividir las tareas en segmentos más manejables? Si encuentras que tu mente vagabundea, ¿tomas un breve descanso y luego regresas a lo que estabas haciendo? ¿Tiendes a resolver los retos más complicados en la franja del día en la que estás más activo?
Aleja las distracciones
Aunque parezca obvio, eliminar las distracciones es el fundamental para mejorar el enfoque. El problema es que muchas veces no somos conscientes de la gran cantidad de distracciones que hay a nuestro alrededor.
Por eso, empieza por localizar las fuentes de distracción y minimizarlas. Y, si bien es cierto que minimizar estas fuentes de distracción suena más fácil de lo que realmente es y puede llevarnos un tiempo que nos parezca “perdido”, a la larga los estudios nos dicen que es una costumbre muy rentable.
En este punto, recordemos una idea: no todas las distracciones son externas. Los ruidos y las interrupciones ambientales a menudo son más fáciles de controlar que esos problemas a los que les damos vueltas y vueltas como si fueran chicles. El agotamiento, la preocupación, la ansiedad, la falta de motivación y otras perturbaciones internas pueden ser particularmente molestas y persistentes.
Para minimizar las distracciones internas es importante tener puntos en nuestra agenda dedicados a soltar todo ese cansancio que arrastramos. Usar pensamientos y afirmaciones positivas es también una buena estrategia, sobre todo cuando hay que combatir la ansiedad y la preocupación.
Enfócate en una sola cosa a la vez
La multitarea no es eficaz, aunque a priori pueda parecernos un elemento fantástico para nuestro enfoque mental. Reduce la productividad y hace que sea mucho más difícil cribar los detalles para separar los relevantes de los que no lo son. Esto se debe a que nuestra atención tiene una capacidad limitada.
Parte de la mejora de tu enfoque mental consiste en aprovechar al máximo los recursos que tienes disponibles. Por eso debes dejar la multitarea y, en su lugar, prestar toda tu atención a una sola actividad o problema.
La multitarea no es eficaz, aunque a priori pueda parecernos un elemento fantástico para nuestro enfoque mental. Reduce la productividad y hace que sea mucho más difícil cribar los detalles para separar los relevantes de los que no lo son. Esto se debe a que nuestra atención tiene una capacidad limitada.
Parte de la mejora de tu enfoque mental consiste en aprovechar al máximo los recursos que tienes disponibles. Por eso debes dejar la multitarea y, en su lugar, prestar toda tu atención a una sola actividad o problema.
Haz descansos breves
Después de un tiempo, tu enfoque mental puede empezar a “llenarse de vicios”, volviéndose cada vez más ineficaz. Así, como resultado, tu rendimiento descenderá.
Las explicaciones tradicionales en psicología han sugerido que esto se debe a que se agotan los recursos de atención, pero algunos investigadores creen que tiene más que ver con la tendencia del cerebro a cambiar de fuentes de estimulación.
En este sentido, los investigadores han descubierto que, al hacer descansos muy breves, desviando la atención a otra parte, puede mejorar el enfoque mental. Así, introducir “momentos de respiro” en actividades que requieran de mucha concentración ayuda a que esta se mantenga. De esta forma, es tan importante que en nuestra agenda aparezcan momentos de trabajo como momentos en los que soltemos el control de nuestra atención.
Después de un tiempo, tu enfoque mental puede empezar a “llenarse de vicios”, volviéndose cada vez más ineficaz. Así, como resultado, tu rendimiento descenderá.
Las explicaciones tradicionales en psicología han sugerido que esto se debe a que se agotan los recursos de atención, pero algunos investigadores creen que tiene más que ver con la tendencia del cerebro a cambiar de fuentes de estimulación.
En este sentido, los investigadores han descubierto que, al hacer descansos muy breves, desviando la atención a otra parte, puede mejorar el enfoque mental. Así, introducir “momentos de respiro” en actividades que requieran de mucha concentración ayuda a que esta se mantenga. De esta forma, es tan importante que en nuestra agenda aparezcan momentos de trabajo como momentos en los que soltemos el control de nuestra atención.
Sigue practicando para fortalecer tu enfoque mental
Dos noticias: el enfoque mental requiere de tiempo para mejorar; siempre vamos a tener margen para mejorar nuestro enfoque mental. Uno de los primeros pasos es reconocer el impacto que tiene la distracción como fuente de agotamiento. Al cambiar tu enfoque mental, siguiendo las estrategias que hemos enumerado, descubrirás que puedes mantener un nivel de atención alto durante más tiempo.
Además, en un enfoque mental saludable inciden otros elementos, como la dieta o la calidad de nuestro sueño. De esta manera, cuidando los factores de influencia directos e indirectos, veremos cómo nuestra mente gana en agilidad.
Dos noticias: el enfoque mental requiere de tiempo para mejorar; siempre vamos a tener margen para mejorar nuestro enfoque mental. Uno de los primeros pasos es reconocer el impacto que tiene la distracción como fuente de agotamiento. Al cambiar tu enfoque mental, siguiendo las estrategias que hemos enumerado, descubrirás que puedes mantener un nivel de atención alto durante más tiempo.
Además, en un enfoque mental saludable inciden otros elementos, como la dieta o la calidad de nuestro sueño. De esta manera, cuidando los factores de influencia directos e indirectos, veremos cómo nuestra mente gana en agilidad.
Eva Maria Rodríguez