Bucear en nuestro interior, navegar en los submundos de nuestros pensamientos o enredarnos en nuestra siempre plácida introspección, son los rasgos que definen esa habilidad que Howard Gardner definió como inteligencia intrapersonal. Estas habilidades de autoreflexión y metacognición son las que, al fin y al cabo, nos permitirán vivir en armonía con nosotros mismos.
Contar con una imagen precisa, ajustada y real de nosotros mismos no es tarea fácil. Requiere, antes de nada, ser plenamente conscientes de nuestros estados de ánimo, conjugar la autoestima con la disciplina y con la auto-motivación; equilibrando el producto de estos tres elementos con esa capacidad para resolver problemas ajustándonos a nuestro mundo interno.
“No hay barrera, cerradura, ni cerrojo que puedas imponer a la libertad de mi mente”
-Virginia Woolf-
Por otro lado, cabe recordar que la inteligencia intrapersonal forma parte de esa revolucionaria teoría de las inteligencias múltiples que Howard Gardner nos presentó en los años 80, a través de su libro “Frames of Mind: The Theory of Multiple Intelligences”. Su enfoque, como ya sabemos, suscitó -y suscita- grandes pasiones y opiniones críticas por igual, tanto en el ámbito académico como entre los profesionales de la educación, pedagogos, profesores y maestros.
Su propósito era servir como contrapeso al paradigma de la inteligencia única, a las pruebas estandarizadas tan limitadas y proporcionar a su vez, una alternativa a dicho reduccionismo abriendo mucho más el abanico de posibilidades a lo que en realidad, podría ser la inteligencia. La vida de las personas, dice Gardner, requiere otros tipos de habilidades que se ajusten mucho más a cómo aprendemos, interactuamos y llevamos a cabo nuestros procesos de pensamiento.
Si bien es cierto que muchos psicólogos científicos como Robert J. Sternberg advierten que no hay validez científica en el enfoque de Gardner y que lo que él define como inteligencias en realidad son “aptitudes” o “habilidades”, no podemos dejar de lado el impacto tan positivo de su teoría a la hora de mejorar nuestro potencial humano, viendo el aprendizaje como una coreografía de dimensiones en las que trabajar en nuestro día a día.
La inteligencia intrapersonal es la séptima de esas nueve inteligencias y sin duda, una de las más valiosas…
La inteligencia intrapersonal o la capacidad de mirar hacia dentro
Podríamos dar muchos ejemplos de personalidades que han mostrado un notable potencial en esta dimensión que Gardner delimitó como inteligencia intrapersonal. Virgina Woolf, por ejemplo, nos ofrece en su ensayo “”A Sketch of the Past” un ejemplo rotundo de esa inmersión en el propio ser donde intentar dilucidar pensamientos, sensaciones presentes en relación con el propio pasado.
Otro ejemplo de introspección casi descarnada la vemos en la ” La metamorfosis ” de Kafka, ahí donde Gregor Samsa, viajante de comercio se despierta descubriéndose a sí mismo transformado en un insecto. También el propio Albert Einstein trabajó infinitamente su inteligencia intrapersonal casi sin saberlo. Era un gran aficionado a largos paseos, ahí donde explorar en sus pensamientos, ahí donde conectar consigo mismo en relación de sus teorías matemáticas, con el cosmos y la forma en que funciona el universo.
Viendo estos ejemplos casi llegamos a la conclusión de que tal habilidad, tan mágica artesanía del pensamiento, es casi una capacidad innata de los escritores, poetas o científicos. Si esto es así es por una serie de razones muy sencillas en las que muchos de nosotros -sin necesidad de ser poetas o ingenieros- nos podemos sentir identificados: son personas independientes, que disfrutan de su soledad, son creativas y demuestran una notable autonomía personal.
Veamos a continuación cuáles son los rasgos básicos que las definen.
¿Cómo es una persona con inteligencia intrapersonal?
Pensemos en un sencillo ejemplo. Marcos tiene 17 años y acaba de llegar a casa desde el instituto. No ha sido un buen día. No saluda a nadie y se encierra en su habitación tras un fuerte portazo. Al poco empieza a jugar con su XBox, para después, empezar a publicar en sus redes sociales frases agresivas como lo mucho que odia al mundo y a las personas que viven en él.
Este adolescente necesita sin duda adecuadas herramientas con las que empezar a construir una adecuada y solvente inteligencia intrapersonal, ahí donde ser capaz de gestionar sus emociones, de auto-regularse e incluso de adquirir una buena conciencia ética.
De este modo, podríamos resumir la inteligencia intrapersonal con las siguientes dimensiones:
- Son hábiles en la autoregulación y la metacognición.
- La introspección, el acto deliberado de mirar hacia adentro con el fin de comprender mejor la naturaleza de los propios pensamientos o sentimientos, es un rasgo esencial.
- Son buenos gestionando las emociones.
- Son personas que disfrutan de sus instantes de soledad, los cuales, aprovechan para conectar consigo mismas.
- Son asertivas, saben expresar en voz alta sus emociones y necesidades respetando a los demás.
- Presentan una buena auto-disciplina y auto-control.
- Buena autoestima.
- Tienen una adecuada consciencia de las propias limitaciones y de sus conocimientos.
- Analizan sus acciones, valoran su impacto y aprenden de sus errores.
- Están conectadas con el presente, el aquí y el ahora.
Todos podemos mejorar nuestra inteligencia intrapersonal
La inteligencia intrapersonal se resume básicamente en la capacidad de ver con realismo y veracidad cómo somos y qué queremos. Algo en esencia tan básico, es una dimensión que lamentablemente no siempre desarrollamos de forma efectiva y real. Lo que hacemos muchas veces es sobrevivir con un tipo sucedáneo con el que a duras penas creemos estar estar en sintonía con nuestras emociones, con nuestras necesidades y pensamientos.
“En el futuro vamos a ser capaces de individualizar, de personalizar la educación tanto cuanto queramos”
-Howard Gardner-
Si bien es cierto que este tipo de inteligencia debería estar integrada en muchas áreas curriculares de las escuelas e institutos, cabe decir que siempre estamos a tiempo de potenciarla, de hacerla nuestra para mejorar emocional y personalmente. A continuación, te proponemos reflexionar en unas sencillas estrategias.
Por otro lado, algo que conviene recordar antes que nada, es que la inteligencia intrapersonal, a diferencia de las otras propuestas por Gardner, solo se hace visible a través de conductas y gestos. Es por tanto una artesanía interior donde se requiere en primer lugar una comprensión óptima y profunda de nosotros mismos.
Estos serían por tanto unos mecanismos básicos para lograrlo.
- Lleva un diario, escribe tus pensamientos, sensaciones, recuerdos… Ahonda en ellos.
- Practica la meditación, sal a caminar, a correr… Son formas estupendas de conectar con el propio ser.
- Mantén siempre una actitud reflexiva, no solo reactiva.
- Sé crítico contigo mismo, auto-evalúate.
- Aprende a pensar mejor: organiza ideas, haz mapas cognitivos, haz explícito lo implícito, compara, critica, analiza, planifica…
- Observa tu entorno, conecta con lo que te rodea a través de todos tus sentidos y deduce cómo te hace sentir o qué te proporciona aquello que ves.
- Potencia tu creatividad.
- Gestiona mejor tus emociones, ponles nombre, canalízalas, explóralas…
Para concluir, tanto si apoyamos o no la teoría de las Inteligencias Múltiples de Howard Gardner, hay un aspecto que no podemos dejar un lado: son una puerta para desarrollar adecuadas competencias, para darnos la oportunidad de experimentar la vida de una forma más competente, más feliz y más en armonía con nosotros mismos. La inteligencia intrapersonal, es sin duda, una de las herramientas más valiosas.
Valeria Sabater
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