Existen partes de tu personalidad que realmente no lo son, son actitudes o “hábitos” que aparecen y se mantienen como consecuencia de la ansiedad y que tienden a mezclarse con tu verdadera personalidad. Esta mezcla puede ser peligrosa e incluso puede hacerte parecer raro o descortés, haciéndote la vida más difícil cuando otras personas te juzgan basándose en esas acciones, sin llegar verdaderamente a conocer lo que esta dentro de tu cabeza.
A continuación te propongo un análisis de estos hábitos. Lo hago porque conocerlos puede ayudarnos a manejar mejor nuestra ansiedad y nuestras emociones, a sacar lo mejor de nosotros y a mostrar nuestra verdadera personalidad.
“El temor agudiza los sentidos, la ansiedad los paraliza”
-Kurt Goldstein-
1.- Disculparse por todo
Las personas con ansiedad tienen la sensación de que siempre están incomodando a los demás o que por el contrario tienen que satisfacer a los demás constantemente y por ello se disculpan por todo. Se disculpan por todo y por nada, constantemente y parece que es un habito que no pueden controlar.
La verdadera incomodidad de las otras personas viene de este habito, que como muchos hábitos, son poco sanos y molestos. Es incomodo no saber que contestar a una persona que se disculpa por algo sin importancia, incluso, por situaciones cotidianas que salen de su control.
2.- Tomárselo todo de manera muy personal
Este habito va bastante ligado al anterior. Cuando se les dice algo o se les señala cualquier cosa, le dan muchas vueltas. Pueden pensar en ello durante todo un día y a todas horas, expandiéndolo tanto que, por más pequeño que sea, termina por ser intrusivo y molesto… cuando solo era un comentario inocente. Nada más allá.
Esto tiende a degenerar en un circulo vicioso. Están ansiosos y nerviosos por ese comentario y darle vueltas solo contribuye a que esa ansiedad se mantenga en el tiempo. Para espantar a estos pensamientos pueden optar un engalanamiento de conductas, como el agradecimiento o la disculpa. Algo, que a su vez, puede hacerles sentir ridículos y más ansiosos.
“La preocupación no elimina el dolor del mañana, sino que elimina la fuerza del hoy”.
-Corrie ten Boom-
3.- Abandonar sitios o dejar conversaciones a la mitad
Muchas veces la ansiedad puede con lo mejor de las personas y genera en ellas un habito evitación o huida cuando sienten una amenaza, que la situación les sobrepase. Otra de las consecuencias de la ansiedad es que produce que la persona se centre en ella y en aquello que le causa esa ansiedad, abstrayéndose por completo del resto de estímulos de su entorno, como puede ser una conversación.
No es que las personas no aprecien la compañía. Es solo que la ansiedad las sobrepasa y la mejor solución que encuentran es la de abandonar el sitio o pensar en otra cosa, aunque esto proyecte la imagen de que son personas maleducadas.
4.- Fantasear y pensar en el peor escenario posible
Este es un habito que más ansiedad. Aunque en determinados momentos de nuestras vidas o en determinadas situaciones todos hemos pensado en el peor escenario posible, las personas con ansiedad tienen el habito de sobreestimar la probabilidad de los peores escenarios posibles. Estar situados constantemente en lo peor puede acarrear consecuencias físicas y psíquicas, cansancio crónico y cuando se trata de las personas dificultar mucho las relaciones.
Creen que anticipándose al futuro los protege y previene la ansiedad, pero es al revés, genera mas miedo, incertidumbre y potencia la ansiedad porque se centran solo en lo malo, no disfrutan de nada y aquel escenario malo termina, muchas veces, haciéndose realidad.
Podemos mirar las situaciones con cautela y evaluarlas lo máximo posible, pero tenemos que tener claro que no podemos predecir el futuro ni saber que va a pasar y que evitar las situaciones no nos protege de ellas solo nos limita para disfrutar de las cosas, las personas y la vida.
“Cada mañana tiene dos asas, podemos tomar el día por el asa de la ansiedad o por el asa de la fe”.
-Henry Ward Beecher-
5.- Tardar mucho tiempo en tomar decisiones
Las personas con ansiedad tienden a analizar las situaciones hasta el más mínimo detalle, lo que hace casi imposible que tomen una decisión. Esto incluso si es una decisión simple y donde no hay decisiones buenas o malas, como por ejemplo, que ponerse ese día o que comer. Este “habito” no solo puede afectar a estas personas, puede afectarlos en sus trabajos, en su pareja o con sus hijos.
Tomar decisiones puede generar ansiedad a cualquiera, todos tenemos miedo a equivocarnos, pero, el habito de sobre-analizar las cosas al mínimo detalle y evitar tomar decisiones tiende a generar mas ansiedad que decidir, tal vez equivocarse y rectificar.
No podemos escapar ni delegar muchas de las decisiones que afrontamos. Decidir es así un acto cotidiano cuyo resultado va a estar mediado por diferentes variables. Algunas de ellas no las controlaremos, como la suerte, pero habrá otras que sí, como la actitud, y es en ellas en las que tenemos que enfocar nuestro trabajo.
Los malos hábitos generan y alimentan la ansiedad
Lo que he pretendido mostrar con este artículo es que, en ocasiones, los malos hábitos de las personas ansiosas pueden generarles más ansiedad. Así, igual que conocer las situaciones es el primer paso para poder evitarlas, también puede servir hablar abiertamente de esta ansiedad cuando nos aborde, de manera que los demás nos puedan ayudar.
Así, otro elemento importante ante estas situaciones y hábitos es que no es necesario que se afronten en soledad. Las personas con ansiedad, como muchas otras personas, creen que nadie les puede ayudar con sus problemas o les causa apuro pedir ayuda. Nada más lejos de la realidad, compartiendo como nos sentimos evitaremos que los demás hagan hipótesis equivocadas sobre lo que nos ocurre y facilitaremos que se muestren comprensivos.
Anet Diner Gutverg
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