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viernes, diciembre 07, 2018

¿Qué hacer cuando nuestros amigos nos ignoran?

¿Nuestros amigos nos ignoran o, al menos, eso es lo que creemos? Las relaciones de amistad son distintas entre las personas. Algunas necesitan verse con sus amigos o hablar con ellos casi a diario. Sin embargo, para otras con estar presentes en la cena de Navidad es suficiente. No obstante, cuando nos hacemos esta pregunta es porque sentimos que algo no va bien.

 
 
Lo cierto es que las relaciones cambian. No importa si estas son de amistad, familiares o de pareja. Los motivos por los que esto sucede son varios: experiencias, cambio de residencia, falta de contacto… Por eso, tenemos que evitar mitificar el principio de una relación: quizás en esos momentos se den los instantes más intensos, sin embargo esto no determina que sean los mejores.

Ahora bien, lo que sí podemos plantearnos es si la relación ha evolucionado hasta un punto en el ha dejado de ser reconocible o ha empezado a hacernos daño. Este hilo de reflexión será el facilitador de una respuesta inteligente a cómo nos sentimos frente a nuestra percepción de la relación actual.

¿Nuestros amigos nos ignoran o es una percepción nuestra?

Respuesta difícil a veces, ¿verdad? Quizás pensemos que nuestros amigos nos ignoran, pero ¿realmente es así? Veamos algunas situaciones que pueden hacer que elijamos este caramelo y empecemos a darle vueltas y vueltas en nuestro caldero de pensamientos:
  • Tenemos un trabajo que, lejos de llenarnos, nos vacía completamente: nos aburrimos tanto y estamos tantas horas en el trabajo que, al salir, deseamos quedar con los amigos. Sin embargo, sus horarios no coinciden con los nuestros y creemos que nos dan largas o que nos ignoran cuando, en realidad, solo hay una incompatibilidad horaria.
  • Esperamos a que ellos den el primer paso: tal vez porque siempre decimos nosotros de quedar y estamos cansados de que esto sea así. Pero cuando no decimos nada, hay un silencio por parte de nuestras amistades que hace que nos sintamos muy solos.
  • No comprendemos que tienen otras prioridades: cuando nuestros amigos tienen pareja o empiezan a tener hijos, las prioridades ya no son quedar tanto con los amigos. Por eso, quizás no nos ignoran, tan solo la falta del tiempo y sus responsabilidades hacen que no seamos una prioridad para ellos.

Lo que debemos tener claro es que, como bien señala el estudio Sobre el valor de la amistad y su conflicto potencial con la moral. Una revisión del debate contemporáneo “la amistad implica una relación de afecto y cuidado mutuo”. Si sentimos que solo nosotros damos en la relación y no recibimos, es necesario comunicarlo.

Con el paso de los años, la palabra “amistad” cambia para muchos de nuestros amigos. Sus prioridades empiezan a ser otras y esa distancia podemos sentirla nosotros como un “me están ignorando”. 

La importancia de expresar lo que sentimos

En lugar de ahogarnos en un vaso de agua, de lamentarnos y sentirnos mal, ¿por qué en lugar de esto no les comunicamos a nuestros amigos que sentimos que nos están ignorando? Quizás, la respuesta que recibamos nos haga entender muchas de las circunstancias que hemos mencionado anteriormente.

Aunque, es muy posible que nos encontremos también con frases como “es que he hecho nuevos amigos” o ” nos hemos distanciado y la relación ya no es igual”. Sin embargo, tendremos una respuesta y podremos, siempre que la otra persona ponga de su parte, retomar de nuevo la relación/actualizar o decidir pasar página.

¿La amistad tiene sentido?

Con todo esto, prestemos atención a esas situaciones en las que nuestros amigos nos ignoran porque ya no les apetece quedar con nosotros ya que consideran que no les aportamos nada, pero no nos lo dicen. Para ello, es muy importante que observemos cómo actúan a partir del momento en el que les expresamos lo que sentimos y se comprometen a quedar más a menudo o a hacer planes, al menos, una vez al mes.

Tenemos que entender que cuesta decir la verdad. Esto también nos ocurre a nosotros en determinadas circunstancias, solo que cuando nos repercute directamente nos molesta que aquellas personas con quien hemos tenido tanta confianza no sepan cómo decirnos que la amistad compartida les está aportando poco o muy poco.

Observar lo que ocurre nos va a dar las pistas para decidir si invertir más en una relación o, por el contrario, cerrarla. Esta habilidad forma parte de nuestra inteligencia social. Una inteligencia que, como la emocional, ha sido ignorada durante mucho tiempo, pese a lo buena que es como predictora de nuestro éxito.

Como hemos visto, la comunicación, ante la sensación de que nuestros amigos nos ignoran, nos va a dar la información suficiente como para utilizar la inteligencia de la que hablamos. Además, ser buenos leyendo e interpretando bien la comunicación del otro nos facilitará mucho la tarea. Finalmente, destacar que estos momentos de metarelación (en los que se piensa y se habla de la relación), bien gestionados, en muchas ocasiones sirven para estimular y reforzar la calidad del vínculo.

Raquel Lemos Rodríguez

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