El lenguaje nos influye en forma de profecía autocumplida, facilitándonos probabilidades de éxito o fracaso a la hora cumplir nuestras expectativas. Tanto lo que decimos, como lo que no llegamos a decir, nos condiciona, siendo el lenguaje la herramienta más poderosa e influyente en las decisiones que tomamos en nuestras vidas.
En contraposición con lo que se esperaba, numerosos estudios sugieren que nuestras decisiones, acciones, emociones y comportamiento dependen en un 95% del pensamiento que se da de manera inconsciente y solo un 5% la parte consciente. La parte consciente de nuestra mente está totalmente activada cuando realizamos una actividad, pero el interés y la intención se forman en el subconsciente. Es decir, en el subconsciente encontramos la mente emocional, aquella que se deja llevar por los gustos, los deseos y el corazón.
Por su parte, el inconsciente sigue unos patrones que están determinados por situaciones y vivencias milenarias. Esta es la parte de la mente encargada de empujarnos a nuestra zona de confort y de alejarnos de los displaceres de la vida. Aprender a controlar nuestro subconsciente e inconsciente nos garantiza una mejor base a la hora de tomar nuestras decisiones.
“El hombre creó las palabras para liberarse”
-Leo Buscaglia-
La mayoría de las decisiones son inconscientes
¿Somos libres cuando decidimos? La neurociencia desvela que muchas decisiones ya están tomadas por complejas redes cerebrales, antes de que la información se haga consciente en nuestro cerebro. Existen diversos aspectos que son los encargados de formar nuestras decisiones.
Por un lado, al procesar la información hay algo que ocurre y nos lleva a elegir una cosa u otra. Esto es lo que nos lleva a tomar una decisión de manera consciente. Pero parece que, antes de eso, se produce un procesamiento inconsciente en el cerebro. Sucede algo que prepara nuestra decisión, que nos conduce hasta ella e influye en la manera en la que procesamos lo que elegimos conscientemente.
El cerebro procesa previamente todas las opciones inconscientemente y al final, cuando te decides, es cuando interviene la mente consciente. Nadie niega la existencia de las decisiones conscientes, pero la investigación muestra que el tiempo en el que la decisión permanece en la consciencia puede no ser el tiempo en el que se realiza la mayor parte del trabajo para determinar qué opción vamos a tomar.
Todo lo que ocurre en nuestra vida está ligado al inconsciente, porque es, antes que nada, la matriz de nuestras repeticiones, ya sean estas sanas o enfermas
-Gabriel Rolón-
Reprogramar al inconsciente cambiando lo que nos decimos
Usamos el lenguaje de manera tan inherente, que la mayoría de nosotros no le presta la atención adecuada. ¿Cuantas veces nos ha pasado hacer justo lo contrario de lo que queríamos hacer? En muchas situaciones nos decimos algo y hacemos justo lo contrario, como cuando nos decimos a nosotros mismos, “no puedo fallar, no puedo fallar” y fallamos o “no debo hacerle eso a esa persona” y, cuando menos lo pensamos, lo hacemos.
La causa de que esto suceda está arraigada en el inconsciente. El inconsciente es la parte que se encarga -en una parte importante- de dirigir nuestro cuerpo, interpretando y almacenando la información recibida por nuestros sentidos.
Una característica esencial del inconsciente es que funciona a través de símbolos e imágenes, en vez de texto o letras. Esto implica que, el inconsciente no procesa términos negativos. Si nos decimos “no debo comer patatas fritas”, el inconsciente solo tendrá la imagen de las patatas fritas y por consiguiente nos entrarán más ganas de comer. Esto no quiere decir que siempre fallemos, pero aumenta considerablemente las probabilidades de que suceda.
En contraste, la parte consciente de nuestra mente es la voz lógica, racional y secuencial. Ordena la información y la procesa clasificándola de manera que podamos entenderla.
Ahora bien, lo que hay que destacar es que cuando decimos algo conscientemente, puede tener efectos en nuestro inconsciente. Esto es lo que debemos de trabajar, controlar lo que nos decimos a de manera racional influye en nuestro cerebro más primitivo, que es el encargado de tomar la mayoría de las decisiones en nuestra vida.
Fátima Servián Franco
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Nota: sólo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.