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domingo, diciembre 18, 2016

Meditación y otras claves para ser feliz

Si has tenido o estás pasando por un momento de crisis te invito a que te quedes un ratito entre estas líneas en las que hablaremos diferentes técnicas que pueden mejorar tu calidad de vida, estés o no enfermo. Unas técnicas que pueden ser un complemento perfecto para el tratamiento farmacológico que te han prescrito o, si no estás enfermo, para darle un nuevo impulso a tu vida. Todo ello, lo definiremos dentro del marco de las terapias no farmacológicas: meditación, reiki, musicoterapia…

Así, haremos un breve recorrido definiendo estas terapias y qué impacto tienen o no en nuestro bienestar físico y psicológico. En esta línea, de manera previa, definiremos qué se entiende por bienestar y en qué se diferencia del concepto de salud.

¿Qué son las terapias no farmacológicas?

El abordaje habitual de las enfermedades se ha realizado tradicionalmente desde un punto de vista farmacológico. Es decir, los momentos de crisis, malestar o enfermedad se han solucionado con pastillas. Afortunadamente esta manera de pensar ha evolucionado: se considera que en muchos casos el tratamiento farmacológico es necesario, aunque no suficiente o no el más optimo para mejorar la calidad de vida al paciente. Por el contrario, prácticas como la meditación se utilizan cada vez más como complemento a este tratamiento farmacológico.

“El mejor médico es el que conoce la inutilidad de la mayor parte de las medicinas”
-Benjamin Franklin-


De esta manera, sería bueno plantearse en qué medida otras técnicas no farmacológicas tienen el potencial de incidir en la calidad de vida o en la percepción de bienestar por parte del paciente y, por tanto, en su salud física a través del impacto que producen en el sistema inmune. Y, de ser así, su posible implementación en centros específicos o inclusión dentro de los programas terapéuticos vigentes.

“La salud no lo es todo pero sin ella, todo lo demás es nada”
-A. Shopenhauer-

Aunque los desarrollos al respecto de estas investigaciones son algo novedoso y, casi, hasta algo inquietante, ya en 1977 Engel propuso la necesidad de un modelo médico biopsicosocial. En él planteaba la idea de que en todos los fenómenos importantes relativos a la salud participaban tanto aspectos biológicos como psicológicos y de carácter social.

“El concepto de terapias no farmacológicas (TNF) se viene utilizando desde hace varias décadas para referirse a intervenciones que, a través de agentes primarios no químicos, pretenden mejorar la calidad de vida de las personas sanas o enfermas”
-CRE Alzheimer-

¿Qué es el bienestar?

Podemos conceptualizar el bienestar como el conjunto de actitudes y comportamientos que mejoran la calidad de vida y ayudan a la consecución óptima del estado de salud (Donatelle, Snow & Wilcox, 1999). Es decir, un proceso activo dirigido a mejorar nuestro estilo de vida en todas sus dimensiones.

“La salud es un estado de completo bienestar físico, psíquico y social, y no meramente la ausencia de enfermedad”
-OMS, 1948-

Es aquí donde entran en juego las terapias no farmacológicas, haciendo al individuo actor principal de su propia salud. A través de hábitos saludables que resultan de una adecuada adaptación e integración de las dimensiones física, mental, social, espiritual y emocional a cualquier nivel de salud o enfermedad. Por tanto, se puede experimentar bienestar ya sea estando enfermo o sano.
“No hay medicina que cure lo que no cura la felicidad”
-Gabriel García Márquez-


Estos hallazgos son de gran importancia tanto para la medicina clínica como para ti. Dado que, nos aproximan a nuevos caminos, ofreciendo la posibilidad de usar el tratamiento psicológico como forma de prevención de la enfermedad.

“Es más importante saber qué tipo de persona tiene una enfermedad que saber qué tipo de enfermedad tiene una persona”
-Hipócrates-

¿Cómo nos afecta el estrés?

Nuestra personalidad y experiencias emocionales tienen influencia sobre nuestra salud y son una forma importante de relacionar la enfermedad al estrés psicológico. El estrés psicológico afecta la respuesta inmune y las enfermedades mediadas por este sistema.

“El buen médico trata la enfermedad; el gran médico trata al paciente que tiene la enfermedad”
-William Osler-

Las situaciones estresantes para el individuo como el duelo, estrés, divorcio, pueden generar sentimientos negativos, como depresión, miedo, desesperanza… Estas situaciones activan el sistema nervioso central (SNC) y el sistema nervioso autónomo (SNA), y producen alteraciones en los parámetros de reactividad inmune, haciendo mella en nuestras defensas.

Actualmete, hay estrategias para el manejo de los efectos del estrés. Existen varios estudios que relacionan la aplicación de terapias alternativas que minimizan el efecto ocasionado por el estrés y aumentan el bienestar de las personas, como por ejemplo, musicoterapia, meditación, reiki, yoga, visualización, actividad física, psicoterapia, etc.


Conecta con tu yo interior mediante la meditación

¿Meditas? ¿Dudas de su efectividad? ¿Te gustaría saber qué estudios se han realizado con ellas? Ahora daremos respuesta a esta y a otras preguntas. Aunque, para ello, debo adelantar que existen numerosas técnicas que no puedo abarcar aquí por lo que nos centraremos en: reiki, musicoterapia, meditación, acupuntura, risoterapia.

“La risa es la única medicina sin efectos secundarios”.
-Shannon L. Alder-

Hoy en día ya existe una gran influencia de prácticas orientales, como la meditación y el yoga. Yadav y colaboradores realizaron un estudio con 86 pacientes con enfermedades crónicas. A todos los participantes se les incluyo en un programa de intervención basado en el yoga, discusiones grupales e información sobre manejo del estrés. Los estudios muestran un descenso en los niveles de cortisol, un aumento de betaendorfinas y una reducción en los niveles de interleukinas y de necrosis tumoral después de diez días de intervención.



En cuanto a las principales ideas extraídas de los resultados de diversas investigaciones y su interpretación, podemos sintetizar las siguientes afirmaciones:
  • Las terapias no farmacológicas evidencian un aumento en los niveles de inmunoglobulinas que incide en el bienestar del paciente, ya sea como una terapia de base o como una terapia complementaria al tratamiento farmacológico.
  • También ha quedado demostrado que las terapias no farmacológicas reducen los niveles de estrés a través de un descenso de los niveles de cortisol.
  • No obstante, existen limitaciones al ser un campo muy novedoso de investigación y que requiere tener en cuenta las diferencias individuales entre pacientes y los diferentes tipos de enfermedad para su aplicación. Es por ello que no se cuenta con la suficiente documentación de referencia a la hora de realizar nuevos estudios.
Por tanto en varios estudios puedes llegar a confundirse el resultado de las técnicas no farmacológicas con un efecto placebo generado por las expectativas positivas del terapeuta inauténtica motivación de sanación del propio paciente.

Rocío San Segundo Alonso

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