¿Cuánto nos agobiamos pensando en el futuro? Cuanto a veces sufrimos, nos recriminamos y lamentamos por decisiones mal tomadas o conductas incorrectas sin comprender que si andamos por la vida entre el futuro y el pasado nos olvidamos de sacar adelante lo mas esencial: el presente.
El presente es el reto de cada día es la perseverancia cuando las cosas no van bien en el tema pareja, es el perdón cuando se nos ofende y dar ese perdón en el momento sin guardarlo para después porque ese es un gran impedimento para la salud espiritual, es intercalar las tareas y responsabilidades con actos de caridad y de cooperación a quienes nos rodean aún así a desconocidos que requieran alguna ayuda, es ir desapegándonos de todo lo que en el pasado ha sido un obstáculo para nuestra evolución. ¿Quizás demasiado apegado a las marcas? ¿A comprar sin necesidad ? en vez de dedicar algo de ese dinero a obras en el bien de los menos favorecidos. En ser más agradecidos con las bendiciones recibidas a lo largo de esta existencia? Como también es es ir aprendiendo de los errores, las faltas por omisión y evidenciar una nueva manera de enfocar la vida.
Nadie dijo que vivir era fácil, sobre todo si se trata de vivir preocupados y ocupados en ser mejores personas en términos espirituales, en afanarnos no por evitar las arrugas ni las canas sino por hacer crecer la belleza interior. Es tanto lo que hay que hacer y sobre todo estando conscientes que la fecha limite para esas tareas solo la conoce Dios, y por tanto hay que afanarse en el día a día por sacarle brillo y pureza al alma y afrontar cada instante con amor incondicional y la mayor armonía posible.
Vivamos pues, afanados en cuidar proteger y hacer crecer el alma y evolucionar desde nuestro máximo potencial en esta existencia enfocados en el presente que es a fin de cuentas por donde transcurre la vida.
Namasté.
Jossie Del Valle Conty
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