En los últimos días me han escrito dos o tres personas planteándome una situación similar por la que están atravesando en sus vidas: cuando se levantan por la mañana no tienen energía para afrontar el día y desde que comienzan su jornada lo hacen con mala actitud. Si este es tu caso o te ha pasado, sabrás entonces que si comienzas el día así, lo más problable es que todo tu día sea una lucha por tratar de estar bien.
Comenzar el día de forma positiva es el primer paso que debemos dar para poder sacar adelante nuestros proyectos y además para solucionar inconvenientes que tengas y te estén quitando el sueño y la alegría de vivir, de verdad lo considero muy importante. Hace unos meses, un año más o menos, pasé una etapa de mi vida que fue dura para mi, yo les hablé someramente de eso en uno de mis boletines porque siempre he querido ser transparente con ustedes y no venderles la imagen de que estoy siempre bien, feliz y contenta, como todo el mundo mi vida tiene altibajos; en aquella época yo hacía un esfuerzo consciente muy grande para comenzar el día bien aun cuando me costaba mucho salir de la cama. Te lo digo de esta forma tan explícita porque sé que muchas personas se van a sentir identificadas y espero de todo corazón que mi experiencia les sirva de ejemplo.
No importa el matiz de tu situación (leve o fuerte) estas dos estraregias que te voy a compartir sé que son efectivas y te van a ayudar a mejorar tu ánimo y actitud al comenzar al día.
Estrategia No. 1
¿Qué es lo primero que te dices a tí mismo apenas abres los ojos? Ese primer monólogo interno debe ser POTENCIADOR. Nada de auto compasión o de palabras desalentadoras como “no puede ser, ya me tengo que levantar”, “no… un día más”. La principal razón por la cual no queremos comenzar nuestro día así es porque no nos ayuda en absoluto a resolver nuestros inconvenientes o nuestra mala actitud, al contrario, al establecer ese monólogo negativo nos insertamos cada vez más y más en el bucle del pesimismo y el vacío existencial.
Entonces haz el esfuerzo consciente de hablarte de forma positiva, aun cuando te sientas en la necesidad de reconocer tus inconvenientes en el diálogo, por ejemplo:
“Yo sé que estoy atravesando por este y este momento difícil, sin embargo me daré a mi mismo ánimos y fuerzas para afrontar este día de la mejor manera. Sé que puedo salir adelante de esto, sé que Dios está de mi lado (o “el universo” si eso te hace sentir más cómodo). ¡Vamos adelante que se puede! En unos días este momento va a ser solo un recuerdo, estoy decidid@ a mejorar mi estado de ánimo, soy dueñ@ de mi destino, de mi vida, de mis circunstancias”
Te vas a dar cuenta de que a medida que conversas contigo el diálogo se torna cada vez más y más animado, tienes menos ganas de ser la víctima y más deseos de ser el protagonista. Incluye palabras de agradecimiento, y de perdón si es el caso.
Estrategia No. 2
Nuestra postura corporal tiene mucho que ver con los sentimientos y sensaciones que experimentamos a lo largo del día. Si agachas los hombros y bajas la mirada te sentirás más propenso a la tristeza y a los malos recuerdos. En cambio si levantas los hombros, sacas pecho y miras adelante, tu cuerpo te ayudará de esa manera a sentirte mejor de estado de ánimo.
Así que mi segunda estrategia es esta:
Cada día, luego de tener contigo ese diálogo potenciador que te acabé de enseñar o cuando estés en la ducha antes de vestirte y salir usa esta postura corporal por al menos un minuto y medio: párate derecho, levanta los brazos bien arrida y saca pecho; esa es la postura que los deportistas adoptan de forma intuitiva cuando ganan una competencia, esa posición te llena de algo que te hará sentir muy bien a lo largo del día: PODER.
Estas son las dos estrategias para potenciar el día. Entre las dos no te tomarás más de tres minutos en llevar las a cabo, sólo TRES MINUTOS. ¿Te parece que vale la pena? Yo creo que si
Si necesitas recargar baterías lo puedes hacer a cualquier hora del día. El monólogo es algo tan privado que lo puedes hacer todo el día si quieres. La estrategia de la postura puedes ponerla en práctica cuando te sea conveniente.
Que no se quede en el papel, o en el computador vamos a practicarlo, si lo que lees te motiva, ¿te imaginas cuando lo practiques?
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