En un mundo donde existe tanta inseguridad, estrés y tantas exigencias, es común que en algún momento aparezcan pensamientos que no nos hacen bien.
Es por eso que hoy nos vamos a ocupar de ayudarnos para liberarnos de ellos.
Primero deberemos identificarlos.
¿Cuáles son?
Si se deben a nuestra salud.
Si deben a nuestra economía.
Si se deben a nuestros afectos, a nuestra seguridad.
A cosas materiales.
A la muerte.
Generalmente nos preocupan cosas no resueltas.
Son reiterativas porque no las resolvemos o enfrentamos.
Algunas son agrandadas por nuestra mente al no enfrentarlas.
Parecida a los miedos de los niños al ver sombras monstruosas. Que cuando las comparten, eran la sombra del árbol con sus ramas y hojas moviéndose por el viento, al verlas por la ventana.
Si son pensamientos por nuestra salud, lo mejor es ocuparnos.
Consultar a distintos profesionales que nos digan que tenemos.
Al saberlo seguir los consejos para curarnos.
Que nunca creamos, que no hay solución.
Que no la tengamos nosotros o algunos no quiere decir que no la hay.
Si es por nuestra economía.
Se trata de buscar los caminos que nos lleven a la solución.
No dejarnos convencer que no hay dinero, siempre existen personas que cada vez ganan más.
Saber en que situación estamos y que no se torne en una obsesión por tener cada vez más.
Si es por nuestros afectos, aprender a vivir más nuestra vida.
Muchas veces al querer tanto, nos creemos dueños de la vida de los demás y pretendemos que ellos hagan lo que nosotros creemos lo mejor para ellos.
Por distintas formas de responder de los demás nos creemos que no son justos, que no nos quieren.
A veces los pensamientos reiterativos vienen por miedos de que nos les pase nada malo.
Miedos a accidentes.
Miedos a robos.
Miedos a pérdidas.
Otras veces los pensamientos que se repiten es por todo lo que tenemos y nos da miedo perder o por todo lo que deseamos y tenemos miedo de no poder conseguir.
Una buena forma de parar esos pensamientos es cambiarlos por los pensamientos positivos o por las afirmaciones.
Por tener actividades, que van resolviendo esas preocupaciones.
Por darnos cuenta que muchas preocupaciones no son importantes.
Al principio cuesta concentrarse en algo, anda uno con la cabeza perdida en ningún sitio, sin capacidad para estar centrado en una tarea concreta, con grandes despistes en el trabajo, en casa, y sin ganas de hacer nada. Vamos a salir de ahí, poco a poco, como todo.
Es muy positivo hacer cosas que nos distraigan, pero de verdad. No sirve ir al parque o ver la televisión y estar en realidad pensando en lo de siempre.
Hacemos esto para mejorar, así que hay que trabajar, es por nosotros.
Si no puedes, como es muy posible, concentrarte en ninguna tarea desde el principio, entonces vamos a fortalecer esa capacidad perdida. Se puede, claro que se puede.
Será de forma gradual.
¿Estas dispuesto a comenzar?
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