El espiritualista siempre tendrá una ventaja sobre el materialista. ¿Queréis saber cuál? Es muy sencillo, y una imagen es suficiente para comprenderlo: el espiritualista transporta consigo su casa y todas las riquezas que ésta contiene por todas partes. Sí, el espiritualista, para quien las
verdaderas riquezas son interiores, lleva siempre consigo sus tesoros por todas partes, nunca le faltan, y descubre en ellos una fuente inagotable de gozo. El materialista, por el contrario, no puede ir y venir con todo lo que posee, debe abandonar «in situ» la mayor parte de las cosas, y aunque sea muy rico, ¡cuántas veces se ha sentido despojado!
En realidad, un ser humano sólo es rico en la medida en que tiene conciencia de serlo. Si el espiritualista no es verdaderamente consciente de sus riquezas, es más pobre que todos los materialistas. Pero si aprende a ensanchar su conciencia, se siente en relación con todos los espíritus
luminosos del universo que le dan su ciencia, su amor, su gozo. Y entonces, ¿qué materialista puede compararse con él? Incluso las piedras preciosas y los diamantes palidecen ante los destellos de todos los tesoros de su alma.
Omraam Mikhaël Aïvanhov
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