Todos creemos conocernos y creemos saber quiénes somos, porque conocemos nuestros gustos, preferencias, encantos, habilidades, anhelos, aspiraciones, debilidades, miedos e inseguridades.
Esta idea, pensamiento está aceptada normalmente, es una identificación clara.
Realmente no se piensa que puedas ser otra cosa, aceptas lo que estás viendo es el yo quien lo provoca y este yo que es personal va tomando mucha fuerza y es lo que te define y a la vez tu referencia. Es tu máscara, tu ideal, la energía que expresa quién eres tú en la vida y a lo que le das tu fuerza. Es este yo superficie que va tomando las riendas, va organizando tu vida sin apenas darte cuenta y ahí ese personaje desarrolla su conciencia.
Para querer conocerse y reconocerse y descubrir la auténtica identidad o la verdad sobre nosotros, tiene que surgir algo que nos haga plantearnos y cuestionarnos quiénes somos en verdad y preguntarnos qué sentido tiene mi vida. ¿Es el estado de la pregunta y esa inquietud lo que nos lleva a ese descubrimiento?
Hay un momento en la vida que el camino lo propone, se dan unas circunstancias para que el humano ahonde y le mueva un impulso que hasta ahora desconoce y eso provoca cambios y a la vez intuiciones. Caminante y camino unen sus vibraciones no son formas separadas, se dan unas condiciones para poder absorber las infinitas lecciones.
No hay un conocimiento real sobre nosotros porque nos ponemos la máscara y vivimos con la apariencia de lo que nos hemos creído y además hemos potenciado y con lo que nos encontramos totalmente a gusto y satisfechos la mayoría de las veces.
Aquello que ves de ti es una necesidad, el cuerpo de la materia que se quiere realizar, es una manifestación de algo mucho más Real que lo mantiene el Ser por donde se ha de expresar. Es un soporte sagrado templo de lo Esencial, pero el cuerpo no eres tú, es un vehículo más.
¿Cuándo nos conocemos?
Cuando te descubres
¿Y Cómo me descubro?
Cuando te observas, cuando ves el personaje y sus máscaras a cuestas y en esa observación es cuando sueltas y dejas. Al dejar el equipaje puedes andar más ligero y aprendes a no apegarte vas viviendo y comprendiendo que la experiencia te enseña a que sigas descubriendo esos procesos vitales que así te van ascendiendo. ¿Qué quiere decir ascender? Darte cuenta del proceso la conciencia absorbe más, más allá del intelecto, esa experiencia vital que se acopla a tu centro. Aquello real en ti es lo que produce el encuentro con la auténtica Realidad la Unidad lleva su sello. Conocerse es integrar amando todo el proceso.
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