Las emociones negativas son unas grandes incomprendidas.
A veces pensamos que son una gran molestia, y que tenemos que deshacernos de ellas sin ni siquiera mirarlas.
Otras veces pensamos que hay que observarlas y ya está, sin hacer nada al respecto.
Y ninguna de estas opciones es la más adecuada de cara a nuestro bienestar.
Las emociones negativas tienen un mensaje muy importante para nosotros, y la mejor manera de gestionarlas es escuchar bien este mensaje.
Y hacerle caso.
Las emociones saben muy bien lo que dicen.
Y su misión es facilitarnos el camino hacia una vida más plena y llena de luz.
A veces pensamos que son una gran molestia, y que tenemos que deshacernos de ellas sin ni siquiera mirarlas.
Otras veces pensamos que hay que observarlas y ya está, sin hacer nada al respecto.
Y ninguna de estas opciones es la más adecuada de cara a nuestro bienestar.
Las emociones negativas tienen un mensaje muy importante para nosotros, y la mejor manera de gestionarlas es escuchar bien este mensaje.
Y hacerle caso.
Las emociones saben muy bien lo que dicen.
Y su misión es facilitarnos el camino hacia una vida más plena y llena de luz.
Qué Son las Emociones
Antes de entrar en detalle en qué son las emociones negativas, primero hablaremos de qué son las emociones en general. Y para poder explicar bien qué son las emociones, tenemos que explicar cómo funcionamos los seres humanos a nivel profundo.
Independientemente de las creencias que cada uno tiene, todos somos más o menos conscientes de que tenemos una parte física y una parte más sutil. Esta parte más sutil –a la que podemos llamar “alma”, “fuente interior” o de muchas otras maneras–, es la que nutre a nuestro cuerpo de energía vital. Y luego, desde nuestro cuerpo, transformamos esta energía en actos concretos.
Es decir, cada uno de nosotros es un creador que transforma la energía pura que viene de nuestra “alma” en actos concretos. Más o menos así:
Antes de entrar en detalle en qué son las emociones negativas, primero hablaremos de qué son las emociones en general. Y para poder explicar bien qué son las emociones, tenemos que explicar cómo funcionamos los seres humanos a nivel profundo.
Independientemente de las creencias que cada uno tiene, todos somos más o menos conscientes de que tenemos una parte física y una parte más sutil. Esta parte más sutil –a la que podemos llamar “alma”, “fuente interior” o de muchas otras maneras–, es la que nutre a nuestro cuerpo de energía vital. Y luego, desde nuestro cuerpo, transformamos esta energía en actos concretos.
Es decir, cada uno de nosotros es un creador que transforma la energía pura que viene de nuestra “alma” en actos concretos. Más o menos así:
La energía llega a nuestro cuerpo desde nuestra fuente interior, y con el cuerpo la transformamos en los actos creativos de nuestra vida diaria: conversaciones, acciones, ideas, actividades, proyectos, etc.
Esta energía vital es muy importante, porque es la que sustenta completamente nuestra existencia terrenal. Sin esta energía, no hay vida.
Por este motivo, cuando llega mucha energía vital a nuestra parte física, nos sentimos muy bien: estamos llenos de vitalidad, de ganas de hacer cosas, de ideas, de ilusión, etc.
En cambio, cuando nos llega poca energía, nos sentimos mal: nos sentimos desanimados, cansados, sin ideas, sin ganas, etc.
Es decir, nuestras emociones, y también nuestro estado físico general, dependen de esta energía vital.
La pregunta es: ¿y de qué depende que nos llegue mucha o poca energía vital?
Pues depende de nuestros pensamientos.
Nuestros pensamientos son como una compuerta que está situada entre nuestra fuente interior y nuestra parte terrenal. Así:
Esta energía vital es muy importante, porque es la que sustenta completamente nuestra existencia terrenal. Sin esta energía, no hay vida.
Por este motivo, cuando llega mucha energía vital a nuestra parte física, nos sentimos muy bien: estamos llenos de vitalidad, de ganas de hacer cosas, de ideas, de ilusión, etc.
En cambio, cuando nos llega poca energía, nos sentimos mal: nos sentimos desanimados, cansados, sin ideas, sin ganas, etc.
Es decir, nuestras emociones, y también nuestro estado físico general, dependen de esta energía vital.
La pregunta es: ¿y de qué depende que nos llegue mucha o poca energía vital?
Pues depende de nuestros pensamientos.
Nuestros pensamientos son como una compuerta que está situada entre nuestra fuente interior y nuestra parte terrenal. Así:
Cuando esta compuerta está abierta, la energía vital fluye libremente y nos sentimos bien.
En cambio, cuando está cerrada, la energía se estanca y nos sentimos mal. Así:
En cambio, cuando está cerrada, la energía se estanca y nos sentimos mal. Así:
La energía vital es una energía pura, creativa y amorosa, y siempre quiere llegar a nosotros. Si le bloqueamos el camino con nuestros pensamientos, empujará para intentar avanzar.
Y esto causa el dolor emocional.
Y esto causa el dolor emocional.
Qué Son las Emociones Negativas
Así pues, las emociones negativas se producen cuando nuestros pensamientos bloquean nuestra energía interior.
Cuando nuestros pensamientos se cierran, nuestra energía no puede fluir, y este estancamiento causa el dolor emocional.
Llegados hasta aquí, la siguiente pregunta es: ¿y qué tipo de pensamientos son los que bloquean nuestra energía?
Pues son todos los pensamientos que ponen nuestra atención en cosas que no queremos. Siempre que pensamos, de forma directa o indirecta, en cosas que no deseamos, nuestra mente se cierra y la energía no puede pasar.
La energía de nuestra alma es una energía creativa, y solo puede llegar a nosotros cuando pensamos en cosas que sí queremos: amor, bienestar, paz, buenas relaciones, abundancia, etc. Cuando pensamos en cosas que no queremos, no estamos en modo constructivo, sino en modo rechazo, y en estas condiciones la energía no puede llegar.
Por ejemplo, si pienso que me duele la espalda, estoy poniendo mi atención en el dolor físico, que es algo que no quiero.
Si pienso que no me gusta tal persona, estoy poniendo mi atención en el malestar con otras personas, que es algo que no quiero.
Si pienso que no llego a fin de mes, estoy poniendo mi atención en los problemas económicos, que es algo que no quiero.
Siempre que pensamos en algo que no queremos, nuestra mente se bloquea y nuestra energía vital no puede llegar a nosotros.
La energía de nuestra alma es pura creatividad, y solo puede llegar a nosotros cuando ponemos nuestra atención en cosas que queremos, no en cosas que no queremos.
Así pues, las emociones negativas se producen cuando nuestros pensamientos bloquean nuestra energía interior.
Cuando nuestros pensamientos se cierran, nuestra energía no puede fluir, y este estancamiento causa el dolor emocional.
Llegados hasta aquí, la siguiente pregunta es: ¿y qué tipo de pensamientos son los que bloquean nuestra energía?
Pues son todos los pensamientos que ponen nuestra atención en cosas que no queremos. Siempre que pensamos, de forma directa o indirecta, en cosas que no deseamos, nuestra mente se cierra y la energía no puede pasar.
La energía de nuestra alma es una energía creativa, y solo puede llegar a nosotros cuando pensamos en cosas que sí queremos: amor, bienestar, paz, buenas relaciones, abundancia, etc. Cuando pensamos en cosas que no queremos, no estamos en modo constructivo, sino en modo rechazo, y en estas condiciones la energía no puede llegar.
Por ejemplo, si pienso que me duele la espalda, estoy poniendo mi atención en el dolor físico, que es algo que no quiero.
Si pienso que no me gusta tal persona, estoy poniendo mi atención en el malestar con otras personas, que es algo que no quiero.
Si pienso que no llego a fin de mes, estoy poniendo mi atención en los problemas económicos, que es algo que no quiero.
Siempre que pensamos en algo que no queremos, nuestra mente se bloquea y nuestra energía vital no puede llegar a nosotros.
La energía de nuestra alma es pura creatividad, y solo puede llegar a nosotros cuando ponemos nuestra atención en cosas que queremos, no en cosas que no queremos.
Cómo Gestionar las Emociones Negativas
Una vez entendemos que las emociones negativas se producen cuando ponemos nuestra atención en cosas que no queremos, una pregunta importante es: ¿y por qué son tan dolorosas?
Podría ser que fueran más suaves, o incluso que no dolieran nada.
Pero no es así. Son muy molestas. ¿Por qué?
Pues bien, el motivo es que tienen una función muy valiosa: avisarnos de que estamos creando una vida que no queremos. Nuestra mente crea la realidad, así que si pensamos en cosas que no queremos, crearemos cosas que no queremos. Y las emociones negativas nos avisan de este hecho para que podamos hacer algo al respecto.
Su función es muy parecida a la del dolor físico. Cuando nos hacemos una herida, nos duele, y este dolor nos avisa de que hay un problema en nuestro cuerpo, y de que tenemos que hacer algo para resolverlo: limpiar la herida, protegerla, taparla para que deje de sangrar, etc. Si no sintiéramos dolor, podríamos hacernos heridas muy graves sin darnos ni cuenta.
Las emociones negativas funcionan de la misma manera. Son un dolor que nos avisa de que hay un problema y de que tenemos que hacer algo. Nos avisan de que estamos pensando en cosas que no queremos y de que, si seguimos así, esas cosas se acabarán materializando.
Siempre que te sientes mal a nivel emocional, es tu cuerpo diciéndote: “estás pensando en cosas que no quieres. Vigila, porque lo que piensas es lo que creas. Si sigues así, se manifestarán cosas que no deseas.”
¿Y cuál es la mejor manera de responder?
Pues decirle: “muchas gracias por avisarme. Me había despistado. Tienes toda la razón, estaba pensando en cosas que no quiero. Voy a cambiar mi foco de atención ahora mismo.”
Y luego dejar de pensar en lo que no quieres, y focalizarte en lo que sí quieres.
Si estabas pensando que te duele la espalda, puedes preguntarte: ¿Qué es lo que quiero? Quiero estar cómodo. Y entonces pensar en esto.
O si estabas pensado en que tienes poco dinero, puedes preguntarte: ¿Qué es lo que quiero? Quiero tener abundancia. Y poner tu atención en esto.
Siempre podemos cambiar la dirección de nuestros pensamientos, y en lugar de pensar en lo que no queremos, pensar en lo que sí queremos.
Esta es la mejor manera de gestionar las emociones negativas.
Las emociones negativas no existen para molestarnos. En realidad no son negativas, son nuestras amigas. Nos avisan de que estamos creando una vida que no queremos.
Y tampoco existen para que las observemos y las “aceptemos” sin más. Su objetivo es que hagamos algo al respecto y que cambiemos el foco de nuestra atención.
Las emociones son una brújula que nos avisa de dónde está nuestra atención y, por lo tanto, de qué estamos creando en nuestra vida.
La pregunta más importante aquí es: ¿tú qué quieres crear?
Siempre que te sientas mal, es tu cuerpo avisándote de que estás pensando justo en lo contrario.
Un gran abrazo,
Jan
Una vez entendemos que las emociones negativas se producen cuando ponemos nuestra atención en cosas que no queremos, una pregunta importante es: ¿y por qué son tan dolorosas?
Podría ser que fueran más suaves, o incluso que no dolieran nada.
Pero no es así. Son muy molestas. ¿Por qué?
Pues bien, el motivo es que tienen una función muy valiosa: avisarnos de que estamos creando una vida que no queremos. Nuestra mente crea la realidad, así que si pensamos en cosas que no queremos, crearemos cosas que no queremos. Y las emociones negativas nos avisan de este hecho para que podamos hacer algo al respecto.
Su función es muy parecida a la del dolor físico. Cuando nos hacemos una herida, nos duele, y este dolor nos avisa de que hay un problema en nuestro cuerpo, y de que tenemos que hacer algo para resolverlo: limpiar la herida, protegerla, taparla para que deje de sangrar, etc. Si no sintiéramos dolor, podríamos hacernos heridas muy graves sin darnos ni cuenta.
Las emociones negativas funcionan de la misma manera. Son un dolor que nos avisa de que hay un problema y de que tenemos que hacer algo. Nos avisan de que estamos pensando en cosas que no queremos y de que, si seguimos así, esas cosas se acabarán materializando.
Siempre que te sientes mal a nivel emocional, es tu cuerpo diciéndote: “estás pensando en cosas que no quieres. Vigila, porque lo que piensas es lo que creas. Si sigues así, se manifestarán cosas que no deseas.”
¿Y cuál es la mejor manera de responder?
Pues decirle: “muchas gracias por avisarme. Me había despistado. Tienes toda la razón, estaba pensando en cosas que no quiero. Voy a cambiar mi foco de atención ahora mismo.”
Y luego dejar de pensar en lo que no quieres, y focalizarte en lo que sí quieres.
Si estabas pensando que te duele la espalda, puedes preguntarte: ¿Qué es lo que quiero? Quiero estar cómodo. Y entonces pensar en esto.
O si estabas pensado en que tienes poco dinero, puedes preguntarte: ¿Qué es lo que quiero? Quiero tener abundancia. Y poner tu atención en esto.
Siempre podemos cambiar la dirección de nuestros pensamientos, y en lugar de pensar en lo que no queremos, pensar en lo que sí queremos.
Esta es la mejor manera de gestionar las emociones negativas.
Las emociones negativas no existen para molestarnos. En realidad no son negativas, son nuestras amigas. Nos avisan de que estamos creando una vida que no queremos.
Y tampoco existen para que las observemos y las “aceptemos” sin más. Su objetivo es que hagamos algo al respecto y que cambiemos el foco de nuestra atención.
Las emociones son una brújula que nos avisa de dónde está nuestra atención y, por lo tanto, de qué estamos creando en nuestra vida.
La pregunta más importante aquí es: ¿tú qué quieres crear?
Siempre que te sientas mal, es tu cuerpo avisándote de que estás pensando justo en lo contrario.
Un gran abrazo,
Jan
www.jananguita.es
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