Todos nos sentimos mal de vez en cuando. Hay horas, días, semanas o incluso meses en los que nuestras fuerzas parecen desaparecer y las ilusiones se apagan. Momentos en los que solo existe una frase en nuestra mente: “estoy de bajón”. Parece como si hubiésemos perdido el rumbo y una ola de desgana muy desagradable nos hubiese atrapado.
Es normal sentirnos mal de vez en cuando. La vida es una continua aventura con sus días buenos pero también malo y por supuesto esos regulares. Pero, ¿qué podemos hacer para solucionarlo? ¿cómo hacer desaparecer esa sensación? Saber gestionar los momentos de tristeza nos aportará esa luz que tanto necesitamos en nuestros días nublados. Veamos a continuación qué estrategias poner en marcha para combatir esa tristeza cotidiana.
Estoy de bajón: ¿cuáles son las mejores estrategias?
Existen innumerables libros, artículos y revistas que ofrecen la última y mejor técnica para sentirnos felices de manera continua y erradicar para siempre los malos momentos. Sin embargo, la mayoría de ellas no son realistas o suelen funcionar tan solo a corto plazo.
Por esta razón, en este artículo hablaremos no tanto de técnicas sino de estrategias para gestionar el malestar que a veces nos invade. Por supuesto, no son remedios milagrosos, se requiere de esfuerzo, paciencia y de conciencia emocional para llevarlas a cabo, pero una vez puestas en marcha sus beneficios se notarán, sobre todo, a largo plazo. Son las siguientes:
- Aceptar lo que te está ocurriendo.
- Cuidar el cuerpo.
- Rodearse de gente que apreciamos.
- Trabajar en nuestras metas.
Cuando nos viene el pensamiento “estoy de bajón”, la primera reacción que tenemos es tratar de negarlo, mientras nos distraemos y luchamos contra esa sensación tan desagradable. Al fin y al cabo, nadie quiere sentirse triste, ¿por qué habría de aceptar que algo así le está sucediendo?
El problema con esta estrategia es que en el mundo de las emociones, todo aquello a lo que nos resistimos tiende a hacerse más fuerte. Por lo tanto, en general cuando nos “enfadamos” con nosotros mismos por sentirnos mal, lo único que hacemos es añadir más peso a nuestro sufrimiento.
Lo cierto es que las emociones están tratando de mandarnos un mensaje. En realidad, no son más que reacciones químicas en nuestro cerebro, que nos indican cuándo algo es bueno y cuándo no. Debido a ello, centrarnos tan solo en las emociones desagradables fruto de ese estar de bajón, y no en su causa, solo nos provocará un mayor malestar a largo plazo.
Por ello, la mejor estrategia cuando nos sintamos mal, es aceptar lo que está ocurriendo y tratar de descubrir por qué tenemos esas emociones y para qué nos sirven. Para conseguirlo, una de las mejores formas es practicar algunos ejercicios de relajación y meditación.
2- Cuidar el cuerpo
En muchas ocasiones, cuando nos sentimos de mal humor buscamos la causa en circunstancias externas o en nuestros pensamientos. Sin embargo, a veces el origen de nuestro “estoy de bajón” tiene más que ver con la química de nuestro cuerpo que con aquello que nos ocurre.
Por ello, para sentirnos bien a largo plazo es fundamental cuidar nuestra alimentación, ejercicio y descanso. Aunque pueda parecer a primera vista que estos tres factores no puedan influirnos en nuestros momentos de “estoy de bajón”, la realidad es que lo hacen mucho más de lo que pensamos.
3- Rodearse de gente que apreciamos
Según una gran cantidad de estudios científicos, mejorar nuestras relaciones sociales tiene un impacto directo sobre nuestra felicidad. Se trata de uno de los ámbitos más importantes de la vida. Desde las relaciones de pareja hasta las simples amistades, contar con otras personas en las que confiemos y que nos hagan sentir apoyados es fundamental para sentirnos bien.
Una de las estrategias más útiles para nuestros momentos tristes es salir a socializar con otras personas. Aunque lo más probable es que en esas circunstancias no nos apetezca nada, tan pronto como rompamos ese manto de soledad que nos envuelve y entremos en contacto con alguien a quien apreciamos, nuestro humor mejorará considerablemente.
Por otro lado, si nos consideramos tímidos, mejorar nuestras habilidades sociales puede servirnos como catalizador para sentirnos mejor con nosotros mismos. Así, una vez que confiemos en nuestra capacidad para conocer gente nueva y conectar con ella, experimentaremos cómo nuestras épocas de bajón quedan en el pasado.
En muchas ocasiones, cuando nos sentimos de mal humor buscamos la causa en circunstancias externas o en nuestros pensamientos. Sin embargo, a veces el origen de nuestro “estoy de bajón” tiene más que ver con la química de nuestro cuerpo que con aquello que nos ocurre.
Por ello, para sentirnos bien a largo plazo es fundamental cuidar nuestra alimentación, ejercicio y descanso. Aunque pueda parecer a primera vista que estos tres factores no puedan influirnos en nuestros momentos de “estoy de bajón”, la realidad es que lo hacen mucho más de lo que pensamos.
3- Rodearse de gente que apreciamos
Según una gran cantidad de estudios científicos, mejorar nuestras relaciones sociales tiene un impacto directo sobre nuestra felicidad. Se trata de uno de los ámbitos más importantes de la vida. Desde las relaciones de pareja hasta las simples amistades, contar con otras personas en las que confiemos y que nos hagan sentir apoyados es fundamental para sentirnos bien.
Una de las estrategias más útiles para nuestros momentos tristes es salir a socializar con otras personas. Aunque lo más probable es que en esas circunstancias no nos apetezca nada, tan pronto como rompamos ese manto de soledad que nos envuelve y entremos en contacto con alguien a quien apreciamos, nuestro humor mejorará considerablemente.
Por otro lado, si nos consideramos tímidos, mejorar nuestras habilidades sociales puede servirnos como catalizador para sentirnos mejor con nosotros mismos. Así, una vez que confiemos en nuestra capacidad para conocer gente nueva y conectar con ella, experimentaremos cómo nuestras épocas de bajón quedan en el pasado.
4- Trabajar en nuestras metas
La última estrategia tiene que ver con focalizarnos en nuestras metas, es decir, con no dejar para después nuestros proyectos y objetivos personales. De hecho, puede que ese malestar proceda de habernos desconectados de nosotros mismos y necesitemos reforzar el vínculos con nosotros.
No olvidemos que priorizarnos es importante para nuestro bienestar. Si nos abandonamos y quedamos en un segundo plano todo aquello que deseamos hacer es normal que un día nos despertemos con sentimientos de frustración y fracaso.
Como vemos, es posible mitigar esa desagradable sensación que a veces nos invade. Tan solo tenemos que ser conscientes de ella y pensar qué podemos hacer para solucionarlo.
Alejandro Rodríguez
La última estrategia tiene que ver con focalizarnos en nuestras metas, es decir, con no dejar para después nuestros proyectos y objetivos personales. De hecho, puede que ese malestar proceda de habernos desconectados de nosotros mismos y necesitemos reforzar el vínculos con nosotros.
No olvidemos que priorizarnos es importante para nuestro bienestar. Si nos abandonamos y quedamos en un segundo plano todo aquello que deseamos hacer es normal que un día nos despertemos con sentimientos de frustración y fracaso.
Como vemos, es posible mitigar esa desagradable sensación que a veces nos invade. Tan solo tenemos que ser conscientes de ella y pensar qué podemos hacer para solucionarlo.
Alejandro Rodríguez
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