En ocasiones hemos observado como la psicología del desarrollo se ha centrando en el estudio de aspectos muy específicos del mismo, como la aparición de la capacidad simbólica o los estilos de crianza. Sin embargo, el estudio de una visión del desarrollo desde una perspectiva global nos aporta información muy útil. Conocer las etapas de un individuo, desde que nace hasta que se muere, nos ayuda a entender la vida de las personas. Aquí es donde entra la teoría de las etapas vitales de Erikson.
E. Erikson, a través de su teoría, se convirtió en uno de los precursores del estudio del ciclo vital. Y a pesar de que su obra es extensa, la teoría de las etapas vitales de Erikson son uno de sus modelos con más reconocimiento. En esta, establece 8 estadios que suponen un cambio o evolución en la identidad personal a los largo del ciclo vital. A continuación, a lo largo del artículo, explicaremos brevemente cada uno de las diferentes etapas de esta teoría.
La teoría de las etapas vitales de Erikson establece 8 estadios que suponen un cambio en la identidad personal a lo largo del ciclo vital.
Las 8 etapas vitales de Erikson
La cualidad principal que presentan los diferentes estadios que expone este autor es su bipolaridad. Cada uno de ellos estaría formado por dos polos: uno positivo y otro negativo. El individuo deberé enfrentarse a estos polos generados socialmente para poder adaptarse a su contexto y desarrollar su identidad de la manera esperada. Cada etapa será un crisis, que el individuo deberá tratar de superar para avanzar a lo largo de su ciclo vital.
La teoría de las etapas vitales de Erikson establece 8 estadios que suponen un cambio en la identidad personal a lo largo del ciclo vital.
Las 8 etapas vitales de Erikson
La cualidad principal que presentan los diferentes estadios que expone este autor es su bipolaridad. Cada uno de ellos estaría formado por dos polos: uno positivo y otro negativo. El individuo deberé enfrentarse a estos polos generados socialmente para poder adaptarse a su contexto y desarrollar su identidad de la manera esperada. Cada etapa será un crisis, que el individuo deberá tratar de superar para avanzar a lo largo de su ciclo vital.
Confianza frente a Desconfianza básica
Esta supone la primera etapa del ciclo vital, desde los 0 hasta 1 año. En este estadio el bebé debe desarrollar una actitud de confianza hacia sus progenitores. Por lo tanto, si hay estabilidad en los cuidados que recibe, el niño adquirirá la expectativa de que aunque las cosas pueden ir mal durante un tiempo, luego mejorarán. Superar esta etapa supone conseguir confiar en los otros frente a la “incertidumbre” que pueda inspirar lo desconocido.
Autonomía frente a Vegüenza y duda
Es la segunda etapa del ciclo vital, aparece en torno a los 2-3 años. En esta edad, el niño se ve forzado a realizar pasos hacia su autonomía. Debe comer solo, vestirse solo, oponerse a los padres, etc. Debe, sin embargo, compatibilizar su deseo de autonomía con las normas sociales que sus padres representan e imponen.
Empezar a realizar actividades autónomas puede hacer que aparezcan las dudas respecto a si cuentan o no con la capacidad para sacar adelante tareas de esta forma. Pero el éxito adaptativo consiste en trasformar esta incertidumbre en un reto que alimente la motivación del pequeño para crecer, dentro de los límites impuestos por la sociedad.
Iniciativa frente a Culpa
Representa la tercera de las etapas del vitales de Erikson, ocurre entre los 3-6 años. Aquí es cuando el infante toma la iniciativa para intentar conseguir objetivos personales. Pero no siempre será capaz de lograrlos, ya que en multitud de ocasiones chocará con los deseos de los demás. Este deberá aprender a procurar metas realizables y así conseguir un propósito que le permita perseguir objetivos significativos.
Destreza frente a Inferioridad
Esta es el cuarto estadio dentro del ciclo vital, esta crisis aparece alrededor de los 7 hasta los 12 años. El niño debe aprender a manejar las herramientas culturales mientras se compara con sus iguales. Es esencial para empezar a trabajar o jugar con el resto de sus compañeros.
La sociedad nos dispone de unos métodos y cultura de cooperación que el individuo debe entender para lograr competencia y desempeño. Ahora bien, si esta no se desarrolla, desembocará en una sensación de inferioridad respecto a los demás.
Identidad frente a Confusión de roles
Esta etapa supone la quinta dentro del ciclo vital, y aparece durante la adolescencia. El adolescente se enfrenta a una serie de cambios físicos junto a la aparición de nuevas demandas sociales. Esto provocará en él una sensación de confusión acerca de sus roles y autoconcepto.
Por ello, el individuo deberá comprometerse a nivel ideológico, profesional y personal, para lograr el desarrollo de la identidad. A partir de Erikson, James Marcia desarrolló su teoría acerca de la identidad adolescente, que puedes consultar.
Intimidad frente a Aislamiento
Sexto estadio dentro de las etapas vitales de Erikson, que aparece a lo largo de la adultez temprana o juventud. La persona debe arraigar su identidad para lograr un vínculo con otras personas. Debe encontrar nexos de unión “entre el resto de individuos” para así lograr una fusión de identidades, pero manteniendo su identidad personal. Superar esta etapa supone haber adquirido la capacidad para tener relaciones de afecto de distinto tipo, frente a un aislamiento social.
Generatividad frente a Estancamiento
Séptimo y penúltimo etapa dentro del ciclo vital, que abarca gran parte de la adultez media. Más allá de la identidad y la intimidad, la persona debe comprometerse con los otros, con su trabajo, con sus hijos, consiguiendo así una vida productiva. La necesidad del adulto de lograr una vida productiva, le protege de un estancamiento y le ayuda a seguir adelante con sus metas y propósitos.
Integridad del Yo frente a Desesperación
Última de las etapas del desarrollo global del ser humano, ocurre a lo largo de la adultez tardía o vejez. Para lograr una satisfacción con la propia vida, el individuo debe mirar hacia atrás y estar de acuerdo con las decisiones vitales que ha tomado. Así, una valoración positiva de los objetivos y decisiones tomadas conforman una integridad del yo, la cual da forma a una imagen completa y significativa de uno mismo. En cambio, una visión negativa de la propia vida puede suponer sentimientos de desesperación e impotencia.
Alejandro Sanfeliciano
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Nota: sólo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.