Si nos dieran a elegir entre un aumento de sueldo o una reducción de jornada, ¿qué escogeríamos? De la respuesta depende en parte nuestro estado de felicidad. Un estudio publicado por la revista Social Psychological and Personality Science revela que las personas felices suelen optar por el tiempo antes que por el dinero.
Según un estudio llevado a cabo por la Universidad de Pricenton, el dinero bien utilizado y hasta un máximo de 58.000 euros al año puede influir en nuestro el nivel de felicidad subjetiva. Pero más allá de esto, ¿podemos ser felices a base de amontonar euros o será más necesario disponer de tiempo para disfrutarlo con nuestros seres queridos y nosotros mismos? Profundicemos.
La relación entre la felicidad y el dinero tiene un límite
Daniel Kahneman, psicólogo y premio Nobel en economía en 2002 y Angus Deaton, premio Nobel en economía en 2015, analizaron más de 450.000 respuestas y encontraron que la valoración sobre la vida aumenta de forma constante en relación a los ingresos económicos.
No obstante, la opinión sobre la calidad de las experiencias emocionales diarias se estabiliza a partir de un cierto nivel de ingresos. Esto quiere decir que existe un momento en el que por mucho que ganemos más, no seremos más felices, es decir, que la relación dinero y felicidad se estanca a partir de la obtención de unos 75.000 dólares anuales (aproximadamente 58.000 euros al año).
Con estos resultados podemos afirmar que el dinero puede comprar la felicidad, pero que no es posible en todas las circunstancias porque hay un límite y cuando se traspasa, los niveles de satisfacción no aumentan, incluso podrían decrecer.
“Mi sueño es el de Picasso; tener mucho dinero para vivir tranquilo como los pobres”
-Fernando Savater-
¿El dinero da la felicidad?
Diversas investigaciones sugieren que el dinero no da la felicidad, sino subidones de euforia que duran poco tiempo. Desde la psicología esto se explica a partir del concepto de habituación. Así, en un principio ganar mucho dinero nos resulta placentero pero a la larga, esta sensación decae porque nos hemos acostumbrado y regresamos a los niveles de felicidad que teníamos al principio.
Como vemos la felicidad global no solo depende de lo que hacemos sino también de cómo lo interpretamos y en última instancia, de nuestra concepción particular sobre este concepto.
Por otro lado, el éxito está asociado a tener más de todo: más cosas, más reconocimiento, más sueldo… Y tiene sentido: ya hemos contado cómo puede ayudarnos a la felicidad el dinero bien utilizado, pero ¿y el tiempo? Al estereotipo de persona exitosa normalmente va unido el de trabajador ajetreado que apenas tiene tiempo para disfrutar de sus aficiones, de sus amistades, y de su familia.
¿De qué nos sirve tener éxito, dinero o reconocimiento si no podemos disfrutarlo? Si el objetivo en esta vida es ser personas felices, ¿por qué no dedicamos más tiempo a lo que realmente nos hace estar vivos? La respuesta quizás tenga que ver con que no lo sabemos o porque quizás, ni siquiera nos lo hemos planteado…
“De aquel que opina que el dinero puede hacerlo todo, cabe sospechar con fundamento que será capaz de hacer cualquier cosa por dinero”
-Benjamin Franklin-
¿Sabemos utilizar nuestro tiempo para ser personas felices?
En un estudio publicado recientemente en la revista Social Psychological and Personality Science, se preguntó a casi 4.500 personas si valoraban más el dinero o el tiempo para alcanzar la felicidad. El 64% declaró que prefería tener dinero, sin embargo, la investigación también arrojó que aquellos que daban más importancia a disponer de tiempo resultaban ser más felices. Un 25% de los participantes que eligieron el dinero, cuando fueron preguntados un año después, cambiaron de idea y optaron por el tiempo.
Los resultados de esta investigación evidenciaron que si tuviéramos a dos personas en las mismas circunstancias, aquella que decidiera que el tiempo es más importante que el dinero sería más feliz que la que optara por el dinero. Pero no es el único estudio de este tipo.
Una investigación de la Universidad de British Columbia en Vancouver (Canadá) arrojó que valorar el tiempo sobre el dinero está asociado a mayores niveles de felicidad, sobre todo cuando para conseguir ese dinero son precisas amplias jornadas laborales.
Según aumenta la edad, el tiempo pasa a cobrar más importancia en la escala de prioridades de las personas. Tiene su lógica, ya que cada segundo que pasa se convierte en un bien más.
En la actualidad, los más jóvenes parecen haber tomado nota de los veteranos para llegar a ser personas felices, en concreto la generación de los millennials, nacidos entre 1980 y 1995. Según un estudio de 2013 de la consultora Price Waterhouse Coopers, esta generación prefiere disponer de más tiempo libre y poder compatibilizar su vida laboral y personal antes que tener un gran salario.
Los millennials consideran que el trabajo es un medio para tener estabilidad y bienestar, pero no el único medio.
Como vemos, si partimos de estas investigaciones el dinero ayuda a que seamos personas felices hasta un cierto punto, es decir tiene sus límites. Pero saber aprovechar el tiempo siempre tiene su importancia, sobre todo para nuestro bienestar. Por lo que más allá del dinero, no olvidemos aprovechar nuestro tiempo.
Fátima Servián Franco
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Nota: sólo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.