Logo

Logo

martes, mayo 31, 2016

¿Se puede visualizar el éxito?

El primer paso para ser exitosos en cualquier emprendimiento o proyecto es imaginarlo. Existen diversas técnicas para poder visualizar el éxito y concretar nuestros objetivos. Es tan simple como “soñar despiertos” e imaginarnos en el preciso momento en que conseguimos nuestras metas.



Gracias a esta visualización podremos “acomodar” los pensamientos, experimentar las mismas sensaciones que ocurrirán en ese momento, enfocarnos en nuestras virtudes y tratar de cambiar aquello que no nos agrada. Pero atención que no se trata de vivir soñando, sino de equilibrar la acción con la imaginación.


Visualiza el éxito y tus sentimientos

¿Te has puesto a pensar alguna vez qué sensación tendrás cuando te gradúes, cuando tu empresa sea exitosa o cuando te cases? Imaginar esas emociones te permitirá estar cada vez más cerca de tus objetivos. ¿Tan solo con soñarlo? Sí, tan solo con soñarlo.

Algunos consideran que la visualización es una terapia que está de moda y por ello ahora todos deberíamos llevarla a cabo, sin embargo se trata de una técnica con mucha historia. Desde la antigua Roma ya se utilizaban los pensamientos para poder superar los problemas y hasta para curarse de algunas enfermedades.

Podemos obtener muy buenos resultados si visualizamos lo que queremos conseguir. La imaginación nos aporta la energía y la motivación suficientes como para seguir adelante sin importar cuánto nos cueste hacer realidad nuestro sueño. Si nos enfocamos en una sola cuestión a la vez nos será más simple.

La concentración es muy importante ya que habrá otros pensamientos que quieran distraernos. Pero no podemos permitirlo si realmente buscamos experimentar una bonita situación. Una situación que esperamos que se repita en el futuro, aunque en ese momento no solo estará en la cabeza, sino que será 100% real.

Visualizar el éxito, no el fracaso

Todas las técnicas se pueden usar para ayudarnos o para perjudicarnos. Si visualizamos el éxito podemos familiarizarnos con esa condición, mejorar nuestra autoestima y aumentar la confianza en nuestras capacidades. También nos sirve para planificar mejor y estar listos para ese torbellino de sensaciones que se producirán en tu interior cuando lo logres.

Si en vez de ello nos enfocamos en el fracaso porque no nos fiamos de que las cosas sucedan como queremos o pensamos que no somos capaces de lograr nada, entonces la visualización es negativa. Al pensar una y otra vez en el error, hay más posibilidades de equivocarse, de estar nerviosos, de no planear al detalle o de que todo salga mal.

No hay que desestimar el poder de la visualización. No es una técnica que solo se queda en la mente sino que atraviesa el cuerpo como un haz de luz que nos da fuerzas para seguir. Nos permite a su vez imaginar por completo una situación y no dejar nada librado al azar. Si crees que algo sucederá, entonces así será. Ese es el “leiv motiv” de visualizar.

Todos los sentidos puestos en la visualización

Cuando recibimos una buena noticia, conseguimos un trabajo que nos gusta o nuestra empresa tiene más clientes de los que esperábamos, la mente y el cuerpo reaccionan de una manera extraordinaria. Son muchos los fenómenos que suceden en nuestro interior y la mayoría de ellos son inexplicables, pero nos encantan.

En el arte de visualizar el éxito también debemos prestar atención a ellos. Es decir que para lograr una imagen completa de nuestra meta es preciso que todos los sentidos y emociones estén a nuestra disposición.

Para que el sueño sea lo más realista posible, a tal punto de no saber determinar si estábamos despiertos o no, es vital que añadamos muchos ingredientes a la receta. Es decir, los olores, los sabores, las texturas, los sonidos y las imágenes han de estar en una simbiosis perfecta ayudándonos a que la escena sea lo más “realista” posible.

Visualizar las emociones

Lo mismo sucede con los sentimientos. Si ya sabes que llorarás de la emoción… ¡entonces llora cuando visualizas tu objetivo concretado! Si la felicidad hace que tu corazón lata a mayor velocidad… ¡deja que los latidos aumenten!

Cada vez que imagines eso que tanto deseas no olvides añadir nuevos detalles, cuanto más nítida sea la imagen más fuerza te dará para acercarte a ella. Lo mismo que sucede con una receta de cocina y los condimentos: si le faltan aliños, el plato no tendrá gusto.

Cuanto antes pongas en práctica la técnica para visualizar el éxito, más rápido serás exitoso. Disfruta este camino desde el primer momento en que piensas en él y recuerda que se trata de disfrutar mientras lo alcanzas, no solamente cuando lo hayas logrado.

Yamila Papa

lunes, mayo 30, 2016

Esa sensación de paz refleja que has tomado la opción correcta

Esa sensación de paz que sientes ahora refleja que has tomado la opción correcta. Tal vez no sea la más acertada para algunos, ni la más lógica según otros. De hecho, puede que ni siquiera la mejor. Si embargo, lo que sí está claro es que es la opción que te hace feliz, la que conjuga con tus valores, esencias y sentimientos…



Sigmund Freud solía decir que tomar una decisión es como montar un caballo de carreras. El animal representaría nuestro lado emocional, instintivo, desbocado casi. Por su parte, el jinete es quien lleva las riendas de la razón, quien guía, frena y orienta. Ahora bien, quien vence en la mayoría de las ocasiones a la hora de tomar una decisión es nuestra fascinante arquitectura emocional, ahí donde cada día acontecen cientos y cientos de carreras…
Tú no eres la opción de nadie, eres tu propia prioridad, por ello, a la hora de tomar cada una de tus decisiones escucha a tu corazón. Porque no existe un camino correcto, existe un camino que te hace feliz.

La vida es elegir, de hecho, nos pasamos gran parte del tiempo practicando el arte de la toma de decisiones: café o té, ascensor o escalera, llamarle o no llamarle, coger ese tren o dejarlo pasar... Decidirse puede trasmitir las mismas sensaciones que las que acompañan a un salto al vacío. Ahí donde se requieren, eso eso sí, grandes dosis de valentía y responsabilidad.


Te invitamos a reflexionar sobre ello.


La opción correcta no existe: existe la voluntad de ser feliz

Henry James escribió un cuento excepcional titulado “El rincón feliz”. En él, nos presentaba a Spencer Brydon, un joven que después de haber obtenido éxito y fortuna en Estados Unidos vuelve a su casa natal de Inglaterra.


En la soledad de su hogar ahora vacío, se pregunta si hizo bien, si la opción de dejar sus raíces y a los suyos fue la decisión correcta. En medio de esta duda existencial, surge de pronto su alter ego, ese otro yo que le desvela, poco poco, qué habría sido de él en el caso de no haberse ido.

La duda de si hemos tomado o no la opción más correcta es algo que nos acompañará siempre. Ahora bien, tal, y como nos enseña Henry James en este cuento, tomar una decisión parte primero del corazón, pero tras ella, se da paso a la responsabilidad. De la emoción se pasa a la razón y, por encima de todo, a la obligación de ser arquitectos de nuestros propios caminos.

No siempre hay opciones correctas ni caminos con luces de neón señalándonos donde amanece cada día la felicidad. La decisión más sabia es aquella que nos ofrece paz, la que va de la mano de nuestra conciencia y la que a su vez, nos invita a seguir tomando decisiones congruentes en base a dichas esencias.


El arte de tomar sabias decisiones desde el corazón

Sabemos ya que a la hora de decidirnos por una opción u otra las emociones son como nuestros luceros en medio de los océanos de dudas. Ahora bien, te gustará saber también que la estructura cerebral que más luz irradia en dicho proceso es la amígdala.
Un deseo no cambia nada, pero una decisión lo empieza todo.

El cuerpo amigdalino tiene cientos de conexiones en todo el cerebro, es una estructura afinada y fascinante que actúa como una pequeña centinela capaz de evaluar todo estímulo, todo pensamiento, experiencias o acontecimiento consciente o inconsciente. Después de ese análisis, la amígdala emite un juicio, una decisión que más tarde será analizada detenidamente por nuestra corteza frontal.


Puesto que tenemos claro que muchas de nuestras decisiones las tomamos por la “vía emocional“, veamos ahora de qué manera podemos conseguir que éstas, sean un poco más sabias, más acertadas y responsables.


Claves para tomar decisiones

Para ser felices hay que tomar decisiones y ser capaces de ir más allá de la linea del miedo. Esto es algo que en ocasiones nos resulta muy complicado, lo sabemos, porque decidir es también tener que dejar muchas cosas atrás.
  • Cuando nuestro corazón nos pide que demos el paso y aparece el miedo, lo que debemos hacer es racionalizar ese temor y entenderlo. De la emoción pasamos ahora a la razón, porque es la lógica y el pensamiento consciente quien debe invitarnos, con valentía, a derribar los muros de nuestros miedos.
  • Cuando tus emociones te indiquen que tomes un camino determinado, pregúntate si estás siendo realista. Es una pregunta que debes hacerte a ti mismo, solo a ti y a nadie más. Si lo ves factible, si te hace feliz y lo ves posible, que nada ni nadie te detenga en ese propósito.
  • Acepta la posibilidad del fracaso. Tolera y asume que es posible que las cosas no vayan bien, pero entiende, a su vez, que para encontrar el camino de la felicidad no basta con una sola opción. Es solo una puerta que te enseñará muchos más caminos.

El arte de ser feliz es saber decidir cada día siendo íntegros con la voz de nuestro corazón, aceptando errores para ir encontrando poco a poco nuestros senderos vitales, nuestra paz interior.

Valeria Sabater

domingo, mayo 29, 2016

Si las palabras te ahogan, es el momento de decirlas

Ni siquiera la persona más callada puede cargar en silencio con todos sus sentimientos, ya que todos necesitamos desahogarnos de vez en cuando y verbalizar lo que nos ahoga por dentro. De hecho, habrá temporadas en las que probablemente sientas que eso que tienes atascado en la garganta te está haciendo daño y no veas la manera de sacarlo fuera en palabras. Como si te hubieras atragantado y no pudieras respirar por el corazón.



Puede que incluso que eso te lleve a pensar que no existen palabras lo suficientemente precisas para trasmitir un retrato suficientemente fiel de lo que te ocurre . Es completamente normal, trata de respirar. Todos hemos pasado por esa situación alguna vez y puedo decirte que nada se va a quedar ahí indefinidamente: aunque no lo creas, tu burbuja de dolor se romperá y encontrarás el método para aliviarte y sentirte mejor.

No expresar tus emociones puede enfermarte

Son tantas las emociones que llegamos a sentir que, sin importar si son positivas o negativas, tienen que exteriorizarse para que podamos canalizarlas adecuadamente. De lo contrario, se quedan en tu interior haciendo ruido y quitándote parte de tu energía.

“No acumules silencios, grita de vez en cuando.”
-Anónimo-

Ciertamente, el cuerpo y la mente piden fluidez con lo que recogen de las experiencias y si no lo reciben pueden enfermarse: por ejemplo, la alexitimia es un trastorno que resulta de llevar a los límites esa incapacidad de manifestar las emociones.

Si sientes que te has bloqueado y que no sabes continuar, quizá sea el momento de dejar que las palabras hablen por ti y de que incluso busques ayuda. Ya no para que te diga qué hacer o qué no, sino para buscar esa sensación de comprensión que todos necesitamos.

Persigue las palabras que quieren huir

Es curioso que justo cuando más padezcas la sensación opresora de querer decir algo no puedas porque las palabras que te ayudarían a hacerlo quieren huir y no te lo permiten. Sin embargo, si buscas en ti la fuerza suficiente para perseguirlas lograrás hacerte con ellas.

“Cada suspiro es como un sorbo de vida del que uno se deshace.”
-Juan Rulfo-

Es posible que en el momento de hablar tartamudees, se entrecorten tus frases y que sientas que se te seca la boca. O, también puede que, en lugar de hablar, prefieras escribir y entonces te cueste enlazar tus pensamientos o te sorprendas con lo que ves ante el papel.

No obstante, las palabras que ahogan tienen que salir fuera porque tú misma es beneficioso que las escuches y las aceptes. Mientras no lo expreses, no podrás asumirlo ni sabrás cómo actuar ante ellas.

Algunas herramientas para el desahogo

Desahogarnos es uno de los procesos más complicados a los que tenemos que hacer frente como personas, pues equivale a dejar al descubierto el pecho mientras sufre para ver de cerca lo que nos aflige. Sin embargo, existen algunas técnicas que podrían facilitar el desahogo emocional y ayudarte a encontrar tu paz interior:
  • Ser tu propia consejera: si crees que posees una buena capacidad de objetividad para analizarte, es probable que tratar tus propios pros y contras de lo que te ocurre sea un buen ejercicio de catarsis para ti.
  • Llorar: siempre digo que es beneficioso llorar, pero creo que es preciso entender que es útil únicamente cuando somos conscientes de que nos está aliviando. Date la oportunidad de llorar hasta cansarte si lo necesitas, pero después de hacerlo intenta sacar las conclusiones al respecto.
  • Ganar tranquilidad y calma: la mejor manera de enfocar los problemas es sencillamente en un ambiente de tranquilidad y calma. Si lo estás pasando mal puedes realizar algo que te relaje, como escuchar música, y después buscar las palabras que necesitas decir.
  • Rodearse de personas que te quieran: es evidente que es tan indispensable encontrar a alguien cerca que se alegre de tus logros como que tenga la empatía para tus fracasos, miedos o indecisiones. Estoy segura de que hay alguien a tu lado que está dispuesto a no juzgarte, con quien puedes sentirte libre de hablar y ser escuchado. 

“Me parece que eres de esas personas que saben escuchar con los oídos, los ojos y el corazón, todos al unísono”
-Kate Morton-

Cristina Medina Gomez

sábado, mayo 28, 2016

5 formas de hacernos daño sin darnos cuenta

Cuidar de uno mismo implica sobre todo, saber respetarnos y amarnos sin condiciones, ya seamos guapos o feos, estemos tristes o alegres, triunfemos o fracasemos. Algo que a priori parece fácil de hacer, se convierte en realidad en una tarea muy difícil si tenemos en cuenta la educación recibida o la cantidad de mensajes que nos han vendido la publicidad, el cine o la música y con los que de alguna manera, al trasformarlos en exigencias, nos hacemos daño.



Es como si uno fuese “egoísta”, “orgulloso” o “engreído” por quererse, por felicitarse de vez en cuando o darse una palmada en la espalda. “Sé humilde y modesto”, nos han dicho siempre o “no te lo creas que lo pierdes todo”.
Estamos de acuerdo en que no hay que irse al polo del narcisismo pero sí que es beneficioso a nivel psicológico quererse un poco más y machacarse algo menos de lo que solemos hacerlo.

Ya que si no es así, el resultado suele ser que apartamos nuestros intereses y necesidades, las dejamos en un segundo plano y, por lo tanto, dejamos de cuidarnos. La mayoría de las veces por esa necesidad de ser aprobados por los otros o por el deseo extremo de ser perfectos y no cometer errores a los ojos de los demás.

¿Te cuidas?

Quizá te hayas sentido identificado con la introducción del artículo y ya te hayas percatado de que no te cuidas a nivel emocional y de que en ocasiones y como consecuencia te haces daño a ti mismo. No obstante, te recomiendo que analices estos puntos y reflexiones sobre si necesitas quererte un poquito más.

Te haces daño si…


Te haces daño si te exiges ser perfecto

Exigirse ser perfecto es un objetivo poco realista, ya que nunca lo podremos conseguir, por mucho que nos empeñemos en ello. Los seres humanos estamos continuamente cometiendo errores y es gracias a ellos que aprendemos y mejoramos, pero nunca seremos infalibles en nada.

Si crees que puedes alcanzar la perfección, gastarás demasiadas energías. Lo único que harás es frustrarte cuando las cosas te salgan mal y al final acabarás abandonando tus metas, precisamente porque con ellas no puedes cumplir tus expectativas.

Exigirse demasiado es descuidarse mucho.

Te haces daño si no te das caprichos

Si no te haces regalos de vez en cuando, no te permites descansos o vacaciones o no te perdonas si no has actuado como “deberías” te estás descuidando claramente. Está muy bien ser responsable e intentar cumplir con nuestros objetivos o metas, pero es sumamente importante premiarse de vez en cuando por ello.
Decirse a uno mismo “porque me lo merezco” es beneficioso para nuestra salud emocional y nos mantiene motivados.

Te haces daño si dices “sí” cuando en realidad quieres decir “no”

En este caso das más importancia a las necesidades de los demás que las tuyas propias y esto es una falta de respeto total hacia tu persona. Se pueden hacer favores de vez en cuando, siempre y cuando concuerden con nuestros principios y criterios personales, pero para nada estamos obligados a decir que sí a todo.

No existe excusa, ya sea familiar, amigo o conocido, si no queremos hacer algo no tenemos por qué hacerlo y, si la otra persona se lo toma mal, será su problema y no el nuestro.


Te haces daño si te dejas llevar por las opiniones de los demás

Te crees que los demás tienen la verdad absoluta de las cosas y que tu opinión no es tan valiosa… ¿por qué?

Cada persona construye su realidad en función de lo que ha oído por ahí o como se ha educado, eso no quiere decir que sea real todo lo que piensa. Por lo tanto, lo saludable es escuchar las opiniones de la gente, pero sin que ello penetre en nosotros de forma absoluta y dominante.
Formaremos nuestra propia opinión que será igual de válida que la de los demás si es que nos sentimos bien con ella.

Te haces daño si no te permites vivir el presente

Tu mente es viajera y siempre se encuentra en el pasado o en el futuro, no descansa y viene al presente. Por lo tanto, no disfrutas de lo que tienes entre manos en este preciso instante, te lo pierdes y esto también es descuidarte.

Si te lamentas demasiado por aquello que pasó y no pudiste solucionar o te preocupas en exceso por lo que podrá venir pero aun no ha llegado, no estás viviendo el aquí y ahora y te estás haciendo daño a ti mismo.

¿Cómo te has de cuidar?

Si tras analizar los cinco puntos, te has dado cuenta de que no te cuidas lo suficiente, es momento de empezar a hacerlo. Evidentemente, tienes que aprender a autorespetarte y para ello has de empezar a hacer todo lo contrario a lo que se expone en esos cinco puntos.

Si eres muy exigente contigo mismo y crees que tienes que ser perfecto hagas lo que hagas, es conveniente que cambies la exigencia por una preferencia y que te aceptes al margen de tus resultados.

Si solo das y nunca recibes nada de ti mismo, empieza ya a premiarte por cada logro conseguido, aunque sea pequeño. Cógete esas merecidas vacaciones o cómprate ese vestido que tanto te gusta. Aprende a decir no, sin excusas, de forma firme y asertiva, sin miedo a la reacción del otro. Si es buen amigo lo entenderá.

Recuerda que las opiniones de los demás son de los demás. Se convertirán en tuyas si tu lo permites. Cada cual tiene derecho a pensar, decir y expresar lo que quiera, pero tu también tienes derecho a creer lo que quieras. Guíate por tu propia intuición.

Haz un esfuerzo por devolver tu mente al presente cuando notes que se ha ido. Para ello, fíjate en tu alrededor, describe lo que ves, lo que oyes o lo que sientes. Disfruta lo que estás viviendo y piensa que lo que sucedió ya no se puede solucionar y lo que vendrá, ya veremos.

Alicia Escaño Hidalgo

viernes, mayo 27, 2016

Da mejores resultados construir puentes que levantar muros

Existe la idea errónea de que alzar muros cuando nos han hecho daño es lo mejor para salvaguardarnos de un nuevo dolor, sobre todo porque construir puentes que favorezcan el inicio de otras relaciones parece demasiado arriesgado. “Ya he sufrido bastante”, nos decimos, y nos ponemos todo un ejército de defensa en las puertas del corazón.



“También el ejército derrotado respira cuando ha acabado la batalla”
-Dino Buzzati-

Es cierto que actualmente ir por la vida con un escudo y lanza no es solo más sencillo que mostrarnos vulnerables, sino que además es bastante más práctico: evitas confianzas decepcionantes, caídas innecesarias y puñaladas poco o nada merecidas. Sin embargo, ¿de verdad no crees que va siendo hora de aparcar el rencor, las reservas y los miedos?

Quizá me digas que no, que ya se han reído de ti lo suficiente y, a pesar de solidarizarme con eso, te diré que sí: no seríamos plenamente seres vivos si no nos diéramos a conocer a gente nueva, experiencias diferentes, ciclos que se inician y llegan para cerrar esos finales de solo un punto.

Relájate, suelta el aire: no todos son tiburones

Si nos han fallado y nos han dolido la primera reacción que viene tras el proceso de aceptación es una de autodefensa. Cerramos la historia con esa persona y con ella ponemos el candado a cualquier posible emoción que tenga intención de revolver el alma: “no va a ver más rotos porque no le daré la oportunidad a nadie de que los cause”.

Evidentemente, creemos que este sistema de defensa es perfecto porque nada ni nadie podrá asaltarlo. Y entonces nos vestimos con una dura armadura, sin darnos cuenta que estamos privando a nuestra piel del contacto con el aire. Sin ser conscientes de que en realidad lo que podemos lograr es que nuestras heridas se infecten.

“Un día de estos tendrás que ir bajando la guardia,
las cosas que otros te hicieron son cosas que ya no te pasan”
-Marwan-

En otras palabras, que no te engañen: el daño sigue siendo unidireccional. La sobreprotección nos impide disfrutar y nos conduce a un estado de alerta constante que nos niega la posibilidad de dejarnos llevar. Levantar muros se vuelve así una cruz invisible que nos sigue y nos persigue, haciéndonos pensar que todo lo que hay en el mar son tiburones.

A la valentía de pedir perdón, la virtud de perdonar

Por mucho que te empeñes en creer que levantando todo un castillo preparado continuamente para la guerra es mejor para ti, te equivocas: no seríamos nadie si no nos permitiéramos contactos emocionales con los demás. Nos perderíamos mucho si no fuéramos capaces de tirar puentes o, lo que es lo mismo, de aceptar el perdón y tener la virtud de perdonar. No por nadie, sino por alguien especial: por ti. Piénsalo, ¿de qué sirve no perdonar?, ¿te beneficia?

Tú te mereces otorgar el perdón a los errores que otros han cometido contigo, pues así conseguirás quitarte lastres que ya no deberían significar nada para ti: tienes nuevas metas, nuevos retos, gente que quiere conocerte, experiencias que te esperan. ¿Por qué no las dejas suceder?

En cierta medida podríamos decir que el corazón tiene sus propios espacios y estos hay que administrarlos bien: al trastero lo que impide a la luz quedarse en los pasillo principales. Si consigues hacerlo encontrarás la paz interior que tanto ansías y, sin saberlo, le sacarás el jugo al tiempo y exprimirás lo que llegue, sin fantasmas del pasado.

Tirar puentes es más difícil, pero también más vital

Nuestro título decía que da mejores construir puentes que levantar muros, pero aún no nos hemos parado a explicar qué significa eso de construir un puente. Por si existen las dudas, durante la Edad Media algunas fortalezas se servían de diferentes “ayudas tecnológicas”, como los puentes levadizos, que daban permitían elementos de defensa tan eficaces como los fosos: por un lado, elevarlos permitía proteger el sitio del acceso de los enemigos; por otro lado, favorecía el tráfico marítimo y la entrada al castillo.

“Si levantas un muro, piensa en lo que queda fuera”
-Italo Calvino-

Si aplicamos la metáfora a la vida entendemos que es muy complicado lanzar ese puente para permitir la entrada a lo desconocido cuando recientemente nos ha costado tanto echar del corazón al enemigo. No obstante, no hacerlo por mucho tiempo nos aislará del exterior, nos sumergirá en inseguridades y nos irá apagando la vitalidad.

Como con todo, lo que es más difícil de lograr parece que nos llena más y nos genera la adrenalina suficiente. Así que si crees que lo que necesitas es pasar página, construir otros recuerdos o sentir que de verdad lo que dolía a cicatrizado; ¿por qué no dejas de levantar muros y te animas a construir puentes?

Cristina Medina Gomez

jueves, mayo 26, 2016

Sientes rabia y no sabes por qué

Es una especie de molestia que se manifiesta en tu estado de ánimo, pero también en tu cuerpo. Experimentas fastidio. Te da calor y puedes sentir cierta pesadez en la cabeza. También es posible que experimentes tensión en la garganta y algo de opresión en el pecho. Es la rabia, que te asedia y a veces no sabes exactamente por qué.



Cuando la ira nace a partir de un estímulo concreto, como un acto ofensivo o una situación desagradable, es mucho más sencillo trazar una conducta a seguir. Tienes la alternativa de armar una bronca, digerir lo ocurrido y dejarlo pasar o manejar civilizadamente el asunto. Pero cuando la rabia no se dirige a algo o a alguien específicamente, sino que simplemente impregna de fastidio todo tu mundo emocional, es más difícil mantenerla bajo control.
“Aferrarse a la rabia es como agarrar un carbón ardiendo con la intención de tirarlo a alguien; eres tú quien te quemas.”
-Buda-

En principio, la ira es una emoción positiva, en la medida en que permite oponer resistencia a circunstancias que son frustrantes o amenazantes para ti. Se trata simplemente de una reacción de defensa o ataque, que permite reafirmar a una persona. Pero cuando esa rabia se vuelve sorda y constante, cuando se convierte en una irritabilidad permanente y te hace estallar hasta por eventos insignificantes, es necesario revisar qué pasa.

La rabia que persiste y se retroalimenta

Todos conocemos personas que parecen estar enojadas constantemente. Se les ve tensas y notablemente preocupadas cada día, sin importar si hay hechos positivos o negativos a su alrededor. Parecen ser inmunes a lo que ocurre en su entorno, porque igual permanecen enfadados. Se les dice que son como “una chispa” y que al menor estímulo desagradable, desatan un incendio de grandes proporciones.

¿Qué pasa en esas personas que sienten rabia y no logran especificar por qué? Por lo general se trata de individuos con un aprendizaje equivocado: creen que desatar un conflicto es una vía eficaz para lograr sus propósitos. Como les cuesta tolerar y entender a quienes piensan o actúan de manera diferente a ellos mismos, se enojan y les reclaman a los demás por no hacer las cosas como ellos piensan que deberían hacerlas, con o sin razón.

Para los enfadones crónicos hay una sola forma de vivir, una sola forma de sentir y una sola forma de actuar: la que ellos llaman “correcta”. Sienten que deben reaccionar con ira cuando “pillan” a alguien haciendo algo que “no corresponde”. No soportan la sensación de caos en el mundo, porque, muy probablemente, ellos mismos experimentan un caos interior, que solo pueden mantener a raya siendo “psicorígidos”.

También suele tratarse de personas con dificultades para expresar sus emociones. Es frecuente que repriman lo que hay en su interior y que solo sean capaces de expresarlo mediante un estallido de rabia. Esa emoción les da el impulso necesario para decir lo que habían callado. Por eso mismo, sus palabras están sobrecargadas y casi siempre representan una visión exagerada o demasiado extrema de una situación.

Un monstruo que termina devorando a su creador

Hay momentos en los que el enfado es realmente un factor que ordena, que pone límites y que evita males mayores. Una buena verdad, dicha a tiempo y “sin anestesia”, permite poner “los puntos sobre las íes” y detener alguna circunstancia nociva.

Lo ideal sería que siempre tuviéramos el suficiente control para decir todo con exactitud y mesura. Pero esto no siempre es así, nuestro cerebro instintivo y emocional es mucho más antiguo que el racional y no podemos evitar que de manera excepcional tome el control. De hecho es bueno que a veces quienes nos rodean se den cuenta de que también tenemos nuestro carácter.

Pero en el caso de esa irritabilidad constante, en lugar de propiciar una situación saludable, lo que se puede desencadenar es una dinámica que termina atentando contra el propio bienestar del “enfadon”. Lo que quiere es orden, “corrección”, o como quiera llamársele. Pero lo que obtiene con sus gritos y sus reclamos desencajados es todo lo contrario: más desorden, más errores y menos soluciones.

Este tipo de personas terminan impregnando todas sus relaciones de tensión y conflicto. Más tarde o más temprano, siempre termina uno recibiendo aquello que da. Así que es muy probable que el “enfadon” se convierta en víctima de su propio invento. Los demás se tornan más exigentes e intolerantes con él y permanecen predispuestos de manera negativa ante su presencia. Se vuelve alguien que fastidia, que constantemente es también puesto en tela de juicio, que no se soporta.

Es muy frecuente que esa irritabilidad constante esté acompañada de depresión y de ansiedad. Tristeza por la frustración que implica el sentirse impotente ante la imposibilidad de lograr que todo funcione como él desea. Ansiedad, por la misma razón y por los múltiples conflictos en los que se ve envuelta la persona.

Al final del día, este tipo de actitudes solo son una forma de desperdiciar lo mejor de la vida. Es claro que si sientes rabia constantemente, terminas sin saber por qué y esto te bloquea, necesitas algo más que un nuevo propósito. Lo que requieres es ayuda profesional.

Edith Sánchez

miércoles, mayo 25, 2016

Las Tres Fases para Llegar al Amor Incondicional

El amor incondicional es un paso importantísimo en nuestro crecimiento personal.



De hecho, es imprescindible para sentirnos completos.

En el fondo de nuestro corazón, sabemos que somos todos uno, y nuestra alma está buscando recuperar esta unidad.

Nuestra alma está buscando volver a sentir el amor incondicional.

Hoy hablaremos de cómo lograrlo.

Es un camino aún más hermoso y profundo de lo que parece.

El Primer Paso Hacia el Amor Incondicional

Cuando pensamos en el “amor incondicional”, lo primero que normalmente nos viene a la cabeza es la idea de amar a todas las personas: ser capaz de expresar amor sincero por todo el mundo.

Este es, sin duda, un paso muy importante; tanto para la paz en la Tierra como para la paz en nuestro interior.

A nivel profundo, sabemos que estamos todos unidos, así que siempre que tenemos un pensamiento de rechazo hacia alguien, una parte de nuestra alma siente dolor. Siempre.

Así pues, solo encontraremos la paz y la felicidad cuando nuestros pensamientos sean de amor hacia todo el mundo. No hay alternativa posible.

Amar a todo el mundo nos resulta difícil, pero no porque realmente lo sea. En realidad, amar es nuestro estado natural. Solo tenemos que recordarlo.

Este es el primer gran paso.


La Segunda Fase del Amor Incondicional

Amar a todo el mundo es el primer gran paso hacia el amor incondicional.

Pero no es el único. Ni siquiera es el más difícil

Amar incondicionalmente significa amarlo todo. Todo, todo.

Y una de las cosas que más necesitan nuestro amor actualmente son los instantes del tiempo.

Si te fijas, nuestra vida está hecha de instantes del tiempo que se van sucediendo uno detrás de otro. En algunos instantes pasan cosas que nos gustan y en otros no. Y, normalmente, despreciamos los instantes que no nos gustan.

Esta es la base de la impaciencia. Cuando no nos gusta lo que está sucediendo, queremos que el tiempo pase más deprisa y que cambie. Decimos: no me gusta este instante del tiempo en el que estoy ni lo que está sucediendo en él. Quiero otro instante diferente y lo quiero ya.

Esto no es amor incondicional.

El tiempo es un elemento muy importante en la Tierra. En parte es una ilusión, pero es una ilusión muy valiosa. Sin él, no podríamos estar viviendo esta experiencia humana.

Y tenemos que amarlo. Tanto el tiempo en sí mismo, como todos los instantes que contiene.

Cada ser vivo del universo merece ser amado por el simple hecho de existir.

Y los instantes del tiempo también.

La Tercera Fase del Amor Incondicional

El primer paso es amar a todas las personas, y a todos los seres en general.

El segundo paso es amar todos los instantes del tiempo.

Y el tercer y último paso es amarte a ti mismo.

Esta es la gran puerta que lleva al esplendor máximo: ser capaz de amarse a uno mismo de forma plena y completa.

Sin embargo, es importante diferenciar el amor “egoísta”, aquel que nos hace creer que somos más que los demás, del amor puro y sincero. El amor verdadero a uno mismo es aquel que nos permite ver que somos una parte maravillosa del universo, igual que todas las demás, y que gracias a nosotros el mundo es un lugar más luminoso.

Este paso es el último porque necesita los dos anteriores para poderse completar del todo: mientras no amemos todo lo que nos rodea, una parte de nosotros sentirá que no lo está haciendo del todo bien. Nos sentiremos culpables y nos costará mucho amarnos plenamente.

En cambio, si dejamos que todo nuestro amor fluya con libertad, nos convertiremos en personas tan enormemente luminosas, que nos enamoraremos completamente de nosotros mismos.

Así que ama todo lo que te rodea, ama todos los instantes del tiempo y ámate a ti mismo. Este es el camino.

Hay personas que piensan que esto es totalmente imposible. Hay cosas en este mundo demasiado horribles para poder amarlas.

Pero no es verdad.

Es verdad que hay cosas terribles, pero no es verdad que no podamos amarlas. Nuestra luz es tan fuerte que, si lo permitimos, puede iluminar cualquier cosa. Por muy oscura que sea.

Y esto es lo que nos hace tan increíblemente maravillosos: el amor incondicional está en nosotros.

Lo creamos o no, está en nosotros.

Solo hay que dejarlo salir.

http://www.jananguita.es/

martes, mayo 24, 2016

¿Existe realmente mi alma o llama gemela?

Cuantas veces  a lo largo de nuestras vidas nos hemos realizado esa pregunta.  
¿Realmente existe el amor de mi vida¿ Existe mi llama gemela? 

La cultura romántica encargada de narrarnos los cuentos de hadas de príncipes y princesas nos dejan con la idea de que en algún lugar del planeta debe existir, la persona exacta, única e irrepetible para uno. Que es la encargada de amarnos para toda la vida y sin la cual la vida carece de sentido. Esta visión desde un enfoque de carencia pudiera ser real, pero afortunadamente no es así. 
En los últimos tiempos las almas han ido despertando del sueño profundo en el que se encontraban perdidos de si mismos. Y nos envolvimos en frases como : la vida es un valle de lagrimas, el amor es dolor, me falta mi otra mitad. 
Estas frases repetidas a lo largo de nuestra existencia creo una separación interior, y el ser humano se sintió incompleto, cree que algo externo a él es lo que le producirá la felicidad, de que otro ser sería el responsable de completarlo y que Dios ( la fuente) “estaba fuera de él”. Esta sensación de “separación“proviene desde nuestro nacimiento. Hay varias hipótesis al respecto, como el dolor del parto cósmico  que al ser separados de nuestro creador(útero cósmico) como chispas divinas para ser almas individuales llevamos esa intranquilidad interior, una percepción constante de “buscar algo” a lo largo de nuestra experiencia de vida. 
El dolor del nacimiento cósmico en el nivel más profundo 

El dolor del nacimiento cósmico

llamas gemelas5
Citaré a Pamela Kribbe al respecto : 
Ustedes frecuentemente tratan de aliviar este dolor cósmico individual en el nivel de las relaciones con otras personas. Específicamente en las relaciones personales profundas, donde hay intimidad con otro, frecuentemente sucede que ustedes intentan sanar su propia herida más profunda con la energía de otro. 
A menudo, ustedes reconocen muy bien el dolor en el otro. Esencialmente, siempre es el mismo dolor que está basado en la pérdida de la seguridad y de la conexión primordial. El otro con frecuencia funciona como un espejo para su propio dolor. En esencia, ustedes reconocen su propio dolor en la cara del otro. 
Debido a que ustedes reconocen su propio dolor en el otro, más fácilmente de lo que pueden reconocerlo en ustedes mismos, ustedes comienzan a tratar de resolver este dolor en el otro y subconscientemente ustedes esperan que su propio dolor sea reducido por la presencia (amor, reconocimiento) del otro. 
Pero este juego que es con frecuencia representado en las relaciones (sexuales) hace que sea más difícil que antes sanar la herida. Esto es porque se puede desarrollar fácilmente una dependencia mutua desde este rol de juego emocional, sobre el cual ambos en la pareja crecen atados. Tan pronto como empieza a formarse la dependencia, comienzan a involucrarse aspectos de poder, que los llevarán más lejos del hogar, literalmente (del Hogar). Siempre que ustedes comiencen a inclinarse al poder, ustedes están entregando su propia fuerza. El poder y la dependencia no pueden existir uno sin el otro. 
Esta sinergia es lo que llamamos relaciones karmicasEstas relaciones casi nunca son de larga duración, estables, amorosas. Son relaciones destructivas más que sanadoras. Frecuentemente, el propósito básico del encuentro es lograr soltarse uno del otro. Esto es algo que podría no haberse hecho en una o más vidas pasadas, pero ahora hay otra oportunidad para liberarse uno al otro en amor. 
 
Si ustedes se hallan en una relación que está caracterizada por emociones intensas, que evoca mucho dolor y aflicción pero de la cual no pueden escaparse, por favor dense cuenta de que nada los obliga a estar con la otra persona. Además, comprendan que esas intensas emociones a menudo están más relacionadas con un dolor profundo que con amor mutuo 
La energía del amor es esencialmente calma y pacifica, alegre e inspirante, no es opresiva, agotadora y trágica. Si una relación adquiere este rasgo, es tiempo de soltar más bien que de trabajar en ella otra vez. 
Las almas cuya esencia divina es el espíritu; se han formado en grupos y han pactado vida tras vida un largo proceso de aprendizaje. De ahí que en cada reencarnación no andamos solos y vamos con muchas almas compañeras, almas afines y almas gemelas, con ellas hacemos un servicio de ir puliéndonos, intercambiando roles en cada encarnación para recordar quienes somos y aprender lo más importante que es el amor incondicional.  

Definición de Alma Gemela

  
llamas gemelas1
Desde nuestro origen divino somos una totalidad una sola unidad, integrada por nuestro aspecto femenino y masculino. No estamos separados, ni incompletos. 
No somos enteramente un alma femenina, ni enteramente un alma masculina. La creencia de que así es ha generado una sumisión a la idea de que debemos completarnos con otra persona o con algo fuera de nosotros para ser unidad. Es el pensamiento que pertenece a la dualidad. Esto no significa que abandonemos nuestras relaciones, sino que el trabajo es primero en uno mismo. 
El término Gemelo en el plano espiritual se refiere a que son almas con el mismo tono de vibración o sentimiento. Se puede decir que todas las almas somos gemelas porque hemos nacido de la misma fuente (iguales como chispas divinas) y vamos acumulando la experiencia y recordando quienes somos a través de nuestras vidas y reconociéndonos en otras almas con las que viajamos. 
En la energía de su alma gemela reconocen una parte muy profunda de ustedes mismos, su esencia más allá de la dualidad, y por este verdadero reconocimiento comienzan a comprenderse mejor y se vuelven conscientes de quiénes realmente son. Su gemelo es un marco de referencia para ustedes, que los lleva fuera de las creencias limitadas que los alimentaron y que fueron asimiladas por ustedes en esta vida y en vidas anteriores. 
 
Ustedes se liberan  viendo este reflejo de ustedes en su gemelo, es como un recordatorio y no tiene nada que ver con la dependencia emocional. Encontrarse uno con otro ayuda a cada uno de ustedes a volverse Individuos más fuertes y conscientes de sí mismos, expresando su creatividad y amor en la Tierra. Acelera su viaje de retorno ya que los ayuda a elevarse a un nivel superior de unidad mientras conservan y expresan plenamente su yo-idad, su individualidad única. 

Como reconocer a un alma con el mismo tono de vibración

 llama gemela6
Cuando dos almas se encuentran o se cruzan, ahí aparece la vibración. Se siente una corriente que corre todo el cuerpo; los ojos se hablan, se miran y, sin decirse nada, se hablan con el Corazón. Se siente como un volcán en erupción, una mezcla de sentimientos raros, pero fuertes. La alquimia de tu cuerpo cambia y, aunque esa persona  te tome la mano en son de un simple saludo, queda su piel impregnada a la tuya. 
Ese momento, ese encuentro, es uno de los más importantes que vive un ser humano. El que tiene la suerte de encontrarse con su alma gemela se encuentra a sí mismo. 
—¿Y el que no la encuentra? Es porque no está atento, no está dispuesto, o los miedos lo atan. 
Cuando estas personas se juntan, se mueve una energía muy grande que tiene que ver con la memoria de otras vidas que traen de siglos atrás. Al ser una misma vibración y tener una misión tan importante el amor entre gemelos es el de mayor intensidad

Las Llamas Gemelas

 llamas gemelas7
 El ser humano ha buscado la felicidad en objetos o relaciones en la vida. Y en algún momento se da  cuenta que la felicidad no es algo que sea expuesto. Que no lo proporciona nada material u otra persona y podemos darnos cuenta que nuestro corazón y el alma hacen un cambio quitando la responsabilidad a estos pensamientos. 
Es entonces que el encuentro con la “llama gemela” es el estado más avanzado del alma con respectoal amor
El camino de la llama gemela es como otros recorridos, un camino hacía el interior de uno mismo.  Es la unión de polaridad masculina y femenina integrando un ser completo. Entramos en el equilibrio perfecto, fusión del cielo y la tierra. María Magdalena fue quien manifestó y compartió estos cambios profundos. 
Son las almas que actualmente ya brotan  como semillas cristicas, que han trabajado su interior hasta comprender el verdadero significado del amor incondicional, que a través de ese amor manifestado contribuyen a elevar la conciencia cristica de la tierra. Son seres de luz que no rechazan la oscuridad sino que la abrazan con su luz. Estas parejas cuando están juntas elevan la vibración a lo más alto siendo sanadores, es por eso que ese amor no es considerado dentro de la etiqueta de “romántico porque trae como misión sanar y elevar la rejilla del planeta, porque ambos han sanado sus karmas personales. 
Tienen el mismo grado de evolución, no son un mismo ser sino dos que se unen a un mismo servicio. Se lee mucha información acerca de sanar karma entre ellos y eso no es exacto. El karma es una oportunidad perfecta para crecersanar y es individual. No se puede sanar el karma del otro, se puede ayudar a reflejar en otra alma como un espejo, ser el detonante pero es responsabilidad de cada uno sanar esas heridas internas que vienen de tiempo atrás.  
Es importante comprender esto porque es una de las principales trampas en las relaciones. Ustedes no son responsables de su pareja y él/ella no es responsable de ustedes. La solución a sus problemas no yace en el comportamiento de la otra persona. Es su destino ser capaces de sentirse Total y Completo, enteramente por cuenta propia. Esa es la condición más importante para una relación verdaderamente satisfactoria. Es falso que alguien más pueda sanar karma por otro, que al trabajarte tú, trabajes a otro. 
Nuestro cometido es trabajar en nosotros mismos, abrir nuestro corazón y es necesario que los campos energéticos primero se liberen uno de otro para ganar el espacio suficiente que les permita volver al centro del corazón. Desciendan con su consciencia dentro de ese hermoso cristal claro que es su esencia. No dependan de otros para experimentarlo en ustedes; está ahí para ustedes – siempre. Es el susurro de Dios que pueden oír. 
Pamela Kribbe: 
El amor y la aceptación incondicional van a ser encontrados sólo en vuestro propio corazón – por y para ustedes mismos. No carguen a otro con ese deber. Ese amor incondicional es algo entre ustedes y vuestro Ser. Esto sólo pueden dárselo a ustedes mismos, y cuando lo hacen, se volverán una fuente de amor para los demás, porque entonces ustedes se habrán vuelto completamente honestos y verdaderos con ustedes mismos. Se aman a sí mismos, incluyendo la parte oscura: ese niño en ustedes quien a veces lucha y está atormentado. 
Cuando ustedes se aman a ustedes mismos, les resulta más fácil ver a la otra persona bajo una perspectiva real. Ya no tienen que tomarse tan personalmente las cosas ofensivas o hirientes que a veces él o ella dice o hace. Sus acciones o reacciones les pertenecen a ellos, y se vuelve más fácil no responder tan emocionalmente a eso. La otra persona ya no es responsable de la salvación de vuestra alma – ustedes lo son. Ustedes son los maestros de vuestro mundo, de vuestra realidad. 
Todos ustedes están en este camino de autorrealización, y ya están tocando a otras personas con vuestro corazón de cristal: les están dando chispas de amor y de esperanza. Les agradezco por venir a la Tierra en esta época, en este período de cambio y de transición. 
Y cuando el encuentro se haga realidad sentirán una sensación de plenitud como si un arco iris circulara por sus cuerpos, como si todos los aromas se juntaran para transportarlos al paraíso. Surgirá ese encuentro en un momento de su vida, estando solos o acompañados, a veces con pocas energías, cansados y decaídos. 
Justo cuando empezaban a sentir que la vida era rutina y aburrimiento, y que no quedaba otra solución que aceptarla,  les devolverá la energía y la esperanza, se reencontrarán con su propia esencia,reafirmando su autoestima, haciéndolos sentir únicos e importantes
Estos amores son eternos; es posible que luego de ese encuentro pasen por desencuentros, porque es tan fuerte lo que les pasó que, inconscientemente, necesitan tiempo para aceptarlo; es también posible que, en ese periodo, se sigan pensando y se atraigan. 
Ese encuentro los enamoró y, pase lo que pase, ya no volverán a ser los mismos. Saben que hay una gran magia que los tiene atrapados y que los envuelve, remontándolos a las nubes. 
 USTEDES MISMOS SON LOS SALVADORES DE SI MISMO. 

Autor: Mary Bernedo