Cuantas veces a lo largo de nuestras vidas nos hemos realizado esa pregunta.
¿Realmente existe el amor de mi vida? ¿ Existe mi llama gemela?
La cultura romántica encargada de narrarnos los cuentos de hadas de príncipes y princesas nos dejan con la idea de que en algún lugar del planeta debe existir, la persona exacta, única e irrepetible para uno. Que es la encargada de amarnos para toda la vida y sin la cual la vida carece de sentido. Esta visión desde un enfoque de carencia pudiera ser real, pero afortunadamente no es así.
En los últimos tiempos las almas han ido despertando del sueño profundo en el que se encontraban perdidos de si mismos. Y nos envolvimos en frases como : la vida es un valle de lagrimas, el amor es dolor, me falta mi otra mitad.
Estas frases repetidas a lo largo de nuestra existencia creo una separación interior, y el ser humano se sintió incompleto, cree que algo externo a él es lo que le producirá la felicidad, de que otro ser sería el responsable de completarlo y que Dios ( la fuente) “estaba fuera de él”. Esta sensación de “separación“proviene desde nuestro nacimiento. Hay varias hipótesis al respecto, como el dolor del parto cósmico que al ser separados de nuestro creador(útero cósmico) como chispas divinas para ser almas individuales llevamos esa intranquilidad interior, una percepción constante de “buscar algo” a lo largo de nuestra experiencia de vida.
El dolor del nacimiento cósmico en el nivel más profundo.
El dolor del nacimiento cósmico
Citaré a Pamela Kribbe al respecto :
“Ustedes frecuentemente tratan de aliviar este dolor cósmico individual en el nivel de las relaciones con otras personas. Específicamente en las relaciones personales profundas, donde hay intimidad con otro, frecuentemente sucede que ustedes intentan sanar su propia herida más profunda con la energía de otro.
A menudo, ustedes reconocen muy bien el dolor en el otro. Esencialmente, siempre es el mismo dolor que está basado en la pérdida de la seguridad y de la conexión primordial. El otro con frecuencia funciona como un espejo para su propio dolor. En esencia, ustedes reconocen su propio dolor en la cara del otro.
Debido a que ustedes reconocen su propio dolor en el otro, más fácilmente de lo que pueden reconocerlo en ustedes mismos, ustedes comienzan a tratar de resolver este dolor en el otro y subconscientemente ustedes esperan que su propio dolor sea reducido por la presencia (amor, reconocimiento) del otro.
Pero este juego que es con frecuencia representado en las relaciones (sexuales) hace que sea más difícil que antes sanar la herida. Esto es porque se puede desarrollar fácilmente una dependencia mutua desde este rol de juego emocional, sobre el cual ambos en la pareja crecen atados. Tan pronto como empieza a formarse la dependencia, comienzan a involucrarse aspectos de poder, que los llevarán más lejos del hogar, literalmente (del Hogar). Siempre que ustedes comiencen a inclinarse al poder, ustedes están entregando su propia fuerza. El poder y la dependencia no pueden existir uno sin el otro.
Esta sinergia es lo que llamamos relaciones karmicas. Estas relaciones casi nunca son de larga duración, estables, amorosas. Son relaciones destructivas más que sanadoras. Frecuentemente, el propósito básico del encuentro es lograr soltarse uno del otro. Esto es algo que podría no haberse hecho en una o más vidas pasadas, pero ahora hay otra oportunidad para liberarse uno al otro en amor.
Si ustedes se hallan en una relación que está caracterizada por emociones intensas, que evoca mucho dolor y aflicción pero de la cual no pueden escaparse, por favor dense cuenta de que nada los obliga a estar con la otra persona. Además, comprendan que esas intensas emociones a menudo están más relacionadas con un dolor profundo que con amor mutuo.
La energía del amor es esencialmente calma y pacifica, alegre e inspirante, no es opresiva, agotadora y trágica. Si una relación adquiere este rasgo, es tiempo de soltar más bien que de trabajar en ella otra vez.
Las almas cuya esencia divina es el espíritu; se han formado en grupos y han pactado vida tras vida un largo proceso de aprendizaje. De ahí que en cada reencarnación no andamos solos y vamos con muchas almas compañeras, almas afines y almas gemelas, con ellas hacemos un servicio de ir puliéndonos, intercambiando roles en cada encarnación para recordar quienes somos y aprender lo más importante que es el amor incondicional.
Definición de Alma Gemela
Desde nuestro origen divino somos una totalidad una sola unidad, integrada por nuestro aspecto femenino y masculino. No estamos separados, ni incompletos.
No somos enteramente un alma femenina, ni enteramente un alma masculina. La creencia de que así es ha generado una sumisión a la idea de que debemos completarnos con otra persona o con algo fuera de nosotros para ser unidad. Es el pensamiento que pertenece a la dualidad. Esto no significa que abandonemos nuestras relaciones, sino que el trabajo es primero en uno mismo.
El término Gemelo en el plano espiritual se refiere a que son almas con el mismo tono de vibración o sentimiento. Se puede decir que todas las almas somos gemelas porque hemos nacido de la misma fuente (iguales como chispas divinas) y vamos acumulando la experiencia y recordando quienes somos a través de nuestras vidas y reconociéndonos en otras almas con las que viajamos.
En la energía de su alma gemela reconocen una parte muy profunda de ustedes mismos, su esencia más allá de la dualidad, y por este verdadero reconocimiento comienzan a comprenderse mejor y se vuelven conscientes de quiénes realmente son. Su gemelo es un marco de referencia para ustedes, que los lleva fuera de las creencias limitadas que los alimentaron y que fueron asimiladas por ustedes en esta vida y en vidas anteriores.
Ustedes se liberan viendo este reflejo de ustedes en su gemelo, es como un recordatorio y no tiene nada que ver con la dependencia emocional. Encontrarse uno con otro ayuda a cada uno de ustedes a volverse Individuos más fuertes y conscientes de sí mismos, expresando su creatividad y amor en la Tierra. Acelera su viaje de retorno ya que los ayuda a elevarse a un nivel superior de unidad mientras conservan y expresan plenamente su yo-idad, su individualidad única.
Como reconocer a un alma con el mismo tono de vibración
Cuando dos almas se encuentran o se cruzan, ahí aparece la vibración. Se siente una corriente que corre todo el cuerpo; los ojos se hablan, se miran y, sin decirse nada, se hablan con el Corazón. Se siente como un volcán en erupción, una mezcla de sentimientos raros, pero fuertes. La alquimia de tu cuerpo cambia y, aunque esa persona te tome la mano en son de un simple saludo, queda su piel impregnada a la tuya.
Ese momento, ese encuentro, es uno de los más importantes que vive un ser humano. El que tiene la suerte de encontrarse con su alma gemela se encuentra a sí mismo.
—¿Y el que no la encuentra? Es porque no está atento, no está dispuesto, o los miedos lo atan.
Cuando estas personas se juntan, se mueve una energía muy grande que tiene que ver con la memoria de otras vidas que traen de siglos atrás. Al ser una misma vibración y tener una misión tan importante el amor entre gemelos es el de mayor intensidad.
Las Llamas Gemelas
El ser humano ha buscado la felicidad en objetos o relaciones en la vida. Y en algún momento se da cuenta que la felicidad no es algo que sea expuesto. Que no lo proporciona nada material u otra persona y podemos darnos cuenta que nuestro corazón y el alma hacen un cambio quitando la responsabilidad a estos pensamientos.
Es entonces que el encuentro con la “llama gemela” es el estado más avanzado del alma con respectoal amor.
El camino de la llama gemela es como otros recorridos, un camino hacía el interior de uno mismo. Es la unión de polaridad masculina y femenina integrando un ser completo. Entramos en el equilibrio perfecto, fusión del cielo y la tierra. María Magdalena fue quien manifestó y compartió estos cambios profundos.
Son las almas que actualmente ya brotan como semillas cristicas, que han trabajado su interior hasta comprender el verdadero significado del amor incondicional, que a través de ese amor manifestado contribuyen a elevar la conciencia cristica de la tierra. Son seres de luz que no rechazan la oscuridad sino que la abrazan con su luz. Estas parejas cuando están juntas elevan la vibración a lo más alto siendo sanadores, es por eso que ese amor no es considerado dentro de la etiqueta de “romántico“ porque trae como misión sanar y elevar la rejilla del planeta, porque ambos han sanado sus karmas personales.
Tienen el mismo grado de evolución, no son un mismo ser sino dos que se unen a un mismo servicio. Se lee mucha información acerca de sanar karma entre ellos y eso no es exacto. El karma es una oportunidad perfecta para crecer, sanar y es individual. No se puede sanar el karma del otro, se puede ayudar a reflejar en otra alma como un espejo, ser el detonante pero es responsabilidad de cada uno sanar esas heridas internas que vienen de tiempo atrás.
Es importante comprender esto porque es una de las principales trampas en las relaciones. Ustedes no son responsables de su pareja y él/ella no es responsable de ustedes. La solución a sus problemas no yace en el comportamiento de la otra persona. Es su destino ser capaces de sentirse Total y Completo, enteramente por cuenta propia. Esa es la condición más importante para una relación verdaderamente satisfactoria. Es falso que alguien más pueda sanar karma por otro, que al trabajarte tú, trabajes a otro.
Nuestro cometido es trabajar en nosotros mismos, abrir nuestro corazón y es necesario que los campos energéticos primero se liberen uno de otro para ganar el espacio suficiente que les permita volver al centro del corazón. Desciendan con su consciencia dentro de ese hermoso cristal claro que es su esencia. No dependan de otros para experimentarlo en ustedes; está ahí para ustedes – siempre. Es el susurro de Dios que pueden oír.
Pamela Kribbe:
El amor y la aceptación incondicional van a ser encontrados sólo en vuestro propio corazón – por y para ustedes mismos. No carguen a otro con ese deber. Ese amor incondicional es algo entre ustedes y vuestro Ser. Esto sólo pueden dárselo a ustedes mismos, y cuando lo hacen, se volverán una fuente de amor para los demás, porque entonces ustedes se habrán vuelto completamente honestos y verdaderos con ustedes mismos. Se aman a sí mismos, incluyendo la parte oscura: ese niño en ustedes quien a veces lucha y está atormentado.
Cuando ustedes se aman a ustedes mismos, les resulta más fácil ver a la otra persona bajo una perspectiva real. Ya no tienen que tomarse tan personalmente las cosas ofensivas o hirientes que a veces él o ella dice o hace. Sus acciones o reacciones les pertenecen a ellos, y se vuelve más fácil no responder tan emocionalmente a eso. La otra persona ya no es responsable de la salvación de vuestra alma – ustedes lo son. Ustedes son los maestros de vuestro mundo, de vuestra realidad.
Todos ustedes están en este camino de autorrealización, y ya están tocando a otras personas con vuestro corazón de cristal: les están dando chispas de amor y de esperanza. Les agradezco por venir a la Tierra en esta época, en este período de cambio y de transición.“
Y cuando el encuentro se haga realidad sentirán una sensación de plenitud como si un arco iris circulara por sus cuerpos, como si todos los aromas se juntaran para transportarlos al paraíso. Surgirá ese encuentro en un momento de su vida, estando solos o acompañados, a veces con pocas energías, cansados y decaídos.
Justo cuando empezaban a sentir que la vida era rutina y aburrimiento, y que no quedaba otra solución que aceptarla, les devolverá la energía y la esperanza, se reencontrarán con su propia esencia,reafirmando su autoestima, haciéndolos sentir únicos e importantes.
Estos amores son eternos; es posible que luego de ese encuentro pasen por desencuentros, porque es tan fuerte lo que les pasó que, inconscientemente, necesitan tiempo para aceptarlo; es también posible que, en ese periodo, se sigan pensando y se atraigan.
Ese encuentro los enamoró y, pase lo que pase, ya no volverán a ser los mismos. Saben que hay una gran magia que los tiene atrapados y que los envuelve, remontándolos a las nubes.
USTEDES MISMOS SON LOS SALVADORES DE SI MISMO.
Autor: Mary Bernedo