El Maestro contó en cierta ocasión el caso de un labrador obsesionado por adquirir tierras.
«Me gustaría tener más tierras», le dijo un día al Maestro.
« ¿Para qué?», preguntó éste. « ¿No tienes ya suficientes?»
«Si tuviera más tierras, podría criar más vacas».
« ¿Y qué harías con ellas?»
«Venderlas y hacer dinero».
« ¿Para qué?»
«Para comprar más tierras y criar muchas más vacas. . . »
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