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jueves, noviembre 21, 2019

Los valores en la relación de pareja

Partiendo de la base de que no existen dos parejas iguales, vamos a hablar de lo que nos aporta la semejanza en los valores en la relación de pareja, cómo hace que ésta fluya entre los dos de una manera sana o no tóxica. De hecho, establecer unos valores en la relación de pareja concretos puede asentar las bases para que una relación de pareja funcione adecuadamente.

 
 
¿Qué es una pareja? El término pareja puede referirse a un conjunto de dos personas en una relación afectiva más o menos formalizada: noviazgo, matrimonio o pareja de hecho.

¿A qué nos estamos refiriendo al hablar de valores? Los valores hacen referencia a aquellas cualidades o virtudes que caracterizan a una persona, una acción o un objeto que se consideran positivos o de gran importancia por parte de un grupo social.

Dicho de otro modo, los valores serían aquellas cualidades que destacan en cada una de las persona y que, a su vez, las empujan a actuar de una u otra forma debido a que son parte de sus creencias. Además, expresan sus intereses y condicionan sus conductas.

«Tus creencias se convierten en tus pensamientos, tus pensamientos se convierten en tus palabras, tus palabras se convierten en tus acciones, tus acciones se convierten en tus hábitos, tus hábitos se convierten en tus valores, tus valores se convierten en tu destino».
-Mahatma Gandhi-

Los valores en la relación de pareja

En el estudio de Medina et al. (2005), en la dimensión semántica de intimidad, se observa que tanto hombres como mujeres buscan en su pareja a alguien con necesidades semejantes, compatible, con características en común, afín, con el cual sea posible la identificación, con gustos similares.

Desde la teoría instrumental de la selección de pareja, lo anterior se debe a que las personas buscamos a alguien que posea valores parecidos a los propios (Centers, 1975). De esta forma, las parejas se conforman al identificar compañeros homógamos, esto es, que tienen características sociales, económicas y culturales semejantes (Rice, 1997).

«Encuentra gente que comparta tus valores, y conquistaréis juntos el mundo».
-John Ratzenberger 

Y si remamos juntos, en la misma dirección…

Remar juntos en la misma dirección, determinar los valores en la relación de pareja, puede asentar las bases para que funcione adecuadamente o para que esta mejore.

Las conductas y expectativas que cada individuo tiene, en este caso referentes a la relación de pareja, responden a las creencias y valores sociales transmitidos mediante el proceso de socialización al cual fueron sujetos (Kaminsky, 1981).

El proceso de socialización es transformador a través del tiempo, pues logra que los valores y las normas sociales cambien, por lo que se espera que las creencias y conductas de las personas también lo hagan (Díaz-Guerrero, 2003). Es así que las expectativas, valores y conductas en la relación de pareja han cambiado (García-Meráz, 2007), logrando crear nuevos parámetros, los cuales están influenciados y responden a la situación social en la que se encuentra la pareja (Snyder y Stukas, 1999). 

Trabajando por unos adecuados valores en la relación de pareja

Establecer los valores en la relación de pareja es un objetivo que requiere de un trabajo conjunto. Como hemos dicho al principio, cada pareja es única y por tanto, los valores que la conforman.

No obstante, podemos hablar de algunos valores básicos en los que la mayoría de parejas coinciden. Hablamos de valores como el amor, la fidelidad, el apoyo mutuo, la generosidad, el respeto mutuo y la comunicación. A continuación, describiremos cada uno de ellos. 

Amor

Hay muchos tipos de amor, pero todos hilvanados bajo el mismo hilo conductor. Decirle a alguien «te amo» no es lo mismo que decirle «te deseo».

Tales secuencias, próximas y lejanas, unen una serie de fenómenos que van desde el enamoramiento al amor establecido, y de ahí, a la convivencia. Supone la sorpresa de descubrir a otra persona e irse enamorando, para alcanzar una fórmula estable, duradera y persistente.
 
Fidelidad

La fidelidad va a depender de tipo de acuerdo previamente establecido. Cada pareja establece un tipo de compromiso. Hay parejas exclusivamente monógamas, otras no.

El asunto parece claro, si los pactos se cumplen, hay fidelidad. Cuando no se cumplen, hay trampa.
 
Apoyo

Poder apoyarte en otra persona, contar con que no te va a fallar y va a proteger tus intereses es una sensación que nos hace más valientes, menos vulnerables.

Este es un punto a favor para lidiar con la adversidad. Se trata de empatizar con nuestra pareja, intentando comprender más y mejor al otro, expresándole aceptación y apoyo incondicional.

«El amor establece las bases de todos los valores humanos».
-Milan Hollister- 

Generosidad

Puede parecer raro, pero en ocasiones prima el egoísmo en la pareja frente a la generosidad. Hay a quienes le resulta difícil ser generoso con sus parejas y solo saben pedir o mirar para sí mismo («yo necesito», «yo quiero», «a mí me gustaría»), lo que genera sentimientos negativos.

Sin embargo, estar en una relación de pareja es algo más. La mejor forma de ser generoso con la pareja es no pensar solo en uno mismo, es ponerse en el lugar del otro, intentando entender su punto de vista, aunque en ocasiones no lo compartamos. 

Respeto

Erigir una relación desde el respeto mutuo es un valor imprescindible. En este punto, los miembros de la pareja tienen que estar al mismo nivel.

Se trata de ofrecer un espacio en la relación a nivel individual y un espacio para los dos. También hablamos de respeto cuando aceptamos a la otra persona en su totalidad, sin intentar cambiarla.

Comunicación

Sería bueno establecer una comunicación asertiva y fluida, que genere confianza. La llamada comunicación asertiva es definida por Satir (1988) como la capacidad de expresarse de una forma directa, honesta y respetuosa.

En todo caso, abrir canales de comunicación entre la pareja vendría a significar que ambas personas asuman el compromiso de compartir lo que corresponde a un vínculo, es decir, desacuerdos, logros, metas en común, necesidades, etc., o bien desarrollar la disposición de aprender a hacerlo. La buena comunicación se ve reflejada en vínculos sanos, respeto mutuo, afecto, cariño y compañerismo.

Marián Carrero Puerto

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