Los rituales para vencer la ansiedad pueden actuar como auténticos calmantes cotidianos. Son escudos conductuales y cognitivos con los que controlar la incertidumbre mediante acciones muy sencillas. Traen orden, estructura, aportan calma mental, seguridad y amortiguan esa sensación de angustia revestida de pánico y presión indefinible que nos atenaza tan a menudo.
Puede que a más de uno el tema de los rituales le sugiera cierta desconfianza. Tradicionalmente la palabra “ritual” tiene una connotación mágica y se asocia a una serie de conjuros o hechizos con los cuales, atraer la fortuna, el amor o la salud. Sin embargo, se nos olvida a menudo su auténtico significado. Un ritual es un acto que se repite de manera reiterada con un fin simbólico. Tiene, además, una estructura rígida y bien definida.
Los rituales para vencer la ansiedad nos permiten incluir en nuestro día a día una secuencia guionizada de movimientos repetitivos que “engañan” al cerebro para que piense que está experimentando una agradable estado de previsibilidad y estabilidad.
El simple acto de incluir en nuestra rutina algo reiterativo que confiere orden y sensación de control, ya es beneficioso para nuestro cerebro. No podemos olvidar que la propia ansiedad se alimenta de la incertidumbre, surge de la nada, es imprevisible y nos arrebata el dominio sobre nosotros mismos. Por tanto, esa serie de rituales cognitivos y conductuales nos ofrecen un mecanismo compensatorio muy interesante y que vale la pena tener en cuenta.
Profundicemos un poco más en este tema.
Rituales para vencer la ansiedad, ¿son realmente útiles?
A principios de los años 20, el conocido antropólogo Bronislaw Malinowski estaba estudiando a la población de las Islas Trobriand, en el Pacífico. Hubo algo que le llamó la atención casi desde el principio. Cuando un hombre pescaba en el río no hacía lo mismo que si pescaba en el mar. Antes de embarcarse hacia el océano realizaban una serie de rituales muy complejos. Algo que no ocurría cuando hacían alguna expedición en los ríos de las islas.
El mar era peligroso, imprevisible y e implacable la mayoría de las veces. Los rituales aplacaban el miedo y les conferían un sentido de seguridad, un valor simbólico y la promesa de que “todo iba a salir bien”. Así, en un interesante estudio publicado en la revista “Current Biology” se demostró la gran impronta psicológica que podían tener esta serie de actos para gestionar el miedo cotidiano, la ansiedad y ante todo, el acto de enfrentarnos a lo que no podemos controlar.
Los rituales para vencer la ansiedad son útiles y lo han sido desde siempre en la historia de la humanidad. Ahora bien, hay un hecho que no podemos descuidar. Estos movimientos ritualizados que tienen como objetivo ofrecer un sentido de orden y seguridad al cerebro no son por sí mismos la solución a nuestros problemas. Ofrecen sensación de control, restauran el equilibrio interno y regulan las emociones. Sin embargo, no son un remedio universal para los trastornos de ansiedad que requieren, sin duda, de un enfoque más clínico.
Veamos ahora algunos ejemplos.
Los rituales para vencer la ansiedad nos permiten incluir en nuestro día a día una secuencia guionizada de movimientos repetitivos que “engañan” al cerebro para que piense que está experimentando una agradable estado de previsibilidad y estabilidad.
El simple acto de incluir en nuestra rutina algo reiterativo que confiere orden y sensación de control, ya es beneficioso para nuestro cerebro. No podemos olvidar que la propia ansiedad se alimenta de la incertidumbre, surge de la nada, es imprevisible y nos arrebata el dominio sobre nosotros mismos. Por tanto, esa serie de rituales cognitivos y conductuales nos ofrecen un mecanismo compensatorio muy interesante y que vale la pena tener en cuenta.
Profundicemos un poco más en este tema.
Rituales para vencer la ansiedad, ¿son realmente útiles?
A principios de los años 20, el conocido antropólogo Bronislaw Malinowski estaba estudiando a la población de las Islas Trobriand, en el Pacífico. Hubo algo que le llamó la atención casi desde el principio. Cuando un hombre pescaba en el río no hacía lo mismo que si pescaba en el mar. Antes de embarcarse hacia el océano realizaban una serie de rituales muy complejos. Algo que no ocurría cuando hacían alguna expedición en los ríos de las islas.
El mar era peligroso, imprevisible y e implacable la mayoría de las veces. Los rituales aplacaban el miedo y les conferían un sentido de seguridad, un valor simbólico y la promesa de que “todo iba a salir bien”. Así, en un interesante estudio publicado en la revista “Current Biology” se demostró la gran impronta psicológica que podían tener esta serie de actos para gestionar el miedo cotidiano, la ansiedad y ante todo, el acto de enfrentarnos a lo que no podemos controlar.
Los rituales para vencer la ansiedad son útiles y lo han sido desde siempre en la historia de la humanidad. Ahora bien, hay un hecho que no podemos descuidar. Estos movimientos ritualizados que tienen como objetivo ofrecer un sentido de orden y seguridad al cerebro no son por sí mismos la solución a nuestros problemas. Ofrecen sensación de control, restauran el equilibrio interno y regulan las emociones. Sin embargo, no son un remedio universal para los trastornos de ansiedad que requieren, sin duda, de un enfoque más clínico.
Veamos ahora algunos ejemplos.
Respiración profunda antes de iniciar cualquier actividad
La respiración profunda se alza como uno de los rituales para vencer la ansiedad más comunes. Para que tenga efecto debemos establecer unos momentos “clave” donde dedicar como mínimo tres minutos a practicarla.
Lo ideal es llevar a cabo la respiración profunda nada más levantarnos, al salir de casa, al iniciar el trabajo, antes de cada comida y antes de acostarnos. La estableceremos también en aquellas actividades que, por lo general, nos susciten estrés y ansiedad.
Ritual del movimiento
El ritual del movimiento nos sirve para “agitar y despegar” las preocupaciones de la mente. Para activar el cuerpo y quitar resistencia a los nudos tensionales. Por ello, nada mejor que elegir esas actividades físicas que más vayan con nosotros y practicarlas cada día. Podemos salir a correr, realizar ejercicios de alta intensidad (HIIT) durante 5 minutos en esos momentos puntuales en que más lo necesitemos o incluso practicar yoga.
La respiración profunda se alza como uno de los rituales para vencer la ansiedad más comunes. Para que tenga efecto debemos establecer unos momentos “clave” donde dedicar como mínimo tres minutos a practicarla.
Lo ideal es llevar a cabo la respiración profunda nada más levantarnos, al salir de casa, al iniciar el trabajo, antes de cada comida y antes de acostarnos. La estableceremos también en aquellas actividades que, por lo general, nos susciten estrés y ansiedad.
Ritual del movimiento
El ritual del movimiento nos sirve para “agitar y despegar” las preocupaciones de la mente. Para activar el cuerpo y quitar resistencia a los nudos tensionales. Por ello, nada mejor que elegir esas actividades físicas que más vayan con nosotros y practicarlas cada día. Podemos salir a correr, realizar ejercicios de alta intensidad (HIIT) durante 5 minutos en esos momentos puntuales en que más lo necesitemos o incluso practicar yoga.
Ritual de autocuidado
Otro de los rituales para vencer la ansiedad más idóneos es el del autocuidado. Una vez al día y durante una o dos horas nos dedicaremos tiempo de calidad a nosotros mismos y en exclusiva. Podemos prepararnos una comida que nos guste, estar en silencio y sin hacer nada, leer, pasear… Es tiempo en soledad, es tiempo para sanar.
Otro de los rituales para vencer la ansiedad más idóneos es el del autocuidado. Una vez al día y durante una o dos horas nos dedicaremos tiempo de calidad a nosotros mismos y en exclusiva. Podemos prepararnos una comida que nos guste, estar en silencio y sin hacer nada, leer, pasear… Es tiempo en soledad, es tiempo para sanar.
Pintar piedras con colores para afrontar miedos y preocupaciones
Todos hemos oído hablar de lo catártico que puede resultar colorear mandalas u otros dibujos. Elegir unos colores determinados y permitirnos fluir en ese ejercicio creativo y relajante. Bien, en esta ocasión vamos a ir un poco más allá. Lo que haremos es elegir una serie de piedras que, por sus características, nos permitan pintar y dibujar en ellas.
Cada piedra simbolizará una preocupación, un miedo. Para vencer esa angustia, crearemos un dibujo en ella, algo creativo donde desarmar ese velo negativo al pintarlo de colores más amables. Es un ejercicio tan sencillo como agradable.
Ritual del anclaje positivo
El ritual del anclaje positivo nos puede ser de gran utilidad. Consiste en dos fases muy concretas. En la primera deberemos organizar una experiencia que por sus características nos sea positiva y reconfortante. Por ejemplo, un paseo a la playa, una quedada con amigos, una escapada de fin de semana…
Cuando estemos en medio de esa experiencia debemos ser plenamente conscientes de esas emociones positivas sentidas. El objetivo es guardar esa sensación en nuestro cerebro, como si de un perfume se tratara. Seguidamente, elegiremos un objeto que esté presente en ese contexto: un poco de arena o una roca si estamos en la playa, una hoja si estamos en la montaña, etc.
En ese objeto elegido quedarán “impregnadas” esas emociones y ese momento de equilibrio y felicidad. Será nuestro pequeño talismán cotidiano, ese pequeño tesoro que llevar en el bolsillo cuando nos enfrentemos a una situación estresante: un examen, una entrevista, una cita con el médico…
Para concluir, lo más importante de los rituales para vencer la ansiedad es que sean significativos para nosotros. Debemos crearlos en base a nuestras creencias y características personales. Su objetivo, por tanto, siempre será el mismo: darnos fe, darnos calma y sensación de seguridad en un mundo de constante incertidumbre.
Valeria Sabater
Todos hemos oído hablar de lo catártico que puede resultar colorear mandalas u otros dibujos. Elegir unos colores determinados y permitirnos fluir en ese ejercicio creativo y relajante. Bien, en esta ocasión vamos a ir un poco más allá. Lo que haremos es elegir una serie de piedras que, por sus características, nos permitan pintar y dibujar en ellas.
Cada piedra simbolizará una preocupación, un miedo. Para vencer esa angustia, crearemos un dibujo en ella, algo creativo donde desarmar ese velo negativo al pintarlo de colores más amables. Es un ejercicio tan sencillo como agradable.
Ritual del anclaje positivo
El ritual del anclaje positivo nos puede ser de gran utilidad. Consiste en dos fases muy concretas. En la primera deberemos organizar una experiencia que por sus características nos sea positiva y reconfortante. Por ejemplo, un paseo a la playa, una quedada con amigos, una escapada de fin de semana…
Cuando estemos en medio de esa experiencia debemos ser plenamente conscientes de esas emociones positivas sentidas. El objetivo es guardar esa sensación en nuestro cerebro, como si de un perfume se tratara. Seguidamente, elegiremos un objeto que esté presente en ese contexto: un poco de arena o una roca si estamos en la playa, una hoja si estamos en la montaña, etc.
En ese objeto elegido quedarán “impregnadas” esas emociones y ese momento de equilibrio y felicidad. Será nuestro pequeño talismán cotidiano, ese pequeño tesoro que llevar en el bolsillo cuando nos enfrentemos a una situación estresante: un examen, una entrevista, una cita con el médico…
Para concluir, lo más importante de los rituales para vencer la ansiedad es que sean significativos para nosotros. Debemos crearlos en base a nuestras creencias y características personales. Su objetivo, por tanto, siempre será el mismo: darnos fe, darnos calma y sensación de seguridad en un mundo de constante incertidumbre.
Valeria Sabater
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