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sábado, julio 30, 2016

La vida es injusta, ilógica e incomprensible (si así decides verlo)

Difícil no tener momentos en nuestra existencia donde no cataloguemos a la vida con estos tres adjetivos. Nos sirven de escape cuando algo sucede y nos produce un sufrimiento grande, un gran golpe que nos sacude y nos manda al suelo. En esos momentos dolorosos manifestamos las culturas de la queja y de la escasez y juzgamos como injusta, ilógica e incomprensible una situación por nuestra limitada perspectiva de la vida.



Me puedes decir: Y cómo no hacerlo si se murió mi mamá o mi hijo de 2 años a causa de una enfermedad terminal, si murió mi sobrino adolescente por causa de un borracho irresponsable; si me acaban de diagnosticar cáncer; si mi esposo se quedó sin trabajo; si por más que me preparo académicamente aún tengo un sueldo limitado y gano lo mismo que otros que apenas acabaron la carrera; si después de dedicar años de mi vida mi pareja me dejó para unirse a otra persona; si por más consejos y ejemplo que le di a mi hija terminó embarazada antes del matrimonio; y así la lista de situaciones puede seguir y seguir.

Trataré de desglosar cada adjetivo para por último redondear la idea:

Cuando juzgamos una situación no lo hacemos con objetividad sino desde nuestra mirada limitada guiada por nuestro ego y nuestra falsa idea de inmediatez. Algo es justo cuando lo juzgamos respetando la verdad y damos a cada uno lo que le corresponde; bien dicen que no se puede ser juez y parte, por lo mismo no podemos juzgar una situación de injusta solo porque la realidad no es similar a nuestras expectativas. La realidad simplemente es y no es injusta solo porque llueve el día de la fiesta que tanto hemos tardado en preparar. Para juzgar algo debemos de ver el panorama completo y desde el punto de vista de un observador porque lo que para uno es justo para otro puede parecer injusto. En ocasiones relativizamos tanto que nuestros juicios salen como balas de ametralladora, juzgamos primero y analizamos después.

Lo lógico es lo coherente, juzgamos como lógico si después del número 2 sigue el 3. Lamentablemente hay cosas o eventos que no son absolutos. Puedo pensar que si siembro una planta en un terreno preparado apropiadamente y la cuido con esmero como resultado habrá una planta fuerte, que crezca y produzca frutos, pero puede suceder que a pesar de nuestros esfuerzos la planta muera por alguna condición del clima o de la genética de la semilla. O que si salgo temprano de casa llegaré a tiempo al trabajo pero hay muchos factores que se pueden atravesar como una descompostura del vehículo, un accidente, un bloqueo. Esto está superficialmente fuera de toda lógica, pero es porque desconocemos a fondo la situación. No todo es tan predecible ni secuencial, algo que vuelve loco a nuestra intención de controlar todo a nuestro alcance. 

Por ende, cuando esa situación que sufrimos no tiene explicación aparente por parecernos injusta e ilógica se convierte en incomprensible dado que no la podemos interpretar de acuerdo a nuestras creencias. Nuestra mente se abruma por el dolor y preferimos juzgarlo negativamente y hacernos las víctimas exigiendo una explicación que nos parezca conveniente preguntando el clásico “por qué a mí”. Pero estando en la etapa de duelo es complicado analizar algo fríamente y encontrarle sentido. La mayoría de las veces nos parecen huecas las posibles explicaciones y nos rebelamos ante Dios y ¿sabes qué? Se vale, si para lidiar con el dolor te ayuda de calificar a algo como injusto, ilógico e incomprensible y le reclamas a Él exigiéndole el motivo del por qué pasa algo hazlo. Luego, cuando vaya pasando el dolor tu mente se aclarará y dejará de ver las cosas de forma egocéntrica porque no todo gira a tu alrededor.

Recomendaciones para salir del rol de víctima

Para no ver a la vida como un enemigo y hacer las paces con ella se requiere tener una mirada imparcial y aceptar que la realidad escapa a nuestro entendimiento. Por eso es recomendable:

1. Contar con una persona a nuestro lado que vea las cosas fríamente y nos permita tener una perspectiva abierta cuando sucede un evento y creemos que se nos cae el mundo encima. 

2. Aceptar que hay cosas que no podemos comprender tan fácilmente hasta distanciarnos de ellas. 

o Personas que han perdido un trabajo o terminado una relación y se sumieron en una depresión después de cierto tiempo descubren que permitió que llegara una oportunidad mejor o que aquel evento provocó que soltaran ciertas anclas que las retenían y forzaron a construir a una mejor persona. Así que ten paciencia, mantén la calma y espera con fe que todo saldrá bien. Lo que para mí hace 4 años fue una experiencia terrible hoy lo veo como una bendición.

o Las personas con una enfermedad terminal tienen tiempo de ver su vida y darse cuenta de que hubo un cierto porcentaje de responsabilidad propia en la enfermedad al no manejar apropiadamente emociones y hábitos; cuando hacen algo al respecto de ello ya que no tienen nada que perder y se permiten disfrutar de la vida sin apegos, rencores y expectativas sucede el milagro que han estado esperando. A nivel personal te puedo contar que sufrí de migraña por 18 años, la frecuencia de los ataques era semanal y crecía en intensidad, abusaba de los medicamentos solo para calmar el dolor. Hasta que descubrí que el asolearme, la comida o la herencia no eran el factor más importante sino mi insistencia en controlar lo que pasaba a mi alrededor, que la migraña era el resultado de mi cabeza estrellándose contra la realidad y comprendí que no puedo controlar nada de lo que pasa fuera de mí la migraña cesó sin necesidad de medicina o un tratamiento.

3. Aceptar que hay cosas que no llegaremos a comprender nunca y que solo nos queda confiar. Una muerte, un accidente o ciertas situaciones traumáticas (económicas, de violencia, de salud) pueden provocarte que veas la vida sin esperanza, como un castigo. Tal vez no puedas nunca encontrar un por qué. Si tu mente y tu filosofía de vida te permiten catalogarlo como algo que tuvo que pasar como lección o karma de esta vida o anteriores y eso te trae paz y te permite continuar hazlo y vive tu vida. Si no lo puedes conseguir no te compliques, ve todo como algo con probabilidad de pasar, suelta la obsesión de querer saberlo todo y enfócate en encontrar un para qué. La muerte de esa persona amada fue terrible, pero miles de personas mueren cada día por diferentes motivos, nosotros moriremos algún día, al igual que existen millones de enfermos, pobres, en situaciones de violencia o guerra. Te puedo decir que no eres la única persona que sufre en el mundo, hay personas que sufren más que tú y que al conocer sus casos relativizas tus quejas. Más que enfocarte en encontrar el origen de la situación piensa de la siguiente manera: ya que te pasó eso tienes 2 opciones o vivir amargado, quejándote continuamente, mirando solo lo que te falta o confiando que te lo mandan para fortalecerte, para que mires y agradezcas todo lo que te da la vida, para que aceptes que requieres hacer cambios de tu vida y que esta crisis te dará el empuje que te hacía falta.

Así que no te abrumes por los eventos, lleva tu proceso sin acelerarte, sin caer en juicios rápidos. Date tiempo para sanar pero no le dejes la tarea solo al tiempo, revisa qué te está tratando de decir la vida y evita pelearte con la realidad, acéptala y haz lo que está en tus manos para mejorar. Es tu decisión si una situación te afecta negativamente o te lleva a un nuevo nivel donde eres un mejor ser humano.

Bendiciones

Wilmer Ramírez Valdez

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