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domingo, julio 17, 2016

Conectarse con la magia y bondades de la meditación

Hace 4 años empecé a conectar con la magia y bondades de esta maravillosa aventura de la meditación, adentrarse a otro mundo: tu propio mundo, tú interior. Las cosas iban básicamente bien en mi vida y repentinamente fui despedida del empleo que consideraba era “mi mayor logro en el mundo laboral”,  me deprimí y comencé a padecer dolores en el cuerpo a nivel de espalda, cervicales y extremidades inferiores. Leí decenas de libros de autoayuda, conocí pitonisas, canalizadores, seres maravillosos que me acompañaron en mi experiencia.  El Universo te envía diversas señales cuando tus decisiones no están sintonizadas con tu misión de vida, solo que en ocasiones,  nosotros por estar cargados de emociones, bloqueos, deseos de controlar, dirigir, no equivocarnos, no lo vemos como oportunidades de aprendizaje y cierre de ciclos que debemos hacer para pasar a otro nivel de bienestar en nuestra escala evolutiva, sino al contrario nos da miedo recorrer otros caminos, salir de la zona de confort, experimentar la incertidumbre, crear y creer que siempre hay algo ó alguien superior que sabe mejor lo que nos conviene y nuestra misión de vida.


 Hasta que un día mi mente hizo click con la palabra:

PAZ INTERIOR

Es decir, de todo lo que yo había leído y comprendido, lo que resonó con mi ser y recuerdo que el mantra que me sostenía en ese entonces y así lo lancé al Universo fue: “deseo experimentar paz interior en mi vida de pareja, familiar, laboral, que todo lo que yo decida y haga sea con amor para mi mayor bienestar y traiga paz a mi espíritu”. (Luego aprendí, que lo pides y creas con Dios y el Universo para ti debes desearlo para toda la humanidad).
Leí algunas técnicas de meditación y expansión de conciencia desde el método Silva, Deepack Chopra, Doreen Virtue, Barbara Marcianik, Drunvalo Melquizedec, Connie Mendez, Hoponopono, Osho, Louse Hay, Papa Jaime, Padre Gonzalo Gallo, y un sinnúmero de ayudas de maravillosos maestros, sin embargo, sentí que realmente debía experimentar y desarrollar mi propio mecanismo para aquietar mi mente, pero ante todo encontrarme con mi propia alma, escucharme, sentirme. La meditación ha sido una herramienta que me ha acercado a lo que mi alma estaba deseando: experimentar paz interior. Y sabes que lo logras cuando simplemente las acciones, decisiones o circunstancias las tomas o vives con la tranquilidad y seguridad basada en el amor y la confianza, no por emociones negativas como el miedo, el orgullo, no te genera ansiedad o duda, es como un estado cero: no piensas, no te cuestionas, solo se siente bien y en comunión con Dios, la Divinidad o el Ser Superior, interiormente sabes que es correcto.
Al ir practicando poco a poco la meditación, me di cuenta que todos mis dolores físicos, eran dolores emocionales que no quería enfrentar o resolver, aprendí a no sentirme triste, ansiosa o por lo menos no evitar sentir estas emociones, porque si se presentan es para experimentarlas y decidir qué hacer con esas emociones, puedo escoger escucharlas y no sufrir como forma de vivir en equilibrio. También estoy aprendiendo a ser más consciente con la alimentación y el efecto en mi salud.
Lo que se deriva de ese primer paso, de ese trabajo diario de instrospección, va de acuerdo a tu constancia y camino evolutivo. Poco a poco vas quitando capas como la alcachofa, hasta que llegas al corazón. Es como si hiciera magia y te dispusieras con tu Luz y amor propio para que alguien coloque puertas mágicas para que las abramos, entremos y experimentemos conocernos nosotros mismos, sin obstáculos, sin miedos, sin temor a ocultarnos de algo o alguien, para finalmente liberarte de viejos patrones, aceptarnos con amor como somos realmente, despertar y vivir con consciencia.

¿Cómo empezar la práctica de la meditación?

Cuando me piden en las consultas que les enseñe a meditar, que les sugiera un método para comenzar, siempre les digo lo mismo y lo básico: meditar es encontrarse contigo mismo, es un acto de amor hacia ti mismo que te da paz y tranquilidad, solo pendiente de lo que hacemos, con todos nuestros sentidos. Puede ser mediante una oración, escuchar, sentir y cantar una canción que te remueve sentimientos, te toca fibras, pintar, escribir, decorar, ir en el carro o sistema de transporte que haya en tu ciudad/país y desear solo buenos pensamientos al conductor, a quienes te acompañan en ese momento, y mientras lo haces experimentar las sensaciones con toda tu conciencia.   

Una de mis meditaciones preferidas que realizo por lo menos 1 o 2 veces en el día es la siguiente:
  1. Me envuelvo en luz blanca y la llama violeta, creando con Dios, mis ángeles y seres de luz que me acompañan, un espacio de amor y conexión para recibir la guía divina que me corresponda y necesito en el momento.
  2. Respiro tantas veces sea necesario inhalando por nariz muy lentamente, retengo la respiración y suelto. Simultáneamente visualizo como una luz blanca que ingresa por mi coronilla recorre todo mi cuerpo y trae paz, amor, tranquilidad, comunión con Dios, abundancia, prosperidad. Y de mis pies salen raíces que conectan con la Madre Tierra y le agradezco todos sus frutos y amor que también nos brinda y le reitero mi compromiso de ayudarla también para su mayor bienestar, porque si ELLA está bien todos quienes vivimos y nos nutrimos de ella también lo estamos.
  3. Cuando recién inicias es normal que aparezcan pensamientos del día, de lo que hiciste, lo que vas a hacer, en fin. Déjalos pasar como las nubes en el cielo, es tu ego, que sabe que lo vas a hacer desaparecer por unos instantes. Si te sirve, puedes decirle a tu ego palabras como: “gracias por lo que me estas mostrando, ahora he decidido darme un espacio de amor”. Y sigues con el ejercicio de la respiración y la conexión.
  4. Luego viene un estado de total calma donde me visualizo rodeada de los elementales de la naturaleza como son los de Tierra y Aire. Es ahí donde le hablo a mi Ser Superior y le comentó el día que tuve, las palabras que dije, las acciones o decisiones que tomé, si siento emociones como llanto, felicidad, tristeza, rencor, me doy permiso de sentirlas y que salgan a la Luz. Este es el momento que más amo: es como si me quitara una carga de encima y las entregara a los seres divinos para que me ayuden y direccionen.
  5. Con el tiempo aprendí que debía quedarme en silencio y esperar una respuesta. Nos quejamos que Dios, nuestros ángeles y seres de luz no se comunican con nosotros; ¿cómo van a hacerlo si solo nosotros somos quienes hablamos? La vibración de ellos es elevada y recibiremos sus mensajes de diferentes formas entre ellas puede ser mediante clarividencia, clariaudiencia, clarisensibilidad, clarisapiencia, clariolencia. Por eso, la vibración de nosotros también debe ser elevada.
  6. Si no recibes mensajes en ese momento de meditación, no te desesperes, ni preocupes. Agradece ese estado de comunicación y exprésales a los seres de luz que no ha sido claro el mensaje que ellos quieren darte y que agradeces por favor te lo confirmen en sueños, señales en un tiempo específico. Ellos siempre nos escuchan, nos acompañan y colocan la Guía Divina que necesitamos en el momento apropiado.
  7. Vuelvo a sentir mi cuerpo, mi respiración, agradezco la conexión a mis ángeles y guías y cierro con una bendición en la luz y en el amor para mi ser interno, mi familia, seres que me rodean y esta hermosa bolita Azul en el Universo llamada Tierra.

¿Porque me gusta y recomiendo practicar la meditación?

*Cuando practico la meditación me reconforta sentir ese momento que tanto han descrito maestros como Cristo, Buda y en nuestra actualidad Eckhart Tolle: vivir, experimentar el AQUÍ Y EL AHORA, no pensar que pasó ni que pasará, solamente el momento PRESENTE, el momento que simplemente ES. Me gusta cómo me siento después: serena, tranquila, confiada y aunque muchas veces no tengo la respuesta inmediata o desconozco que hacer ante ciertas situaciones, estoy aprendiendo lo que esta filosofía de vida nos trae que incorporar en la vida que la verdad y la Luz están dentro de nosotros.
*Veo a mi alrededor y no soy ajena al dolor y sufrimiento que hemos creado como seres humanos, experimentamos el miedo a la soledad, a perder lo que hemos construido ya sea material, laboral, familiar, los apegos, los abandonos, los egos de poder, querer ser alguien, porque así nos ensenaron nuestros padres y la sociedad: “estudie o trabaje para que sea alguien en la vida”, para finalmente acumular ansiedades y miedos que nos llevan al más grande de todos  MIEDO A VIVIR.  El sistema y la sociedad nos enseñan  que todo esto se quita con una pastilla para el dolor, la ansiedad, el stress, y como toda medicina alopática tiene sus efectos secundarios: puede tratar una afección del sistema cardiaco,  y afecta el sistema digestivo, nervioso, respiratorio, etc, entonces debemos volver para que ahora nos receten otra pastilla y volvemos a repetir el ciclo. Conocer de donde proviene ese miedo, esa ansiedad, sería el primer paso y herramientas como la meditación son de gran ayuda. 
*Siento que como adultos y quienes somos padres tenemos un compromiso de dejar este mundo mejor de lo que está. Pienso en mis padres y en los niños de HOY. Algunos escogimos familias estructuradas en el amor, en el ejemplo, la unión, el respeto, la tolerancia y la compasión, herramientas poderosas que fueron y son nuestras raíces para que cuando se presenten los momentos difíciles los enfrentemos y solucionemos. Otros niños escogieron otro camino de evolución con carencias afectivas y emocionales donde los padres, maestros, terapeutas, hacen lo mejor que pueden, desconociendo la importancia del manejo de las emociones y las sanas relaciones como aquella básica y primordial que es amar y respetar nuestro propio cuerpo. Es su aprendizaje recorrer ese camino y el nuestro respetarlo o simplemente acompañarlos, por más deseos e intenciones que tengamos de ayudar. Si desde pequeños les enseñamos a conocerse, aceptarse, emocionarse, sorprenderse, reflexionar, estar atentos, concentrarse,  expresar lo que realmente sienten, amar  y respetar la naturaleza, conocer sus ciclos internos, podrían entender que las emociones que aparentemente son negativas, los obstáculos, las tensiones, los disgustos, son en realidad oportunidades para lograr la armonía  y el equilibrio,  que se pueden alcanzar sin necesidad de métodos externos y diferentes a ellos mismos, que está en su interior cambiar la actitud, pensamiento, acción y sentimiento. Dalai Lama dice: “Si enseñamos meditación a cada niño de 8 años, eliminaríamos la violencia en solo una generación”.
 * Cuando meditas sientes el aire y eres consciente de tu respiración, la respiración es vida, vida que construimos a cada instante. Como dice Louse Hay: “lo único que necesitas para vivir, está siempre ahí, no necesitas pensar si en la próxima respiración te faltará el aire, simplemente ahí está”. Si eres consciente de tu respiración, eres consciente de tu vida. Si sientes y controlas tu respiración, controlas tu mente y la pones al servicio de tu cuerpo y tu alma, así mientras meditas descargas tu mente de preocupaciones, bloqueos,  liberas de emociones que no te gusta y puedes cambiarlas, atraer y visualizar  aquello que si deseas a tu vida, eres consciente y puedes encontrar respuestas que tú mismo tienes o que te llegan mediante la intuición, que en un estado normal enfocados en los compromisos y preocupaciones del día/día no sueles reconocer.

!Anímate a regalarte un espacio y un tiempo para estar contigo, a SOLO SER!


Escrito por
Sandra Liliana Moreno Ordóñez

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