Uno de los elementos que más nos preocupan a la hora de resolver nuestros problemas personales es saber cuánto tiempo vamos a necesitar para conseguirlo.
Por un lado, queremos que sea rápido, por supuesto. Pero más allá de esto, también queremos saber cuánto tiempo vamos a necesitar. Muchas veces, la incertidumbre es lo que más nos duele. Si alguien nos pudiera decir “esto que te preocupa se resolverá en X tiempo”, en muchos casos nos tranquilizaría. Ver un final a los problemas ayuda a tomárnoslos con más calma.
Pues bien, hoy hablaremos del camino más práctico para resolver los problemas personales, sean del tipo que sean, y también de cómo estimar cuánto tiempo necesitaremos para lograrlo.
En esta vida, todo tiene solución. Todo.
Es solo cuestión de ponerse a caminar para conseguirlo.
Cómo Resolver un Problema Cualquiera
Un punto muy importante a la hora de resolver nuestros problemas personales es entender que para lograrlo hay que hacer un salto. Tenemos que “saltar” desde el estado inicial donde nos encontramos (el problema) hasta el estado final (la solución).
Por ejemplo, si nos duele algo, para que se resuelva tenemos que pasar del estado inicial (dolor) al estado final (no dolor); si no tenemos dinero, tenemos que pasar del estado “carencia” al estado “abundancia”, etc.
Esta idea se puede representar gráficamente como si fuera un escalón. En la parte baja del escalón está el problema y en la parte alta está la solución. Y para resolver el problema hay que “subir” el escalón. Así:
Es importante notar que, en muchos casos, el escalón puede ser muy alto y brusco. Si es un problema sencillo, el escalón será pequeño, pero si es un problema que para nosotros es grande, el escalón será bastante alto.
Y es muy importante tener esto en cuenta para poder avanzar.
Cómo Resolver Tus Problemas Personales
Intuitivamente, se ve enseguida que, cuanto más alto sea el escalón, más nos costará subirlo. Y si es muy alto, será realmente difícil que lo hagamos en un solo salto. Casi imposible.
Es como si tuviéramos un escalón de seis metros delante.
En un caso así, lo más práctico es construir una escalera. En lugar de intentar subir en un solo salto, ir haciendo pequeños saltos hasta llegar arriba. Así:
Es una idea muy razonable, ¿verdad?
Pues este suele ser el mejor camino para resolver cualquier situación que nos preocupe: ir poco a poco, haciendo pequeños saltos, hasta llegar a la solución.
Lo que pasa es que en general tenemos muy poca paciencia y perseverancia, y queremos resolverlo todo enseguida. Queremos subir el escalón en un solo día.
Y en lugar de ir más rápido, al final vamos mucho más lentos, porque nos quedamos atascados mucho tiempo.
Cuánto Tiempo Tardarás en Resolver Tus Problemas Personales
Si miramos la imagen anterior, veremos que hay dos aspectos claves de la escalera: el número de escalones y la amplitud de cada uno de ellos.
El número de escalones es la cantidad de pequeños cambios que hay que ir introduciendo en nuestra vida para avanzar hacia la solución. Y la amplitud de cada escalón es el tiempo que pasa desde un cambio hasta el siguiente.
Lógicamente, lo mejor es hacer cuantos menos saltos posibles, y hacerlos lo más seguido posible. Así llegaremos antes a la solución.
Pero por muchas ganas que tengamos de llegar, hay un mínimo de saltos que hay que hacer y un mínimo de tiempo que tiene que pasar entre saltos.
Por un lado, si intentamos hacer pocos saltos, puede suceder que cada salto sea demasiado grande y que no podamos avanzar igualmente. Es como si tenemos un escalón de seis metros y lo dividimos en dos saltos de tres metros cada uno. Sigue siendo demasiado:
Y por otro lado, si intentamos hacer los saltos demasiado juntos, también puede pasar que no podamos subir. Es como si construimos una escalera con escalones de un centímetro de ancho. Como se ve en la siguiente imagen, a la práctica es como si fuera una pared en lugar de una escalera, y será muy difícil subir por ella:
Así pues, por mucha prisa que tengamos, lo más práctico es ir haciendo pequeños saltos espaciados en el tiempo. Hay que ir haciendo pequeños cambios en nuestra vida y dejar que pase un tiempo entre ellos para que puedan asentarse.
Estos cambios pueden ser de dos tipos: acciones y cambios mentales. La acciones son cosas que hay que hacer físicamente (por ejemplo, para mejorar nuestro estado de forma hay que hacer ejercicio) y los cambios mentales son cambios en nuestra manera de pensar y de ver el mundo (por ejemplo, dejar atrás miedos, creencia limitantes, etc.).
Para resolver la mayoría de problemas personales, normalmente hay que hacer las dos cosas: algunas acciones y algunos cambios mentales.
Si hacemos una estimación de los cambios que tenemos que hacer y del tiempo que tiene que pasar entre ellos, podemos calcular lo que tardaremos en resolver los problemas. Por ejemplo, si tenemos que hacer diez cambios, y de media tardamos dos meses por cambio, tardaremos veinte meses.
Evidentemente, es muy difícil hacer este cálculo con precisión, pero es posible hacerse una idea. Si quieres, puedes hacer el ejercicio de sentarte un momento e intentar tomar conciencia de dónde estás y de a dónde quieres llegar. Y luego, siendo realista y sincero contigo mismo, intentar ver los pasos que tienes que dar para avanzar: qué acciones tienes que llevar a cabo y qué cambios mentales tienes que lograr.
Y por último, asumir el tiempo que te llevará dar cada paso.
Pero independientemente de esto, lo más importante es ver que todo tiene solución y que es mucho más sencillo dividir el camino en pequeños pasos e ir avanzando uno a uno.
Si uno no deja de caminar, tarde o temprano llega a su destino.
Y tú no tienes ninguna intención de dejar de caminar, ¿verdad?
http://www.jananguita.es/
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Nota: sólo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.