Al despertaros por la mañana, antes de cualquier preocupación, pensad en armonizaros con las entidades celestiales, decidles que queréis entrar en su armonía. Llamad a estas criaturas luminosas que pueblan el espacio, concentraos en ellas, imaginaos cuán bellas son, cuán puras y llenas de amor. Si vuestro deseo es sincero, entraréis en contacto con ellas gracias a la ley de afinidad. Algo sucederá entonces dentro de vosotros: vuestro corazón, vuestro intelecto, vuestra alma y vuestro espíritu vibrarán al unísono con el mundo divino. Todo vuestro ser se convertirá en un instrumento bien afinado y la armonía que habréis conseguido crear, marcará con su sello la jornada que empieza.
¡Hay tantos encuentros, tantos acontecimientos en la vida que pueden perturbaros, haceros perder vuestro gozo y vuestra paz!Pero, suceda lo que suceda, siempre os queda el poder de armonizaros con las entidades celestiales para que la armonía con la que ellas llenan el espacio, descienda a habitar en vosotros.
Omraam Mikhaël Aïvanhov
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