El silencio procede de todos los intervalos del sonido. Por consiguiente, aprendamos a coordinar el corazón con el silencio.
Pero este silencio no será un vacío: se difundirá por el espacio con la síntesis del pensamiento.
Justamente como la plegaria del corazón no necesita de palabras, así el silencio que es fecundo no necesita de fórmulas.
El silencio intenso requiere muchas acumulaciones de pensamientos y de deseos benevolentes.
Así pues, el corazón asiduo y atento al silencio y repleto como un dínamo, desplaza palpitando el ritmo del Universo, y los deseos personales son transmutados en la guiadora Voluntad Universal. De este modo evoluciona la cooperación con los mundos distantes…
Corazón
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