« ¿Cómo se obtiene la felicidad?»
«Aprendiendo a contentarse con lo que se tiene».
«Entonces, ¿no se puede desear nada?»
«Claro que se puede», dijo el Maestro, «con tal de tener la actitud de aquel padre al que conocí en la sala de espera de una clínica de maternidad y que, cuando llegó la enfermera y le dijo:
«Ya sé que esperaba usted un niño, pero siento decirle que ha sido niña», replicó:
«Bueno, la verdad es que no me importa demasiado, porque ya suponía yo que, si no era niño, iba a ser niña».
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