Dijo el Maestro:
«Cuando estabas en el seno materno, estabas en silencio. Luego naciste y empezaste a hablar, hablar y hablar. . . hasta el día en que te lleven a la tumba. Entonces volverás a estar en silencio.
Trata de capturar ese silencio que conociste en el seno materno, que volverás a conocer en la tumba y que incluso ahora subyace a este ruidoso intervalo que llamamos 'vida', porque ese silencio es tu más profunda esencia».
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