En sus años mozos, el Maestro se había marchado de casa en busca de la sabiduría.
Y las palabras que dijo al partir fueron las siguientes: «El día en que la encuentre, os lo haré saber».
Muchos años más tarde, esta promesa parecía carecer ya de toda importancia. Se dio cuenta de ello cuando supo que, sin saberlo él en absoluto, la había encontrado.
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