«Una creencia religiosa», dijo el Maestro, «no es una afirmación de la Realidad, sino un indicio, una pista de algo que es un Misterio y que queda fuera del alcance del pensamiento humano. En suma, una creencia religiosa no es más que un dedo apuntando a la luna.
Algunas personas religiosas nunca van más allá del estudio del dedo.
Otras se dedican a chuparlo.
Y otras usan el dedo para sacarse los ojos. Éstos son los fanáticos a quienes la religión ha dejado ciegos.
En realidad, son poquísimas las personas religiosas lo bastante objetivas como para ver lo que el dedo está señalando. Y a estas personas, que han superado la creencia, se las considera blasfemas».
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