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domingo, octubre 06, 2019

Ten el coraje de ser tú

Vivir no es solo existir. Así que, para mantenerte psicológicamente saludable se supone que actúas tomado como referencia aquello que conecta con tu yo. Pero, ¿es esta actuación reflejo de quién eres? ¿Te llevan tus pasos hacia lo que quieres? Tener el coraje de ser tú pasa por el descubrimiento de quién eres: cuáles son tus valores, miedos, objetivos, gustos…

 
 
Desde el ámbito de la terapia de aceptación y compromiso, se considera que los valores son un componente psicológico esencial que da coherencia a cómo nos enfrentamos a nuestra vida. Páez, Gutiérrez, Valdivia y Luciano (2006) ofrecen una visión de cómo el trabajo en la clarificación de los valores personales, tiene una repercusión favorable para el proceso de desarrollo personal de cada uno de nosotros.

Tus valores constituyen una brújula para tomar decisiones. Eso sí, hablamos de posibilidades, no de certezas absolutas. Sin embargo, cuando se trabaja en terapia para descubrir y definir valores, se pide a la persona que lo haga como si no hubiese obstáculos. Será más tarde cuando tengamos que negociar con la realidad: en ella, diferentes valores pueden entrar en conflicto.

Crea una vida que valga la pena vivir

Escuchar a tu corazón te mostrará el camino para tener el coraje de ser tú y perseguir unos objetivos que no compitan con tus deseos. Esto implica un ejercicio de análisis, que te plantees en qué consiste tu vida, para qué estás aquí, y qué es lo que hace que vivir merezca la pena. Y no es nada fácil. Puedes naufragar entre tus deseos, además inevitablemente vivirás algunos conflictos que pueden llevarte a un bloqueo en tu actuación.

Cuando te encuentres en una encrucijada como ésta, para adquirir este conocimiento acerca de tu vida y por tanto sobre ti, es importante que acudas a un profesional de la psicología que te acompañe a descubrirte. Conocerse a uno mismo es el primer paso para crear una vida con un nivel mínimo de disonancia. 

Clarifica tus valores y ten el coraje de ser tú

La clarificación de los valores personales es una aspecto importante del proceso de terapia psicológica. Por lo tanto, cuando los psicólogos trabajamos en el cambio estratégico alineado con los valores de nuestros pacientes, planteamos una serie de preguntas que pueden ayudarles a desentrañar todos los aspectos que son importantes para su vida:
  • ¿Qué es importante para ti?
  • ¿En qué quieres que consista tu vida?
  • ¿Qué tipo de persona quieres ser?
  • ¿Qué tipo de relaciones quieres construir?
  • Si no estuvieras luchando con tus sentimientos o evitando tus temores, ¿en qué invertirías tu tiempo y tu energía?

Muchas veces persigues un objetivo sin plantearte esto en profundidad. Simplemente sigues una rutina, día tras día, sin saber que para crear una vida rica, plena y llena de sentido, es necesario reflexionar sobre estos aspectos existenciales y tener el coraje de ser tú. Además, este trabajo personal te ayudará a descubrir tu brújula en forma de preferencias.
Establece objetivos que sean importantes para ti

Es importante que tengas en cuenta que los valores no son lo mismo que los objetivos. Mientras un valor se refiere a la dirección en la que actúas y avanzas, un objetivo es un resultado deseado que puede alcanzarse. Cuando consigues un objetivo lo puedes tachar de tu lista, pero un valor es un proceso que nunca llega a su fin. Así, por ejemplo, un objetivo sería cambiar de trabajo mientras que un valor sería implicarse a fondo en el mismo.

Construir una vida mejor, más satisfactoria, impulsada por tus valores, supone pasar por el proceso de establecer unos objetivos llenos de sentido y tener el coraje de ser tú. Según Russ Harris, médico y psicoterapeuta especialista en terapia de aceptación y compromiso, dicho proceso pasa por cinco pasos : 

1. Resume tus valores

Redacta una breve descripción del ámbito y de los valores en los que vas a trabajar. Ponlo por escrito, el hecho de escribir concentra tu pensamiento y te ayuda a recordar de forma consciente este compromiso. Por ejemplo, en el ámbito de la pareja, valoro ser honesto, cariñoso e implicarme en la vida en común manteniendo mi espacio personal.
 
2. Establece un objetivo inmediato

Consiste en establecer un objetivo pequeño y fácil que sea coherente con el valor del que se trate. Cuando te fijes objetivos es importante que sea específico en relación con lo que vas a hacer. Normalmente comenzar con objetivos pequeños y fáciles te ayudará a superar el miedo a lo difícil.

Por ejemplo, si tu valor es ser un amante compañero, tu objetivo podría ser: «Durante la pausa para comer llamaré a mi pareja y le diré que tengo ganas de verle».

«Un viaje de mil millas comienza con un solo paso».
-Lao Tsé- 

3. Fija algunos objetivos a corto plazo

Pregúntate qué puedes hacer a lo largo de los próximos días y semanas. Por ejemplo, si valoras ayudar a los demás, pero en actual trabajo te proporciona escasas ocasiones de hacerlo, uno de tus objetivos a corto plazo podría ser buscar oportunidades laborales que te llenen más.
 
4. Establece algunos objetivos a medio plazo

Establece retos específicos a alcanzar en las próximas semanas o meses que te hagan avanzar en la dirección que valoras. Por ejemplo, si un prioridad muy alta en tu escala de preferencias es la de cuidar tu salud, un objetivo a medio plazo podría ser dejar de fumar o darle un repaso a tu dieta para que pase a ser más saludable.

5. Establece algunos objetivos a largo plazo

Haz una lista de objetivos que te gustaría alcanzar en los próximos años. Para ello te invito a que hagas un sencillo ejercicio: imagínate dentro de un mes, dentro de un año y dentro de cinco años. Para ello, ten en cuenta los recursos que tienes, pero también los que puedes adquirir. Además, deja un margen para que las circunstancias a veces te contradigan.

Quizá todo este proceso te parezca demasiado ordenado, detallado y estructurado, sin dejar espacio a la espontaneidad. Sin embargo, la verdad es que establecer objetivos, planes de acción y trabajar de manera coherente con tus valores significa conjugar los cimientos de una planificación que reduce la disonancia. Así, sin arrastrar este malestar, será más fácil improvisar y hacer cambios cuando toquen.

Cuando avanzamos en la dirección que valoramos, cada momento adquiere un sentido más pleno. Así, te animamos a que te impliques a fondo en todo lo que hagas, abriéndote a la experiencia. Esta manera de vivir te ayudará a percibir lo que te sucede como algo estimulante y satisfactorio. Así, incluso en los momentos en los que esta se hace difícil, tendrás el coraje de ser tú.

«Nosotros que vivimos en campos de concentración recordamos a los hombres que iban de barracón en barracón reconfortando a los demás, entregando su último pedazo de pan. Tal vez fueran escasos en número, pero dan pruebas suficientes de que a un hombre se le puede arrebatar todo menos una cosa: la última de las libertades humanas, elegir su propia actitud en cualquier circunstancia; elegir su propio camino».
-Viktor Frankl-

Rocío García Garzón

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