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martes, septiembre 10, 2019

Las Diferencias entre la Tercera, la Cuarta y la Quinta Dimensión (y Cómo Movernos entre Ellas)

Hoy hablaremos en detalle de las diferencias entre la tercera, la cuarta y la quinta dimensión.

 
 
Estos tres términos, especialmente la tercera y la quinta dimensión, se usan muy habitualmente en muchos círculos de espiritualidad y crecimiento personal: la tercera dimensión generalmente para referirse al mundo físico, y la quinta para referirse a un plano más elevado de la existencia.

Pero, ¿qué son realmente estas dimensiones?

¿Y en qué se diferencian? ¿Qué determina que estemos en una dimensión u otra?

Hoy hablaremos en profundidad de este tema. Es un paso muy importante en nuestra evolución personal.
 
Qué Son las Dimensiones

Cuando se habla de las diferentes dimensiones, a menudo suele interpretarse que cada dimensión es un lugar diferente: pensamos que la tercera dimensión es el mundo físico, que la quinta dimensión es un plano espiritualmente más avanzado y la que cuarta es un lugar intermedio.

Pero es muy importante aclarar que esto no es así. Las dimensiones no son lugares, sino estados de conciencia.

Si te interesa profundizar en este tema, puedes leer este artículo sobre la quinta dimensión. Pero resumiéndolo, podríamos decir que cada dimensión es un aspecto de la vida, y que el hecho de estar en una dimensión u otra está relacionado con la capacidad de percibir más o menos de estos aspectos. A medida que percibimos más aspectos de la vida, decimos que estamos en una dimensión superior.

Por ejemplo, si una persona se encuentra en la Tierra y solo percibe las cosas físicas que hay a su alrededor y poco más, diremos que se encuentra en la tercera dimensión. En cambio, otra persona que también esté en la Tierra, pero que además del mundo físico perciba también otros elementos más sutiles, diremos que se encuentra en la cuarta o en la quinta dimensión (ahora hablaremos en detalle de las diferencias entre ellas). El lugar físico donde están es el mismo, pero su percepción de la vida es diferente.

Así pues, la expresión “estar en una determinada dimensión” no hace referencia al lugar donde nos encontramos, sino al estado de conciencia que tenemos. E ir hacia una dimensión más elevada no implica movernos de lugar, sino ampliar nuestra conciencia para percibir más aspectos de la vida.
 
Qué Es un Estado de Conciencia

Es muy importante entender que pasar de una dimensión a otra no implica cambiar de lugar, sino de estado de conciencia. Así que, para “ascender a una dimensión superior” no tenemos que dejar el planeta, sino simplemente expandir nuestra conciencia.

Llegados hasta aquí, una cuestión importante es: ¿y qué define exactamente nuestro estado de conciencia? ¿Qué determina que estemos en un estado u otro?

Pues en realidad es muy simple: todo depende de nuestros pensamientos (más sobre esto aquí).

Nuestro estado de conciencia depende de los pensamientos que tenemos más frecuentemente y que consideramos que son ciertos; es decir, de nuestras creencias. En función de lo que creemos, percibimos la vida de una manera u otra, y esto hace que tengamos un estado de conciencia u otro.

Por ejemplo, si vemos una piedra y creemos que esa piedra es dura y sólida y que no se puede moldear fácilmente, sentiremos que vivimos en un mundo físico y limitado, y tendremos el estado de conciencia asociado a la tercera dimensión.

Por otro lado, si vemos la misma piedra, pero sentimos claramente que esa piedra es solo un pensamiento de la Mente Universal (más sobre esto aquí) y que puede cambiar fácilmente, tendremos el estado de conciencia de la cuarta dimensión y experimentaremos una realidad mucho más libre y con mucho más potencial.

La piedra es la misma en los dos casos, y nosotros también, pero en función de lo que creemos sobre ella y sobre nosotros estamos en un estado de conciencia u otro.

(Nota: aquí es importante aclarar que no vale intentar “engañarnos” para cambiar de estado de conciencia. Si vemos una piedra e intentamos pensar que puede cambiar fácilmente, pero en el fondo no nos lo creemos o tenemos dudas, seguiremos estando en la tercera dimensión y no en la cuarta. Los pensamientos solo tienen fuerza cuando realmente creemos en ellos.)
 
Las Creencias de la Tercera Dimensión

Así pues, el hecho de “estar” en una dimensión u otra depende de las creencias principales que tenemos sobre nosotros y sobre la vida. Y para “ascender” a dimensiones superiores tenemos que comprender bien estas creencias y sanar aquellas que nos están limitando.

En el caso de la tercera dimensión, que es el estado en el que nos encontramos la mayoría de seres humanos, hay una creencia principal muy importante: la creencia de que hay cosas imposibles.

Esta es la creencia básica de la tercera dimensión y la que hace que nos quedemos en ella. Todos los seres que creemos que hay cosas imposibles vivimos anclados en el estado de conciencia de la tercera dimensión.

Si te fijas, esta creencia está asociada a la materia, y por esto la tercera dimensión se asocia al mundo material. Creemos que hay cosas imposibles porque creemos que la materia tiene unos límites que no se pueden superar: creemos que no se puede volar, atravesar paredes, sanar según qué partes del cuerpo, hacer crecer un árbol en un segundo, y un largo etcétera. Y creemos todo esto porque creemos que la materia tiene una serie de límites infranqueables.

En realidad nada es imposible, y la materia no tiene ningún límite, pero nosotros creemos que sí. Y las creencias definen la realidad que vivimos.

Por otro lado, si cambiamos esta creencia, y empezamos a conectar de verdad con la idea de que todo es posible, empezaremos a abrirnos a una realidad muy diferente y mucho más amplia: lo que llamamos la cuarta dimensión.
 
Las Creencias de la Cuarta Dimensión

La cuarta dimensión, a diferencia de la tercera, se caracteriza porque desaparece completamente la creencia de que hay cosas imposibles. Los seres de cuarta dimensión tienen clarísimo que todo, absolutamente todo, es posible. Y dado que lo creen posible, para ellos lo es.

Quizás de entrada esto puede parecer un poco extraño, pero en el fondo lo experimentamos todos cuando soñamos. En los sueños todo es posible, y no nos sorprende lo más mínimo.

Hablaremos de esto próximamente en otro artículo, pero los sueños no son algo irreal, sino una parte de la existencia tan real como el mundo físico. Podríamos decir que los sueños son una puerta a la cuarta dimensión: en ellos entramos en un estado de conciencia donde aceptamos que todo es posible, y por ello experimentamos esta realidad.

La cuarta dimensión es un estado más elevado que la tercera, porque percibimos la realidad de una forma más amplia, pero aun así siguen habiendo creencias limitantes que pueden generar malestar.

Concretamente, en la cuarta dimensión aún existe la creencia de que las cosas están separadas las unas de las otras. Esta es la característica principal de la cuarta dimensión: creer que todo es posible, pero que las cosas están separadas entre ellas.

Cuando estamos en la cuarta dimensión, por ejemplo en un sueño, podemos volar, atravesar paredes y cambiar de forma en un segundo. Podemos coger una piedra y hacer que se transforme en un pájaro. Pero la piedra es la piedra y nosotros somos nosotros. No nos sentimos unidos a la piedra ni a nada más.

En la cuarta dimensión, al igual que en la tercera, hay separación. Y, por lo tanto, puede haber dolor.

Por este motivo, el estado de la cuarta dimensión no siempre es luminoso, ni los seres de cuarta dimensión son siempre del todo amorosos. En la cuarta dimensión puede haber cosas hermosas y cosas que no lo son tanto, de forma parecida a lo que pasa en el mundo físico.

En cambio, cuando empezamos a sentir claramente que no hay separación entre nada y que todo forma una unidad inseparable, nos abrimos a una realidad aún más amplia, y entramos en un estado donde sí desaparece el dolor: la quinta dimensión.
 
Las Creencias de la Quinta Dimensión

La quinta dimensión se asocia a un alto grado de evolución espiritual, porque aquí desaparecen las creencias limitantes de las dimensiones anteriores.

En la quinta dimensión no hay nada imposible.

Y tampoco hay separación entre nada.

La quinta dimensión es un estado de luz y bienestar, porque todo es unión y potencial. Nada está solo, nada está aislado y nada se enfrenta a nada.

Pero no porque sea un lugar especial con unas leyes especiales. La quinta dimensión puede ser cualquier lugar. Puede ser el lugar justo en el que estás ahora.

Insisto mucho en que no hay que cambiar de lugar para cambiar de dimensión.

Lo único que importa son tus creencias.

Si crees que todo es posible, lo será.

Si sientes que estás unido a todo, lo estarás.

Así de poderoso eres.

Siempre lo has sido, y siempre lo serás.

Un gran abrazo,

Jan


www.jananguita.es

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