Para cambiar tus creencias limitantes puedes tomar varias medidas. En primer lugar, piensa que son ellas quienes están minando tu autoestima y tu falta de confianza. Esa visión del mundo y de ti mismo que has interiorizado debe reinterpretarse de nuevo para identificar las trampas cognitivas y emocionales que frenan tu crecimiento, así como la posibilidad de ser feliz.
Cabe señalar que este ejercicio no es precisamente fácil. Muchas de esas creencias que nos boicotoean a diario llevan con nosotros casi desde que tenemos uso de razón. Es en la infancia cuando quedan integradas en nuestra mente una buena parte (no todas) de esas ideas e interpretaciones que erosionan nuestro crecimiento personal. Así, frases como ‘tú no vales para esto’ o ‘mejor no intentes aquello’ van minando no solo nuestra identidad, sino también el propio potencial.
Por otro lado, algo que resulta curioso es el hecho de que muchas de esas ideas erróneas y dañinas que residen con nosotros en el viaje de la vida permanecen en nuestra mente a pesar de ser conscientes de que no son útiles. Uno puede ser, por ejemplo, muy inteligente, ser una persona con una elevada capacidad intelectual. Sin embargo, si albergamos la creencia de que somos falibles, de que nuestra inseguridad nos impide alcanzar el éxito, es muy probable que nunca lo alcancemos.
Esto se debe básicamente a las profundidad con la que se integran las creencias limitantes. Son semillas que se instalan en lo más hondo de nuestros estratos psicológicos. Además, estas dimensiones van de la mano de los miedos y, por tanto, deslizan ante la razón o la lógica. No obstante, con compromiso y estrategias adaptadas podremos desactivarlos.
Por otro lado, algo que resulta curioso es el hecho de que muchas de esas ideas erróneas y dañinas que residen con nosotros en el viaje de la vida permanecen en nuestra mente a pesar de ser conscientes de que no son útiles. Uno puede ser, por ejemplo, muy inteligente, ser una persona con una elevada capacidad intelectual. Sin embargo, si albergamos la creencia de que somos falibles, de que nuestra inseguridad nos impide alcanzar el éxito, es muy probable que nunca lo alcancemos.
Esto se debe básicamente a las profundidad con la que se integran las creencias limitantes. Son semillas que se instalan en lo más hondo de nuestros estratos psicológicos. Además, estas dimensiones van de la mano de los miedos y, por tanto, deslizan ante la razón o la lógica. No obstante, con compromiso y estrategias adaptadas podremos desactivarlos.
¿Cómo cambiar tus creencias limitantes?
El tema de las creencias limitantes, e incluso el de las falsas creencias, presenta aspectos sorprendentes. Tanto es así que muchos descuidamos la trascendencia de todo aquello que se nos dice o se nos transmite durante la infancia y adolescencia. Cada vivencia, cada frase y cada comentario moldean de manera impactante gran parte de lo que somos.
Un ejemplo ilustrativo sobre el tema es el que demostró la doctora Elke Geerts, de la Universidad de Maastricht, en Holanda. Si a un grupo de niños se les hace creer que son alérgicos a un alimento (por ejemplo los huevos) llegarán a la edad adulta pensando que son intolerantes a ese producto (aunque no sea así). Es más, se han visto casos donde al ingerir esos alimentos se ha producido una reacción, como malestar o vómitos.
Lo que nos hacen creer nos moldea. Ahora bien, pero no solo lo experimentado en la infancia erige el reino de las creencias limitantes. También el modo en que nosotros mismos interpretemos ciertas vivencias en la edad adulta, puede cimentar nuevas ideas falsas y desgastantes que dañan nuestras valías de manera notable. Un ejemplo de ello puede ser sufrir una ruptura afectiva y decirnos aquello de ‘el amor no es para nosotros‘. Veamos no obstante, cómo cambiar tus creencias limitantes.
El tema de las creencias limitantes, e incluso el de las falsas creencias, presenta aspectos sorprendentes. Tanto es así que muchos descuidamos la trascendencia de todo aquello que se nos dice o se nos transmite durante la infancia y adolescencia. Cada vivencia, cada frase y cada comentario moldean de manera impactante gran parte de lo que somos.
Un ejemplo ilustrativo sobre el tema es el que demostró la doctora Elke Geerts, de la Universidad de Maastricht, en Holanda. Si a un grupo de niños se les hace creer que son alérgicos a un alimento (por ejemplo los huevos) llegarán a la edad adulta pensando que son intolerantes a ese producto (aunque no sea así). Es más, se han visto casos donde al ingerir esos alimentos se ha producido una reacción, como malestar o vómitos.
Lo que nos hacen creer nos moldea. Ahora bien, pero no solo lo experimentado en la infancia erige el reino de las creencias limitantes. También el modo en que nosotros mismos interpretemos ciertas vivencias en la edad adulta, puede cimentar nuevas ideas falsas y desgastantes que dañan nuestras valías de manera notable. Un ejemplo de ello puede ser sufrir una ruptura afectiva y decirnos aquello de ‘el amor no es para nosotros‘. Veamos no obstante, cómo cambiar tus creencias limitantes.
Y tú, ¿a qué creencia limitante te aferras?
A través de tu ciclo vital has estado en contacto con diversas fuentes que han podido ser el origen de alguna que otra creencia limitante. Puede que fuera tu educación, la que te transmitieron tus padres. Es posible que en el colegio o instituto, ciertas palabras o experiencias hicieran mella en ti. Puede también que fuera una relación afectiva o un trabajo desgastante donde sufriste un gran estrés.
Siempre hay un desencadenante al que le diste poder. Hubo algo que acabaste interiorizando y dando por cierto; debes identificarlo y analizar de qué está hecho para desmontarlo, para descubrir lo irreal y dañino que es.
“Aprendemos nuestros sistemas de creencias cuando somos niños y luego, nos movemos a través de experiencias de creación de vida para que coincidan con nuestras creencias»
-Louise L. Hay-
Tu creencia no es la verdad, es la que tú has construido ¡Aprende a derribarla!
Para entender cómo cambiar tus creencias limitantes reflexiona sobre esta idea. Es cierto que en algún momento alguien te hizo creer alguna idea sobre ti. Es verdad que tú mismo, y después de alguna experiencia, diste forma a una imagen que ahora te acompaña como una cadena que limita tus pasos y tu capacidad para ser feliz. Ahora bien, recuerda que tu creencia no es la verdad, eres tú quien le ha dado fuerza y también eres tú, por tanto, quien debe derribarla.
¿Cómo hacerlo?
En conclusión, para entender cómo cambiar tus creencias limitantes basta con recordar una palabra: cuestionar. Cuestiona buena parte de ese equipaje mental que llevas contigo, en especial ese donde se acumulan los ‘no puedo’, los ‘esto no es para mí, si hago esto fracasaré otra vez, eso es muy complicado o ya es tarde para personas como yo’.
Valórate como mereces y desactiva esos universos cognitivos y emocionales que ponen alambradas a tu potencial.
Valeria Sabater
A través de tu ciclo vital has estado en contacto con diversas fuentes que han podido ser el origen de alguna que otra creencia limitante. Puede que fuera tu educación, la que te transmitieron tus padres. Es posible que en el colegio o instituto, ciertas palabras o experiencias hicieran mella en ti. Puede también que fuera una relación afectiva o un trabajo desgastante donde sufriste un gran estrés.
Siempre hay un desencadenante al que le diste poder. Hubo algo que acabaste interiorizando y dando por cierto; debes identificarlo y analizar de qué está hecho para desmontarlo, para descubrir lo irreal y dañino que es.
“Aprendemos nuestros sistemas de creencias cuando somos niños y luego, nos movemos a través de experiencias de creación de vida para que coincidan con nuestras creencias»
-Louise L. Hay-
Tu creencia no es la verdad, es la que tú has construido ¡Aprende a derribarla!
Para entender cómo cambiar tus creencias limitantes reflexiona sobre esta idea. Es cierto que en algún momento alguien te hizo creer alguna idea sobre ti. Es verdad que tú mismo, y después de alguna experiencia, diste forma a una imagen que ahora te acompaña como una cadena que limita tus pasos y tu capacidad para ser feliz. Ahora bien, recuerda que tu creencia no es la verdad, eres tú quien le ha dado fuerza y también eres tú, por tanto, quien debe derribarla.
¿Cómo hacerlo?
- Detecta la creencia limitante. Pregúntate de dónde viene y la razón por la que le diste tanta validez. ¿De verdad te ha sido útil hasta ahora?
- Reflexiona: ¿cómo te ves a ti mismo en el futuro si sigues dando por válida esa idea? ¿cómo te gustaría verte/sentirte en un futuro cercano? ¿piensas que esa creencia limitante te ayudará a lograr lo que deseas?
- Clarifica y establece nuevas creencias que vayan en sintonía con aquello que deseas alcanzar. Un ejemplo de ello sería la siguiente frase: ‘sé que la vida a veces es complicada, pero tengo recursos psicológicos para hacer frente a las dificultades. Merezco sentirme bien, merezco aquello que deseo y debo esforzarme por lograrlo. Soy alguien valioso’
En conclusión, para entender cómo cambiar tus creencias limitantes basta con recordar una palabra: cuestionar. Cuestiona buena parte de ese equipaje mental que llevas contigo, en especial ese donde se acumulan los ‘no puedo’, los ‘esto no es para mí, si hago esto fracasaré otra vez, eso es muy complicado o ya es tarde para personas como yo’.
Valórate como mereces y desactiva esos universos cognitivos y emocionales que ponen alambradas a tu potencial.
Valeria Sabater
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