Dar sin recibir nada a cambio es uno de los consejos que ya desde pequeños nos repiten constantemente. Ser generoso con los demás te produce bienestar y te permite sentirte bien contigo mismo. Pero, ¿qué ocurre cuando siempre das y no recibes nada a cambio? En estos casos, puede que te sientas como un tonto al que utilizan.
“Es tan importante dar como recibir. Sin equilibrio, nada puede durar mucho tiempo”
-Coaching integral-
Dar constantemente puede provocarte un gran desgaste a todos los niveles y eso no es positivo para ti. Tú también tienes derecho a recibir, aunque sea tan solo una mínima parte de lo que tú has dado. Porque si no, tarde o temprano, te terminarás cansando de esta situación y puedes optar por la posición radicalmente contraria, transformándote en una persona egoísta.
Dar a las personas que lo merecen
No son necesarios estudios que verifiquen que las personas que dan todo lo que pueden a los demás son más felices. Pensemos, por ejemplo, en las personas que trabajan para alguna ONG o realizan algún trabajo voluntario con animales. Estas personas se sienten bien, su vida tiene sentido y la felicidad les inunda.
Pero, como bien hemos mencionado, dar puede ser algo muy agotador. Por ese motivo, es necesario asegurarnos de que las personas se merecen lo que nosotros le brindamos. Piensa que si das amor, lo justo es también recibirlo. No estás en el mundo para satisfacer las necesidades ajenas, tú también las tienes y los demás deberían tenerlas en cuenta.
Puede que ahora mismo estés muy seguro de cómo actuar en consecuencia ante todo esto. Serás más precavido, un poco más egoísta. Pero, no te equivoques. Esto no significa que empieces a pensar en recibir cada vez que das, porque si no este acto tan maravilloso perderá todo su significado.
Las mejores personas sufren porque siempre están ahí dándolo todo sin pedir nada a cambio.
Lamentablemente, esto es algo que nadie ve
Simplemente, tienes que tratar de entregarte a las personas que sean significativas para ti porque, aunque nos neguemos a aceptarlo, hay muchas personas que con buena o mala fe nos pueden dañar. Dar, a veces, puede volvernos débiles ante este tipo de personas que nos atraparán en sus redes y no nos dejarán escapar. Nadie está a salvo de la manipulación, por eso es importante dar, pero a quien realmente se lo merezca.
Si necesitas un ejemplo mucho más claro de cómo dar puede tornarse algo negativo, te presentamos la realidad de las relaciones de pareja. ¿Qué ocurre cuando uno de los miembros da, pero el otro tan solo se dedica a recibir? La relación no seguirá adelante, pues para tirar de ella hacen falta dos, no solo uno. Será ese miembro tan dador el que se desgastará, sufrirá y terminará humillado porque no recibe nada a cambio.
Sé consciente de lo que mereces
Todos pasamos por circunstancias difíciles que pueden hacer que nuestro amor propio se venga abajo. Es entonces cuando nuestra autoestima empieza a deteriorarse y comienza a provocarnos problemas con nosotros mismos. Ya no nos amamos como antes, no nos valoramos y nos conformamos con cualquier cosa.
Es importante que sepas lo que vales para que conozcas lo que en verdad mereces. Si no te quieres, acabarás dejando tu felicidad y tu amor propio en manos ajenas. Como consecuencia, te harán mucho daño y esto tan solo agravará tu situación. ¡No queremos esto!
No importa si estamos hablando de familiares, de amigos, de tu pareja o de tu jefe. Ninguno de ellos tiene el poder de utilizarte a menos que tú lo permitas. No te tienes que comportar como si fueras un santo, ni mostrar siempre tu mejor sonrisa. Tú también sufres y tienes tus problemas, tú también necesitas recibir.
Es una sensación maravillosa la de dar sin recibir nada a cambio. Pero, a veces, se necesita también recibir sin pedir.
¿Alguna vez lo has dado todo por una persona que, al final, se ha ido? ¿Cuántas locuras has realizado por alguien que te acabó decepcionando? Si nunca has pasado por una situación así, puede que algún día la experimentes o que hayas vivido alguna similar. En todas ellas se encuentra un factor común: el desengaño hacia alguien.
Abrir los ojos es duro, pero es que en más de una ocasión es necesario pensar en nosotros mismos antes que en los demás. Protégete siempre de esta situación que puede hacerte sufrir innecesariamente. Observa y sé consciente de quién realmente merece que des el 100%. Es cierto que todos podemos equivocarnos, pero no permitas que vuelva a ocurrir. El que sufrirá las consecuencias serás tú.
Raquel Lemos Rodríguez
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