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domingo, junio 30, 2019

Los ejes del amor, según el budismo

Los ejes del amor para el budismo son cuatro y fueron descritos por el maestro zen Thich Nhat Hanh en un pequeño libro llamado Amor verdadero: una práctica para despertar al corazón. En él no solo se refiere al amor de pareja, sino a todo tipo de vínculo afectivo. Inclusive el que uno debe tener consigo mismo.
 
En realidad, los ejes del amor son verdades sencillas que, quizás por eso mismo, pasan desapercibidas a nuestros ojos. Nos hablan de elementos esenciales que deben identificarse, cultivarse y protegerse en las relaciones familiares, de pareja y amistad. De hecho, lo ideal sería tenerlos en cuenta en nuestra relación global con nosotros mismos y con el mundo.

“Acá estoy, te escucho atentamente y estoy feliz de hacerlo”.
-Thich Nhat Hanh-

El budismo entiende el amor como un sentimiento universal que debe prodigarse a todo lo existente. Llenándote de verdadero amor alcanzas el equilibrio y con este la paz espiritual.

Te invitamos a reflexionar sobre los ejes del amor según el budismo. Puede ser un gran aporte para tu vida.

La alegría, uno de los ejes del amor

La alegría es una manifestación de regocijo interior. Significa que estamos conformes y contentos con la realidad y que la misma nos genera entusiamo y gozo. No quiere decir que esta emoción se mantenga constante o con la misma intensidad en todo momento. Más bien se trata de una disposición.

Quien está alegre transmite esa alegría a los demás. Así como la ansiedad o la tristeza tienen algo de contagioso, también la alegría se irradia e impregna de buen estado de ánimo a quienes nos rodean. Es uno de los ejes del amor por uno mismo y por los demás. Supone un trabajo constante por adaptarnos y equilibrarnos.
La compasión, un eje fundamental

La compasión no significa sentir pena por otra persona, ni verla como alguien inferior o limitado. Como la palabra lo indica, se trata de compartir la pasión (en su acepción de sufrimiento) con el otro. Comprender su dolor y llegar a sentirlo como propio. Por lo tanto, es fundamentalmente un acto de empatía.

La compasión forma parte esencial del amor porque supone una compenetración con los sentimientos de otra persona, además de la aceptación y validación de sus vulnerabilidades y limitaciones. La compasión hace que en lugar de cuestionarlas, más bien las comprendamos y lleguemos a sentirlas como nuestras. 

El disfrute mutuo, la felicidad multiplicada

Se sabe que hay amor cuando una persona disfruta de la existencia y de la compañía de otro. Esto supone el deseo de concederle tiempo y estar verdaderamente presentes en los ratos que se pasan con esa persona. Es decir, enfocar nuestra atención hacia ella cuando conversamos, o cuando compartimos alguna situación en común.

También implica la capacidad para escuchar y estar abiertos a lo que esa persona piensa, dice y hace. Según el budismo zen, el disfrute mutuo no solo es uno de los ejes del amor, sino que también ofrece una señal inequívoca de la presencia del amor. Si no hay disfrute mutuo, no se puede hablar de amor.

La libertad, base de todo

El budismo señala que no se puede ser libre si no hay previamente un equilibrio interior. Este se expresa como calma y compostura frente a todo tipo de situaciones. Indica que para poder amarnos a nosotros mismos y a los demás, primero es indispensable calmar esas tormentas interiores que, a veces, nos invaden e impiden el afloramiento de los sentimientos más positivos.

Lo que más atrapa al ser humano y más le quita libertad son los miedos y la ira. Solo trabajando sobre esas emociones y logrando diluirlas logramos ser verdaderamente libres para amar. De lo contrario, es posible que terminemos convirtiendo al otro en objeto de esos miedos y esas agresiones. Si hay armonía interna, en cambio, nos hacemos libres y dejamos que el otro lo sea.

Para el zen es importante que no solamente cultivemos nuestro propio interior. Cuando se ama, también hay interés porque el ser amado crezca y logre su equilibrio interno. Señalan que el amor es un sentimiento activo, no receptivo. Cada quien es un soporte y un referente para aquellos a los que ama. Así que al cultivar los ejes del amor se está incidiendo en el otro, principalmente a través de la vía del ejemplo.

Edith Sánchez

sábado, junio 29, 2019

Las conversaciones interesantes potencian el bienestar

Las conversaciones interesantes generan cambios en nuestro cerebro. Son una inyección directa de serotonina, además de un modo excepcional de conectar desde las emociones, la complicidad y la confianza. Pocas dinámicas son más enriquecedoras para el ser humano que ese espacio único donde crear alianzas, donde aprender, sorprendernos, hallar alivio y energía…

 
 
Judith E. Glaser, antropóloga y experta en inteligencia conversacional, solía decir algo muy interesante. Nuestro cerebro no habla inglés ni español ni francés, el cerebro habla a través de las emociones, y son ellas, las que dan significado a cada cosa que hacemos. Las conversaciones, el diálogo que tenemos en nuestro día a día con las personas que nos rodean, pueden mejorar nuestro bienestar o por el contrario, debilitarlo.

De algún modo, todos habremos experimentado alguna vez lo siguiente. En ocasiones, al pasar un instante de tiempo conversando con alguien, percibimos como nos quedamos sin energía, sin motivación e impregnados a veces de cierto negativismo. Por otro lado, puede suceder todo lo contrario. De pronto conocemos a alguien y surge una conexión inmediata, el diálogo fluye, la charla es vivaz, espontánea y hallamos una gran cantidad de dimensiones y gustos afines.

El cerebro adora este último tipo de experiencias. Nos regala endorfinas, oxitocina y serotonina, se reduce el estrés y el mundo, casi sin saber cómo, adquiere un sentido trascendente y revelador. Procurarnos de forma regular este tipo de experiencias con personas que nos son significativas supone ganar en calidad de vida.

«Las buenas conversaciones deben agotar el tema, no a los interlocutores».
-Winston Churchill- 
 
Las conversaciones interesantes cambian nuestro cerebro

Decía Carl Rogers, célebre psicólogo humanista, que pocas cosas le gustaban más que hacer surgir nuevas ideas y perspectivas en las personas durante la terapia. Algo así solo puede lograrse mediante el diálogo, mediante una serie de procesos clave que para Rogers encuadraban la terapia: eran la aceptación del otro, la empatía y la autenticidad.

Esas dimensiones eran esenciales no solo para conectar con el otro, sino también eran decisivas para generar avances y mejoras clínicas. Así, algo que saben bien los expertos en comunicación humana es que las conversaciones son algo más que compartir un determinado tipo de información. En realidad, las conversaciones interesantes tienen la virtud de provocar cambios emocionales de gran intensidad.
 
Nuestras preciadas charlas, una alquimia neuronal de sensaciones y ondas cerebrales

Admitámoslo, esos diálogos enriquecedores en los que crear espacios seguros, dejarnos llevar entre confidencias, aprendizajes, descubrimientos e intimidades no se dan con mucha frecuencia. Es posible que apenas podamos contar con los dedos de una mano las personas con quienes tenemos verdaderas conversaciones interesantes. Pero cuando nos reunimos con ellas, salimos fortalecidos, llenos de positividad y entusiasmo.

No es casualidad. Esa sensación de bienestar es el resultado de una alquimia neuronal fascinante. Ese estado de ánimo reconfortante viene modelado por unos niveles más altos de lo normal de dopamina, oxitocina y endorfinas. Aún más, algo que también sabemos gracias a un estudio llevado a cabo en el Centro Vasco de Cognición, Cerebro y Lenguaje (BCBL) en España, es que durante esas conversaciones interesantes, nuestro cerebro se ‘sincroniza’ con el de nuestro interlocutor.

¿Qué significa esto? Básicamente que la actividad eléctrica cerebral de esas dos personas que están manteniendo una charla, comparten una misma sincronía neural para facilitar la conexión entre ambas. Las ondas cerebrales, trabajan a un mismo nivel. 
 
Con las conversaciones interesantes se construye la confianza

La confianza es el pegamento social que une a las personas. Nuestro cerebro, por decirlo de algún modo, está diseñado para favorecer ese tipo de alianza con nuestros semejantes, es una dimensión que necesitamos sentir y que nos es muy preciada. Sin embargo, como bien sabemos, la confianza se gana y necesitamos varias señales para construir este vínculo con alguien.

Un modo de construirla, es a través de las conversaciones interesantes. Esos instantes de diálogo enriquecedor que tenemos junto a un amigo, nuestra pareja, un compañero de trabajo, etc., van cableando el lazo neural de la confianza. En estos procesos entra en acción la oxitocina, nuestra hormona prosocial por excelencia, la cual, favorece el que nos sintamos seguros, relajados y conectados con quien tenemos enfrente.
 
Diálogos de entusiasmo y positividad que nos transforman

Las conversaciones interesantes también tienen otra virtud: son capaces de transformarnos. Esos intercambios de información, emociones, ideas y sensaciones creadas a través de la palabra, originan una transformación conjunta. Son dinámicas donde descubrir otras perspectivas, donde contagiarnos entusiasmo, sabiduría, apoyo y confianza. Nadie sale indemne de estos momentos creados entre dos o más personas donde ganamos no solo en desarrollo persona, también lo hacemos en salud física y psicológica. 

Para concluir, algo que nos señalan desde el campo de la neurociencia es que dos cerebros conectados son mejor que uno. Cuando las personas disfrutamos de esos instantes junto a alguien que nos es significativo, la mente trabaja a otro nivel. La comunicación diádica o pareada reduce el estrés, potencia la creatividad, refuerza nuestros lazos emocionales y sociales y nos nutre de entusiasmo.

No dudemos por tanto en buscar en nuestro día a día ese instante en el cual deleitarnos de conversaciones interesantes. Nada es tan enriquecedor que conectarnos a otras personas, que navegar en conjunto y crecer como seres humanos.

Valeria Sabater

viernes, junio 28, 2019

Una ruptura es una oportunidad para transformarte

En la mayoría de las ocasiones, tras una ruptura, experimentamos el dolor de la ausencia del ser amado. Incluso, si nos han dejado, albergamos la esperanza de que vuelva a nuestra vida. Sin embargo, la realidad suele ser dolorosa, ya que por algún motivo esto no siempre es posible.

 
 
Según la psicoterapeuta norteamericana Katherine Woodward, a la que se le atribuye el término «Separación consciente», es necesario un gran trabajo personal para finalizar una relación de la mejor manera posible.

Esto implica asumir fallos, responsabilidades y ser consciente de la dinámica que llevó a esta situación. De esta forma, la ruptura se convierte en una oportunidad de transformación, ese punto de inflexión desde el que redirigir nuestra vida e incluso a nosotros mismos.. Profundicemos.

«Ningún problema puede ser resuelto en el mismo nivel de conciencia en el que se creó».
-Albert Einstein-

Aceptar la realidad para respirar libertad

Vivimos en una sociedad que acota el amor al ámbito de las relaciones de pareja. ¿Quién no ha pensado que sin pareja toda posibilidad de amor en su vida es imposible? La pregunta es: ¿sabemos amar en toda su extensión y plenitud de libertad o vivimos en un apego perpetuo y adictivo?

Poner punto y final es un proceso complejo porque tenemos que cerrar ciclos. Si no lo hacemos, difícilmente continuaremos con nuestra vida. Además, es importante tener presente que como en todo proceso de malestar, experimentaremos una montaña rusa emocional de rabia, tristeza, miedo, ansiedad y dolor y un proceso de duelo.

¿La clave? La aceptación. Asumir la realidad es el sostén que hace posible el avance y el crecimiento interior. Porque cuando aceptas la realidad, te liberas de ese incómodo ropaje emocional y comienzas a ser consciente de toda tu fortaleza psicológica y del aprendizaje positivo que te puede dejar esta vasta situación afectiva.

No obstante, no siempre tendremos la fuerza suficiente para transitar esta situación a solas. Por ello, en este tipo de situaciones es recomendable asistir a un profesional especializado. Este nos enseñará cómo gestionar las emociones y nos asesorará sobre cómo continuar con nuestra vida de forma saludable. Eso sí, no olvidemos que también es importante apoyarse en familiares y amigos.

«Aquello a lo que te resistes, persiste. Lo que niegas te somete, lo que aceptas te transforma».
-C.Jung- 

Reprogramar tus creencia sobre el amor tras la ruptura

Las creencias que sostenemos y alimentamos sobre el amor y las relaciones de pareja pueden ser determinantes a la hora de superar una ruptura.

A la mayoría de nosotros nos educaron desde la perspectiva del amor romántico, esa en la que prevalece la idea del sufrimiento por amor. De hecho, es una de las creencias que más puede perjudicarnos, ya que si la sostenemos parece que estar sin pareja es un fracaso, mientras que estar emparejado es todo un éxito. Ahora bien, ¿cuántas parejas siguen juntas aparentando ser felices?

Una ruptura actúa como un catalizador que nos impulsa a convertirnos en una mejor versión de nosotros mismos.

La cuestión es que no nos hace bien pensar que estar en pareja es lo único correcto o un sacrificio. Porque aunque está está demostrado que a todos nos gusta sentirnos queridos y amados, también es posible estar soltero, separado o divorciado y tener una vida afectiva plena.

Por lo tanto, quizás es el momento de resetear nuestras creencias sobre el amor y las relaciones. Y no solo eso, sino de hacer frente a nuestras emociones en relación a estos temas, sobre todo a aquellas que nos generan malestar y sufrimiento.

Aceptar las emociones incómodas fruto de una ruptura tiene una doble vertiente. Por un lado, supone un desafío emocional debido a la resistencia de aceptación y a la negación de la situación; sin embargo, por otro lado, una vez aceptadas, comenzamos a recorrer un camino que se va tornando más transparente y equilibrado.

«No puedes controlar todas las cosas que te pasen, pero puedes decidir que no te afecten».
-Maya Angelou-

Pautas para la transformación tras la ruptura de pareja

El proceso de transformación tras una ruptura no es fácil, pero tampoco imposible. Se trata de aprender una serie de habilidades para gestionar las emociones, establecer un equilibrio emocional y alcanzar el bienestar tanto físico como mental.

A continuación, revelamos diez claves que te permitirán transformar tu vida de manera positiva tras una ruptura:
  • Conócete a ti mismo. El primer paso para transformarnos es conocer quiénes somos. De ahí que sea tan importante sincerarte contigo.
  • Trabaja tu autoestima. Tener una autoestima sana te impulsa a realizar todo aquello que deseas. El amor más importante es el amor propio, por ello: mímate, háblate positivo, no te compares…
  • Desarrolla la autoaceptación y la autoconsciencia. Evalúa tus sistema de creencias, necesidades, valores. Es hora de aprender nuevas conductas.
  • Sal de tu zona de confort. Sé consciente de que «si sigues actuando de la misma manera, obtendrás los mismos resultados». Ábrete al cambio.
  • Mantente activo. Haz aquello que siempre has querido hacer. Un viaje, un hobby, algún deporte…
  • Vive el aquí y el ahora. Ten en cuenta que «el pasado nos trae depresión y el futuro ansiedad». No tengas prisa, saborea la vida.
  • Piensa positivo.
  • Abandona el victimismo. Asume que nadie es culpable ni inocente, solo somos responsables de nuestros actos. Por lo tanto, ten en cuenta que en todo suceso hay un aprendizaje.
  • Agradece todo lo vivido y aprendido. Vivir con rencores del pasado, trae como efecto ser infeliz en el presente. La gratitud abre puertas.
  • Educa tus emociones. Las emociones negativas están para quedarse en tu vida, hazte amiga de ellas y descubre qué quieren decirte.

Y tú, ¿te atreves a transformarte?

Anais Manen

jueves, junio 27, 2019

Sensibilidad masculina: más allá de los mitos

De mitos está lleno el mundo. Y la sensibilidad masculina es una importante fuente de ellos. Sin embargo, en la actualidad, esta temática ha adquirido mayor interés por parte de muchas personas, ya que se observa desde una perspectiva distinta y mucho más exenta de falsas creencias.

 
 
Ahora bien, antes de continuar, nos gustaría aclarar que en estas líneas no pretendemos entrar en un debate sobre relativismo cultural y cuáles son los estereotipos más aceptados en cada cultura. Lo que pretendemos es poner de relieve la actual transformación del constructo de masculinidad.

Durante los últimos años, lo masculino se ha asociado de forma progresiva a la sensibilidad, sobre todo en ciertos aspectos. Esto ha supuesto un cambio en una gran variedad de mitos de algunas culturas occidentales. A fin de cuentas, la sensibilidad es propia de los seres vivos y un hombre no por reconocerla y aceptarla como propia tiene que dejar de lado su masculinidad.

Hagamos pues un recorrido por el concepto de la sensibilidad masculina y trascendamos mitos, para así encontrar otra perspectiva sobre lo masculino y, a la vez, observar algunas creencias que todavía se siguen manteniendo al respecto. Profundicemos.

¿Qué es la sensibilidad masculina?

La Real Academia Española de la Lengua (RAE) define la sensibilidad como ‘la facultad de sentir, propia de los seres animados‘. Entonces, si hablamos de sensibilidad masculina, ¿a qué nos referimos?

Para contestar a esta pregunta basta con atender a la definición de la RAE: todos los seres, incluido el hombre, tenemos la capacidad de sentir; sin embargo, en el marco de ciertos contextos, creencias y culturas, al hombre se le ha despojado de esta facultad. Como vemos, la masculinidad y el mundo de lo sensible, de las emociones, no siempre han sabido reconciliarse.

Debido a ello, a lo largo de la historia y en términos generales, se ha otorgado al hombre el papel de protector desde la ejecución de la propia fuerza, independientemente del ambiente en el que se encuentre. Por ejemplo, en diversas culturas, se le atribuyó además una identidad en la que jugaban un papel fundamental la sexualidad y el dinero como símbolos de poder. En ese encuadre, estaba mal visto que un hombre demostrara sus sentimientos, pues se concebía como signo de debilidad.

La novedad es que en algunas culturas se observa un importante cambio al respecto. Cada vez son más los hombres que aceptan y permiten su mundo afectivo, su parte sensible. Y esto solo es posible si se abraza a la sensibilidad y se transforma el sentimiento de inseguridad en empoderamiento.

Por lo tanto, la sensibilidad masculina siempre ha existido. Es un aspecto innato en el ser humano, independientemente de su género: sentimos para protegernos, sobrevivir… Lo que ha ocurrido es que ha sido adscrita únicamente a la mujer en muchos contextos culturales.
 
Supermacho vs. hombre sensible

Hay algunas frases que se convierten en mandatos de tanto utilizarlas a lo largo de la crianza y en esquemas fundamentales para cada uno de nosotros que configuran nuestra identidad. El problema ocurre cuando no son ciertas, sostienen verdades a medias o se basan en fundamentos erróneos.

Expresiones como «los hombres no lloran», «eso es de niñas», «peleas como una mujer», «a las mujeres no les atraen los hombres buenos, prefieren aquellos que hacen sufrir» o «eso no lo hace un hombre de verdad» son un buen ejemplo. Cualquier enseñanza de este tipo fomenta que el hombre se aleje de su parte emocional y acepte por norma la figura del hombre fuerte y sin sentimientos.

A este respecto, la Psicología cognitiva nos ha mostrado que las creencias se transmiten de generación en generación y que en ese proceso toman arraigo. El Psicoanálisis, por su parte, nos ha ayudado a comprender que esta mitificación sucede a través de mecanismos inconscientes.

Ahora bien, es importante comprender que todo hombre cuenta con la libertad de elegir otros caminos y que, por supuesto, puede dar más cabida a su universo afectivo. Así, se lograría pasar del hombre ‘supermacho’ al hombre sensible, un ‘nuevo hombre’ capaz de establecer conexiones más profundas consigo mismo, con los demás y con la naturaleza.

Así, sería interesante fomentar la noción de que abrirse a la sensibilidad de uno mismo no hace menos hombre. Simplemente, en vez de seguir pautas de virilidad culturalmente establecidas, se puede ser flexible con la esfera emocional y disfrutar así de todo lo que puede ofrecer la sensibilidad.
 
¿Qué características posee un hombre sensible?

Hablar de un hombre sensible, entendido desde nuestra cultura actual, sería hablar de una persona que presente las siguientes características:
  • Sabe que no ha cedido espacios de masculinidad.
  • Cuenta con una apertura que lo acerca al lado femenino.
  • Está orientado hacia la otra persona en sus relaciones.
  • Es comprensivo.
  • Valora la intuición.
  • No ignora sus sentimientos.
  • Es espontáneo.
  • Comparte gustos con las chicas, sin reticencias.
  • Sabe que no debe demostrar su hombría para ser «más masculino».
  • Es más introspectivo.
  • Es más capaz de gestionar sus emociones.
Si bien es difícil desprenderse de los mandatos sociales, culturales y familiares, la posibilidad es real y existe: los hombres a los que hoy llamamos sensibles han dado un paso más allá para reencontrarse con su lado afectivo.

Ahora bien, es digno de mención que estos mandatos de virilidad no solo vienen impuestos por parte de los hombres; las mujeres también son, en ocasiones, partícipes de ello. Por esta razón, para derribar las barreras que niegan el mundo afectivo al hombre, tanto hombres como mujeres deben trabajar en unión y ser partícipes activos de ese cambio.

Sensibilidad masculina: beneficios

Aceptar la sensibilidad como parte de lo masculino ofrece grandes beneficios. Veamos algunos de ellos:
  • Empatía. Los hombres sensibles desarrollan una gran habilidad para ponerse en los zapatos del otro.
  • Compasión. Comprenden el sufrimiento de otros seres y desean aliviarlo.
  • Crecimiento espiritual. Logran establecer conexiones con su mundo espiritual.
  • Autoconocimiento. Se conocen y saben sobre sí mismos en mayor profundidad.
  • Autorrealización. Pueden lograr sus objetivos de forma satisfactoria haciendo uso de su parte emotiva.
  • Inteligencia interpersonal. Forjan mejores relaciones con los demás, pues la empatía les ayuda a establecer conexiones más sólidas.

No obstante, es importante mencionar que aunque la sensibilidad masculina cada vez es más aceptada, el hecho de hacerlo no es sencillo para la mayoría de los hombres.

Tal y como sugiere Walter Riso en su libro Intimidades masculinas , hay hombres que temen llorar porque los pueden etiquetar de homosexuales y hombres que sufren por no conseguir sustento y no poder pedir ayuda, ya que sostienen la creencia de que los hombres no se dan nunca por vencidos.

Por lo tanto, para aceptar la sensibilidad masculina, uno de los primeros pasos sería que los propios hombres dejasen sus autoexigencias a un lado. De este modo, sería más fácil modificar esas frases y creencias virilizantes que se promulgan como mandatos.

La sensibilidad en el hombre también existe. Reencontrarse con el mundo afectivo es una tarea difícil para cualquier hombre, pero si lo logra forjará nuevas conexiones desde otra perspectiva, esa en la que se encuentre liberado de cargas y deberes y sea más auténtico.

María Alejandra Castro Arbeláez

miércoles, junio 26, 2019

La diferencia entre tener coherencia y predicar con el ejemplo

La coherencia puede ser concebida como un rasgo de la personalidad, una posición hacia una cuestión en particular o una propiedad del razonamiento. Además, se ha comprobado que alinear nuestros pensamientos y experiencias vitales es una reserva positiva en nuestra salud psicológica.

 
 
 
En la actualidad y de forma frecuente, escuchamos las declaraciones de personajes públicos en cuanto a predicar con el ejemplo y su consiguiente felicitación. Las redes sociales han fomentado de una manera vertiginosa la materialización o externalización de valores, que son por esencia, invisibles.

Sin embargo, la materialización de una conducta moralmente premiada puede camuflarse bajo un repertorio de valores u otras conductas que pueden ser poco éticos. Por ejemplo, la donación de dinero a las clases que más lo necesiten puede ser una acción. Sin embargo, esta donación puede ser cuestionada por algunos si el dinero se ha producido de manera poco ética (Ej: tráfico de drogas).

La importancia de contextualizar

Llegados a este punto, habría que reformular: ¿qué es el ejemplo? ¿Es algo que depende de una materialización concreta, una evaluación exterior o una acción preestablecida? Al disponer más recursos para predicar con el ejemplo, ¿es más ejemplar quien predica con él? La respuesta es no. Predicar con el ejemplo tendría que ver más bien con el significado primogénito de coherencia.

Según recoge el Diccionario panhispánico de refranes, de Delfín Carbonell Basset, predicar con el ejemplo indica que ‘uno debe hacer lo que quiere que hagan los demás’, mientras que la expresión practicar con el ejemplo, originada probablemente por la similitud entre los verbos predicar y practicar, no aparece recogida en los corpus de nuestra lengua.

Por su parte, la palabra coherencia, tiene su origen etimológico en el latín, coaherentia, que significa conexión interior y designa la cualidad de lo que presenta una conexión o relación interna y global de sus distintas partes entre sí. Esta definición, resalta el matiz interno como indispensable en su conceptualización. Sin embargo, «predicar con el ejemplo» parece dar mayor relevancia al componente exterior, que es la conducta, como si fuese una condición necesaria o suficiente.

Así, una conducta o un repertorio de conductas «ejemplares» no determina la coherencia, ya que el componente cognitivo –como el referente a una asunción de valores éticos- resulta una condición imprescindible. La coherencia se puede valorar a través de la relación que mantienen nuestras experiencias propias o historia con nuestros pensamientos y decisiones. Por su carácter entero o global, se relaciona con la frase de Aristóteles, recogida posteriormente por la psicología de la Gestalt, El todo es más que la suma de las partes.
 
La verdad como coherencia

Esta diferencia de matices en el concepto de coherencia se suele olvidar en lenguaje cotidiano, empleándose ambas acepciones indistintamente. Esto también ha ocurrido en los estudios de filosofía de La teoría de la coherencia. Según Rescher, esta teoría no ha sido históricamente una doctrina monolítica, sino que ha tenido formas significativamente diferentes.

La teoría de la verdad como coherencia ha sido estudiada en el célebre Círculo de Viena, resultando ser un enfoque convencionalista. Esta teoría recibió críticas por su pensamiento circular, poniendo en cuestión que significa realmente ser coherente.

Las críticas a esta teoría fueron alumbradas por el filósofo alemán Schlick, cuando Otto Neurath y Carnap se adueñaban de una teoría neopositivista de la verdad, advirtiendo de que se tratase de un planteamiento circular y por insistir en la presencia de la ética en la verdad.
 
La coherencia desde la psicología del pensamiento

Desde la psicología del pensamiento, se estudian las formas válidas de razonamiento así como las falacias del pensamiento más frecuentes. Una que realizamos al pensar de forma inductiva es creer que la verdad de las premisas garantiza la verdad de la conclusión. Al contrario, también se produce una falacia cuando deducimos una conclusión, sin conocer las premisas o incluso, conociéndolas.

Estos sesgos en el pensamiento se pueden observar en fenómenos sociales recientes como la posverdad o el populismo, entre otros. Este último puede ser un ejemplo de razonamiento silogístico categórico, en el que la conclusión se extrae a partir de una inadecuación de la premisa mayor con la menor, dando lugar a un pensamiento falaz.

La posverdad puede ser contemplada, como un tipo de falacia formal e incondicional, denominada afirmación del consecuente. Esta falacia se produce porque se afirma un segundo elemento y se infiere erróneamente, que su antecedente, es verdadero.

A la hora de realizar cualquier juicio, valoración o medida , conviene recordar la aportación de Einstein en su campo, cuando refirió la existencia de variables ocultas. Para él, en la realidad, los resultados de las medidas deberían ser predecibles, y si no podemos hacerlo es porque hay información que desconocemos. A esta información, la llamó «variables ocultas» de la realidad.

La coherencia y la salud

En 1987, Antonovsky propuso el concepto sentido de coherencia ( SOC) como una variable salutogénica, mediadora de la salud en situaciones de estrés. Este constructo se ha estudiado como una medida de la capacidad de resiliente, y está relacionado con la autoestima y una mejor resistencia al estrés.

El valor positivo de la coherencia, ha sido estudiado en un tipo constructivista de terapia, que lleva por nombre terapia de la coherencia. Esta terapia integra de una forma interesante lo que ha sido efectivo en la practica clínica de psicología, confirmado por la neurociencia.

La terapia de la coherencia obtiene resultados eficaces, consiguiendo intervenir en la experiencia emocional bloqueada e integrarla en la memoria para hacer consciente un significado. En otras palabras, trata de devolver al individuo o reinstaurar su coherencia personal y global.

Este carácter entero o global, que conforma la verdad de la experiencia del individuo, es característica principal de la coherencia. La verdad sirve como guía o luz para movernos en un camino; a veces oscuro, otras claro. Cada persona ha vivido experiencias distintas y aún así, conocemos la realidad en cierta medida, por lo que, más que pretender seguir un ejemplo en particular, es necesario conocer nuestra piedra angular, que es la coherencia.

El valor de la coherencia, por ser un valor invisible, parece que ha pasado más desapercibido en los últimos tiempos o es menos valorado que una conducta o comportamiento ejemplar, que hace más ruido. Y sin embargo, y en silencio, puede que estés siendo más coherente, que quien predica o pregona con el ejemplo. Saber que hay más realidades que las que podemos deducir por medio de una simple conexión exterior nos permite aproximarnos a la verdad, desarrollar una mayor apertura mental y entender el sentido ético de la coherencia.

Cristina Barreiro

martes, junio 25, 2019

Aprende a combatir el insomnio de manera eficaz

Tener un buen día empieza por haber disfrutado de un sueño reparador. El insomnio afecta a muchas personas y combatirlo se sitúa como un objetivo que ocupa un lugar primordial en sus escalas de prioridades. Si por la noche no hemos dormido nada, probablemente intentaremos «recuperar» el sueño por el día con una siesta, por ejemplo. Esto, puede facilitar que volvamos a sufrir insomnio y se perpetúe el circulo vicioso.

 
 
Los hábitos de vida que tenemos son tremendamente importantes para la homeostasis y los procesos de ajuste que se dan en nuestro cuerpo. Es importante cuidar de nuestra salud haciendo todo lo que esté en nuestras manos. Adquirir unos bueno hábitos antes de ir a la cama es uno de ellos. Se llama higiene del sueño y nos puede ayudar a dormir más y mejor.

Estamos acostumbrados a oír que es necesario dormir, como mínimo 8 horas al día, pero siendo realistas, con el tren de vida que llevamos casi nadie lo cumple. La carga de trabajo en muchas ocasiones es muy grande y queremos aprovechar nuestro tiempo libre.

Por eso dedicamos las horas libres a realizar actividades, ver la televisión… e intentamos pasar al sueño con la misma rapidez con la que pasamos de una actividad cotidiana a otra, cuando el buen sueño necesita de un tiempo de preparación. Estos son algunos consejos que nos dan los expertos para gozar de un mejor descanso y aprender a combatir el insomnio:
 
1. Establecer un horario para dormir y para despertarse

Ayuda mucho a la regulación del sueño el establecer unas pautas. Ir a dormir y despertarse siempre a la misma hora crea un hábito que puede facilitar el sueño cuando se acerca la hora habitual de acostarse. Además, es importante que si un día no hemos dormido bien, nos despertemos a la misma hora de siempre. Eso facilitará que conciliemos el sueño por la noche.
 
2. Evitar el consumo de alcohol antes de dormir

Aunque el alcohol es un depresor del sistema nervioso central y causa adormilamiento, no proporciona un sueño reparador. El alcohol hace que tengamos un sueño de baja calidad con interrupciones de sueño y con un menor tiempo en la fase REM. Si se ha consumido mucho alcohol, además de un sueño fragmentado puede aparecer sudoración y sueños muy vívidos. 
 
3. Dormir en una habitación sin luz y a una temperatura adecuada

Que no haya distractores lumínicos en la habitación, como pilotos rojos o luces que puedan despertar nuestros sentidos. También es contraproducente tener relojes digitales que podamos estar mirando constantemente mientras no podemos dormir. La temperatura también es influyente.

Tiene que ser una habitación con una temperatura agradable, que no peque ni de frío ni de calor.
 
4. Realizar ejercicio diariamente, pero no justo antes de dormir

El deporte es beneficioso para casi todos los aspectos de nuestra salud. Ejercitarnos diariamente durante 20-30 minutos hace que hagamos un gasto energético que puede influir en el cansancio y la necesidad de dormir por la noche. Pero siempre es bueno que haya al menos un espacio de tres horas entre el momento en el que terminamos de hacer el ejercicio y el momento de empezar a preparar el sueño.

Si entrenamos muy tarde, trasladaremos nuestra activación a la cama y nos costará más conciliar el sueño.
 
5. No utilizar aparatos electrónicos en la cama

La cama es un lugar de descanso. No hay que utilizarla como lugar para el ocio, es mejor evitar el uso de tablets, teléfonos o televisores en la cama. Aunque en un primer momento puede parecer que leer noticias o ver la televisión pueden facilitar el sueño, en realidad podemos retrasarlo. Estar prestando atención a la pantalla puede quitarnos el sueño, además de dejar de relacionar la cama con dormir.

6. No permanecer despierto en la cama durante más de 30 minutos

Hay días que simplemente se nos hace imposible dormir y no paramos de dar vueltas en la cama. Date 30 minutos para intentar dormir, si no lo consigues, sal de la cama y realiza alguna actividad relajante. Es importante que no pases demasiado tiempo en la cama sin poder dormir, lo único que conseguirás es frustrarte y favorecer el insomnio.
 
7. Técnicas de relajación antes de dormir

Es aconsejable realizar algunos ejercicios de relajación antes de ir a la cama. Por ejemplo ejercicios de respiración, estiramientos ligeros, escuchar música relajante o darse un baño templado. Todas estas actividades hacen que nos relajemos y dejemos nuestras preocupaciones a un lado.
 
8. Evitar consumir cafeína a partir de las 6 de la tarde

Lógicamente tomar un café antes de dormir no es beneficioso para conciliar el sueño, pero incluso tomarlo por la tarde nos puede influir. Hay que tener en cuenta que la cafeína permanece en nuestro organismo de 4 a 9 horas. Al ser un estimulante va a interferir de manera directa en el sueño.

No solo el café es estimulante, el té o el chocolate o la coca-cola también pueden mantenernos despiertos. 
 
9. Despertarse con la luz del sol

Algunos expertos recomiendan despertarse con la luz del sol. Puede ayudar a regular el insomnio y nuestros ritmos circadianos haciendo que nuestro organismo se ponga en marcha y por la noche, cuando estemos a oscuras, se favorezca la producción de melatonina de manera natural en nuestro organismo. La melatonina es una neurohormona secretada por la glándula pineal y regula el ciclo sueño-vigilia.
 
10. No dar vueltas a asuntos importantes en la cama

Este consejo no es fácil de seguir. Cuando algo que nos preocupa nos ronda la cabeza, el momento de acostarse es uno de los más susceptibles para pensar acerca de ello. Aunque intentamos poner la mente en blanco nos inunda el pensamiento. Por eso resolver nuestros problemas antes de acostarnos, realizando listas de lo que tenemos que hacer al día siguiente, por ejemplo, puede ayudar.
 
11. Cuidado con las siestas

Tampoco se trata de eliminar las siestas. Hay personas que se benefician de ellas y que las necesitan para recargar pilas. Pero es importante ser cauteloso. No es recomendable que dure más de 30 minutos y no debe servir para compensar la falta de sueño. Si no solemos echar la siesta y lo hacemos porque hemos sufrido insomnio puede hacer que esa noche nos vuelva a pasar.

No solo se trata de dormir 8 horas diarias, si no de que esas 8 horas sean de sueño de calidad.

El objetivo de mantener una buena higiene del sueño es tener energía y sentirnos bien durante el día. Implantar estos hábitos en nuestro día a día es una muy buena forma de cuidar nuestra salud y de combatir el insomnio de manera fácil y eficaz. ¿Es el insomnio algo que sufres a diario?

Carolina López De Luis

lunes, junio 24, 2019

Humildad no es pensar que eres menos, es no creerte más

Las leyendas e historias populares dan grandes lecciones. Contaba un fabulista famoso que había una vez una rana presumida que rechazó con mucha soberbia a un sapo por considerarlo «poco» para ella. Contaba también que más tarde la rana necesitó de la ayuda del sapo y que, con humildad, se vio obligada a pedirle perdón y a asumir que ella no era más que cualquier otro anfibio.

 
 
Lo que le ocurrió a la famosa rana de esta fábula es lo que les ocurre a muchas personas, o lo que puede pasarnos a todos en algún momento determinado de nuestras vidas. Además, están tan acostumbradas a que su actitud sea consentida que no se molestan en disimularla.

«Donde hay soberbia, allí habrá ignorancia; mas donde hay humildad, habrá sabiduría.»
-Salomón- 

¿Qué significa ser humilde?

Como siempre que tratamos de definir algo de la forma más estándar posible, nos solemos acercar al diccionario. En este caso, el Diccionario de la lengua española dice que la humildad equivale a tener la virtud de ser conscientes de las debilidades y limitaciones propias.

Según esto, ser humilde se opone al orgullo vanidoso que va más allá del que tiene que ver con el amor propio y la dignidad individual. En el momento en el que la rana de nuestra fábula decide rechazar al sapo, lo hace porque lo considera feo, pero empleando una actitud arrogante de superioridad.

En este sentido, el comportamiento prepotente y la superioridad moral no definen a las personas humildes. Se trata de entender quiénes somos sin la necesidad de recordárselo al resto en forma de logros y éxitos. 

¿Cuándo estamos practicando la humildad?

La humildad, es en la misma medida, una cualidad y un comportamiento que nos sitúa ante los demás, por lo que podemos decir que la humildad se puede practicar en cualquier acción que tomemos. Por ejemplo, lo hacemos en estas situaciones:
  • Descubriéndonos a nosotros mismos: comprendiendo que todos tenemos nuestras experiencias y circunstancias y dando por hecho que no podemos juzgar el camino de los demás sin habernos puesto sus zapatos.
  • Admitiendo nuestras equivocaciones y aprendiendo a pedir perdón cuando sea oportuno: esta quizá sea una de las actitudes que más nos cueste asumir porque nos pone de cara a nosotros mismos. Por esa razón, saber perdonar y aprender de los errores nos hace humildes.
  • Valorando las limitaciones y las libertades que tenemos: somos libres para decidir, para tomar direcciones hacia un futuro u otro, pero dentro de unas limitaciones. Saber cuáles son los defectos que nos frenan nos ayudará a superarlos humildemente.

«El que con perspicacia reconoce la limitación de sus facultades, está muy cerca de llegar a la perfección»
-J. W. von Goethe- 

Reconociendo que vivimos en una sociedad y que como tal la integran personas de diversa formación, con mayor o menor edad, más constantes o más inteligentes, etc. Con el respeto de unos hacia otros, teniendo en cuenta esas particularidades se puede seguir siendo humilde.
Elogiando las virtudes de los demás de una forma sincera: dice mucho de lo que somos el ser capaces de reconocer las virtudes de los que nos rodean tanto como lo hacemos con las nuestras. No es una forma hipócrita de acercarnos a otros, sino de hacer saber que todos tenemos un valor preciado, ya sea descubierto o por descubrir. 

La mariposa recordará siempre que fue gusano

Teniendo en cuenta todo lo dicho, la humildad tiene tanto valor que aquel que la consigue recordará siempre como mantenerla, porque habrá sabido encontrar armonía y paz interior. Además, habrá sabido alejarse de la vanidad y del apego material a las cosas.

La mariposa siempre recordará que fue gusano porque sabe que puede caerse en algún momento del vuelo y, entonces, entenderá que no es lo mismo ser humilde que tener una baja autoestima. La humildad desbordada es muy bonita, siempre que sepamos cuáles son los límites a los que hay que llegar, porque de lo contrario podemos hacernos daño.

La humildad logra que nos perfeccionemos, que sean amables y fraternales con nosotros, que encontremos a gente auténtica que nos quiera de verdad, que valoremos el esfuerzo por conseguir lo que nos hace felices, que huyamos del ego…

«Un hombre debe ser lo suficientemente grande como para admitir sus errores, lo suficientemente inteligente como para aprovecharlos y lo suficientemente fuerte para corregirlos».
-Khalil Gibran-

Cristina Medina Gómez

domingo, junio 23, 2019

6 formas equivocadas de llenar vacíos emocionales

¿Alguna vez has sentido que te falta algo? ¿Un sentimiento de vacío en el pecho?

 
 
El vacío emocional es una consecuencia, no una causa, y compete a cada uno gestionarlo. Ese vacío es una de las señales más claras de incoherencia entre lo que sentimos y lo que decimos, pensamos y hacemos en la vida.

El síntoma de vacío puede darnos mucha información: puede indicarnos que nos estamos desconectando y no somos honestos con nosotros mismos. Nos muestra que estamos buscando fuera lo que está dentro. Además, en los casos más acusados, también puede ser indicativo de un profundo desamor hacia uno mismo y escaso autorespeto.

Muchas personas combaten este vacío de distintas maneras pensando que así podrán sentirse “completos” o ser más felices, entre ellas tenemos:
 
1. Acumulación compulsiva

Es una conducta que se caracteriza por la acumulación de objetos sin valor aparente; quien presenta esta condición no puede desprenderse de ninguna de sus pertenencias. La acumulación se puede presentar en aspectos que van desde la normalidad hasta un extremo patológico donde el almacenamiento de objetos inútiles dificulta las actividades diarias o motiva problemas de salud pública.

La presencia de estos objetos tiene la finalidad de mitigar la angustia del acumulador, para ellos supone una fuente de comodidad y seguridad. Sus pertenencias son extensiones de ellos mismos, si alguien intenta tocarlas o cambiarlas de lugar, se sienten violentados.

El acumulador generalmente acumula por miedo y por inseguridad, es decir, por temor a necesitar ese objeto más adelante y por apego emocional, según explican los expertos.
 
2. Compras compulsivas

Todos hacemos compras, así obtenemos elementos necesarios como ropa y alimento. No obstante, para algunos, siempre es el momento ideal para hacerse un regalo a sí mismo. Es común oír la frase “cuando estoy triste, me voy de compras”, así cubrimos nuestra propia insatisfacción. Encontramos algo que nos gusta, lo adquirimos y llenamos el vacío… un rato.

No está mal que alguna vez nos demos un capricho para sentirnos mejor, sin embargo, no hay que confundir un capricho eventual con una acción recurrente. Las compras no nos aportan más que un alivio momentáneo tras el que recaeremos añadiendo, además, el sentimiento de culpa por haber comprado.
 
3. Consumo de sustancias

Algunas personas, ante momentos de zozobra, deciden consumir sustancias nocivas para la salud, como alcohol, tabaco o incluso drogas. Puede empezar como un consumo experimental o para integrarse a un círculo social. Estas sustancias tienen propiedades inhibidoras del sistema nervioso central, por lo que es común que el efecto sea de relajación.

Para muchos, esto es una buena vía de escape ante un sentimiento amargo, por lo que es más fácil el consumo que enfrentar la situación.
 
4. Comer en exceso

Muchos de nosotros alguna vez hemos tenido un atracón de comida, eso no quiere decir que seamos comedores compulsivos. Cuando estamos tristes, deprimidos o aburridos, muchas veces comemos para aliviar la tensión. Es como si los alimentos pudiesen llenar ese vacío emocional que no sabemos cómo gestionar.

Es importante tener en cuenta que cuando intentamos llenar un vacío emocional con comida tendemos a elegir alimentos pocos saludables o comer en exceso, y todo esto con la consecuente sensación de culpabilidad.
 
5. Adicción al trabajo

Existe adicción al trabajo cuando somos incapaces de interrumpir nuestra actividad laboral, llevando a cabo jornadas interminables, cargándonos de ocupaciones hasta acabar extenuados, todo esto como una manera de alimentarnos, aliviarnos o desconectarnos de otros ámbitos de nuestra vida.

Sí, ser incapaces de apagar el ordenador y marcharnos de la oficina, seguir enviando e-mails a altas horas de la noche o durante los fines de semana, llenar voluntariamente las páginas de la agenda con compromisos y responsabilidades que habría que realizar entre tres o cuatro personas, son señales a las que conviene prestar atención.

Es muy probable que estés utilizando el trabajo de manera descontrolada para no afrontar otros ámbitos de tu vida.

6. Relaciones sexuales sin control

Cuando una persona está bajo los efectos de la compulsividad en la búsqueda de afecto, se puede producir una adicción al sexo o a la conquista perpetua. Es muy gratificante seducir, pero hay que tener cuidado para no terminar envuelto en patrones de conducta nocivos.

En cualquier caso, las relaciones sexuales sin control son una conducta adictiva. No hay enriquecimiento emocional mutuo, y se brinda solamente escape a la ansiedad por lo novedoso, por la conquista. Se busca llenar un vacío afectivo muy profundo que produce ansiedad.

Las personas buscan y buscan pero no encuentran, no están satisfechas del todo. Pareciera que no pueden saciarse, entonces tienen una pareja sexual y otra más. Su actitud se debe a una carencia emocional.

Los vacíos emocionales entorpecen nuestra calidad de vida, nos hacen sentir insatisfechos y nos impiden disfrutar de la experiencia humana; hay medidas que podemos tomar para combatirlos: la psicoterapia, el arte, el deporte y otras actividades enriquecedoras.

Nunca es tarde para otorgar un significado profundo a nuestra existencia y construir la felicidad.

Phrònesis

sábado, junio 22, 2019

Renuncia a las cosas que te quitan la paz interior

En algunas ocasiones, los problemas y vicisitudes de la vida nos quitan la paz interior. En esos casos, somos presa de la angustia, la desesperación y el estrés. A largo plazo, este tipo de situaciones nos pasan factura, pues no solo terminamos afectándonos física y emocionalmente, sino también, perdemos lo más importante que tenemos en la vida: la tranquilidad. El ser humano persigue la felicidad, pero valdría la pena preguntarse, ¿qué es la felicidad? Este concepto nos habla del disfrute de la vida en armonía y alegría. Es por ello que, cuando nos encontramos en situaciones que ponen en peligro nuestro bienestar debemos detenernos, respirar y soltar todo lo que nos hace mal. ¿Cómo hacerlo? ¡Renunciando a las cosas que nos quitan la paz y viviendo con plenitud!

 
 
Las situaciones adversas de la vida no llegan a nosotros por casualidad, se trata de causalidades que buscan dejarnos una enseñanza. Oponer resistencia a los problemas que se te presentan en tu diario vivir solo provocará desgaste, lo mejor es fluir y buscar la solución desde la tranquilidad, perder la calma significa no pensar con claridad y poner en riesgo nuestra armonía. Renunciar a todo aquello que resulta nocivo y tóxico, nos permite mantenernos en el bienestar que deseamos y merecemos. En las siguientes líneas, te decimos a que debes renunciar para mantener intacta tu paz interior. ¡Presta mucha atención!

Renuncia a las cosas que no puedes controlar ni cambiar:

Muchos de los problemas que embargan nuestra vida no están bajo nuestro control, pues en la mayoría de los casos escapan de nuestras manos. Esto significa que, por más que nos esforcemos en solucionarlo y buscar una salida, la situación no está al alcance de nuestras posibilidades. Cuando esto sucede, lo mejor es guardar la calma y esperar. Aunque esta premisa pudiera exasperar a cualquiera, a veces la mejor solución es no hacer nada. En cambio, podemos concentrarnos en trabajar lo que sí podemos controlar, es decir, a nosotros mismos. Los pensamientos, las acciones, las palabras son aspectos que dependen solo de nosotros y tomar la decisión de mantenerse positivo en todo sentido es posible. Recuerda que, la paz interior y la felicidad solo dependen de nosotros mismos.

Deja de lado lo que te robe energía:

Para ello es necesario reconocer a las personas tóxicas que pueden estar a nuestro alrededor, es decir, aquellas que solo se quejan y comparten problemas; los que solo tienen un juicio negativo hacia los demás y nunca les parece nada bien. ¿Los reconoces o te cuentas entre ellos? No permitas que los demás usen tu mente como un basurero, dejando sus miedos, inseguridades y negativismos contigo. Si el caso es que estás rodeado de este tipo de gente, lo mejor que puedes hacer es alejarte para proteger tu paz interior, no resultar contaminado y perdiendo tu energía. Ahora bien, si eres de este tipo de personas, entonces es momento de tomar conciencia y darse cuenta que pierdes tu energía en vano. Aprender a relacionarse de otra manera es fundamental para lograr alcanzar la felicidad.

No más odio, rabia y soberbia:

Debemos tener en cuenta que, el odio no daña a quien va dirigido, pues es una emoción negativa que vive y muere en quien la siente. De esta manera, cuando sentimos odio, solo nos hacemos daño a nosotros mismos y nunca a la persona a la que odiamos. Saber esto y concientizarlo nos ayuda a no desgastarnos en energías negativas que únicamente lastiman a quien la padece. La rabia y la soberbia, también son sentimientos que no llevan a ninguna parte y el resultado de experimentarlos es un declive emocional que termina por quitarnos la tranquilidad. Nadie que sienta odio y rencor en su corazón puede vivir en paz interior, son sentimientos venenosos que ensucian nuestra mente y espíritu. Aprender a perdonar, aceptar y olvidar es la mejor medicina que podemos aplicar para nuestro bienestar.
 
Renuncia a las cargas que no son tuyas:

Para vivir en paz y plenitud debemos viajar por la vida livianos y con poco equipaje. Lo cual, quiere decir que debemos aprender a soltar las cargas que no nos pertenecen y que muchas veces consciente o inconscientemente ponemos sobre nuestros hombros. Las cargas adicionales, son todas aquellas situaciones negativas y problemáticas que no son necesarias y en las que muchas veces nos vemos envueltos sin lograr salir. Por ejemplo, una relación tóxica, obsesión por los problemas, hábitos negativos que comprometen nuestra salud y compromisos adquiridos por obligación. En este último caso, es muy importante aprender a decir que no y nunca hacer algo que no queramos hacer.

Presta atención al cansancio y al estrés:

Es importante saber cuándo parar y descansar de ser necesario, pues todo tiene un tiempo específico. Desesperarse por hacer las cosas más rápido y mejor solo deja cansancio y estrés. La paz interior es inmutable y nada externo debería lograr alterarla, ni los éxitos ni los fracasos. El equilibrio de nuestras vidas amerita trabajo y descanso, cuando este equilibrio se pierde aparecen problemas como el estrés que llegan para arruinar nuestras vidas. Darse el permiso de descansar es ser amable con uno mismo y es dar prioridad a la salud. El exceso de trabajo y asumir más cosas de las que podemos manejar es un autocastigo, nunca expongamos nuestro bienestar a este tipo de maltratos. El resultado será insatisfacción, frustración y enfermedad.
 
¿Cómo debo mantener mi paz interior?

Para llevar una vida plena debemos estar muy conscientes de las acciones que tomamos. Esto no significa que debamos ser personas controladoras, pues incluso debemos renunciar a querer tener el control de todo. Sin embargo, debemos tener los ojos bien abiertos para saber reconocer en nosotros mismos y en los demás actitudes erróneas que nos quiten el amor de nuestro corazón. Renunciar a los miedos, a la culpa, al apego emocional, a los prejuicios, al perfeccionismo es fundamental para vivir felices. La meditación y la oración son dos herramientas fundamentales a la hora de lograr reconocer todo aquello que nos hace mal. Valdría la pena preguntarse cada día de nuestras vidas ¿Cómo encontrar la paz interior?

Phrònesis

viernes, junio 21, 2019

Conocerse para ser feliz

¿Quién soy? Tenemos aquí la pregunta que todos nos planteamos en algún momento de nuestra vida. Sobre todo en ese preciso (y precioso) momento clave en el que todo ha dado un giro a nuestro alrededor y no somos capaces ni sabemos reconocernos. Conocerse para volver a encontrarse, nos vemos así involucrados en un proceso de desarrollo personal que durará toda nuestra vida.

 
 
Así comienza todo, con una simple pregunta, que como veremos más adelante no brilla por su simplicidad, sino por ser el motor que impulsa otras preguntas igualmente complejas. Comenzar a conocernos, descubrirnos y desarrollar nuestro potencial es el camino a seguir para encontrarnos con las respuestas. 

Descubre tu mayor tesoro: tú MISMO

Podemos encontrar multitud de referencias en la literatura que abordan el arte de conocerse y descubrir lo que realmente queremos. Siendo niños, la pregunta sobre una hipotética profesión futura suele ser frecuente; incluso somos nosotros los que, en ocasiones, respondemos con un deseo antes de hacernos la pregunta. Hablamos de la típica pregunta que nos hacen nuestras familias, y con la que empezamos a proyectarnos al futuro y a construir la imagen de quienes somos y quienes nos gustaría llegar a ser.

Muchos son los que hablan de las repercusiones de este estilo de crianza. Sin embargo, mucho más allá de todo esto, la clave está en los lugares sobre los que nos enseñan a poner el foco, sin tener en cuenta que todo esto empieza por conocerse a uno mismo. ¿Sabes quién eres?

Lo que queremos o no, nuestra visión en espejo del yo empieza a imponerse por el estilo de educación recibido y por los cánones marcados en la sociedad, pero casi nunca se basa en lo que queremos realmente. No nos enseñan a eso, así conocerse a uno mismo es una tarea pendiente que dejamos para después o que directamente ni siquiera nos planteamos.

Somos lo que vemos en casa y en colegio

Muchas veces, solo nos dejamos llevar por las tendencias que operan en nuestras familias, como la hija que estudia medicina y quiere seguir los pasos de su padre médico. A veces ocurre que al llegar el primer día de prácticas en el quirófano cae redonda al suelo, descubriendo así que no es lo que quiere.

Solemos adoptar figuras de referencia y seguir sus pasos. Es lo que hemos visto día a día, hemos observado las contingencias que recibe nuestro modelo y aprendemos así que podemos esperar de esa elección. ¿Fácil, no?

Sin embargo, no nos preocupamos en indagar quién soy yo -o mejor dicho, en definir un propio yo-. Cómo pienso, cómo siento, a través de qué colores me gusta ver el mundo, con qué me emociono, cómo es todo a mi alrededor, cómo me comunico con los demás, qué espero de la vida, de mí mismo y de los demás, etc.. Por tanto, el primer puente para el autoconocimiento reside en la educación. Tenemos que acompañar a nuestros niños y niñas mientras descubren quienes son, seres únicos.

«Algún día en cualquier parte, en cualquier lugar indefectiblemente te encontrarás a ti mismo, y esa, solo esa, puede ser la más feliz o la más amarga de tus horas».
-Pablo Neruda- 

Punto de partida: conocerse

Existe un preciso y precioso momento, aquel en el que conocerse a uno mismo pasa a formar un reto apasionante, siendo este desafío reconocido como tal. Es entonces cuando nos decidimos a cambiar aquello que no nos gusta, cuando nos lanzamos a explorar nuestra posibilidades, derribando muchos de los límites que de alguna manera hemos adoptado.

En muchos casos vivimos con el piloto automático activado, donde las emociones se experimentan, pero rara vez se regulan o se integran en nuestra historia personal. Por otro lado, cuando tomamos consciencia del gran abanico de posibilidades que tenemos, el proceso de autodescubrimiento gana sentido. Entiendo que no sepas por dónde empezar, a todos nos pasa, pero es solo cuestión de aprender a poner el foco en ti y en trabajar en tu desarrollo personal.
 
La psicología y el coaching, tus mejores aliados

Aprender a conocerse y trabajar en nuestro desarrollo personal son las caras de la misma moneda, la que nos permite «comprar la felicidad». No es un camino para emprender en solitario.

Así que rodéate de las personas que más te aporten, en definitiva «somos la media de la personas con las que compartimos nuestro tiempo». Además es una buena opción acercarte a la psicología y el coaching. Ambos se sirven de las herramientas de la psicología positiva para incrementar tu bienestar.

Preguntas clave para aprender a conocerse 

¿Quién eres tú?
¿Qué sientes?
¿Cuál es tu talento?
¿Cuáles son tus sueños?
¿Qué te gusta hacer?

Llega un momento en el que nace un nuevo yo. Así avanza el proceso de conocerse a uno mismo. Durante este camino nos damos cuenta que estamos mejor preparados para gestionar y disfrutar del mundo de las emociones, conociendo mejor los recursos con los que contamos y aquellos puntos en los que podemos mejorar.

Rocío García Garzón

jueves, junio 20, 2019

Cómo encontrar tu verdadera vocación si nada te gusta

Hay personas que no disfrutan de lo que hacen, pero tampoco logran identificar qué les gusta. No saben cuál es su verdadera vocación, pero tampoco tienen la menor idea de qué pueden hacer para averiguarlo. Por eso, la desmotivación y el desinterés son las notas predominantes en su trabajo.

 
 
Al elegir una profesión u oficio muchas veces influyen factores externos que ejercen una presión indebida sobre nuestras decisiones. A veces, tal presión es tan fuerte que una persona no logra diferenciar entre lo que realmente quiere y aquello que piensa o hace solo para complacer el deseo o el criterio de los demás.

En esas condiciones, la verdadera vocación queda inhibida. Tanto, que no logra identificarse al explorar dentro de uno mismo y tratar de reconocerla. Por eso muchos terminan pensando que en realidad no les gusta nada, que nada les satisface lo suficiente.

Lo malo es que siguen con su vida sin hacer cambios, asumiendo el trabajo como una carga de la que no pueden deshacerse. ¿Qué hacer en esos casos en los que no sabes cuál es tu verdadera vocación? 
 
¿Qué hacer cuando ningún trabajo te gusta? Estas son algunas pistas para salir de este embrollo.

“Para hacer las cosas, debes amar hacerlo, no las consecuencias secundarias”.
-Ayn Rand-

Pensar en presente y no en futuro

Uno de los factores que más influyen a la hora de elegir un oficio o profesión es la expectativa de futuro. Se supone que hay actividades con futuro y otras que están condenadas al desastre. Sin embargo, ni tú ni nadie sabe siquiera si habrá futuro.

Lo único que tenemos es el presente. Nos equivocamos mucho cuando tomamos decisiones únicamente con base en un futuro que no sabemos si llegará ni tampoco las circunstancias en las que se desarrollará y que no controlamos. Si quieres descubrir tu verdadera vocación piensa en lo que quieres hacer hoy y no en lo que sucederá mañana con eso que te gusta.
 
Para encontrar tu verdadera vocación, piensa en ti

Las decisiones trascendentales sobre uno mismo no se toman para complacer a alguien. Esa falta de autonomía, tarde o temprano, genera grandes vacíos. Uno de ellos es precisamente llegar al punto en que nada te gusta y no sabes qué hacer al respecto.

A veces, ni siquiera la presión proviene de una persona en concreto, sino de ciertas ideas que flotan en la cultura. Te dicen, por ejemplo, que solo eres alguien exitoso si obtienes un título universitario o te sitúas en una carrera en la que al final puedas ocupar un cargo de prestigio. O que solo es inteligente el que estudia medicina o ingeniería.

Así, muchos terminan siendo ingenieros mediocres o profesionales poco motivados en lugar de maravillosos cocineros o excelentes artesanos. Es frecuente que en el fondo sí sepamos cuál es nuestra verdadera vocación, pero le quitemos importancia en función de esos mandatos sociales. Así, ¿quién pierde al final? 

El mito de la vocación única

Otro de los factores que te impide encontrar tu verdadera vocación es la idea de que una vez elijas un oficio tendrás que desarrollarlo para siempre. No es así. Son muy contados los casos en que alguien se apasiona por un oficio desde temprana edad y luego se consagra a él durante toda la vida con total convicción.

Existe lo que se llama “personas multiapasionadas”. Tienen varios intereses a la vez y todos tienen mucho peso. Sin embargo, piensan que, al dedicarse a una profesión automáticamente deben desechar el resto de vocaciones. Sin embargo, en muchos casos existe una manera mucho más enriquecedora de combinar estos intereses sin tener que firmar renuncias absolutas.

De la misma manera, a veces elegimos un oficio a partir de una idea errónea sobre este. Nos damos cuenta de que no nos satisface, pero seguimos ahí porque no queremos parecer inestables. Si hacemos eso, estamos pagando un precio demasiado alto por un error que sí podemos reparar.

La vocación no siempre se encuentra de manera temprana

Generalmente tenemos que decidir oficio o profesión a una edad temprana. Es una edad en la que en realidad solemos conocer poco del mundo profesional seleccionado y las opiniones de los demás ejercen una gran influencia en lo que hacemos. En muchos casos, solo después nos damos cuenta de que esa decisión fue un error.

La sociedad trata de inculcar la idea de que lo “normal” es decantarnos por un oficio determinado de manera temprana, luego dedicarnos a este y después evolucionar en el mismo de menos a más. Sin embargo, esto no tiene por qué ser así. A veces, encontramos nuestra verdadera vocación después de los 40 o de los 60.

Debes saber que, en este sentido, la palabra tarde no tienen sentido. El miedo no es una buena razón para no intentar un cambio que puede hacernos mucho más felices. En realidad, son los mitos culturales los que nos llevan a confundirnos y a no reconocer quiénes somos y qué queremos.

Edith Sánchez

miércoles, junio 19, 2019

Los ritmos circadianos

Todos los seres vivos, durante las 24 horas del día, mostramos funciones oscilatorias. Estas funciones cambian según la luz y la estación del planeta. De ello se encargan los ritmos circadianos, de mantener un equilibrio en nuestro cuerpo basándose en la luz y oscuridad.

 
 
Un ritmo biológico es una variación regular de una función orgánica relacionada con el curso del tiempo. De acuerdo con las variaciones biológicas del tiempo, existen diferentes tipos de ritmos biológicos: circadianos, infradianos y ultradianos (1).

Así, los ritmos circadianos hacen referencia a aquellos que se producen durante las 24 horas del día. Por su parte, los ritmos infradianos son aquellos cuyas variaciones regulares se registran en un tiempo mayor a 24 horas. Mientras, el ritmo ultradiano hace referencia a las variaciones registradas en un tiempo menor a 24 horas.

El primero en utilizar el término ritmo circadiano fue el doctor Franz Halberg. Etimológicamente, su significado es ‘ciclo cercano a 24 horas’. Sin embargo, algunos autores consideran que este ciclo fluctúa entre las 24 y las 25 horas (2, 3). La organización del sistema circadiano está compuesto por:
  • Componente visual integrado por fotoreceptores.
  • Estructuras marcapasos que generan la señal circadiana.
  • Vías eferentes desde los marcapasos hasta los sistemas efectores.

Es el núcleo supraquiasmático el que se encarga de recibir toda la información sobre el medio. Este recibe información directamente de la luminosidad del medio ambiente a través de los nervios.

Otra de las estructuras de gran importancia en los ritmos circadianos es la glándula pineal. Esta secreta melatonina, la cual regula ritmos circadianos y diversos procesos fisiológicos. 
 
Cómo funcionan los ritmos circadianos?

Cada parte que hemos mencionado tiene su función. Estas son:
El núcleo supraquiasmático (NSQ)

El núcleo supraquiasmático tiene interacciones en etapas de sueño o en ciertos procesos cuando estamos despiertos. A través de los nervios retino hipotalámicos, este núcleo recibe información sobre la luminosidad del exterior.

Estos nervios retino hipotalámicos actúan como reloj circadiano responsable del ciclo sueño-vigilia. Para generar esta acción, la luz debe ser recaptada por células ganglionares fotosensibles en la retina. Así, se transforma en impulsos nerviosos que llegan al NSQ (1).
 
La glándula pineal

La glándula pineal se encuentra en el epitálamo entre ambos tubérculos cuadrigéminos superiores. Esta glándula recibe información sobre la luz del ambiente a través de:
La vía retina (NSQ)
Proyecciones descendientes autonómicas a la columna intermedio cervical (ganglios simpáticos cervicales superiores)
Intervación simpática posganglionar pineal.

Esta glándula sintetiza melatonina, que influye en la regulación del sistema neuro endocrino, regula ritmos circadianos y diversos procesos fisiológicos. La variación lumínica y oscuridad en la síntesis de melatonina es el hecho esencial que explica la participación de la glándula.

Así pues, se entiende que en la fisiología de los ritmos biológicos la melatonina abre las puertas del sueño con el objetivo de inhibir la actividad promotora de la vigilia del núcleo suprquiasmático.
 
Aspectos históricos de los ritmos circadianos

Desde tiempos remotos, las personas hemos tratado de ceñirnos a los horarios que marca la rotación de la Tierra. Es por eso que el ser humano se ha centrado en realizar sus actividades por el día mientras el descanso lo reservaba para las horas de oscuridad. Gracias a la aparición de la lámpara incandescente esto pudo cambiar y la vida nocturna se hizo algo más posible.

En el siglo XVIII comenzaron a describirse los ritmos de los procesos biológicos. Sin embargo, no fue hasta 1959 que se comenzaron a describir los ritmos circadianos. Así, en 1960 se crea una nueva disciplina biológica llamada la cronobiología y 11 años más tarde aparece la cronobiología médica (4).

En el año 2007 la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC) determinaron que la disrupción del ritmo circadiano podría ser una causa de cáncer en humanos (5).

Parece, pues, que los cambios en el ritmo circadiano determinan un patrón que necesita ser corregido para evitar ciertas alteraciones del cuerpo. Estas pueden ser de muchos tipos:
  • Del sistema digestivo.
  • Cardiovascular.
  • Patrón de sueño.
  • Síntesis de adrenalina.
  • Comportamiento.
  • O modificaciones de la actividad hormonal.

La influencia de la melatonina y los ritmos biológicos en la homeostasis han de seguir siendo investigados. La cronobiología, crono farmacología o crono toxicología son algunas de las áreas de la ciencia que se ocupan de investigar los ritmos circadianos y su actividad en el cuerpo humano. Ello arroja luz, en muchas ocasiones, sobre enfermedades como el cáncer; por eso resulta tan importante seguir teniendo en cuenta cómo afectan los ritmos circadianos a nuestro ciclo vital.

Paula Villasante

martes, junio 18, 2019

El diálogo interno cambia tu cerebro

El diálogo interno cambia tu cerebro. Esa charla cotidiana que tienes contigo mismo puede fortalecer un gran número de áreas cerebrales para ayudarte a manejar mejor el estrés, regular tu estado del ánimo o ayudarte incluso a ser más resolutivo. Por el contrario, el habla negativa que desgasta puede llevarte sin duda a estados muy debilitantes y perjudiciales.

 
 
Hay un hecho especialmente curioso que muchos habrán experimentado alguna vez. Es común, por ejemplo, que uno sea siempre ese amigo infatigable que siempre está cuando se le necesita. Nos alzamos como esa persona que infunde ánimos, que sabe dar la palabra justa en el momento más necesitado; somos de algún modo, ese soporte incuestionable para los demás que con su comunicación siempre acertada infunde valías, entusiasmo y positividad.

Por el contrario, para nosotros mismos podemos ser a veces el peor enemigo. Nuestro diálogo interno resuena a menudo con frases como: «¿cómo has sido capaz de decir semejante tontería? Eres torpe». «Ni te atrevas a intentar eso otro, eres un inútil en esos temas y lo sabes», «fíjate en lo que ha pasado hoy, siempre te equivocas, siempre estás cometiendo un fallo tras otro».

Somos lo que nos decimos a nosotros mismos y, en ocasiones, llevamos una vida entera conviviendo con una voz interna que se alza como el peor maltratador de todos. No es fácil cambiar ese discurso interno cuando llevamos tanto tiempo haciéndolo. No obstante, es necesario hacerlo por una razón evidente: el diálogo interno negativo modifica el cerebro y hace que seamos más vulnerables a los trastornos de ansiedad y la depresión.

«Te sientes principalmente de la forma en que piensas».
-Albert Ellis- 
 
El diálogo interno cambia tu cerebro, lo que te dices a ti mismo te define

El impacto del diálogo interno en nuestra conducta y personalidad es un tema que siempre ha interesado a los psicólogos. Sabemos, no obstante, que en los últimos años abundan los libros y las publicaciones sobre autoayuda y desarrollo personal que nos animan a cuidar esta dimensión. Sin embargo, es interesante saber que el tema del discurso interno cuenta con estudios que datan de principios del siglo XX.

Fue de hecho, Lev Vygotsky, célebre psicólogo ruso, quien se preguntó por primera vez si el cerebro usa los mismos mecanismos cuando la persona habla en voz alta que cuando lo hace en silencio y para sí mismo. La respuesta a esta pregunta no puede ser más curiosa: diversos estudios nos demostraron que cuando mantenemos esas charlas internas tan comunes se activan áreas como el giro frontal inferior izquierdo (área de Broca) presentes también cuando nos comunicamos en voz alta.

El discurso interno es, por lo tanto, un fenómeno complejo y multifacético, tanto que deberíamos ser más conscientes sobre cómo afecta a nuestro cerebro y a nuestra salud psicológica. Un ejemplo, Charles Fernyhough psicólogo de la Universidad de Durham, en Reino Unido, nos explicó en su libro Voces Internas, que esa charla interna genera cerca de 4.000 palabras por minuto. Es decir, el diálogo interno trabaja 10 veces más rápido que el habla verbal.

Por tanto, todo lo que acontece en nuestra mente, cada idea, pensamiento, autoinstrucción y aseveración, tiene en nosotros un impacto enorme; tanto positiva como negativamente.
 
Charla interna negativa, emociones y cerebro

John H. Krystal, editor de la revista científica Biological Psychiatry y profesor de la Escuela de Medicina de la Universidad de Yale, llevó a cabo un estudio donde demostrar el impacto de las emociones en nuestro cerebro. Algo que puso en evidencia cómo el diálogo interno negativo y persistente debilitaba múltiples estructuras neuronales haciendo a las personas mucho más vulnerables al estrés.

Estructuras como la ínsula y la amígdala mostraban una elevada hiperactividad. Estas áreas relacionadas con emociones como el miedo o la atención hacia las amenazas de nuestro entorno nos sumen en ocasiones en estados de gran desgaste psicológico. Es más, no podemos dejar de lado que el diálogo negativo es ese sustrato que alimenta la ansiedad y que nos sitúa menudo, en el laberinto de una depresión. 
 
Pensamientos y salud: ¿y si nos hablamos de manera más afectuosa?

Es necesario que tomemos conciencia de una cosa. Nuestro diálogo interno puede afectar de manera directa a nuestra salud, tanto física como psicológica. Esa charla limitante que recorta autoestimas, que apaga nuestro potencial, nuestros recursos y oportunidades, merece una mayor dedicación para cambiar su enfoque.

Debemos ser capaces de cambiar ese discurso tan nocivo. Un recurso sencillo para lograrlo es el siguiente: en lugar de hablarnos en primera persona (yo soy esto, por qué habré hecho aquello) lo ideal es empezar a dirigirnos a nosotros en segunda persona. Asumiremos el papel de ese amigo que desea lo mejor para nosotros pero que, al mismo tiempo, siempre está atento para corregir nuestros discursos mentales.

Un ejemplo de este recurso sería el siguiente diálogo: «entiendo que estés preocupado, pero recuerda que tienes recursos para superar esto. Ya lo has hecho otras veces, así que confía en ti. Mereces lo mejor, eres fuerte, inténtalo».

Para concluir, somos conscientes de que este proceso lleva tiempo. Cambiar ese discurso interno limitante puede costar al principio, pero si nos comprometemos con nosotros mismos, veremos cambios poco a poco. Para ello, vale la pena recordar lo que nos decía un viejo proverbio chino:


Cuida tus pensamientos, porque se convertirán en tus palabras.
Atiende tus palabras, porque se convertirán en tus actos.
Cuida tus actos, porque se convertirán en tus hábitos.
Cuida tus hábitos, porque se convertirán en tu destino.

Valeria Sabater

lunes, junio 17, 2019

Sobre un castillo de naipes he construido mi vida

Sobre un castillo de naipes he construido mi vida, aunque he tardado mucho tiempo en darme cuenta. Creía que tenía unas buenas cartas en la baraja, pero, de repente, he perdido la partida. Esos naipes eran pequeños logros que pensaba que había conseguido poco a poco y que, con un maldito soplo de aire, he perdido en un abrir y cerrar de ojos. 


Tenía la carta del trabajo, la carta de la independencia, la carta de la libertad y la carta de la confianza. Pero llegó un monstruo llamado crisis a jugar con la baraja. Y ese castillo de naipes sufrió la sacudida de un huracán que destrozó cada piso, que hizo a las almenas añicos como si de un montón de paja se tratara.

Y entonces, me di cuenta de que no fui yo la que busqué esas cartas, sino que me vinieron dadas.

Delante de esas circunstancias que no esperabas, como si tu vida la hubieras perdido jugando al póker en un casino, el futuro por el que apostaste tus ahorros salió volando. Ya no había nada certero, el mundo se volvió azar y con él tus miedos aparecieron.

La vida es un juego de azar, no sabes si hoy vas a perder o vas a ganar. 
 
Jugamos a la vida con las cartas ya dadas

Muchas veces no nos damos cuenta de que jugamos la vida con las cartas ya dadas y que somos nosotros los que tenemos que ganar la partida. El azar nos pone en situaciones que no buscamos, que nos hacen daño, porque es algo que no podemos controlar.

El azar puede ser tu mejor compañero o tu mayor villano. Él te da las cartas, pero tú eliges como jugarlas.

¿Qué podemos hacer cuando los naipes que nos hemos encontrado en la vida no favorecen nuestras posibilidades? ¿Cómo podemos ganarle la partida al azar? Principalmente sin perder la perspectiva del juego de la vida. Podemos rendirnos y dejarnos llevar por la tristeza a la que la inercia del azar nos empuja o podemos luchar la partida.

Para poder luchar muchas veces hay que contar con diferentes estrategias que puedan jugar a nuestro favor. Así, cuando los naipes vienen mal dados, las llamadas estrategias de afrontamiento pueden ayudarnos. Las estrategias de afrontamiento son, según Lazarus y Folkman, un conjunto de estrategias cognitivas y conductuales que la persona utiliza para gestionar demandas internas o externas que sean percibidas como excesivas para los recursos del individuo.
 
La partida se gana con estrategias de afrontamiento

En la vida nos vamos a encontrar muchas situaciones difíciles en las que pase lo que pase vamos a sufrir, pero tenemos que aprender a aceptarlas y vivir con ellas como una parte más del juego de la vida. Mantenle el pulso al dolor y al miedo. 

Las estrategias de afrontamiento no solo nos ayudan a lidiar con el estrés, sino a enfrentarnos a las emociones en los problemas del día a día. Pero, en muchas ocasiones no utilizamos las estrategias adecuadas, y por ello no podemos enfrentarnos a los problemas. Las estrategias de afrontamiento según Lazarus y Folkman son de dos tipos:
Estrategias centradas en el problema: se utilizan cuando el problema puede ser abordado, ya sea cambiando el ambiente en el que ha surgido o a nosotros mismos. Las dos principales estrategias de este tipo son:
Confrontación: consiste en el afrontamiento directo del problema.
Planificación en solución de problemas: aquí se suele utilizar la técnica de solución de problemas para hallar la mejor manera de abordarlos. 

Estrategias centradas en la emoción: se suelen utilizar cuando no puede intervenirse sobre el problema, porque es algo que no puede cambiarse. Lo que se busca es cambiar el significado emocional del estrés, es decir, la manera de tratar o interpretar lo que está ocurriendo. Estas estrategias son:
  • Distanciamiento: usar la negación u olvidarse de la existencia del problema.
  • Autocontrol: no precipitarse en el afrontamiento del problema, se guardan para uno mismo.
  • Aceptación de la responsabilidad sobre el problema.
  • Escape-evitación: esperar a que se solucione solo, e incluso, utilizar las drogas como modo de afrontamiento.
  • Reevaluación positiva: pedir ayuda o consejo para que desde otro punto de vista te asesoren con el problema.

Hay un tipo de afrontamiento especial que es la búsqueda de apoyo social y que se considera que forma parte de los dos tipos, porque puede ser tanto emocional como centrada en el problema. Esto es así porque depende del uso que le demos o busquemos con ese apoyo. 
 
¡Cuidado! no todas las estrategias de afrontamiento son adecuadas

No todas las estrategias aquí planteadas son positivas o adecuadas en la resolución de los problemas. Las estrategias arriba descritas son las que los autores consideran las más usadas, pero las estrategias de distanciamiento y confrontación muchas veces dañan más que ayudar.

En cambio, las estrategias de planificación y resolución de problemas y la de reevaluación positiva son las que se consideran más útiles a la hora de afrontar nuestros problemas ya que suelen dar resultados muy positivos.

Así que, cuando los naipes de la partida de tu vida se derrumben como si de un castillo mal construido se tratara, utiliza las mejores estrategias de afrontamiento para conseguir solucionar los problemas. Si no sabes utilizarlas, pide ayuda psicológica para aprenderlas y que así el azar y la tristeza no ganen la partida. Tú decides como juegas la partida de tu vida: el azar solo te da las cartas y tú eliges en cada momento cuál es la que juegas.

Lorena Vara González

domingo, junio 16, 2019

Hábitos diarios para lograr tu paz interior, ¡consigue tu serenidad!

La serenidad y la paz interior no se logran sin esfuerzo. Al igual que necesitamos hábitos adecuados de ejercicio para lograr cuerpos sanos y estéticos, necesitamos buenos hábitos mentales para lograr mentes pacíficas. Quiero compartir contigo una serie de hábitos para que practiques diariamente y puedas lograr tu paz interior.

 
 
Todos queremos la serenidad, ese estado de calma esquivo que parece pertenecer únicamente a los monjes tibetanos y los instructores de yoga.

Las personas con serenidad están mejor equipadas para disfrutar de la vida.

Sus pequeños problemas siguen siendo pequeños y no se magnifican en grandes catástrofes. Al momento de surgirles crisis reales, reaccionan con un pensamiento constante y claro.

Hábitos Diarios Para Lograr Tu Paz Interior“La serenidad y la paz interior no se logran sin esfuerzo”

Quiero compartir contigo algunos hábitos diarios para que día a día vayas alcanzando tu meta hacia la serenidad, hacía tu paz interior, ¡aplícalos desde ahora!, te aseguro que tu vida empezará a cambiar.
 
Dar gracias continuamente

Cuando suena la alarma, incluso antes de levantarte de tu cama, cierra tus ojos y piensa en las formas en que has sido una persona bendecida.

Considera los regalos más básicos que tienes, aquellos que el Universo y el Creador te han dado: un trabajo, buenas relaciones, tu hogar, tu ropa, tu salud.

Luego, continúa dando gracias a lo largo del día. Si alguien te deja pasar en su carril cuando conduces, agradécelo. Cuando su cheque de pago se deposite en su cuenta, dé las gracias. Cuando su hijo regrese a casa de la escuela de manera segura, dé las gracias.

Empieza por reconocer todo lo bueno que te sucede.

Tan pronto como tu mente divague en la dirección equivocada, vuelve nuevamente y tráela a su curso.

¿Tú sabes cuándo te estás desviando mentalmente? Te irritas por cosas menores, piensas que es tu trabajo corregir el mal comportamiento de otras personas, te obsesionas con los desaires pasados, con los fracasos ya pasados.

Todos estos son síntomas de que tu mente va por el camino del pensamiento equivocado y que tu paz interior se está opacando. Compáralo con un automóvil que ha cambiado a un carril con tráfico elevado, nuestras mentes también pueden cambiar al carril equivocado. Tan pronto como eso suceda, deja de hacer lo que estás haciendo y ¡revisate urgente!

Aléjate de las personas que no están actuando adecuadamente. Luego, haz lo que sea que te ayude a recuperar tu mente.

Para mí, es muy importante leer algo espiritual. Para otros, puede ser escuchar música inspiradora o hablar con un buen amigo.

También es bueno que permanezcas en soledad, sin música ni ruidos, que tu conciencia y tu mente te hablen, que de verdad sientas paz interior. Al reorientar tu mente, puedes volver más fácilmente al pensamiento claro.
Acéptate

Practicar la aceptación no significa que te dejes tratar mal por los demás, significa que aceptas a los demás como son.

Si alguien es un manipulador, eso es lo es, tú tendrás que decidir si deseas o no pasar tiempo con él, pero acepte que no puedes cambiarlo.

Del mismo modo, practicar la aceptación no significa que no trates de mejorar tu vida. Por ejemplo, puede que no te guste tu trabajo actual o tu hogar. Lo primero que tendrás que hacer es aceptar tu situación actual, luego, haz lo mejor en tu trabajo y haz que tu hogar sea lo más hermoso posible, ¡sabes que tú lo puedes lograr!

Aprecia que tienes trabajo y un lugar para vivir. Deberás hacer lo que puedas cada día para conseguir el trabajo de tu sueño, lucha para que tu hogar en un futuro sea el mejor, el que tú soñaste.

La aceptación no es estancamiento, la aceptación es entender lo que puedes y no puedes cambiar, así empezarás a llenarte de paz interior.

Te invito para que mejores tu autoestima, quiérete, acéptate y ámate.
 
Sé amable con los demás

No existe algún escenario en el que ser desagradable con los demás te beneficie, así que ten cuidado con cómo operas, cómo actúas.

Las palabras feas y malas que dices y haces a otras personas pueden afectarlas, y a ti, esas acciones te envenenarán, no dejarán que puedas lograr tu paz interior.

Si no estás contento(a), mire detenidamente tu comportamiento. Si arrojas comentarios malos o te aprovechas de la gente, te aseguro que serás miserable.

Ahora, y no solo es ser amable con las personas, sé amable y gentil con los animales, la naturaleza, con la Creación. Ya lo había dicho el Gran Gandhi “la grandeza y el progreso moral de una nación puede medirse por la forma en que trata a sus animales”, ¿tú cómo tratas a los animales?

Te aseguro que si eres un ser amable, que ayuda a los demás, que tratas de ser mejor cada día pero sin pasar por encima de los demás, tú paz interior llegará, tu vida cambiará y el Universo y el Creador te recompensará.
 
Pon mucho cuidado con lo que bebes

Algunas cosas que bebemos pueden afectar nuestra mente. Café, té y algunos refrescos tienen cafeína.

La cafeína afecta a cada persona de manera diferente. Evalúa cómo te afecta a ti. Si te pone nervioso o irritable, por favor, reduce tu consumo o elimínalo por completo.

El alcohol también afecta a las personas de manera diferente. Si beber vino, cerveza o licor te hace sentir ansioso, deprimido o violento, te invito para que limites su consumo, o en su defecto, elimina el alcohol de tu vida por completo.

Ahora, no te estoy diciendo que no los puedas beber, quiero que te des cuenta cómo las bebes, e incluso drogas afectan tu organismo.

Con toda seguridad no alcanzarás tu paz interior en medio de actuaciones violentas, ansiosas, groseras con los demás y abusivas.

Ser feliz es más importante que tu estatus, más importante que lo que digan los demás de ti, más importante que tu copa de vino cada noche.
 
Te invito para que descanses lo suficiente

Nuestras mentes no pueden pensar claramente si no están descansadas. Los niños pequeños necesitan grandes cantidades de sueño para ser felices.

Los adultos no somos diferentes. Si bien no nos tiramos al piso y gritamos si no hemos dormido una siesta, funcionamos mal si no dormimos.

En una investigación del Canal de Noticias BBC, se asegura que las personas debemos dormir cierta cantidad de horas de acuerdo con nuestra edad.

Mira, por ejemplo:

Niño de 0 a 3 meses debe descansar de 14 a 17 horas, lo que no aconsejan los científicos es que duerman más de 18 horas.

Los bebés de 4 a 11 meses pueden descansar un promedio de 12 a 15 horas, jamás sería recomendable más de 16 o 18 horas.

Los niños pequeños de 1 a 2 años no pueden dormir menos de 9 horas, aunque no pueden pasarse más de 15 o 16 horas.

En la edad de preescolar, niños de 3 a 5 años deberían descansar de 10 a 13 horas, no se recomienda menos de 7 y más de 12 horas.

Los niños de edad escolar de 6 a 13 años no podrían dormir menos de 9 a 11 horas.

Los adolescentes de 14 a 17 años, los científicos aseguran que no deben descansar menos de 10,08 horas, antiguamente se decía que menos de 8,5 o 9,5.

Los adultos jóvenes de 18 a 25 años deberían descansar de 7 a 9 horas por día, jamás se recomienda menos de 6 horas ni más de 10.

Los adultos de 26 a 64 años, rango en el que nos encontramos la gran mayoría de nosotros, debemos descansar de 7 a 9 horas, aunque normalmente, por nuestras cargas laborales y otras actividades, esto no se cumple.

Y, los adultos mayores de 65 años, se aconseja que descansen entre 7 y 8 horas diarias.

Desarrolla buenos hábitos de sueño, ve a tu cama temprano. No hay nada de malo en irse a la cama a las 20 o 21 horas de la noche, los programas de televisión que te estás perdiendo no son tan importantes como tu serenidad.

Te aseguro que si descansas bien, tu paz interior empezará a instalarse en tu vida.
 
Observa y lee el tipo correcto de libros, películas y televisión

Quisiera que te preguntaras por un momento, ¿qué clase de películas veo?, ¿qué clase de lecturas hago? Reflexiona por un momento tu respuesta.

Lo que vemos y leemos afecta cómo pensamos y actuamos. Elige tu entretenimiento con cuidado, lo que te dirá como actuar y cómo pensar.

Hay una gran cantidad de basura violenta, sin sentido, que se considera “vanguardista”, “creativa” o “cine”.

Si deseas tener una mente relajada colmada de paz interior, dedica tu tiempo a observar y leer cosas que tengan un mensaje positivo o que eduquen.

Evita gastar tu tiempo libre que es tan valioso, llenando tu mente con basura, solo porque es popular o está de moda.
 
Mantén un hogar ordenado y limpio

No hay nada más asqueroso, dañino e inconforme que entrar a una casa o un lugar desorganizado o sucio, yo cuando lo hago salgo enfermo, ¡es aterrador!

Mira, hay una sola razón por la que los spas no tienen toallas sucias en los pisos, y en los estantes cubiertos con chucherías, básicamente porque nadie puede relajarse en un lugar que está desordenado y sucio.

Una casa o habitación desordenada es un signo de una mente desordenada e inestable, no tiene control ni metas para cumplir.

Te invito para que hagas de tu hogar un lugar ordenado, limpio y hermoso.

Si así lo haces, respirarás aire limpio, el oxígeno llegará a las partes de tu cuerpo que lo requieren, y tu paz interior nacerá paulatinamente.
 
Utiliza parte de tu tiempo para estar en silencio sin ruidos

La televisión no tiene nada de malo, lo malo es que está encendida todo el tiempo.

Pero ¿por qué las personas encienden la tv o la música así no la estén viendo o escuchando?

Realmente es fácil responder esta pregunta. Las personas tienden a encender la televisión o la radio para evitar sentirse incómodos, para evitar encontrarse con su yo, para evitar ser cuestionados por sí mismos.

Es posible que nos sintamos incómodos con nuestras familias o nos sentimos incómodos con nosotros mismos. Así que nos distraemos de esa incomodidad con ruido.

No quiero decir que no puedas escuchar música o ver tv, estoy diciendo que no los utilices para esconderte.

El problema fundamental es que el ruido te impide relajarte como ha de ser, evita que en ti ingrese tu paz interior.

La invitación es para que tomes la decisión de darle un descanso a tus oídos y a tu mente, y disfruta del silencio, ¡es lo mejor que puedes hacer para relajarte y encontrar felicidad y serenidad!
 
Pasa tu tiempo con el tipo correcto de personas

Este hábito sí que es importante, ¿tú con qué clase de personas pasas tu tiempo?

Definitivamente, existen personas que no pueden evitar ser un problema. Dondequiera que vayan, crean drama, dificultades, guerra y rencor.

Alguien siempre los ha hecho sentir mal, o están continuamente molestos por algo, o simplemente no pueden decir nada agradable.

Si en tu experiencia de vida posees de este tipo de personas, la invitación es para que les des a esas personas un amplio espacio.

No necesariamente puedes eliminar a esas personas de tu vida, pero puedes limitar tu contacto con ellas.

Esto es cuestión de autoconservación, pues cuando permites que entren en tu vida personas que traen el caos, es muy difícil mantener tu serenidad y la paz interior.

Recuerda que no es tu trabajo mejorar sus vidas, si les haces una invitación a ser mejores y te aceptan ¡trata de ayudar!, de lo contrario, tú único trabajo es no permitir que lo que generan esas personas entre en ti, menos transmitirlo a otras personas.

¿Cómo te pareció la enseñanza del día de hoy sobre algunos hábitos diarios para lograr tu paz interior y tu serenidad?

Te aseguro que si empiezas a aplicarlos a tu vida, ¡tú vida cambiará!

Extiendo una gran invitación para que estés muy pendiente de nuestras próximas publicaciones, excelentes temas como este y otros, estamos preparando para ti. Te deseo éxitos y bendiciones abundantes, ¡Un Abrazo de Luz! 
“También es bueno que permanezcas en soledad, sin música ni ruidos, que tu conciencia y tu mente te hablen, que de verdad sientas paz interior”
 
Autor: William Hernán Estrada Pérez