Suena una canción de Vetusta Morla. Tal vez lo que te hace grande, no sea difícil de ver. Todo aquello que somos está ahí, porque a la sencillez no le hace falta hacerse notar para ser única. De hecho, cuando hablamos de una persona o actitud sencilla nos referimos a alguien que es fiel a su esencia y no se esfuerza por mostrar algo diferente.
“Hay situaciones en la vida en que la verdad y la sencillez forman la mejor pareja”
-Jean de la Bruyere-
Antes de continuar es necesario dejar claro que en este caso sencillo no es sinónimo de una personalidad fácil o llana, sino de verdad y de naturalidad. Es decir, que alguien se mueva con la cualidad de lo sencillo significa que lo hace con un comportamiento transparente y puro.
Ocultarse debajo de la piel nunca es un buen favor
Como hemos mencionado, la sencillez nos hace grandes porque muestra sin maquillajes lo que somos, pues es la manera más eficiente de reflejar lo que inconscientemente escondemos debajo de la piel. Sin embargo, solemos evitarla y complicamos el proceso por el que los demás llegan a conocernos.
¿No es verdad que alguna vez has tapado un rasgo de tu personalidad por miedo a que lo conocieran? ¿Por qué lo hacemos si en el fondo la naturalidad fortalece las relaciones? Es probable que esto ocurra porque se cree que desnudarnos emocionalmente nos hace vulnerables.
“Y déjense de miedos y castigos,
que la vida más vida puede ser.
Despréndanse de todo lo escondido
que todo ya nos los dice la piel”
–Fran Mariscal y Kutxi Romero, canción “Vuelen de una vez”-
No obstante, nada más lejos de la realidad. Ser transparentes no nos hace débiles ni frágiles, aunque desde fuera pueda parecerlo. Darnos a conocer con humildad y verdad nos ayudará a eliminar los aspectos secundarios que entorpecen nuestros contactos.
Y, además, aceptar lo que creemos como fortalezas nos dará seguridad y autoestima. Así pues, ocultarse o disfrazarse son regalos envenenados para uno mismo.
Cuando complicamos los acontecimientos
Por otro lado, no se trata solo de mostrarnos sin adornos ni mentiras, sino también de actuar sin más complicaciones de las necesarias. Sabemos que las energía con las que contamos son limitadas y, aun así, nos empeñamos en desperdiciarla. Es como si tuviéramos una tendencia incorregible a complicar las cosas para que nos cuesten el doble, en lugar de actuar con sencillez y espontaneidad.
Está claro que no lo hacemos a propósito, pero lo hacemos. Gastamos tiempo y empleamos más esfuerzo del necesario en situaciones cotidianas que requieren naturalidad. ¿Por qué? Es probable que la respuesta sea la idea social de que todo lo que tiene valor conlleva mucho sacrificio.
“No hay motivos para buscar complicaciones. Si oyes un galope, buscas caballos, no cebras”
-Lee Child-
Algunas personas creen que los frutos más enriquecedores llegan siempre mediante un camino con muchas piedras. No obstantes, la realidad es que no tiene por qué ser así. Por ejemplo, en algunos casos la salida de un laberinto, que aparentemente se esconde a nuestros ojos, está más cerca de lo que pensamos.
Llegados a este punto, estaría bien recordar que es verdad que nos toca vivir momentos complicados y luchar para salir de ellos, pero no todo lo bueno llega por una vía difícil. En otras palabras, no es necesario sufrir para ser feliz, aunque con esfuerzo tengamos que pasar por circunstancias de dolor.
Para encontrar sencillez hay que cerrar los ojos y abrir el corazón
Comenzábamos este artículo con la misma idea con la que vamos a acabarlo: es beneficioso optar por el camino de la sencillez tanto en la personalidad como la manera de tomarnos muchos acontecimientos.
Para lograrlo basta con cerrar un poco los ojos de vez en cuando y abrir el corazón. Lo decía El Principito y lo dice Murakami: es necesario ver más allá de la superficie que tantas veces nosconfunde. Trascender de lo aparente y llegar al corazón de las personas.
“Quizás las cosas más sencillas sean las que más cuesta ver.
A veces, uno tarda en ver lo que tiene delante de las narices”
-Murakami-
Al hacerlo veremos que nuestra vida pesa mucho menos y que las personas que vayamos ganando para compartirla no se van. La gente auténtica se une entre sí y descubren más allá de la realidad un mundo de cariño y honestidad con el que solventar cualquier situación que parezca complicada.
Cristina Medina Gomez
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