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miércoles, octubre 19, 2016

El que se entrega por completo jamás regresa entero

Tu pareja rompe la relación que tiene contigo y tienes la sensación de haber dejado algo en esa persona que no vas a recuperar, un familiar o un amigo fallece y sientes que nada a volver a ser igual porque has perdido algo. El que se entrega por completo nunca vuelve entero.



Si has amado de verdad a alguien sabes que cuando esa persona ya no está en tu vida, hay algo que se lleva, un trocito de tu corazón desaparece para siempre y no vuelve, es una sensación de vacío que solo el tiempo nos ayuda a llenar.

Qué difícil es decir adiós cuando quieres decir quédate

Somos seres emocionales por naturaleza y, aunque es muy complicado evitar que una situación te provoque una emoción, sí es posible gestionar esa emoción en cuanto a su duración e intensidad mediante la inteligencia emocional.

“El amor es un paso, el adiós es otro y ambos deben ser firmes. Nada es para siempre en la vida”
-Chavela Vargas-

Una persona inteligente desde el punto de vista emocional sabe cuáles son sus fortalezas y sus habilidades y ha aprendido a escuchar y entender a los demás con empatía. Por ese motivo, aunque siente la tristeza de la pérdida, tiene confianza en el futuro y sabe que con el tiempo todo se supera.

Ante la muerte de una persona a la que quieres no puedes hacer nada salvo aceptar esa pérdida. Ante una ruptura de pareja, aunque es una situación distinta, también es importante aceptar la situación, ser realistas y buscar los medios para gestionar la emoción que nos invade.

La entrega y el apego

En tus relaciones de pareja o con amigos y familia debe existir un “límite de entrega” para evitar las situaciones de apego emocional. Walter Riso en su libro “Desapegarse sin anestesia” sostiene que crear una relación dependiente significa la entrega del alma a cambio de obtener un falso placer y seguridad.

Riso define el apego como un vínculo obsesivo con un objeto, idea o persona que se fundamenta en cuatro creencias falsas, que son las siguientes: que es permanente, que te va a hacer feliz, que te va a dar seguridad y que dará sentido a tu vida.

“La raíz de todo sufrimiento es el apego”.
-Walter Riso-

Si vives un vínculo de este tipo nunca estarás preparado para la pérdida y no aceptarás que la otra persona se aleje, que se rompa la relación o que la situación cambie. La pérdida te hará sentir vacío y sin un rumbo claro.

El apego corrompe. te hace infeliz e impide que te tengas respeto a ti mismo y a tus valores. Tienes miedo a la pérdida de lo que deseas y pierdes la alegría porque inviertes todos tus recursos y tu energía en otra persona dejando de lado tu vida, lo que realmente te gusta hacer.

La clave es aprender a dejar ir

A lo largo de tu vida, tu capacidad para dar y ser generoso forma parte de lo que eres como ser humano. Sin embargo, es preciso manejar también las herramientas necesarias para gestionar esas pérdidas con entereza y aceptar que los cambios forman parte de la vida.

Decir adiós a una persona, a un trabajo, a una relación es una acción a la que nos enfrentamos continuamente y es preciso afrontar esos momentos con valentía y con inteligencia. Esta habilidad es necesaria para evitar un sufrimiento excesivo o una sensación de pérdida que nos afecte negativamente.

“Acepta. No es resignación, pero nada te hace perder más energía que el resistir y pelear por una situación que no puedes cambiar”
-Dalai Lama-

Deja salir tu dolor. Todavía hay muchas personas a las que les avergüenza llorar en público y reprimen sus sentimientos y sus palabras. Para dejar ir, sin embargo, es importante dejar salir el dolor, llorar todo lo que sea necesario, pero sin aislarnos. Habla con amigos, cuéntales cómo te sientes y escucha sus consejos.

Enfócate en ti. Por una vez es preciso ser un poco egoísta y dedicar un buen rato a mirar en tu interior sin que eso te produzca cargo de conciencia. ¿Qué es lo que te gusta?, ¿qué te apetece hacer? Pensar en tus necesidades y en lo que realmente a ti te importa, más allá de esa persona o situación que debes dejar ir, te dará seguridad y confianza en ti.

Cuídate. El foco en ti mismo debe traducirse también en premiarte y cuidarte. Si te apetece hacer un viaje, este es el momento: tomarás perspectiva, desconectarás y verás las cosas de otra forma. Piensa que las nuevas situaciones traen elementos nuevas y que siempre ganas algo: libertad, aprendizaje, capacidad de superación, etc.

Arantxa Alvaro Fariñas

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