Hoy quería hablar de qué es el ho’oponopono y de cómo practicarlo. Si no lo conoces, verás que es una técnica sanadora muy hermosa. Y si ya lo conoces, hablaremos también de una variante muy potente de la técnica original que te permitirá aprovecharla aún más.
Hasta hace muy poco, de vez en cuando iba recibiendo correos de personas preguntándome si conocía el ho’oponopono y qué opinión tenía al respecto. Mi respuesta era que había oído hablar de él pero que aún no me lo había mirado con calma.
Afortunadamente para mí, al final busqué información sobre el tema y descubrí lo que quizás ya sabes: que es una herramienta maravillosa. Un auténtico regalo del cielo.
Un regalo que merece la pena compartir.
(Por cierto, si eres de las personas que me escribió preguntándome sobre el ho’oponopono, ¡muchas gracias! Gracias ti lo descubrí. “Casualmente”, cuando al fin me lo miré, dejé de recibir estos mensajes;) )
Qué Es el Ho’oponopono
El ho’oponopono es una técnica de sanación que parte de la premisa de que todo el universo es una unidad. A partir de aquí, hace el siguiente razonamiento: si todo es una unidad, significa que yo soy todo el universo. Y si yo soy todo el universo, yo tengo la responsabilidad de todo lo que sucede.
Es una afirmación muy potente, ¿verdad? Para mí, de las más potentes que he oído jamás. Significa que no somos responsables únicamente de nuestra vida y de lo que nosotros hacemos, sino que somos responsables de TODO. Si vamos por la calle y vemos a alguien pidiendo limosna, es responsabilidad nuestra; si un determinado político toma una mala decisión, es responsabilidad nuestra; si en un determinado país hay una guerra, es responsabilidad nuestra.
Es una idea muy impactante. La primera vez que uno la oye, cuesta digerirla. Una parte de nosotros grita: cómo va a ser responsabilidad mía. ¡Yo no tengo nada que ver!Pero si reflexionamos con serenidad y humildad, no podemos más que reconocerlo. Claro que somos responsables. Somos una unidad. Somos parte del todo.
Una vez aceptamos este hecho, el ho’oponopono nos ofrece un camino muy elegante y hermoso para sanar cualquier situación. Se basa en dos pasos muy simples.
El primer paso es asumir la responsabilidad del hecho que queremos sanar. Por ejemplo, si queremos ayudar a alguien que está enfermo, asumimos la responsabilidad de su enfermedad. Reconocemos abiertamente que estamos todos unidos y que, por lo tanto, somos responsables. Y luego simplemente le pedimos al Universo (o a Dios, puedes usar la palabra que más te guste) que sane todo lo que hay en nosotros que ha causado esa situación.
Creo que es importante remarcar que el ho’oponopono no dice que seas el único responsable de todo lo que sucede. Simplemente dice que, al estar unido con todo el universo, eres responsable. Y que, si quieres, puedes asumir la responsabilidad para sanarlo.
De hecho, el ho’oponopono nos anima a asumir el 100% de la responsabilidad, pero es un acto voluntario. Tú decides si quieres hacerlo.
Y precisamente por ser voluntario, es un acto muy, muy hermoso. Es un acto de gran madurez, humildad y amor. Si no lo has probado nunca, ya verás que produce una gran liberación y una gran paz.
Cómo Practicar Ho’oponopono
Para poner en práctica el ho’oponopono, se trata simplemente de ir por el mundo y, cada vez que veas alguna situación dolorosa para alguien (ves a alguien que sufre, te cuentan una mala noticia, etc.), asumes la responsabilidad del hecho y luego te diriges a Dios/Universo y le dices: perdóname y sana lo que hay en mí que ha causado esta situación.
Es así de sencillo. No hace falta hacer más.
La versión “oficial” del ho’oponopono recomienda dirigirse a la Divinidad y usar especialmente las frases “perdóname”, “te quiero” y “me siento agradecido”, pero puedes usar las que quieras. Lo importante es asumir la responsabilidad del hecho y pedir que se sane lo que hay en nosotros que lo ha causado.
Cómo Aprovechar el Ho’oponopono al Máximo
Hasta aquí sería la versión clásica del ho’oponopono. Se trata simplemente de asumir la responsabilidad de algo que queremos resolver, y luego pedir a Dios que sane lo que hay en nosotros que lo ha causado.
Esto es muy potente, pero hay algo aún más potente que podemos hacer.
Porqué, ¿sabes lo que piensa Dios cuando nos dirigimos a Él y le decimos algo? Piensa: “¿por qué me tratan como a alguien tan lejano? ¿Por qué se dirigen a mí como si fuera alguien separado de ellos?”
El propio ho’oponopono se basa en el hecho de que todo es una unidad, y si todo es una unidad, significa que nosotros somos parte Dios. Y si somos parte de Dios, no hace falta que le pidamos a nadie externo que nos sane, nos lo podemos pedir a nosotros mismos.
La versión clásica del ho’oponopono implica asumir la responsabilidad del problema, pero nos exime de la responsabilidad de la solución. La solución se la dejamos a Dios. El siguiente paso es darnos cuenta de que somos parte de Dios, y asumir la responsabilidad de todo, del problema y de la solución.
La manera de hacerlo es muy sencilla. La primera parte es igual: asumir la responsabilidad del problema. Luego, en la segunda parte, en lugar de pedir a Dios que te sane, pídetelo a ti mismo. Siente la parte de ti que está conectada con la Divinidad, y pídele a esa parte que te sane.
No es fácil dar este paso. No estamos acostumbrados a sentirnos parte de Dios. Por esta razón, si nunca has probado el ho’oponopono, creo que es mejor empezar con la versión clásica. Pero luego, poco a poco, vale la pena probar con la versión nueva.
Dios está en nosotros. Hace tiempo que lo sabemos. Y es importante que, poco a poco, empecemos a actuar en consecuencia.
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