Sea cual sea la forma como nos alimentamos, la energía siempre sale del mismo lugar: de Dios. En un primer lugar, esta energía se manifiesta en el universo. Después, el Sol transforma la energía del universo en calor, las plantas absorben la energía del Sol, los animales herbívoros se comen las plantas, y por último, los animales carnívoros se comen a los herbívoros. Así:Así pues, la energía siempre es la misma. Lo que pasa es que, dependiendo de cómo nos alimentemos, habrá pasado por más o menos etapas antes de llegar a nosotros y, por lo tanto, más o menos pura será.
Actualmente nos alimentamos básicamente de plantas y carne de animales herbívoros, que son los tipos de alimentación menos puros que tenemos disponibles. Pero esto puede cambiar: podemos obtener energía suficiente para vivir de las otras fuentes existentes, como el Sol o el universo. Y de hecho cambiará: a medida que la humanidad vaya evolucionando, cambiará la forma como nos alimentamos hacia alternativas más “elevadas”.
Por esta razón, hoy quería comentar un poco cada una de estas fuentes de energía y cómo acceder a ellas. Empezar a entenderlas mejor y a experimentar con ellas forma parte de nuestro camino de crecimiento personal.
La Energía más Pura de Todas: la Energía de Tu Propio Interior
La fuente de energía más pura que todos tenemos al alcance es la energía de la fuente original que crea la vida: Dios. Y esta energía no se encuentra lejos de ti, sino todo lo contrario: está en tu propio interior.
Todos tenemos una fuente de energía ilimitada dentro de nosotros. Todos somos una parte inseparable del universo, y como tales, tenemos acceso sin restricciones a la fuente de energía original que crea la vida. La energía divina que mueve planetas, galaxias y estrellas es la misma energía que forma parte de ti, y la puedes aprovechar siempre que quieras. Tú eres parte de Dios, y Dios no necesita ninguna fuente externa para vivir.
El problema es que estamos un poco desconectados de nuestra esencia divina, y por esto no sabemos cómo acceder a ella. Y como hemos perdido este acceso, tenemos que alimentarnos con energía externa. Pero no es que alimentarnos externamente sea estrictamente necesario, sólo lo es porque hemos olvidado cómo conectar con nuestra fuente de energía interna.
¿Cómo podemos acceder a ella?
Recuperar esta conexión no se hace en dos días, pero es posible. Y una manera de hacerlo es simplemente imaginarte a ti mismo lleno de vitalidad.
Puedes hacerlo ahora mismo, si quieres. Simplemente imagínate que tienes una fuente de energía infinita dentro de ti, y que esta energía se irradia hacia todas tus células y todos tus músculos. Imagínate también que todo tu cuerpo está lleno de fuerza y vitalidad. Verás como enseguida tu energía aumenta. Seguramente no tanto como para poder dejar de comer, pero sí que te notarás mejor.
Y practicando, poco a poco, quien sabe si algún día aprenderemos a vivir exclusivamente de nuestra propia energía. Y aunque no lo consigamos, conectar con esta energía de forma habitual como parte de nuestra “dieta” es muy positivo, porque es la energía más pura que hay. Es una energía que viene directa de la fuente sin pasar por ningún filtro.
El Segundo Tipo de Alimentación Disponible: La Energía del Universo
Todos los seres vivos tenemos una fuente de energía ilimitada en nuestro interior, porque todos somos parte inseparable de Dios. Pero hay muy pocos que sean capaces de acceder a ella. La mayoría estamos desconectados, en menor o mayor grado, de nuestra esencia divina, y esto nos obliga a obtener energía de alguna fuente externa.
La primera manera de hacerlo es simplemente cogiendo la energía del universo.
Todas las partículas del universo tienen energía, y esto quiere decir que todo el universo está lleno de energía. La energía es la esencia del universo, así que estamos rodeados de energía por todas partes. Cualquier punto del espacio tiene energía.
Y si queremos, podemos dejar que esta energía penetre dentro de nosotros y nos nutra.
¿Cómo lo podemos hacer?
Una manera muy sencilla es simplemente imaginarte que la energía que te rodea entra dentro de ti y alimenta tu cuerpo. Hay gente que lo hace imaginándose que la energía del Cielo y de la Tierra entra por los diferentes chakras, pero se puede hacer como quieras. Lo más importante es sentir la energía que nos rodea, y imaginarnos que entra dentro de nuestro cuerpo y que nutre todas nuestras células.
Esta es una fuente de energía un poco menos pura que la de nuestro interior, porque es una energía externa que ha pasado por un filtro que no somos nosotros, pero es mucho más pura que las otras alternativas que comentaremos después.
Al igual que antes, es muy difícil hacer que esta sea nuestra fuente principal de energía (yo no conozco a nadie que lo haya conseguido), pero es interesante tenerla en cuenta e ir practicando con ella para ver cómo nos sentimos.
Si te gusta, la puedes utilizar como un suplemento alimenticio. Es muy sano y barato
El Sol
Las dos primeras fuentes de energía que hemos comentado son fuentes “no físicas”, en el sentido de que no se encuentran en el plano material donde vivimos nosotros. Y esto hace que nos resulte un poco difícil acceder a ellas. Vivimos en un mundo físico, y nos resulta mucho más fácil interactuar con cosas físicas.
Esto no nos pasa sólo a nosotros, hay muchos otros seres vivos en la misma situación. Y todos los seres vivos que no somos capaces de aprovechar las fuentes de energía “no materiales”, tenemos que extraer energía de alguna fuente que sí que se encuentre en el plano físico de la existencia.
Y, en nuestro planeta, la primera fuente de energía que cumple estas características es el Sol.
¿Sabes qué es el Sol? Es un ser vivo que es capaz de acceder a la energía del universo y proyectarla en el plano físico. Es como un transformador: transforma la energía no física en energía física. Y lo hace para que todos los seres vivos que no sabemos extraer energía directamente del universo la podamos aprovechar.
La energía del Sol es menos pura que la de nuestro interior y que la del universo, porque ya ha sido procesada por otro ser vivo, pero aún así es una energía muy bonita y sana. Está llena de amor. El Sol, libremente, nos ofrece su energía para que la cojamos si queremos.
¿Cómo acceder a la energía del Sol?
Es perfectamente posible vivir de la energía del Sol. Es lo que hacen las plantas, por ejemplo. Y nosotros mismos también tomamos energía del Sol, lo que pasa es que sólo una parte de toda la energía que necesitamos.
Yo mismo, durante un tiempo probé el sungazing, una técnica que consiste en mirar el Sol directamente. Pero es complicado a nivel logístico (hay que mirar la salida o la puesta del Sol) y me daba un poco de miedo esto de mirar el Sol, así que lo acabé dejando. Quizás algún día lo vuelvo a probar, pero de momento todavía no sé por mí mismo si esta práctica realmente funciona. Pero la intuición me dice que, bien hecha, es muy posible que sí. Y seguiré investigando sobre el tema.
Lo que sí podemos hacer fácilmente es dedicar unos minutos al día a tomar el Sol. Cada vez más expertos en salud recomiendan esta práctica. Es una manera sencilla, barata y segura de mejorar nuestra salud y cargar las pilas.
Las Plantas
A partir de aquí, todos los seres vivos que no son capaces de vivir exclusivamente de la energía de su interior, del universo o del Sol, lo que hacen es coger la energía de algún ser vivo que sí lo sepa hacer. Es lo que hacemos cuando comemos: quitarle la energía a otro ser vivo.
Lo primero que podemos comer son las plantas, y esto es lo que hacen los animales herbívoros. Pero en el fondo, cuando comemos vegetales lo que estamos haciendo es alimentarnos de la energía de Dios que ha pasado primero por el universo y después por el Sol. La energía siempre es la misma y siempre sale del mismo lugar. Lo que pasa es que según de dónde la obtengamos, es una energía en un estado cada vez menos puro, porque ha pasado por diferentes seres vivos que la han transformado.
Además, comer plantas tiene un inconveniente añadido: cuando nos comemos una planta (que es un ser vivo), le estamos causando un cierto sufrimiento, e incluso la muerte. Y esto hace que la energía que obtenemos sea aún menos pura porque queda impregnada de un cierto dolor.
En este sentido, hay diferencia entre comer frutos, como una manzana o un tomate, y comer plantas enteras, como una lechuga o una col. Porque si cogemos una manzana, el sufrimiento que le causamos al árbol es pequeño; en cambio, cuando nos comemos una lechuga la matamos.
Este es uno de los muchos motivos por los que, dentro de las fuentes de energía que implican comer, la fruta es uno de los alimentos más adecuados desde el punto de vista espiritual. Es un tema que me gustaría tratar con más profundidad más adelante, pero mientras tengamos que comer, la fruta es una de las mejores opciones que podemos elegir si queremos mantener nuestro espíritu lo más puro posible.
Los Herbívoros
Por último, los seres vivos que no saben obtener energía de su interior, ni del universo, ni del Sol, ni de las plantas, lo que hacen es comer herbívoros.
Esta es la fuente de energía menos pura de todas, porque ha pasado por muchos seres vivos que la han procesado. Además, siempre implica la muerte del animal que nos comemos, así que este tipo de alimentación siempre tiene un gran dolor asociado; mucho más que si comemos plantas.
Fíjate también que, de momento, casi ningún ser vivo come carnívoros. Técnicamente es posible, pero sería un nivel de pureza aún más bajo.
El Camino Hacia Tipos de Alimentación Más Puros
Haciendo un repaso de los diferentes tipos de alimentación, vemos que la energía siempre sale del mismo lugar: de la fuente divina que todos los seres vivos tenemos dentro de nosotros. Lo que pasa es que la mayoría de nosotros estamos bastante desconectados de esta fuente, por lo que necesitamos fuentes externas de energía. Estas fuentes pueden ser el universo, el Sol, las plantas y los animales herbívoros. Cuanto más cerca de la fuente original se encuentre la fuente de donde obtenemos la energía, más pura será. Y cuanto más lejos, menos pura.
Como ya habrás observado, los seres humanos nos encontramos bastante abajo en este esquema alimentario, ya que nos alimentamos básicamente de plantas y herbívoros. Esto nos da una idea del nivel evolutivo espiritual donde nos encontramos.
Pero el hecho de que cada vez haya más gente vegetariana, y también más gente que empiece a interesarse en cómo obtener energía del Sol, también es un indicador de cómo estamos creciendo. Seguramente, dentro de unas décadas nadie comerá carne. Y después de unas décadas más (o quizás algunos siglos), quizás nadie comerá ni carne ni plantas.
Sin embargo, esto no significa que comer carne y plantas sea malo. Todo tiene un sentido en esta vida, y todo está bien. Lo que sí es cierto es que la fuente de energía que utilizamos influye en nuestro espíritu, y cuanto más pura sea esta fuente, más cerca de nuestra esencia divina nos sentiremos.
No es algo para cambiar en dos días, ni mucho menos, pero sí que está bien ir pensando en ello. Forma parte de nuestro crecimiento y de nuestra evolución.
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