Cuando entiendes que nada de lo que te rodea te pertenece.
Cuando aceptas que nada es duradero.
Cuando asimilas que lo único duradero realmente es el cambio.
Cuando amas sin esperar nada de vuelta. Cuando dejas ir con la aceptación que todo tiene un tiempo que cumplir.
Cuando desde adentro trabajas para cambiar el mundo. Cuando danzas al compás que te dicta el Universo.
Cuando vas por tu camino sin observar el camino de otros. Cuando observas lo que piensas. Cuando sabes que el equilibrio es una perfección efímera y La Armonía es siempre perfecta.
Entonces es cuando podemos llamarnos Guerreros Pacíficos, de los que luchan en silencio cada día para mejorarse asi mismos, sabiendo que se está en el camino correcto para alcanzar el Satori.
Sólo un verdadero guerrero no impone a otros su camino, solo lo sigue sabiendo lo que es correcto sin demostrar nada hacia afuera.
Para el Guerrero Pacífico, cada día es un nuevo reto, un reto divino de aprendizaje, de autodisciplina y autocorrección.
D/A
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