Si hay algo fácil en este planeta es caer presos del ego y vivir bajo la esclavitud del odio y el resentimiento. Cualquier mirada, cualquier palabra o –lo más común– cualquier interpretación de tus gestos o dichos puede desencadenar una guerra de proporciones…
Los sentimientos, para bien o para mal, pueden convertirse en cárceles y así como quedas preso de un enamoramiento, también puedes encadenarte a la rabia o el resentimiento por eso que dijo o no dijo, porque no te miró, por como te miró, porque no te saludó, porque dijo esto o aquello de ti… etc.
El alma está siempre serena y abierta a las experiencias que la vida le tiene que mostrar, pero el ego vive encerrado en un pequeño cubículo de ideas acerca de lo que desea recibir de los demás. Un ego contento recibe muchas atenciones… y si es ignorado se volverá un ego triste o –mucho peor– un ego resentido y que buscará las formas de salir para expresar la furia que lleva dentro.
Por eso vemos a tanta gente malhumorada, quejándose y despotricando contra el gobierno, los políticos, la policía, el sistema, la educación, los medio de comunicación, el vecino, la comadre, los hijos, etc. Otros quedan presos en sus cárceles de odio y van con los dientes apretados mascullando su envidia por los que les superan y su rencor por todos aquellos que le han causado un daño ya sea real o imaginario y cierran sus corazones a los demás impidiendo la entrada a todas las formas de amor.
Estas cárceles siempre son opcionales ya que eres tú quien elige todos los días vivir la vida desde el alma o desde el ego.
Vivir desde el alma te hace libre y permite que expreses tu verdadero SER que es siempre tolerante y comprensivo, vive en unidad con el TODO por lo que se siente tan parte de este Universo como tú…
No debes olvidar que eres tú quien crea su propia realidad en todo momento y la vas manifestando desde dentro, con pensamientos y emociones. Si vibras en antipatías y rencores difícilmente podrás salir de tu propia cárcel.
Recuerda que las puertas del corazón solo se pueden abrir desde adentro y por más que lo intenten desde afuera, solo tú tienes la llave y puedes permitir la apertura de tu corazón para recibir del Universo y de los otros seres del planeta todo lo que tiene para brindarte… Abrirse es como recibir el aire de la mañana… es un baño de brisa fresca que te renueva y te libera…
¿Qué eliges tú? ¿Seguir en tu cárcel o liberarte? ¿Vivir desde el alma o desde el ego?
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