Según el yoga existen cinco fuentes primarias de energía: el alimento adecuado, la respiración correcta, el descanso consciente, el sueño profundo, el pensamiento positivo y la meditación. También podemos contemplar una sexta fuente de energía que sería el ejercicio físico óptimo.
Somos energía y funcionamos con energía.
La vida se da en nosotros gracias a una energía sutil entre lo más sutil denominada Prana que lo impregna todo y que accede a nosotros primariamente por la luz del sol, el agua, los alimentos y el aire que respiramos, y que secundariamente podemos expandir y amplificar mediante técnicas como la meditación, la relajación consciente y los asanas, entre otras, y hábitos ligados a la rutina diaria, siendo el más importante, qué, cuando, por qué y cómo comemos.
Cada uno de nuestros tejidos, órganos, pensamientos y emociones se construyen de Prana; nuestro cuerpo es alimento (annamaya kosha) lo primero, de ahí la importancia de profundizar en la nutrición correcta .
Cuando existe identificación continua con nuestros pensamientos y estos son de índole negativa, plagados de condicionamientos insanos, miedos, resistencias y avidez, las emociones que nos embargan continuamente son mayoritariamente ingratas y llenas de ansiedad, y todos podemos comprobar qué fuga de energía tan grande constituyen. Aunque estuviéramos en una exótica playa tumbados bajo el sol, como la mente esté enredada en su dualidad, en enfoques incorrectos y dependencias, el nivel de Prana bajará tanto que el agotamiento no tardará en aparecer. Por eso es tan importante parar la mente, descansarla, y más aún reorganizarla y desarrollar en grado último la consciencia y la visión clara.
Es ahí donde entran las técnicas de descanso consciente, meditación y el propio pranayama, que a través del control de la energía vital por medio de la respiración conseguirá aumentar el reservorio energético disponible y posibilitar que nazca en la mente un espacio de sosiego y silencio, que mejorará con mucho la práctica de la meditación.
El pranayama -que significa expansión de la energía vital- es un conjunto de técnicas que, al alargar y suspender la respiración, dirigiendo la energía a partes concretas de nuestro organismo, no solo seda el Sistema Nervioso Central reduciendo la ansiedad, sino que nos puede proveer de una mayor energía necesaria para acometer nuestras actividades cotidianas y llegar a la noche sin sensación de cansancio.
Fuentes interdependientes
Todas las fuentes de energía están entrelazadas entre sí, son interdependientes: cuidar una significa tener un efecto en otra; de hecho, el resultado más inmediato de cuidar la alimentación, la respiración y la mente aquietándola, purificándola para que florezcan las impresiones mentales positivas, será obtener un sueño profundo sin ensueños, de gran calidad que no implica cantidad, y del cual a la mañana siguiente obtendremos una sensación de vigor y de gran energía.
Mucha gente se queja de cansancio, incluso desde primera hora de la mañana. Parece que el origen de nuestra fatiga sea una cuestión externa a nosotros, pero no es así; somos los únicos responsables. Cambiando nuestros hábitos, sencillas pautas y técnicas, podemos con mucho mejorar nuestro cuerpo y nuestra mente, obtener vitalidad, prevenir la enfermedad, y mejorar en nuestro desarrollo integral.
Violeta Arribas
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