« ¡Dame la enhorabuena!»
« ¿Por qué ?»
«Porque al fin he encontrado un trabajo que ofrece unas excelentes perspectivas de ascenso».
El Maestro dijo en tono pesimista: «Ayer eras un sonámbulo, y hoy sigues siéndolo. Y lo serás hasta el día en que te mueras. ¿De qué ascenso hablas?»
«Hablo de un ascenso económico, no de un ascenso espiritual. . . »
«Ya veo. . . un sonámbulo con una cuenta corriente que no es capaz de disfrutar por no estar despierto».
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