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viernes, septiembre 14, 2018

5 razones científicas para empezar a meditar

A medida que nuestras preocupaciones crecen, la necesidad de desconectar también suele hacerlo. Es en estos instantes cuando la meditación cobra más valor. Por ello, vamos a analizar algunas razones científicas para iniciarnos en esta práctica mentalmente descongestionante.

 
 
Son numerosos los testimonios que hablan de sus beneficios, dando forma a una muestra lo suficientemente representativa para que esta práctica merezca nuestra atención. Así, como hemos señalado, puede ser útil para alejar el foco atencional de los problemas, pero también lo puede ser para conocernos mejor. Veamos algunas razones de peso para empezar a meditar.
“Solo cuando eres extremadamente flexible y suave puedes ser extremadamente duro y fuerte”.
-Proverbio budista-
 
1. Beneficios de la meditación en el plano físico

Para empezar, la meditación es una práctica con importantes beneficios a nivel físico. A través de su práctica, podremos mejorar la fortaleza de nuestro sistema inmunitario. Además, nos ayudará a atenuar la intensidad del dolor después de una lesión. Finalmente, practicar la meditación con frecuencia nos permitirá reducir la inflamación a nivel celular, con un importante beneficio para nuestro bienestar.

2. Beneficios de la meditación a nivel emocional

En lo relacionado con nuestras emociones, la meditación resalta la huella de nuestras emociones positivas al generar un estado de calma, protegiéndonos contra la depresión. Por otro lado, otras de las razones científicas por las que empezar a meditar es su poder como barrera frente a la ansiedad.

Los beneficios de la meditación en lo relacionado con nuestras emociones se extienden a nuestra capacidad de autocontrol. Esto se debe a que es una práctica muy relacionada con la introspección, lo que nos ayudará a conocernos mejor.
 
3. Beneficios de la meditación en lo relacionado con la vida social

Aunque sean dos elementos que no parezcan tener relación, la meditación puede ayudarnos a mejorar nuestra vida social. Esta práctica tiene fama de ser muy solitaria. Sin embargo, la meditación puede practicarse en grupo sin ningún problema. De hecho, así conseguimos exprimir al máximo la experiencia.

La conexión que conseguimos al practicar la meditación con otras personas nos permitirá establecer lazos de amistad sólidos, compartir un momento íntimo y unos gustos similares. Por otro lado, meditar en grupo nos ayudará a no sentirnos solos.
Empezar a meditar con otras personas favorece la creación de lazos de amistad sólidos.
 
4. Beneficios de la meditación en las funciones cerebrales

Practicar la meditación con frecuencia puede llegar a aumentar nuestra cantidad de materia gris, especialmente en las zonas del cerebro relacionadas con las emociones y con el autocontrol. Esto, a su vez, se relaciona directamente con los beneficios mencionados en el apartado anterior.
 
5. Beneficios en cuanto a la productividad

La meditación puede ayudarnos a mejorar nuestra capacidad para sostener y dirigir la atención, gracias a que nos permite librarnos del estrés acumulado. Además, este beneficio aumentará nuestra capacidad para con concentrarnos, retrasando al acumulación de fatiga y haciendo menos atractivos a los distractores.

Además, y aunque no sea lo más recomendable, seremos mejores trabajando en modo multitarea, así como en tareas en la que entran en juego la memoria a corto y a largo plazo. En definitiva, la meditación aumentará nuestro grado de control sobre los procesos mentales, ganando agilidad en los mismos.

Los mitos sobre la meditación

Finalmente, vamos a dar un repaso a los mitos sobre la meditación, de forma que podamos desmentir algunos de ellos y podamos empezar a meditar. En primer lugar, al contrario de lo que muchas personas piensan, la meditación no consiste en dejar simplemente la mente en blanco. De hecho, cuando meditamos, esto es exactamente lo contrario de lo que ocurre. Esta práctica se basa en dejar fluir todos nuestros pensamientos, sin detenernos ni centrar nuestra atención en ninguno de ellos.

Por otro lado, podemos adoptar varias posturas para meditar: lo importante es que sea cómoda. No es necesario mantenerse en la posición de loto, sino que bastará con cualquier postura en la que no generemos un nivel alto de tensión muscular. Por otro lado, tampoco hay que dejar que nuestro nivel de activación decaiga tanto que nos quedemos dormidos.

Finalmente, la meditación es una práctica que se puede realizar alejada del marco budista o hinduista. De hecho, para disfrutar de sus beneficios no es necesario practicarla en el marco de ninguna religión o filosofía.

¿Estás preparado para empezar a meditar?

María Hoyos

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