Las personas resistentes emocionalmente, resilientes saben gestionar las tensiones de manera más eficaz y se recuperan más rápidamente de los retos y las crisis que puedan surgir. Pero, ¿qué hacen estas personas emocionalmente fuertes para ser más eficaces en el manejo del estrés? La respuesta reside en lo que se conoce como resilencia emocional.
La resilencia emocional es la capacidad para adaptarse a situaciones de estrés o crisis. Las personas más resilientes son capaces de adaptarse a la adversidad. Las personas resilientes son capaces de gestionar el estrés provocado por los cambios de vida, tanto si son grandes como si tienen una menor trascendencia.
De hecho, se ha encontrado que las personas que son capaces de superar mejor momentos de tensión cortos y poco intensos habitualmente también pueden gestionar grandes crisis con mayor facilidad. Esto implica que ser resilientes en el día a día desarrolla habilidades para afrontar grandes problemas y catástrofes.
¿Qué influye en la resiliencia emocional?
Hasta cierto punto, la resislencia emocional y física es algo innato, pero también es una habilidad que se puede desarrollar. Por naturaleza, algunas personas se muestran menos molestas ante los cambios y son capaces de encajar mejor los golpes. Esta capacidad puede observarse desde la infancia y tiende a ser estable a lo largo de los años.
La resiliencia emocional también está relacionada con algunos factores que no están bajo nuestro control como la edad, el sexo y la exposición a los traumas. Sin embargo, la resiliencia se puede desarrollar con un poco de esfuerzo.
Rasgos de resiliencia emocional
La resiliencia no es una cualidad estanca, sino que existen diversos grados relativos a cómo una persona es capaz de manejar el estrés. Sin embargo, las personas resilientes comparten ciertas características. Las principales son las siguientes:
- Conciencia emocional: las personas resilientes tienen conciencia emocional, entienden lo que están sintiendo y por qué. También entienden mejor los sentimientos de los demás mejor, ya que están más en contacto con su propia vida interior.
- Perseverancia: tanto si les mueve una motivación intrínseca como extrínseca, las personas resilientes están orientadas a la acción, confían en el proceso y no se rinden.
- Locus de control interno: las personas resilientes confían en el control de su propia vida en lugar de creer que fuerzas externas controlan su existencia. Este rasgo se asocia con menos estrés porque las personas con un locus de control interno y una vista realista del mundo pueden ser más proactivas en el tratamiento de los factores de estrés, están más orientadas a buscar y aplicar soluciones y a sentir una mayor sensación de control.
- Perspectiva: las personas resilientes son capaces de reconocer de sus errores y aprender de ellos, de ver los obstáculos como retos y de permitir que la adversidad les haga más fuertes. También pueden encontrar un sentido a desafíos de la vida en lugar de verse a sí mismos como víctimas.
- Apoyo: las personas resilientes tienden a ser individuos fuertes, que saben el valor del apoyo social y son capaces de rodearse de amigos y familiares comprensivos.
- Optimismo: las personas resilientes son capaces de ver las cosas desde una perspectiva positivas y creen en sus propias fuerzas. Esto puede cambiar la forma en que manejan los problemas, alejando el victimismo.
- Sentido del humor: las personas resilientes son capaces de recuperarse emocionalmente e incluso de reírse de las dificultades de la vida. Esto puede ser una gran ventaja, ya que cambia su perspectiva, pasando de ver las circunstancias como una amenaza a verlas como un desafío. Esto altera la forma en que el cuerpo reacciona al estrés.
Cómo ser más resilientes
La resiliencia emocional puede ser desarrollada. De hecho, tenemos multitud de ocasiones todos los días para practicar. Todo lo que necesita es mostrar interés por ser más resiliente y comprometerte con el proceso. Aunque no es fácil ni rápido, las siguientes ideas te ayudarán a desarrollar tu resiliencia y a fortalecerte emocionalmente.
- Sé flexible, hacia ti mismo y hace los demás. Las personas resilientes son capaces de ajustar sus objetivos y encontrar formas de adaptarse.
- Aprender una lección de todas tus experiencias. Las personas resilientes son capaces de aprender siempre algo, convirtiendo cada dificultad en una oportunidad para crecer.
- Toma acción. No te conformes con pensar en lo que es mejor o en lo que podrías hacer y da el paso. Las personas resilientes trabajan en la solución de un problema en lugar de dejarse paralizar por la negatividad.
- Cultiva tus relaciones con los demás. De esa manera tendrás en quién apoyarte cuando estés pasando un mal momento y te sentirás más cómodo a la hora de aceptar su ayuda.
- Ten una vía de escape. Asegúrate de disponer de oportunidades para expresar tus emociones y dejar de lado la tensión.
- Ten un sentido de propósito. Haz cosas que dan sentido a tu vida.
- Cree en ti mismo. Reconoce tus fortalezas y desarrolla tus habilidades.
- Cultiva el buen humor. Esfúerzate por estar de buen humor, incluso en los momentos difíciles. Recuerda que la risa alivia el estrés, te ayudará a mantener las cosas bajo control y mantener una actitud más optimista.
Eva Maria Rodríguez
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