Por Claudio Alvarez-Dunn *
Todos somos energía en movimiento y estamos conectados a una matriz divina que nos une en un todo que llamamos universo. Este concepto de la física cuántica nos invita a visualizar esa matriz como nuestro mundo y a nosotros como los artistas que expresan en él sus pasiones, temores, sueños y deseos más profundos. Según el decir de Gregg Braden nosotros somos el lienzo y también las imágenes; somos las pinturas y también los pinceles, somos el puente entre las creaciones y también el espejo que las refleja.
Los chinos hablan desde hace miles de años de meridianos en el cuerpo por donde corre esa energía o chi. De allí que haya disciplinas dedicadas a alinear esas fuentes de energías en el cuerpo humano, como el Tai Chi, el Chi Kung, el Reiki y la Yoga, por nombrar algunas. Pero, siguiendo el principio de como es arriba es abajo, la Madre Tierra (que también es conocida como Gaia, Terra o el planeta azul) tiene asimismo sus propios los meridianos los cuales se llaman Líneas Ley.
Sobre estas líneas ley se asientan muchas veces antiguos monumentos y en muchas partes del mundo, como Irlanda, Escocia, Inglaterra, México o Perú, los conquistadores establecieron sus iglesias para cancelar el antiguo conocimiento ancestral y obligar a los habitantes de esa zona a adorar allí a los nuevos dioses.
Estas alineaciones energéticas sirven, además para guiar a las aves y a muchos otros animales en su emigración como un sistema de navegación, cosa que los antiguos humanos también usaban para facilitar sus caminatas por tierra en los tiempos neolíticos.
Algunas teorías espirituales y místicas identifican estas alineaciones sobre el terreno con el concepto chino del feng shui sobre esta red mística de energía o Líneas Ley.
El posible origen de estas fuentes energéticas o vortex también está asociado a la Geometría Sagrada y a la rejilla crística cristalina que rodea la Tierra. Se señala que estas energías (una en la Tierra y otra en la ionosfera) son las paredes del holograma que nos sostiene en la tercera dimensión.
Recientemente, algunos expertos en energía han advertido que el “fracking” es una forma de destrucción de las Líneas Ley.
El origen de la Líneas Ley
La leyenda de estas líneas de poder se remonta a Irlanda, donde los druidas (antes de ser perseguidos y eliminados por el Imperio Romano y la Corona Británica) sostenían que esta energía se desliza como una serpiente a través del suelo en forma de corrientes telúricas y que son vías espirituales que recubren todo el planeta.
Los druidas creían también que estas energías nacían del tránsito acuífero de los subsuelos o de las grietas de los terrenos que entraban en fricción, al igual que de los magmas subterráneos del planeta. Así pues en la creencia druida; estas energías serían la manifestación misma de la vida sobre la tierra y el origen de su fertilidad.
Algunos de los lugares sagrados asociados con las Líneas Ley son la colina de Tara en Irlanda, el Glastonbury Tor y la Catedral de Chartres, erigida sobre un antiguo bosque sagrado de los celtas galos (el bosque de los carnutes).
De igual modo los druidas creían que estas energías cruzaban los cielos y el interior de la tierra, a modo de cauces energéticos que, en ciertos parajes concretos, daban una condición específicamente benéfica a la acción de las corrientes telúricas del subsuelo, y creaban allí un lugar privilegiado, que los druidas marcaban mediante menhires o dolmenes.
Posteriormente estos lugares se convirtieron en centros rituales y ceremoniales, donde para acrecentar o favorecer esas manifestaciones energéticas, se danzaba y se realizaban invocaciones a la Madre Tierra. Así la creencia era que estos lugares estaban favorecidos por la Madre-Naturaleza, y las aguas subterráneas simbolizadas por Dana, la Diosa primigenia, otorgadora de la Vida, y por la Serpiente Cósmica, quien paría el huevo cósmico, repleto de nueva Vida y Energía.
Así pues los druidas se consideraban a sí mismos como Hijos de la Serpiente cósmica, (Naddred, Adder) los cuales en sus creencias se dirigían a estas zonas de poder para recibir los beneficios físicos y espirituales en estos espacios. Era ahí donde los celtas rendían culto a la Diosa-Tierra y demás entidades divinas que albergan las fuentes, lagos, ríos o manantiales, todo lo cual fue considerado pagano y eliminado por la iglesia tras la llegada de San Patricio.
La visión holística de una sola energía
Ahora, al entender esta esta visión holística, debemos abrir nuestra mente para analizar y entender al ser humano en su totalidad: como un cuerpo, la mente y el espíritu unido en energía con la corriente de la Tierra.
Por lo tanto, muchas veces un dolor físico podría corresponder a un bloqueo de la energía en nuestros de cuerpos sutiles, o podría estar asociado a un pensamiento que nos aqueja o a una situación estresante en nuestro ambiente familiar o laboral.
Para encontrar la respuesta correcta debemos permitirnos reconocer nuestra parte energética y encontrar la divinidad dentro de nosotros mismos que nos permita el gozo de entender que somos parte del Todo.
Los pensamientos que uno crea afectan tanto nuestra realidad como la del mundo entero, influenciando de ese modo las acciones directas a partir de los pensamientos no sólo del individuo en cuestión sino del Universo en su totalidad.
Por lo tanto, es sumamente importante que cada uno de nosotros reconozca la Divinidad de nuestros propios procesos de pensamiento de tal manera que podamos crear la mayor cantidad de armonía, paz y gozo dentro de nuestra propia esfera, y al hacerlo influenciar entonces a las personas con las que uno vibra, enviando además, las buenas energías de nuestra conciencia a todos los que habitan más allá de esta puerta cósmica.
Este ejercicio se hace al entrar en contacto con nuestra Divinidad en el espacio sagrado de nuestro corazón, pues sólo allí encontraremos la puerta con el espacio universal donde Todos Somos Uno.
En tu próxima meditación, oración o cualquiera que sea tu forma de hablar con Dios o con el espíritu de la Creación, conecta tu energía con el amor de la Madre Tierra en tu corazón y luego con tu intención une esa conexión con el amor del Padre Cielo, así pues la Divina Trinidad emergerá en tu corazón y tendrás una experiencia más profunda.
Hasta la próxima y que tengas un buen viaje hacia tu interior.
AUTOR: Claudio Alvarez-Dunn , redactor de la gran familia de hermandadblanca.org
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