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jueves, abril 30, 2015

El tiempo lo cura todo, pero hay que permitirle que lo haga

“Nos resultaría más fácil olvidar las cosas dolorosas si no insistiéramos tanto en recordarlas.”

En mi opinión, nos cuesta olvidar algunas cosas –sobre todo las cosas que creemos que hemos hecho mal- porque, de un modo inconsciente, al hacerlo así nos seguimos castigando con la rememoración dolorosa del motivo de nuestro reconcomio, y como un modo de persistir en una condena infinita y no terminar de perdonarnos nunca. (Tan injustos llegamos a ser…)
Y si no es ésta, no sé qué otra explicación puede haber para seguir redundando, una y otra vez, y machacándonos con perversa alevosía, en una flagelación mental que puede acabar pasándonos factura en forma de somatización.
No es consistente la razón que algunos creen haber encontrado cuando dicen que insisten en el recuerdo para que no se les olvide, y que se lo repiten como una lección que tienen que aprender grabándosela con hierros al rojo vivo.
Muy injusto.
Se puede aprender la lección, y con mejores resultados, si se hace con amor en vez de con dolor. Antes se decía: “la letra con sangre entra”, pero también entra con amor, y entra mejor.
Todos –y afirmo bien- hemos podido comprobar en alguna ocasión cómo el paso del tiempo va limando las aristas, va menguando la carga onerosa de algunas cosas que en su momento nos parecieron muy dificultosas o trascendentales, cómo se va restando la importancia de aquello que parecía tan importante, y cómo se va apaciguando la furia.

Incluso todos –y otra vez afirmo bien- nos hemos podido ver con una leve sonrisa –de compasión o de arrepentimiento- al recordar hoy, una vez que ha pasado el tiempo, que aquello que nos parecía tan grave no lo era tanto, que en una ocasión nos acaloramos en exceso, o que teníamos que haber corrido a abrazar al otro en vez de seguir empeñados en un enfurruñamiento que acrecentó la distancia y enfrió los corazones… cada uno tiene su historia y su motivo para haber podido comprobar qué bueno es eso de “contar hasta cien antes de…”, qué adecuado es no sacar conclusiones precipitadas, qué bien está  ponerse en la piel del otro y en sus circunstancias para comprender su actitud, cuánto de bueno es no permitirle al ego que se inmiscuya en asuntos personales…
Se dice que el paso del tiempo embellece el pasado, pero, en realidad, no es el tiempo, ni su paso, sino que es uno mismo quien va siendo cada vez un poco más comprensivo con la vida y consigo mismo, y si uno tiene una conciencia sensata y justa, y si uno reflexiona de vez en cuando y observa con honestidad ciertos hechos del pasado, comprende que el arrebato descontrolado en unas ocasiones, o la falta de conocimiento para tomar ciertas decisiones, hacen que más adelante nos demos cuenta de que no estamos del todo satisfechos con algún hecho del pasado y que, ahora, sí seamos capaces de tasarlo en su justa medida y situarlo en el sitio correcto que le corresponde.
Hay que permitir que el paso del tiempo –o sea, el Crecimiento de uno mismo-, cicatrice las heridas.
Es conveniente porque eso nos permite estar en paz, y la paz, para instalarse, necesita que no se tengan guerras a medias, ni odios enquistados, ni la rabia en continua efervescencia.
Ya está.

Pasó.
Si es posible, evitar que vuelva a suceder eso mismo en el futuro.
Si es posible, repararlo, ahora, hoy, antes de que no haya oportunidad, y para no seguir con una conciencia inquieta que nos reclama remediar lo que le molesta.
Hay que vivir en el presente.
Volver al pasado para seguir con la guerra, o traer el pasado a este presente para seguir en lucha contra nosotros mismos, en insensato.
Hay que poner el bálsamo del amor sobre las heridas para que cicatricen.
Hay que perdonarse.
O sea, aceptarse.
Hay que vivir en el presente en vez de quedarse incrustados en la parte del pasado que no nos gusta.
Hay  que dejar que el pasado sea pasado.
Es más sensato no oponerse a que se diluyan los “errores” y los motivos de arrepentimiento, a que se deshaga la tristeza que nos secuestra las sonrisas, a que se disuelvan los nubarrones negros o que llueva hasta empaparnos y purificarnos.
Es más razonable no obstinarse en anclarse a un estado triste y permitir que el presente sea tan natural y fresco como tiene que ser, y que el futuro esperanzado se anime a presentarse. Otro futuro.
Y, claro, por supuesto, todo esto depende de ti.
Tú decides.
Te dejo con tus reflexiones…

Francisco de Sales

miércoles, abril 29, 2015

¿Me dejo vivir como quiero vivir?

(Si la respuesta es afirmativa, no es necesario que sigas leyendo)
Vaya… sigues leyendo… Bienvenido al club donde está afiliada prácticamente la totalidad de la Humanidad.

En mi opinión, nos pasamos gran parte de nuestra vida sin ser conscientes de ella.
Hacemos cosas sin saber por qué, obedecemos órdenes que no sabemos quién nos ha dado, desatendemos la vida, la empleamos en pasatiempos y matarratos, la pasamos enfadados o refunfuñando, nos distraemos con inutilidades, nos preocupamos por nimiedades, o nos ocupamos en cosas que no merecen nuestra atención y menos aún el derroche de vida que nos exigen.
Visto desde un punto de vista contable, es un desastre.
Lo malo de ello es el desorbitado precio que pagamos por ello: la pérdida inexorable de nuestra irrepetible vida.
Cada segundo perdido es único. Y lo que es peor: irrecuperable.
En general, no le damos a la vida algo que nos requiere: que la vivamos según nuestro criterio consciente y actualizado.
Así que, tras la pregunta nada fácil y comprometedora del título, uno debería observar sus reacciones, sus inquietudes, la desazón que le provoca, el ímpetu que le nace (y no olvidar que “QUIEN TIENE LA VOLUNTAD TIENE EL PODER”), o bien si aparece y se consolida un compromiso, si la claridad de la respuesta es tan indiscutible que uno siente la necesidad de poner en marchar un nuevo Plan de Vida y se deja, a partir de entonces, vivir como quiere.
Sí, ya lo sé, cada persona tiene sus limitaciones y sus circunstancias.
Sí, ya lo sé, cada vida es distinta y cada persona es como es.
Pero ni siquiera esto es excusa o razón suficiente como para no ponerse desde ya, con toda la intensidad que a cada uno le sea posible, a la muy noble y agradecida tarea de vivir como quiera. Aunque eso pueda acarrearnos la incomprensión de los otros, porque –como no me canso de repetir-, el Uno Mismo es -y no el prójimo- nuestra responsabilidad.
Y que nadie se escandalice por adelantado de esta afirmación: el amor y el cuidado de Uno Mismo llevan, irremediablemente, al amor y el cuidado de los otros. Si uno no se ama a sí mismo, no ama a los otros. Lo que hace es darles su compasión, o hacerles un servicio, pero no darles amor.
Quien no tiene amor no puede dar amor, sino un sucedáneo o una imitación.
Esto nos lleva a formularnos de nuevo la pregunta, para ver si ahora resuena de un modo distinto en el corazón: ¿Me dejo vivir a Mí Mismo como quiero?
Lo que, sin duda, nos llevará a otra pregunta: ¿Cómo quiero vivir?
Y en esto no puedo ni debo dar más pistas. Esto es personal, distinto en cada caso, e intransferible.
La búsqueda de la respuesta debe estar presidida por un sentimiento profundo y rotundo de amor propio. Cada uno está hablando de SU Vida –y no del tiempo que va pasando-.
¿Cómo quiero vivir?
Y esperar a que vayan llegando, desde el corazón, las muchas respuestas ciertas que tiene la pregunta.
Y, por supuesto, si uno es sincero y va un poco más allá, eludiendo las respuestas del ego, del comodón que nos habita, o del interesado e insaciable materialista que llevamos dentro.
Respuestas del estilo de: “Bien”, “mejor que ahora”, “nadando en la abundancia”, “en un Palacio”, “teniendo un trabajo mejor pagado”, pueden ser respuestas del ego, del comodón, o del interesado, y no del corazón.
Y sin dejar de ser ciertas –porque no sólo de espiritualidad vive el Ser Humano-, no cubren la necesidad interior de respuesta a la pregunta, que llega aún mucho más lejos y es mucho más profunda. Es conveniente no hacerla desde la persona, sino desde el Ser.
La pregunta se afinaría mucho más con un añadido, aunque adelanto que la hace un poco más complicada de responder, pero la hace rotunda y perfecta. Aquí está: ¿Cómo quiero vivir REALEMENTE AHORA?
Tú verás si te atreves con esta desde un principio o comienzas con la otra, menos impresionante y más accesible.
Y una vez que vayas averiguando, poco a poco, cómo quieres vivir, tendrás que ponerte a completar la pregunta inicial y descubrir por qué no lo haces.
¿Te gustaría hacerlo?
En caso afirmativo…
¿Por qué no lo haces?
¿Cuáles son los impedimentos reales que te lo impiden?
Y, como ya sabes, respetando las dos normas esenciales del Camino: No mentirte jamás y no conformarte nunca con un NO LO SÉ –sí está permitido aplazar, pero poco, la respuesta hasta otro momento-.
Investigarte… escuchar tus emociones… atender a tus reacciones… entenderte… así es como puedes conocerte de verdad.
¿Puedes deshacerte de los impedimentos que no te dejan vivir como quieres?
Por respeto a ti mismo y a tu dignidad, por tu mejor calidad de vida, y por tu paz, sería bueno que averiguaras cómo quieres vivir… y que te lo permitieras.
Te dejo con tus reflexiones…
Francisco de Sales

Amar con libertad

Es común depositar expectativas en la persona con la que iniciamos una relación, pero es importante darnos cuenta de lo que estamos depositando en el otro para evitar la posible desilusión.

Decidir amar con libertad es olvidarnos de la obsesión que nos lleva a estados de desesperación donde el centro de tu vida se enfoca a una persona. No olvidemos que somos seres independientes y por tal motivo el respeto hacia las actividades del compañero es fundamental y prioritario para el crecimiento de la pareja.
Perderse en el otro es sinónimo de codependencia, recuerda que nadie viene a hacerte feliz o a complementarte.
Antes de comenzar una relación de pareja es importante que busques tu propio crecimiento personal y emocional de tal manera que te sientas pleno y satisfecho con tu vida.
Trabaja en todas tus heridas de relaciones anteriores.
Se mas consciente y menos irracional e impulsivo.
Brinda apoyo y entusiasmo.
Aprende a estar solo y disfrutar de tu propia compañía.
Pon atención en personas que aporten bienestar a tu vida.
Recuerda que el amor es un estado que empieza con el buen trato hacia uno mismo.
Autora: Ana Rocha

martes, abril 28, 2015

12 Consejos para aprender a amarse a una misma

He descubierto que sólo hay una cosa que cura todos los problemas, y es: quererse a uno mismo. Cuando la gente comienza a amarse a sí misma, cada día ama más su vida, todo mejora de manera increíble. Se sienten mejor. Consiguen los trabajos que desean. Tienen el dinero que necesitan. Las relaciones positivas mejoran, o las negativas se disuelven y comienzan otras nuevas.
Amarse a uno mismo es una aventura maravillosa, es como aprender a volar. Imagínate que todos tuviéramos el poder de volar a nuestro antojo… ¡Qué emocionante sería! Comencemos a amarnos a nosotros mismos ahora.


12 Consejos para aprender a amarse a uno mismo:
1. Deja la crítica. La crítica nunca cambia nada. Niégate a criticarte a ti mismo. Acéptate tal y como eres. Todo el mundo cambia. Cuando te criticas a ti mismo, tus cambios son negativos. Cuando te apruebas a ti mismo, los cambios son positivos.
2. Perdónate a ti mismo. Deja que el pasado se vaya. Lo hiciste lo mejor que pudiste en el momento en el entendimiento, con la conciencia y el conocimiento que tenías. Ahora estás creciendo y cambiando, y vivirás la vida de manera diferente.
3. No te asustes. Deja de aterrorizarte a ti mismo con tus pensamientos. Es una manera terrible de vivir. Busca una imagen mental que te da placer, y cambia inmediatamente tu pensamiento aterrador por un pensamiento placentero.
4. Se amable, gentil y paciente. Se amable, gentil y paciente contigo mismo a medida que aprendes las nuevas formas de pensar. Date un capricho como lo harías con alguien que realmente amas.
5. Se amable con tu mente. Odiarte a ti mismo sólo es odiar a tus propios pensamientos. No te odies a ti mismo por tener los pensamientos. Sólo cámbialos suave y progresivamente.
6. Felicítate. La crítica rompe el espíritu. La felicitación anima a seguir. Felicítate tanto como sea posible. Di lo bien que lo estás haciendo con cada pequeña cosa.
7. Mantente. Encuentra maneras de apoyarte. Se fuerte para pedir ayuda cuando la necesites. Permite a tus amigos que te ayuden.
8. Se cariñoso con tus patrones negativos. Reconoce que los has creado para satisfacer una necesidad. Ahora estás encontrando formas nuevas y positivas para satisfacer esas necesidades. Así que amorosamente libera los viejos patrones negativos.
9. Cuida tu cuerpo. Aprende sobre nutrición. ¿Qué tipo de combustible necesita tu cuerpo para tener energía y vitalidad óptimas? Aprende sobre el ejercicio. ¿Qué tipo de ejercicio le gusta a tu cuerpo? Aprecia y reverencia el templo en el que vivimos.
10. Haz un trabajo de espejo. Mírate a los ojos con frecuencia en el espejo. Expresa en voz alta este creciente sentimiento de amor que sientes por ti mismo. Perdónate mientras te miras en el espejo. Habla con tus padres mientras te miras en el espejo. Perdónalos, también. Al menos una vez al día, por ejemplo, ” Te quiero, te quiero de verdad!”
11. Quiérete… Hazlo ahora. No esperes hasta que estés bien, o pierdas peso, o consigas un nuevo trabajo, o encuentres una nueva relación. Comienza ahora y hazlo lo mejor que puedas.
12. Diviértete. Acuérdate de las cosas que te hacían feliz de niño. Incorporarlos a tu vida ahora. Encuentra una manera de divertirte con todo lo que haces. Déjate expresar la alegría de vivir. Sonríe. Ríe.
Alégrate, ¡y el universo se alegrará contigo!
por Louise L. Hay

lunes, abril 27, 2015

¡Es ahí, cuando empecé a vivir!

Cuando me di cuenta que la vida no era relativamente ni mala ni buena,
Cuando comprendí que la felicidad no es algo que se busque sino que se crea.
¡Es ahí, cuando empecé a vivir!

Me di cuenta que el tiempo y la distancia sanan heridas, pero sobre todo, el hecho de expresar las emociones en su momento sin quedarnos con menos ni más, suele hacer que vivamos en paz.
Comprendí que las personas en ocasiones lastiman inconscientemente, causan daño y guardamos rencor por todo ello; sanar las heridas no es fácil, perdonar mucho menos, pero contribuye a que tengas un alma llena de bendiciones y una vida llena de plenitud.
Me di cuenta de que mis padres no son perfectos, ellos a su manera me aman y tratan de darme lo mejor siempre; aunque muchas veces me queje de ellos, debo aceptar que mis padres me han hecho lo que soy ahora: una mujer de valores, fortaleza y libertad.
Pero los golpes de la vida me han  hecho un roble, pues he tomado cada caída o error como aprendizajes, no son maravillosos, pero han sacado lo peor y mejor de mí.
Puedo decir que me conozco lo suficiente, sé hasta dónde soy capaz y a pesar de las circunstancias de la vida, no me doy por vencida… soy fuerte, más de lo que pienso. Tengo una serie de cualidades que no dejan de  fluir y estoy aprendiendo.
Aprendí que para conocer la felicidad se debe conocer la tristeza…
Existen series de emociones y sentimientos a lo largo del camino y con ello pintamos nuestras vidas; unas emociones más que otras, dejamos que se encarnen en nosotros, o bien, que tomen las riendas del trayecto.
Comprendí que las heridas, el dolor, todo lo que cause un mal interior, daña todo tu ser. Se trasmite a tu exterior perjudicando tanto a tu persona como a los demás, eso en ocasiones es inevitable pero podemos aminorarlo dejando que no nos afecte tanto, porque todo lo negativo tiene un lado positivo si lo vemos desde una perspectiva diferente. Poner barreras a lo negativo y dejar fluir lo positivo…
Estoy aprendiendo de la felicidad ya que por mucho tiempo estuve viviendo a la sombras de la soledad, debo decir que no todo es risa ni encanto pero trato de vivir como una adulta, divertirme y disfrutar como niña los momentos llenos de armonía y amor…
Y claro que hay tristeza, pero todo tiene solución… los sentimientos y emociones son pimientos que le dan sabor a la vida, pero siempre con cierta medida.

domingo, abril 26, 2015

10 secretos para eliminar karma negativo


1.-Aprende a guardar silencio en los momentos de mayores turbulencias.
2.-Evita juzgar a las demás personas.
3.-Enfoca tu atención sobre las cosas que más te agradan.
4.-Mantente quieto, es en vano luchar (recuerda que sólo es una prueba).
5.-Ten esperanza, lo que parece real es sólo un mal pensamiento producto de tu imaginación. ¡Cámbialo!
6.-Perdona, suelta, y libera.
7.-Habla siempre en positivo.
8.-Medita por lo menos dos veces al día. (5 minutos sería muy buen comienzo).
9.-Visualiza situaciones agradables para ti y todos tus seres queridos.
10.-Otorga Amor sin importar lo que recibas.
Ejercicio limpieza kármica:
Un ejercicio que puedes hacer para hacer una limpieza kármica es hacer una pequeña meditación.
Te pones en un lugar cómodo, con la columna vertebral recta, sentado o acostado y después de hacer unas cuantas respiraciones profundas, lentas y pausadas.
Imaginas que una luz de color violeta (transmutación) entra por tu cabeza y recorre todo tu cuerpo lentamente, llenándolo de luz por completo. Ahora puedes hacer una limpieza pasando esta luz por cada uno de tus chakras comenzando por el base y siguiendo un movimiento lento y ascendente hasta llegar al de la coronilla.
Imagínate envuelto en una burbuja de luz de color violeta, sintiendo cómo lo negativo se va transformando en la más pura luz. Eres esa luz, eres la transformación. Ahora tu cuerpo físico, tus canales energéticos y tu aura están limpios.
Puedes quedarte un ratito disfrutando de tu luz y de tu limpieza.

sábado, abril 25, 2015

Sencillos trucos para aumentar tus vibraciones positivas

Se habla mucho de La Ley de la Atracción y de otras leyes de la naturaleza.
La Ley de la Atracción es una ley muy importante porque es a través de ella que la naturaleza trabaja para nosotros. El trabajo del Universo es darte lo que tú le pides.
¿Cómo le pedimos al Universo las cosas? A través de nuestros sentimientos y pensamientos. Se dice que somos lo que pensamos, así que todo lo que piensas y sientas crea una vibración. El universo trabaja sobre las vibraciones que crean tus pensamientos.



Ahora vamos a ver algunos trucos para aumentar estas vibraciones:
Un camino de gratitud: Sal a caminar a un lugar tranquilo que te guste, observa lo que hay a tu alrededor y agradece las cosas que vas viendo y te gustan. Por ejemplo: “Me encanta este olor, me encantan esta flores, me encanta este día maravilloso.
Me encanta cuando: Habitúate a decir en voz alta aquellas cosas que te encantan cuando…: “Me encanta cuando veo algo que me gusta, me encanta cuando me llama alguien que me llevo bien, me encanta cuando me mira, me encanta cuando me pongo esta camisa, me encanta cuando me levanto por la mañana y estoy feliz.
Piensa en diez cosas por las cuales estás agradecido: escribe todos los días diez cosas que agradeces y léelas en voz alta. Por ejemplo: “Estoy agradecido por estar bien de salud, estoy agradecido por las personas que me rodean, etc. “
Diez cosas que me encantan sobre mi vida: Mira en tu vida las cosas que te encantan, que sean sencillas no hace falta que sean cosas difíciles, ni grandes, las pequeñas cosas que a ti te encantan. Por ejemplo: “Me encanta mi planta, me encantan mis amigos, me encanta que me miren”. Escríbelas y repítelas.
Como siempre estamos buscando para estar mejor, también hay trucos para atraer esas cosas que queremos viéndonos en posesión de ellas
Hay un truco que se llama “Gracias Universo por traerme”. Piensa en algo de deseas tener, en algún objetivo que quieres alcanzar y agradece al Universo como que ya lo tienes. Por ejemplo: “Gracias Universo por traerme esta pareja maravillosa, gracias universo por esta casa, gracias universo por traerme este trabajo maravilloso en mi vida”.
También puedes decir:”estoy agradecido ahora que estoy feliz, estoy agradecido ahora que tengo el trabajo de mi vida, estoy agradecido ahora que tengo la pareja de mi vida.”
Búscate algo que te guste, que te enamore. Puede ser la foto de tu sobrina, la foto de un animal que te hace sentir bien, que te sube el ánimo, o bien búscate algo que te guste y enamórate de ello. Que sea algo natural y sea un amor incondicional
Haz preguntas en las cuales la respuesta sea SI. Escríbelas y repítelas.
Escribe una nota o carta a alguien que confía mucho en ti y cuéntale una noticia. Por ejemplo:”sabes qué…cuentas lo que ha pasado” Y esto que le cuentas puede ser algo que quieres tener en tu vida y todavía no lo tienes, o sea que vas a pretender que ya lo tienes y estás dando la noticia de que lo tienes a la persona con la cual estarías gustoso de compartirla. Por ejemplo: “sabes qué, ya me han dado el trabajo que siempre he soñado, sabes qué me han aumentado el sueldo, etc.”
Esta nota o carta no se la des todavía y cada vez que quieras lo lees.
Vive un día excepcional, vive el mejor día de tu vida. Si has pasado un día con momentos de bajón, entonces elige tomar la decisión de que el día siguiente sea un día excepcional. Cuando te levantas te pones lindo/a, y todo lo que hagas ese día tiene que ser lo mejor, tienes que dar lo mejor de ti.
Con todos estos trucos, no hace falta que los hagas todos, puedes hacer algunos, te vas a sentir bien, vas a mejorar tus vibraciones. Entonces el Universo trabajará sobre estas vibraciones y cualquier cosa que sientes, que pides, que piensas, lo vas a conseguir porque va a fluir en ti el poder de las cosas que te gustan, que quieras, que siempre has soñado, encontrarás personas que siempre has buscado, encontrarás las cosas que siempre has soñado hacer porque el Universo trabaja para ti y trabaja sobre tus vibraciones.
Emociónate en las vibraciones que te suben, que te hacen sentirte a ti mismo.

viernes, abril 24, 2015

Los 13 consejos del Dr. Hamer para sanarse

1- No dejarse ganar por el pánico
El entrar en pánico hará que la central de comandos ejecute un programa, y establecerá el programa donde deba. En ese momento, la persona pierde la conexión funcional coherente del cerebro.
Muy a menudo, la gente muere en pánico. La persona no debiera entrar nunca en pánico ni hacer entrar en pánico a los demás. Hay que tener un enorme cuidado con el entorno y especialmente con quien recibe de nosotros. ¡AMENSE! Ámense ustedes mismos y también ámense entre ustedes. AMARSE tiene un doble sentido de gran valor terapéutico. Si uno se ama a sí mismo, primero, no hará ningún conflicto consigo mismo, ni de desvalorización, ni de culpabilidad. Si se ama a los demás entonces no hará ningún conflicto con los demás.

NO ENTRAR EN PÁNICO significa que el enfermo nunca debe asustarse y QUE LOS TERAPEUTAS JAMAS deben asustar al enfermo. De lo contrario, hasta un resfriado se vuelve incurable, ya que provocará una generalización. Entrar en pánico es comprarse un boleto de ida.
Por ejemplo: decirle a una madre en tono lo-siento-mucho-señora-mi-más-sentido-pésame-lamentablemente-tengo-malas-noticias, que su hijito tiene leucemia es un asesinato. ¡Porque la leucemia no es una enfermedad! ¡Es el primero de cinco pasos biológicos naturales de regeneración de la sangre después de un conflicto cuya respuesta biológica fue una anemia!
2- Soportar la vagotonía
Alrededor de las 22 hs se desencadena normalmente el impulso máximo de la vagotonía. El nervio vago es el más poderoso nervio del organismo: no hay manera de vencer al sueño. Ese es nuestro ritmo ancestral: el hombre es un animal diurno, en su código biológico de comportamiento antiguo de cuatro millones de años, está grabado que debe cazar, recoger frutos, actuar de día y reposar de noche. Es durante la noche que todo está automatizado para que el organismo concentre su trabajo en el tubo digestivo.
Tenemos menos actividad cerebral, cardíaca, respiratoria. Es normalmente por la noche que toda enfermedad se hará más insoportable porque es durante esa vagotonía el cerebro repara mejor y puede haber más edemas. Se puede hacer algo para reducir esos edemas para que sea mas soportable pero sólo reducirlos porque si se impide que actúen, nunca se logrará la reparación, puesto que los elementos re-constitutivos no llegarán a reparar.
Si la vagotonía es muy fuerte, la cabeza puede sentirse caliente al punto tal que uno puede ducharse la cabeza y tener los cabellos prácticamente secos sin necesidad de usar el secador, simplemente por la termogénesis de conductibilidad. Esto sucede cuando la cabeza está “aplastada” por edemas biológicos: en ese momento,HAY QUE AYUDAR.
3- Todas las noches, hacer el balance diario
Hay que saber si no se ha “trabajado” demasiado durante el día. Si es así, reposo obligatorio el día siguiente (para las enfermedades importantes como el cáncer, fibromialgia, artritis, etc…). La persona debe curarse. Puede hacer muchas cosas, pero debe ocuparse de su enfermedad por encima de todas las cosas. No debe esperar QUE ALGUIEN O ALGO LO CURE, hay que motivarlo.
Hay un doble mensaje en esto. Debe ocuparse de sí-mismo, que haga un repaso de su jornada en su cabeza, interesarse en la vida, que tome notas, que haga ese balance. Si hizo demasiado, debe reposar al día siguiente porque de lo contrario entra demasiado en estrés, en actividad, con lo que el cerebro vuelve a la simpaticotonía deteniendo la vagotonía. Allí se detiene la curación.
4- Todas las mañanas tomar un lápiz y planificar su día
Hay que respetar el plan y prever al menos 6 horas de reposo además de la noche. Estas son las reglas para los grandes enfermos y tienen que luchar contra sus angustias. El que está en silla de ruedas querrá siempre asistir a muchas reuniones para demostrar y demostrarse que puede hacer lo que todo el mundo. ES UNA REACCIÓN DE ESCAPE, es un juego perverso. HAY QUE CONCENTRARSE EN SU CURACIÓN porque ésta es posible. Hay que evitar entrar en el estrés de la acción.
Con 6 horas de reposo, además de la noche, tenemos suficiente vagotonía. El cerebro tiene una fuerza extraordinaria para curarnos a pesar de todo lo que hacemos contra eso (entre los miedos, las peleas, los mensajes deprimentes o terribles que recibimos durante el día y a causa de las acciones).
5- Hacer siempre lo absolutamente necesario primero
Si eso sobrepasa 3 horas de esfuerzo físico o psicológico, hay que detener lo superfluo y descansar, con el corazón alegre porque estamos haciendo lo que corresponde para curarnos, y no lo contrario. La mayor parte de la gente se deprime, se desmoraliza, tienen miedo de descansar: tienen el ESTRÉS DE SU PROBLEMA, DE SU DECREPITUD Y ESE ES UN CONFLICTO SECUNDARIO MUY FUERTE. “YA NO PUEDO HACER NADA, NO SIRVO”.
Hacer lo absolutamente necesario primero va a permitir a la persona probarse que existe todavía, pero hay que cronometrar el tiempo. La persona enferma quiere demostrar que puede hacer, pero si pasa 3 horas físicas o psicológicas, debe detenerse. Lo mejor es leer lectura liviana, divertida, ver películas divertidas y pueden verla cuantas veces quieran si las alquilan. Es la terapia por la risa, puesto que si se detiene en los noticieros, con guerras, accidentes, o películas de muerte, de violencia, inconscientemente se sobre-estresa con imágenes liminales y subliminales.
DURANTE LA RECUPERACIÓN , ME OCUPO DE MI, ME AMO, ME CUIDO, ME MIMO. ES VITAL. ES LA MANERA DE CURARSE. No alcanza con decodificar y aceptar (a veces sí) sino que hay que respetar la reparación también.
6- Rechazar todo enfrentamiento
Recriminar, discutir con su entorno es uno de los mayores dramas que garantizan la recaída o la imposibilidad de curarse. “Necesito de ustedes, de su ayuda y no de su oposición permanente”. Porque uno sustrae calorías y fuerzas de las que necesita el cerebro para reparar y al monopolizar la energía para combatir generalmente el enfermo está expuesto al juicio de quienes lo rodean, y estos no saben nada, solo hablan por hablar y el enfermo no zafa, no sale del estrés.
Aquí reproduzco una frase que Claude Sabbah atribuye a su abuelo: “Si la gente que no tiene nada que decir se callara, habría un gran silencio en la superficie de la Tierra. Son siempre los que no saben nada los que cacarean”.
Acá estamos hablando de una elevación en el nivel de la conciencia humana.
7- Privilegiar el reposo nocturno
El ser humano es un ser diurno. Todos sus ritmos biológicos básicos están programados sobre la base del ritmo solar. Por supuesto, puesto que la noche para el enfermo es normalmente el momento de mayor dolor, y en algunos casos con la angustia inconsciente de “¿Despertaré o moriré?”, es bastante difícil mantener esos ritmos. Hay que desdramatizar eso. Además, puesto que no han hecho demasiado durante el día, no están lo suficientemente cansados para dormir bien de noche.
Entonces, no hay que dudar en modificar el horario de sueño. Debe privilegiarse el reposo nocturno en la medida de lo posible pero, si eso no es fácil, no hay que dudar en quedarse despierto hasta las 2 ó 3 de la mañana, mirando documentales, tomando uno que otro café (el café también reduce el edema cerebral). De ese modo, el enfermo sabe que por un buen rato no pueden dormir entonces aguantan hasta donde pueden: cuando pasan el período habitual de gran vagotonía, y después de haberse dado el gusto de trasnochar leyendo, escribiendo, pensando sanamente, positivamente, sin estrés…allí se van a dormir y se levantan al mediodía.
Después, a medida que mejoran, vuelven paulatinamente, una hora por día, a su horario normal.
8- Comer sanamente y liviano
Ensaladas, frutas, cosas crudas, o cocinadas a la parrilla, para que sea fácilmente asimilable. Si come mucho, digerir le consumirá muchas calorías y es mejor guardar lo más posible para la curación.
A EVITAR ABSOLUTAMENTE: EL ALCOHOL EN VAGOTONIA.
9- Sanarse normalmente si aparece el dolor.
Puede tomar remedios alopáticos y homeopáticos como es de costumbre, eso no pondrá la curación en peligro.
10- Esperar pacientemente la verdadera mejoría
Si uno no se deja asustar por los pequeños o grandes inconvenientes de la reparación y espera tomando el mejor reposo posible, la mejoría va a llegar. Si se pasó el punto culminante de la fase de reparación, la persona tendrá tantos edemas que puede haber manifestaciones molestas, como dolores, vértigos, fiebre si los edemas están en el tronco cerebral, malestares. Esto NO DEBE ASUSTAR A LA PERSONA : no se trata de cosas graves sino de esfuerzo de reparación. Hay que esperar pacientemente sin poner en marcha la idea de “estar sonado” sino no hay cura.
Es el principio de la persona que tiene edemas en sus fibras y que con ello se agrava durante un tiempo su dificultad motriz en una esclerosis múltiple, por ejemplo. Debido a nuestra cultura ancestral basada en la apariencia de las enfermedades, esto nos lleva a tener pánico, ir al hospital urgente, perfusión de corticoides en grandes cantidades, lo que cambia a la persona porque bombea todos los edemas y deja de doler…pero no está curada y el proceso va a comenzar quizás con más violencia.
11- Jamás permanecer mucho al sol o con la cabeza cerca de una fuente de calor
El calor multiplica por cuatro el tamaño del edema cerebral. En ese momento, se ejerce una enorme presión y se corre el riesgo de una crisis de epilepsia fuerte. En general, se recomienda al gran enfermo de evitar ponerse al sol durante un año, incluso en el mar. Puede estar bajo la sombrilla, bañarse pero hasta ahí nomás.
Si la cabeza está cerca de una fuente de calor, lo mismo. CONVIENE PONER HIELO SOBRE LA CABEZA.
El Dr. Hamer menciona un caso típico: el hombre de negocios que tiene serios inconvenientes porque su empresa está muy mal en diciembre. En enero, su esposa e hijos se van de vacaciones al mar por un mes. El 15 de enero, el hombre soluciona su problema y salva su empresa. Va a reunirse con su familia a la playa y se pone a tomar sol: lo que él no sabe todavía es que acaba de salir de un conflicto psicológico de pérdida de territorio. Por supuesto, como ninguno de nosotros de hecho, no hace la relación entre el dolor de cabeza, su conflicto y el sol que le está agigantando los edemas. Tiene su crisis en la playa misma y sale de allí en ambulancia.
12- Si el problema es muy importante, helar las partes dolorosas y la cabeza
Si duele el hígado por ejemplo, hay que poner hielo sobre el hígado y también en el lugar del control neuronal del hígado en la cabeza, es decir sobre el tronco cerebral, debajo de la nuca, en la parte superior del cuello. Si el frío no calma el dolor en el órgano, entonces hay que poner calor sobre el órgano, PERO SOBRE LA CABEZA SIEMPRE FRIO, SIN EXCEPCIÓN.
Se recomienda comprar esos “cold hot pack” y tener siempre 4 a mano: 2 en el congelador, 2 sobre la persona, que hay que cambiar a cada hora. Si es muy violento, poner hielo en ambos lugares y hacerse un baño de pies caliente, la diferencia de temperatura va a hacer que el líquido circule de manera mecánica y por lo tanto reducirá un poco el edema.
13- Nunca calmar demasiado los síntomas
Se pueden tomar analgésicos o anti-inflamatorios para hacer soportables los síntomas. Los síntomas se detendrán por sí solos cuando la central de comandos lo decida. Mientras haya síntoma, es que es necesario que esté. Es de capital importancia.
Por ejemplo si usted se clavó un vidrio en el pie, le dolerá mientras cicatrice y estará sensible, pero justamente es para que no agrave la herida (si no le doliera seguiría caminando sin cuidar la herida y no permitiría que se cure: esa es la función del dolor).
No hay que olvidar nunca que el cerebro no se equivoca JAMAS. Si hay dolor es porque el cerebro dice: “A reposar”. Hay que respetar esa inteligencia innata que nos ha permitido sobrevivir desde hace tantos millones de años.
Fuente: altaeducacion.org

jueves, abril 23, 2015

La Felicidad es Cuestión de Elección

“La felicidad es una elección y no está condicionada a tu situación.” Pedro Sifontes
¿Has sentido como que la felicidad se escapa de tu vida?  ¿ Te parece que estuvieses navegando contra la corriente? ¿Crees que la felicidad se ha ido de tus manos?  Déjame decirte que la felicidad no va a llegar a tu vida por lo que te pase o acontezca en tu exterior, sino que viene por lo que pasa internamente, dentro de ti. Es cuestión de elección.

El rey Salomón escribió: “El que atiende a la palabra, prospera. ¡Dichoso el que confía en el Señor!” Proverbios 16:20b, (NVI)  En otra versión dice:  Felices los que confían en El Señor. Fíjese que no dice felices los que tienen todo o felices aquellos que le pasan las cosas buenas de la vida, dice que si tu confías en Dios serás feliz, entonces no hay razón alguna para preocuparse o afanarse. Es cuestión de elección.
Una de las películas que mas me ha gustado es “En Búsqueda de la Felicidad” protagonizada por Will Smith y su hijo, es un drama conmovedor, que puede ser un fiel reflejo de la vida de muchas personas que conviven entre sus sueños de grandeza y la dura realidad que se les muestra bien distinta a como la esperaron. Es una historia de la vida real, que puede ser tu caso hoy donde estas viendo que tu vida se desmorona y comienzas a preguntarte: ¿Por que me pasa esto a mí? ¿Qué hice para merecer esto? ¿Hay un mañana para mí? Solo te recuerdo las palabras del sabio: ¡Dichoso el que confía en el Señor!
Es tiempo de encontrarte contigo mismo y luchar por ese sueño,  por ese trabajo, por esa familia, por las cosas que te hacen feliz. Quisiera dejar dos preguntas:
¿Qué es lo que te hace feliz?
¿Cuáles son los sueños que vas a perseguir?\
Nunca dejes que nadie robe tus sueños, que nunca te digan lo que no puedes hacer, es tiempo de ir por los regalos que la vida te tiene. Muchos al hacer la lista ponen cosas tales como: Tener un auto nuevo, cambiar de casa, tener más dinero, hacer un viaje a Europa, a Sudáfrica, jubilarse joven e irse a una Isla del Caribe para estar debajo de una palmera en una hamaca disfrutando de una piña colada. ¿Para qué queremos esto?
Quizás también tenemos en nuestra lista cosas que queremos hacer como: Hacer ejercicios físicos y rebajar unos cuantos kilos o libras,  pasar más tiempo con la familia, mejorar el trabajo que tenemos. ¿Para qué queremos hacer eso?
En el fondo todos los seres humanos están en la búsqueda de la felicidad y creen que “Hacer” o “Tener” nos lleva a esa experiencia en el “Ser”
. Vemos entonces que la vida puede darse en tres niveles : El “Ser” , el “Hacer” y el “Tener”.  Estos tres niveles forman una coherencia y están relacionados entre si. Lo que comúnmente la gente piensa es que a partir de “Tener” podremos “Hacer”, para luego “Ser” sin embargo funciona al revés. Primero hay que ser para luego hacer y así tener.
Si quieres “Ser Feliz”, entonces comienza a ser feliz, confiando en El Señor, en Su Palabra, en Sus Promesas, olvidando lo pasado, dejando ya de lamentarte, de criticarte, juzgarte, condenarte, porque  hoy tu puedes ser feliz, independientemente de las cosas que tengas o no tengas, las personas que son felices eligieron ser felices, ellos valoran la vida y decidieron cambiar su destino.
Esto me recuerda la anécdota que también se cuenta en la película:”Es un náufrago en mitad del océano, desperado porque va a morir ahogado. En esto que pasa un barco y le preguntan -¡venimos a salvarte! -a lo que el hombre responde -¡no!, déjenme aquí, que Dios me salvará. Y el barco se va. Más tarde llega otro, se repite la misma situación y se vuelven a ir sin rescatarle mientras espera ser salvado por Dios. Al final el hombre muere, va al cielo y allí se encuentra al Señor, a quién le pregunta -¿por qué me dejó morir? yo esperaba que me salvara. A lo que Dios respondió -pero hijo mío, si te he mandado dos barcos y no has querido subirte a ninguno.”
¿Se parece a tu situación?
Muchos están esperando a que Dios los salve de esa situación que están atravesando, pero lo que necesitamos es aprender a no seguir haciendo lo que venimos haciendo porque obtendremos siempre el mismo resultado, es tiempo  de hacer cosas nuevas, los sueños que Dios te ha dado, es tiempo de confiar en el Señor, y la felicidad nos seguirá donde quiera que vayamos. Es cuestión de elección.
Elige ser feliz hoy y tu vida cambiará!
En amor y liderazgo,
Pedro Sifontes

miércoles, abril 22, 2015

6 pasos que hacer un balance de tu vida

Sé que suena a un cliché, pero cuando se acerca el propio cumpleaños consciente o inconscientemente uno empieza a repasar su vida, evalúa momentos, etapas; trata de evitar la nostalgia y el pensar que se te ha ido la vida sin darte cuenta. Eso sucede más cuando llegas a otra década en tu vida, en mi caso, cumplir 40 años. Y no es que le tema a “la crisis de los 40” o tal vez la crisis me llegó un poco antes; la cuestión es que hoy intento hacer un balance de mi vida más benévolo, dejando al crítico a un lado y tratando de valorar más los avances que las cosas pendientes.


Tal vez has pasado por lo mismo, sensibilidad en los días previos, emociones encontradas al escuchar a otros mencionar que se aproxima tu cumpleaños, por un lado entusiasmo porque ya va a llegar el día y por otro, cierto miedo por no saber si será otro día más y si la mayoría de las personas que te dicen que eres importante en su vida se acordarán. Tu mente yéndose automáticamente hacia lo que te falta, lo que has dejado de hacer, a decirte que estás más viejo, comparándote con amigos o conocidos de la misma edad en donde muchas veces sales perdiendo por no ser tan popular, exitoso, pudiente económicamente; recordándote tus fracasos, las promesas y propósitos sin cumplir; haciéndote consciente que eres mortal y que en cualquier momento puedes dejar este mundo y que no has aportado lo suficiente al desarrollo de los demás y la lista sigue, sigue y sigue.

Pues bueno, te propongo acompañarme a hacer un balance más positivo de ti mismo para que ese cumpleaños (o cualquier día) cobre otro sentido:

1. Antes que nada desconecta tu mente negativa o por lo menos bájale todo lo que puedas al volumen de su voz. Ya tendrás mucho tiempo para autoflagelarte pero por ahora dale un tiempo libre. Observa tus pensamientos y cuando percibas que es uno negativo hazlo consciente, no le sigas el juego y déjalo ir. Sí, es difícil, pero no por ello desistas, controla tus pensamientos y déjalos que fluyan.

2. Agradece las bendiciones en tu vida. Repasa las áreas de tu vida y agradece cada logro, persona, situación. Agradece por tu familia, tus amigos, tu trabajo, tu pareja, tu salud, tus posesiones; por tener que comer y donde vivir; pero también agradece lo no tan bueno, aquellas cosas que han sido difíciles de digerir en algunos momentos o que han tambaleado tu existencia por el aprendizaje obtenido o por obtener. Sé que suena a locura y tal vez te preguntarás ¿por qué tengo que agradecer una enfermedad, un momento traumático, un fracaso? Porque te hicieron ser como eres, te sacaron de tu zona de confort y te moldearon, fortalecieron, sensibilizaron. Algunos somos afortunados porque hemos podido mirar hacia atrás y ver como se fueron conectando ciertos puntos hasta marcar un camino que nos lleva a nuestra situación actual. Yo por ejemplo, después de mucho tiempo de procesarlo, puedo agradecer mi infancia y adolescencia cargada de soledad y tristeza porque me hizo más consciente de las necesidades emocionales de cada persona y reconocer su historia personal. Ahora me detengo con más facilidad antes de juzgar a los demás porque acepto que no conozco todo lo que pudieron pasar en sus vidas y que los ha llevado a ser como son actualmente. Agradezco la migraña que sufrí durante 20 años porque me hizo darme cuenta de que tenía un trasfondo emocional, trabajar para no resistirme a las situaciones de mi vida, perder la obsesión por controlar cada evento y persona dejando las cosas fluir libremente y solo dedicarme a lo que ocurre dentro de mí. Agradezco mi fracaso matrimonial, porque me hizo darme cuenta de que tenía asuntos pendientes sin cerrar en mi pasado y que fueron una bomba de tiempo que estallaron dañando la relación, que me forzaron a confrontarlos, asimilarlos y aceptarlos. Agradezco los meses de depresión después de mi separación porque me hicieron acercarme a Dios de una forma más personal, dejar de hacerme la víctima y sentirme ofendido porque los eventos no salen como quiero; porque me hicieron poner mi vida en manos de algo mayor, dejar de preocuparme tanto por el futuro, confiar en que las cosas saldrán bien y querer seguir caminando con fe a pesar de que no sé bien hacia donde voy. 

Esto requiere un trabajo previo de perdonar y perdonarse, aceptar (confiando) que el daño hecho por otros para ti no fue de manera personal ni intencional al igual que lo que hiciste mal y que dañó a otros fue involuntario, resultado de tus circunstancias, programas mentales y no de una forma consciente y controlada sino solo una reacción a lo que en ese momento creías tu realidad. No te estreses si hay pocas circunstancias pasadas que agradecer porque apenas estás empezando ese proceso, date tiempo y deja esas heridas que aun te lastiman para trabajarlas posteriormente.

3. Reconoce los avances que has hecho a través del trascurso de los años. Bien puede ser tomar solamente el último año si estás acostumbrado a hacer corte de caja o por periodos mayores. La intención es que valores lo que has trabajado, aun no pienses en lo que te falta por hacer, dedícate ahora a darte un apapacho, una palmada en la espalda por lo bien que lo has hecho. ¿Por qué es importante que valores el proceso y no solo la situación a la que has llegado? Cuando preguntan que en escala del 1 al 10 qué número le pondría a mi grado de satisfacción con mi vida yo pienso en un 6. Sí, yo reconozco que aún me falta mucho por andar y tal vez si lo dijera las personas pudieran pensar que he avanzado poco. Pero si para mí yo empecé en un -5 toma otra dimensión porque además valoro un gran avance en mi vida, bien sé que el -5 es solo una percepción individual pero si tu detectas que has mejorado tu estado de ánimo, tus reacciones impulsivas, tu sociabilidad, tu responsabilidad; has logrado una mejor relación con tus hijos, ser más cariñoso con tu pareja, ser más paciente con tus colegas del trabajo; adquiriste el hábito de hacer ejercicio, leer, meditar, comer balanceado; te reconciliaste con algún amigo o familiar, cerraste un ciclo en tu vida o comenzaste otro, te acercaste a Dios, mejoraste en el trabajo, cumpliste un sueño, es bueno que lo reconozcas y que te animes a seguir adelante, a conseguir cada vez más. Felicítate, mírate en el espejo y sonríe, siéntete satisfecho, ámate y haz algo para consentirte y mostrarte que vale mucho.

Uno nunca alcanza la perfección por lo que siempre hay margen de mejora y hay que seguir trabajando diario por ser una persona integral.

4. Fíjate nuevas metas realistas para trabajar. Ya que reconociste lo avanzado cierra los ojos e imagínate una mejor vida, cómo te gustaría ser, qué te gustaría hacer, qué te gustaría que pasara con tu vida, etc. Ahora selecciona aquellas cosas a tu alcance, las pequeñas que al cumplirlas te lleven a tus deseos, que puedas medir y comparar con lo que ocurre actualmente y escríbelas en un lugar que puedas ver cada día para que siempre las tengas presentes. Sé realista y concreto, por ejemplo pudiera desear tener muchos amigos pero si yo me doy cuenta de que soy muy introvertido lo más congruente sería desear y trabajar por tener mayor apertura a los demás, intentar decir lo que pienso y siento, ir a reuniones y lugares sociales, vencer el miedo y acercarme a nuevas personas; acciones que me llevarán a formar nuevas amistades. Si deseo mayores ingresos para vivir con comodidad más yo sé que por más que decrete a diario al momento de que llega el momento de pagar deudas me sigo poniendo tenso y ansioso por no saber de dónde sacar el dinero lo más congruente sería desear y trabajar en mis programas mentales de abundancia y merecimiento, esforzarme por dar un mejor servicio en mi trabajo, animarme a probar otras formas creativas de trabajo, decidirme por hacer algo que a mí me apasiona, administrar mejor mis ingresos; acciones que me brinden más ingresos o una mejor situación económica.

Enfócate en los pasos en lugar del destino. Trabajando en esos detalles verás que se logran tus objetivos.

5. Comienza a actuar para realizarlos. Ve día a día, date ánimo si consigues un avance y tómalo con calma si hay un retroceso o si las cosas no salieron como esperabas. Cárgate de energía en las 4 áreas de tu vida: espiritual, mental, emocional y física. Medita, platica con el ser superior de manera personal o a través de alguna religión, cultívate a través de libros sobre temas de crecimiento, maneja tus pensamientos y canaliza tus emociones, no reprimas sentimientos ni te tragues las emociones, trabaja para aceptarlas y liberarlas, haz ejercicio, cuida tu dieta, diviértete, disfruta la vida, rodéate de gente positiva.

6. Ayuda a otros que están pasando algo similar a lo que pasaste. Bien sabes que no pudiste pasar por esas crisis solo. Hubo gente que te apoyó y que gracias a su cariño, consejos, acciones te facilitaron levantarte y volver a caminar. Ahora es tu turno, todos tenemos problemas y necesitamos de otros. Desarrolla tu empatía y tu capacidad de escucha, abre tu corazón y ofrece tu mano a quien lo requiera. Para muchas personas con el gesto de ser escuchadas se abre su cielo cargado de nubes negras y comienza a salir el sol, cuenta tu historia no como una manera de soberbia sino como un modo de hacer sentir a otro que hay una salida, que por más que todo se vea terrible hay esperanza. Haz actividades que ayuden a otros, alguna acción de caridad, de servicio a la comunidad, de proporcionarles conocimientos a otros. Cuando estuve deprimido hubo personas que me ayudaron de diferentes maneras, algunos me daban despensa para que pudiera comer algo, otros me acercaron a los ángeles, a la meditación, a libros, películas o frases que me motivaban, otros me escuchaban y me daban consejos. Al ir saliendo de esa situación decidí que era mi turno. Desde hace 2 años comencé un blog de temas espirituales donde recopilo artículos y publico imágenes motivacionales, muchas personas han comentado que les ha llegado algo en el momento indicado, sus gracias me animan a cada día seguirlo haciendo y verlo como una misión. También comencé a dar reiki y el hecho de ayudar a la gente y conocer sus historias me llenan y me hacen seguir agradeciendo mi evolución. Tú encontrarás tu manera, anímate y comparte lo que sabes.

Espero que estos puntos te puedan servir a vivir un cumpleaños mejor. No necesariamente puede ser en ese día, lo importante es el proceso de ir hacia lo positivo y llenarte de buena energía. Te deseo lo mejor. Que Dios te bendiga.

Wilmer Ramírez Valdez
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