Poned la palabra «armonía» en el corazón de vuestra existencia, guardadla dentro de vosotros como una especie de diapasón y, en cuanto os sintáis un poco inquietos, turbados, tomad este diapasón y escuchadlo, para poder poner todo vuestro ser en consonancia con la vida ilimitada, la vida cósmica. ¡Que este pensamiento de la armonía impregne poco a poco todas
vuestras células!
Es a través de la armonía que atraemos a los espíritus luminosos del mundo invisible, y éstos se convierten en nuestros amigos, ya no nos abandonan. Porque los espíritus luminosos son
tenaces, tan tenaces como los espíritus tenebrosos de los que es tan difícil liberarse a menudo. ¿Por qué los amigos no iban a ser tan tenaces y obstinados como los enemigos? Vienen a
sostenernos, a iluminarnos, a aconsejarnos y, si seguimos sus consejos, siempre estaremos bien inspirados. Por eso no debemos desesperar nunca, ni en la peor de las situaciones: un día, las cosas van a cambiar para bien, porque habremos estado bien inspirados. Nada es pues más importante que cultivar este estado de armonía que va a atraer a nuestros amigos del mundo invisible.
Omraam Mikhaël Aïvanhov
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